Capítulo 40 ♥

Bambi:

Abro los ojos junto a una suave luz de amanecer que se asoma por mi vista. Tardo en procesar la situación, pareciera como una película, de repente recuerdo lo que pasó ayer, Axel viniendo a consolarme, acto seguido jugando, para después terminar besándonos de una forma desenfrenada en el mar, algo pasional e intenso porque me hizo sentir mucho. Y wow, esas emociones y sensaciones que me dan cierta intriga acerca de cómo se siente, por fin logré descifrarlas (solo una parte). Ahora entiendo porque la gente le da tanta importancia a ese lado de una relación, hablo de la pasión ¿No? Obvio que el amor aporta, pero creo que la atracción y el deseo tienen su plus. ¿Por qué mierda pienso en eso? ¡Bambi! Solo fue un beso, bueno... un beso en el que sentí que lo disfrutó demasiado al igual que yo. Un beso que generó en mi escalofrío a la vez que confianza. Tengo mil cosas en la panza que no sé cómo explicarlas, solo sé que fue mágico. Pensar que todavía me queda tanto por descubrir desde este lado y la gran pregunta es... ¿Qué se sentirá?

Luego de mis pensamientos alborotados trato de concentrarme nuevamente y ¡Mierda! ¡¿Qué carajos hacemos acá?! ¡La gente! ¡El hotel! Me levanto y rápidamente me coloco el top que había quitado de mi cuerpo la noche anterior antes de meterme con Axel al mar.

— ¡Axel!—suavemente lo palmo en un brazo— ¡Vamos! Tenemos que ir al hotel antes de que descubran que no estábamos allí—él se refriega las manos en la cara. Dios es tan tierno dormido y en cuero ¿Cómo no me podría? ¡Bambi basta! Demasiados pensamientos hormonales después de ese beso intenso. Gime levemente al no querer despertarse y eso directamente y literalmente me colapsa ¿Cómo te atreves a ese sonido? ¡Me compras! ¡Pendejo!

—Dale Axel. En serio—acoto aunque me esté derritiendo, porque claramente es así. Se levanta y recapacita de la situación, ahora sí parece entender lo grave que es si descubren que no dormimos en el hotel. De una manera veloz se coloca la remera y se ayuda a sí mismo para levantarse. No puedo evitar reírme un poquito.

— ¿Cómo la pasaste ayer?—pregunta dormido.

— ¿Vos?—contraataco. Deja de jugar de esa forma tan estúpida y sensual conmigo, Axel Foucande.

—Con una chica como vos me quedé con más ganas—me mira y se sonroja hacia abajo.

¡Mierda! ¿Están pensando lo mismo que yo? Ahora mismo estoy teñida mágicamente de rojo en mis cachetes, y sí... menos no esperaba.

—No te rías de verme así—prosigo riéndome—eso no va a permitir que me intimides.

— ¿No?—coquetea.

Se acerca para acariciarme lentamente el cabello, con su dedo índice recorre mi cara desde la frente pasando por la nariz hasta llegar a mis labios. No puedo evitar cerrar los ojos en ese instante del mismo placer (¿Placer? ¿Acaso dije placer?) que me está haciendo sentir. No sé si está dormido o qué para estar tan cariñoso y atrevido (Fuck crush) pero lo que sí sé es que se ve adorable. Estoy logrando conquistar a mi crush, o eso creo, o eso espero...

Me río cuando le tomo la mano y salimos corriendo. El amanecer va finalizando y calculo que son las seis de la mañana.

Llegamos al hotel y Axel me brinda un beso en el cachete antes de dirigirse a su habitación. Es una situación graciosa verlo dormido y torpe, ya que parece un borracho.

Entro suavemente a mi cuarto y a pesar de todo lo lindo que pasó, ver a Molly me fastidia extremadamente porque aún estoy molesta con ella. Voy al baño en fin de tomar una ducha y dormir un rato más, espero no lo suficiente para cruzarme con mi compañera de cuarto.

La ducha tibia libera las pequeñas marcas de mi cuerpo por Axel, el labial y maquillaje corrido, el pelo alborotado y mojado junto a la fragancia de la brisa de la playa y el mar. 

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