VI

La campana había sonado por última vez en el día, anunciando que era hora de la salida y que los alumnos no regresarían hasta el lunes. Tanto Tweek como Stan estaban confundidos con respecto a su extraña relación basada en sexo. Sin embargo, ambos estaban completamente decididos a terminar con el otro ese día, aun cuando fuera su aniversario número 5.

Ninguno había intentado acercarse al otro en todo el día, y es que se evitaban para no tener que llegar a su incómoda charla. Ninguno sabía qué hacer, Tweek había hablado con Kyle y Token –por separado– pidiendo ayuda, mientras que Stan había sido guiado por Kenny, Clyde e incluso el mismo Craig con el mismo tema –después de su paliza, claro–.

Finalmente, Stan decidió que era hora de enfrentar las consecuencias, por lo que logró capturar al rubio en la salida, pidiéndole que le acompañara al parque más cercano porque tenía que decirle algo importante. Tweek aceptó, diciendo que también debía de decirle algo, así que se tragó el miedo y le siguió. Después de todo, la felicidad de Kyle estaba en juego y Tweek le debía ese favor.

– Entonces... –Bien, habían llegado al parque y se habían sentado en los columpios, pero parecía que ninguno quería hablar – ¿Querías decirme algo, Stan?

– Ah bueno, es que... verás, yo... – El pelinegro era un manojo de nervios, y eso solo lograba poner más nervioso al rubio quien de por sí ya era una persona paranoica – ¿Por qué no hablas tú primero? Dijiste que tenías que decirme algo también, ¿no?

– ¿Eh? – La cara del menor se tornó roja. No, no quería hablar, se estaba acobardando y lo sabía, pero es que la cosa era un poco más complicada que decir Hey tú, terminamos aun cuando solo se tratara de sexo sin sentimientos de por medio – Pero, ugh... y-yo no...

Tweak no siguió hablando después de parar con sus balbuceos, y Marsh no le presionó. Ahora eran dos chicos sentados en columpios para niños tratando de evitar sus responsabilidades. El ambiente se ponía incómodo. Debían parar, ya.

– Terminamos – Dijeron al unísono, para después verse confundidos – ¿Qué? ¡¿Por qué?!

– A ver, a ver, a ver – Comenzó a hablar Tweek deteniendo cualquier cosa que pudiese haber dicho el pelinegro – Tú estás terminando conmigo, ¿Por qué?

– Verás, te aprecio mucho Tweek, en serio, pero realmente no creo que esto pueda pasar a más, nos estamos dañando a nosotros mismos y podríamos llegar al extremo de dañar a los que nos rodean. Además, sigo enamorado de Kyle – Respondió con madurez – Ahora, tú estás terminando conmigo también, dime tus razones.

– Escucha, puede que sin querer haya mencionado nuestro acuerdo a Kyle – rio nervioso, con cierta culpa – Y aunque no se lo tomó mal, estoy seguro que le dolió porque aunque seas un cabeza hueca y no lo hayas notado, Kyle también se muere por ti y no quiero ser la manzana de la discordia. Así que estoy terminando esto para que seas hombre y vayas tras el chico que amas.

– ¡¿Le dijiste a Kyle?!

– ¡Gah! ¡Tuve qué! ¡Si no jamás se darían cuenta de sus sentimientos! – Aun cuando Stan se sintiera mal porque su pelirrojo sabía que se había estado revolcando con Tweek, el rubio sabía qué hacía lo correcto – Escucha Stan, tienes una oportunidad para estar con quien quieres.

– No creo que él me acepte.

– Lo hará. Hable con él y estoy seguro que te aceptará.

– Mierda, esto parece una comedia romántica – Rio por su cometario.

– Al menos tú terminaras en romance y yo me quedaré con la parte de la comedia – Si había algo que a Stan se le hacía tierno, aun cuando no amara a Tweek, era ese pequeño puchero que el rubio hacía cuando algo le molestaba. Adorable.

– No seas tan duro contigo – Le dijo revolviéndole el cabello como acto de compañerismo – Además, como estoy al pendiente de tus necesidades te estoy dejando en "buenas manos", no te preocupes que aunque yo no esté, tendrás a alguien más.

– ¡¿Qué hiciste?! – Preguntó el menor son sorpresa y ligera molestia.

– Me lo agradecerás – Fue la respuesta del pelinegro. Sabía que no debía enojar a Tweek, pues tenía bastante fuerza aunque no lo pareciera.

– Oye, no soy un juguete que puedas prestarle a alguien – Sí, Tweek estaba molesto, y no iba a dejar el tema hasta obtener respuestas.

– No, no lo eres. Eres un chico precioso con sentimientos que merecen ser correspondidos con la misma intensidad que los tuyos – La cara del rubio volvió a ponerse roja de vergüenza – Así que deja de quejarte y hazme caso, te estoy haciendo un favor.

– Si no fuera porque lo hago por Kyle, te juro que ahora mismo estaría golpeándote.

– Supongo que gracias por no hacerlo.

Luego de sus aclaraciones, y de por fin romper el acuerdo que llevaban, decidieron que era mejor quedarse unos minutos más en el parque, en silencio, para aclarar sus mentes. Sorprendentemente el silencio no era incómodo, era más tranquilizador y pacífico.

– Entonces, ¿Ahora qué?

– Ve a buscar a Kyle – Le dijo el rubio. Stan le miró y este le devolvió la mirada – Hey, no importa. Ambos sabíamos que si había alguna oportunidad de salir con quienes amamos dejaríamos botado al otro. No te sientas mal, estoy bien.

– ¿Seguro? Puedo quedarme otro rato.

– Que te largues.

– Vale, no tenías que ser agresivo – Tweek rió por el comentario. El pelinegro se levantó del columpio y el otro hizo lo mismo. Marsh iría a casa de los Broflovski, y Tweak a su cafetería.

– Que tengas suerte con Kyle – Le dijo el menor, regalándole una de esas sonrisas que tan tiernas le parecían. Stan se rascó la nuca, incómodo. Lo que iba a decir era una estupidez.

– Ya que esto es el fin – Dijo con dificultad – ¿Qué tal un último beso de despedida? – Los ojos del rubio se abrieron con sorpresa – ¿Sabes qué? Olvídalo, fue una...

La presión de unos labios que tan bien conocía sobre los suyos le hizo callar y cerrar los párpados. Aquella calidez reconfortante, y los delgados brazos enredándose tras su cuello se sentían tan bien, casi tanto como la formada cadera que se encargaba de aprisionar con sus manos. La suavidad de sus labios al encontrarse el uno con el otro. Un beso desesperado, el último.

Se separaron de golpe, completamente sonrojados e incómodos por lo que acababan de hacer. Sus miradas no se toparon en ningún momento, y decidieron darle fin a tan amistoso abrazo al separarse un metro de cada uno. La culpa les comía vivos, y aun así se arriesgaron a besarse.

– N-No volvamos a hacer eso...

– No, n-nunca jamás...

El silencio incómodo duró cinco segundos más hasta que Stan se despidió de Tweek y salió corriendo del parque, aun sin verse a los ojos. El rubio sabía que iría a casa de Kyle, y se sentía feliz por eso, aunque la culpa de haber besado al chico del gorro azul le comiera las entrañas. En su defensa, Marsh aún estaba soltero cuando le besó.

– ¿Para mí no hay beso?

– ¡GAH! – La voz le tomó completamente por sorpresa – ¡Mierda, Kenny! ¡No hagas eso! ¡Pudo darme un infarto y morir!

– No seas dramático, Tweekie.

– ¿Ha-Hace cuánto qué estás escuchando...? – Preguntó con vergüenza y miedo.

– No mucho, aunque no te preocupes, ya sabía todo – Los colores volvieron a subir a la cara del rubio.

– Y-Yo...

– Venga hombre, no seas tímido. A cualquiera le pasan este tipo de cosas, yo solo fui apoyo para Stan, y también un consejero – Tweak aún se veía incómodo con su presencia – La verdad es que aunque me gustaría seguir charlando, necesito que vengas conmigo.

– ¿A-A dónde?

– Tienes que arreglar unos asuntos, Stan no es el único que sacará ventaja de esto. Solo sígueme, prometo que no voy a intentar matarte, secuestrarte, drogarte y aunque me encantaría violarte, va en contra de mis principios. Vamos.

Tweek se mordió el labio, pero aun así decidió seguir a Kenneth. Sea lo que fuera, esperaba que sea rápido, tenía que ir a la cafetería de sus padres a ayudar. No tardaron en llegar a una esquina donde pudo ver a Craig peleando verbalmente con Clyde.

– Hey, chicos – Llamó McCormick, atrayendo la atención de ambos, quienes de inmediato clavaron su vista en él. Demasiada presión.

– Hola Tweek – Saludó el castaño. Pero apenas llegó el chico de naranja junto a él, comenzaron a irse ambos, mientras que Craig se había quedado ahí, impidiéndole avanzar cuando tomó su muñeca.

– Adiós, ustedes dos tienen mucho de qué hablar – Y cómo llegó, Kenny se fue con Clyde a su lado, dejándole con el chico del chullo dueño de sus pensamientos.

– Ho-Hola Craig – Saludó el rubio cuando miró directamente a los ojos del chico que amaba. Estaba incómodo, claro. Hasta que recordó lo que Kyle le había dicho de haberse acostado con él – Eres un idiota – Craig se sorprendió por el repentino cambio de ánimo, pero contestó.

– ¿A quién llamas idiota, estúpido? – Ah sí, el amor de esos dos florecía en el aire.

– ¿Por qué no me dijiste que te habías acostado con Kyle? – Preguntó molesto, cruzándose de brazos. Es decir, Craig comentaba cualquier encuentro sexual que tuviera, menos ese. Tuvo que escucharlo de la boca del mismo Kyle, y eso le había molestado. Se suponía que era su mejor amigo, debía saberlo aunque le doliera.

– Aja sí – Imitó el gesto con fastidio – Tampoco recuerdo que vinieras a decirme que estabas follando con el idiota de Marsh – Contraatacó molesto. La cara de Tweek se volvió pálida y su cara mostró un gesto de pánico. Eso solo significaba que Craig ya lo sabía. Virgen santísima – Sí, ya sé de tus revolcadas – Le afirmó.

– La... nhg... – Carraspeó y rápido recuperó la compostura. Él era el molesto – La diferencia es que yo no iba a despedazar a Kyle. Tú golpeas a Stan por cualquier jodida cosa y estoy seguro que ibas a matarlo si te lo decía.

– Y ganas no me faltaron – Contestó enojado.

Se quedaron mirándose a los ojos un par de segundos. Se notaba que ambos estaban irritados, pero Tweek terminó cediendo recordando que todo esto lo había hecho por la felicidad de Kyle y Stan, y que Craig no necesitaba pedirle permiso si quería acostarse con alguien.

– Me voy, tengo que trabajar en la cafetería.

– Alto ahí.

– ¡Gah! ¿Ahora qué?

– ¿Por qué aceptaste?

– ¿Qué, lo de Stan? – Preguntó para verificar. Craig asintió – No sé, supongo que pudo ser la curiosidad o la calentura, quizá ambas. No estoy seguro.

– ¿Y por qué Marsh? – Tweek suspiró rodando los ojos, estaba fastidiado – Creí que sabías que él y el idiota de Broflovski estaban enamorados.

– De lo de Kyle no estaba seguro, y si Stan estaba de acuerdo no le vi el problema – Explicó. Sentía la mirada de Tucker sobre él. Aquella intensa mirada que le hacía querer correr lejos de ahí – Pero digamos que Kyle me lo confirmó y decidí terminar, por esos dos tontos.

– Espera – Craig mostró un gesto de confusión – ¿Fuiste tú quién terminó con Marsh?

– En realidad, lo dijimos al mismo tiempo – Suspiró recordando – Fue extraño pero al menos me quité un peso de encima.

– Ya veo...

– ¿Ya puedo irme? – Preguntó Tweek. No es que le importara realmente llegar tarde puesto que a él no le pagaban y solo iba por obligación familiar, pero quería asegurarse que Craig no iba a decir nada más.

– Ya casi – Le dijo. Señal de que no había terminado de hablar – Escucha, el idiota de Marsh fue quien me dijo lo de su... acuerdo – A Tweek le sorprendió que fuese el mismo Stan quien hablara sabiendo que Craig podría matarlo – Pero él me lo dijo con la condición de que si él te terminaba, yo debía volver contigo.

– ¿Qué? – Preguntó confundido. Fue ahí que el rubio entendió las palabras de Stan, lo de dejarle en buenas manos, con alguien que le tratara bien y eso de hacerle un favor que después le agradecería. Estaba hablando de Craig.

– ¿Tweek?

– Carajo, cuando le vea otra vez voy a golpearlo, esté con Kyle o no – Murmuró bajito. No es que le disgustara tener algo de nuevo con el chico del chullo, lo que le molestaba era que Stan estuviese decidiendo por él, como si él mismo no tuviese oportunidad de conseguirlo solo.

– ¿Tweek, me estás escuchando? – Craig volvió a insistir. Después de todo, él no se quedaba sin una respuesta y era hora de demostrar lo directo que podría llegar a ser – Mira, yo acepté y eso te involucra directamente así que no tienes opción, tenemos que volver.

– ¡No te atrevas a decidir por mí, Fucker! – Craig mantuvo su distancia. El rubio se estaba molestando y él sabía que podía noquearlo de un golpe si quería. Tweak suspiró con fastidio, si no lo amara tanto ya le habría golpeado la cara – Al menos ten la decencia de pedirlo correctamente – Exigió. El pelinegro sonrió rodando los ojos.

– Dime, ¿Quieres volver a ser mi Tweek?

– Siempre y cuando tú quieras ser mi Craig.

FIN

Aveda :v falta un extra(?) xd

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top