Bambi:

—Bambi Henderson—contesto a la chica que se encuentra revisando la lista de los alumnos del viaje.

—Bambi—empieza a buscar—si acá estas puedes pasar... ya te guardamos los bolsos—tacha con su lápiz en la planilla.

—Gracias—finalizo la conversación. Me dirijo al piso de arriba en el colectivo porque observar el paisaje así es genial, además este horario regala contemplar un hermoso amanecer sobre la ventanilla, pequeño detalle que me fascina y adoro.

Camino por el largo pasillo para encontrar un buen lugar para sentarme, sin embargo una voz interrumpe mi paso.

— ¡Ey! ¡Bambi! ¿Te quieres sentar conmigo?

Molly. Aún así claramente prefiero sentarme con ella por las dudas, al fin y al cabo es la única persona que conozco.

—Sí, claro—prosigo agradecida—perdón por mi voz y mi cara. Estoy algo dormida todavía.

— ¡Ni se nota! Estas linda igual, peque—contraataca. Me hace sonrojar un poco y gracias por eso querida chica de cabello violeta, necesitaba calmar mis estúpidos nervios.

—Gracias Mo, vos también—finalizo para sentarme a su lado y ella desvía la mirada sonriendo. ¡Qué curiosa es esta chica!

La presidenta del Centro de Estudiantes en el murmullo revisa la lista nuevamente.

— ¿Axel Foucande? Falta Axel—exclama a los otros integrantes de su mandato. Baja las escaleras en fin de ir hacia el piso de abajo, pero ya no escucho más si conversa algo y tampoco sé si Axel llegó. ¿Y si le pasó algo?

Después de quince minutos el chófer comienza el viaje. Pienso que Axel seguramente no vino, salvo que esté abajo y no me haya dado cuenta. Aún así prefiero no hacer nada al respecto, aunque una extraña emoción de tristeza recorre mi cuerpo hago lo posible por ignorarla. Coloco mis auriculares para escuchar música, contemplo el cielo en sus colores ardientes de amanecer.

En la quinta canción Molly me toca el brazo.

—Bambi, voy con una amiga un rato ¿No te molesta?—pregunta.

—No nena, anda tranquila—contesto. Guiña su ojo para levantarse del asiento y liberar el espacio.

Vuelvo a mirar el cielo pero los ojos parecen cerrarse cada vez un poquito más.