Capítulo 14 ♥
Bambi:
06:15 HS.
Arriba morocha, diría la canción de los caballeros de la quema. Me queda empezar otro día y comerme el mundo como siempre.
En el colegio tenemos baile, por lo tanto, nos dejan llevar un top deportivo debajo de la remera junto con la pollera gris de gimnasia. Me siento una diva. Hoy en mi cabello decidí llevar una cola alta y un moño rojo. Luego de maquillarme, producirme, colocar mis accesorios, me miro en el espejo para verificar estar bien. La famosa obsesión en la vida de Bambi Henderson.
¿Qué será de ti Axel?
Me puedes, de eso estoy segura. Igualmente no pretendo ser una pendeja más de esas que te comentan las fotos, te siguen en el colegio, se ríen en secreto. Aunque me cueste tengo que demostrarme mucho más, es decir...no enfocar toda la atención en vos, porque te la vas a creer, pendejo.
Pero bueno, ojalá te conquiste, va en mis ideales y principios, cuando algo se me mete en la cabeza es difícil sacarlo de objetivo. Muy difícil.
Mich me envía un mensaje a las seis y media de si gusto ir a su casa a desayunar junto a Alex. Acepto, preparo la mochila, las llaves y los auriculares. Por suerte son tres cuadras.
07:00 HS.
— ¡Buen día!—exclama alegre y sonrojada Mich. Notorio buen humor a esta hora de la mañana.
—Que estés tan feliz y pintada de rosa en los cachetes me hace pensar que estuviste haciendo cosas—le contesto desafiante.
—Atrevida— se ríe para darme un leve golpe con su brazo.
—La atrevida es usted, señorita—finalizo para entrar.
Veo a Alex que sale de bañarse.
—Ahora sí que no tengo dudas. Buen día— empiezo a reírme y ellos también. —Casa sola seguro ¿No?—pregunto.
—Sí, si—se sonrojan.
—Ay dios, el amor en estas épocas es intenso... nada, pasen tips cuando tenga novio—me río.
Mich preparó unos waffles. Me considero fan. Hizo de frutillas con crema y para su esposo (si, son casados más o menos) uno de avena. Todos acompañados de café con leche.
—Estas linda hoy, eh—dice Mich en la mesa mientras desayunamos. Sonrío levemente ante su halago.
—Todo sea por conquistar a Axel Foucande—acota Alex en tanto come un poco de su porción.
—Acostúmbrense a verme siempre así—continúo de forma confianzuda ¡Hoy me levanté con la autoestima por las nubes!— el día que me vean mal, ahí preocúpense— tomo un sorbo de mi café.
—Ella, ella—sonríe Mich—bueno volviendo a lo interesante ¿Pretendes que pase algo? ¿Qué vas a hacer ahora?—pregunta curiosa.
—Complejo... recién es el segundo día, no puedo pretender mucho, aunque no niego que sí lo pretendo. Se habrán dado cuenta de lo intensa que soy. Bueno pero hay que agregar que terminamos mal, no sé qué onda. Por ahora no creo hacer nada. Espero que no sea un idiota más.
—No parece mal pibe, lo tendría que conocer mejor, está en mis posibilidades ¿Quién te dice que lo conozca y seamos amigos? Solo lleva un año más—aclara Alex.
—Es verdad, es buena posibilidad esa—agrega Mich a la vez que sujeta su taza.
—Chicos, por ahora no pretendo hacer nada. Por ahora, si es que tengo duración. Pero vamos a ver... primero que me registre bien. Aunque... después del grito, seguro ya me registre—me río y sonrojo acordándome nuestro primer encuentro.
¿Qué habrá pasado por su cabeza? ¿Qué hay en sus pensamientos?
Ojalá pudiera leer mentes.
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