V
Tweek sabía que se estaba metiendo en terreno peligroso desde lo de la fiesta. Pero es que el sexo era realmente placentero, y según su propio pensamiento, era mejor tener a alguien en específico para eso que ir de persona en persona. Podría pegársele alguna enfermedad y morir ¡Dios! Fuera como fuera el caso, tuvo que haberse detenido. Y lo sabe.
Ahora que lo piensa, lo que Kevin le dijo de Craig es cierto. Él ha intentado iniciar alguna que otra relación, pero estas siempre terminaban en desastre. Al principio pensó que se trataba de la cadena de WhatsApp que no mandó hace tres años, pero ahora nota un patrón en eso. Craig.
Ese hijo de la gran puta le arruinaba sus citas.
Estaba molesto, pero también confundido, y muy por debajo, agradecido –hubo alguna que otra cita que de por sí ya era horrible, y gracias a Craig pudo escapar de ellas– ¿Por qué carajos su mejor amigo le arruinaba sus citas? Es decir, él nunca se metió cuando Craig salía con alguien, tampoco decía nada cuando este mencionaba algún encuentro sexual, él lo dejaba pasar y ya.
Sin embargo, también estaba confundido y preocupado por otro asunto. Kevin tenía razón, si Craig se enteraba, iba a golpear a Stan –y es que ambos se veían tan calmados pero buscando cualquier puto pretexto para romperse la madre– y Tweek no quería que eso pasara. No quería que ninguno terminase golpeado, en suspensión o expulsado de la escuela.
Era demasiada presión.
Pero retrocediendo a lo anterior, se encontraba enojado, muy enojado. Maldita sea, ¿Quién mierda se creía Craig para arruinarle sus citas y decidir por él con quién podía coger y con quién no? Carajo, ese bastardo iba a pagárselas cuando le viera la cara otra vez, aun cuando este siguiera apareciendo en sus sueños de amor. Claro que, luego quizá le comentaría lo de Stan, solo quizá.
– Puta mierda – Murmuró.
– ¿Perdón? – Esa voz asustó al rubio, quien creía encontrarse solo en la mesa de la biblioteca. Levantó la vista frente a él. Se trataba de Kyle.
– ¡Gah! ¡Lo siento! – Un regaño de parte de otros alumnos le hizo bajar la voz – Lo siento, Kyle – Se disculpó susurrando – No era para ti.
– Si, pude notar que no estabas precisamente concentrado en tu lectura – El dedo del pelirrojo señaló su libro. Lo sostenía al revés.
– He estado estresado últimamente – Comentó de forma tímida luego de darle la vuelta a su libro.
– ¿Más de lo usual? – Preguntó Broflovski, dejando de leer su libro de historia. Tweek suspiró cansado.
– Sí, pero ahora no es por los constantes intentos del gobierno de matarme o por la escuela – Vale, eso había captado la completa atención de Kyle – Y menos por los gnomos – Aclaró antes de cualquier otra pregunta.
– ¿Problemas amorosos? – Era lo único que se lo ocurrió al pelirrojo.
– Podría decirse – No, no era amor, pero tampoco podía decir que no tenía que ver con él. ¿Debería hablarlo con Kyle? Su súper mejor amigo estaba involucrado en eso después de todo, y bueno, Token y Kevin no fueron suficiente ayuda de cualquier manera – Kyle – Le llamó.
– ¿Sí? – Tweek iba a decirle sus inseguridades, preocupaciones y problemas, pero otra cosa más fue la que salió de sus labios.
– ¿Te gusta Stan? – Un feo silencio se instaló en su mesa. Ambos estaban sorprendidos, Kyle por la repentina pregunta que el rubio le había hecho, y este otro por lo mismo que había salido sin querer de su boca.
– ¿Q-Qué? – La cara de Broflovski estaba completamente roja, su mueca de confusión se había combinado con vergüenza y era más que obvio que no se esperaba aquello. Tweak tragó duro. Por su reacción, dedujo que a Kyle sí le gustaba Stan.
Y ahora se sentía como una mierda. ¿Cómo carajas iba a decirle sus problemas ahora? La culpa va a ahogarlo vivo.
– Dios, te gusta – Repitió para desgracia del pobre corazón del chico de la ushanka. Este latía con fuerza, porque era verdad. Le gustaba su súper mejor amigo – Mierda, Kyle, ahora me siento la peor basura del mundo – Lo último le confundió con demasía. ¿Qué?
– ¿Tweek? – Preguntó confundido, aun con las mejillas rojas.
– Jesucristo, esto es demasiada presión – Ahí estaba el rubio que conocía – Perdóname, en serio. Puedes golpearme si quieres, igual me lo merezco.
– Tweek, me estás asustando – El rubio se mordió el labio inferior. Claro, aún no le había dicho. ¿Debería decirle? Ya había abierto la boca.
– Escucha, yo... – Tragó saliva. Esto no iba a ser fácil – Kyle, tengo un amigo con derecho – Bien, no fue el mejor comienzo. El pelirrojo curveó una ceja, confundido.
– ¿Y? – Preguntó con simpleza.
– No es Craig.
– ¡¿Qué?! – Ahora sí, Kyle se tomaba las cosas más en serio.
– Es Stan.
– ¡¿QUÉÉÉ?!
– Ustedes dos, no han parado de gritar, largo de la biblioteca – La encargada había estado ordenando unos libros cerca de ellos cuando escuchó sus gritos. Dejó pasar el del rubio, pero ya con los de Kyle no pudo aguantar más.
– Sí señora – Dijeron ambos chicos al unísono, asustados por el tono de voz de la vieja. Guardaron rápidamente sus cosas y huyeron de ahí.
– ¿Quieres ir a mi casa? Necesito un poco de ayuda en la cocina – Preguntó Tweek una vez estaban fuera de la preparatoria. Kyle seguía aún atónito por sus palabras, pero asintió a su pregunta.
Ambos caminaron en silencio, mirando los alrededores de vez en cuando. Eran las tres de la tarde y había un sol horrible, pero la nieve típica de South Park les congelaba hasta el culo, así que podría decirse que el día estaba igual que sus problemas. Sin sentido.
– ¿Me contarás todo? – La voz de Kyle apareció de nuevo a medio camino. Tweek se mordió el labio, pero para eso es que le había pedido ayuda a Broflovski, solo era una excusa para hablar.
– Absolutamente todo, y luego, puedes golpearme si quieres – El pelirrojo rio por lo último, pero bueno, al menos podía confiar en la palabra de Tweek; este podía ser raro, pero no un mentiroso.
Al llegar a la casa del rubio, no era de extrañar que los padres de este no estuvieran en casa, seguramente estaban atendiendo la cafetería. Dejaron sus cosas en la sala y se dirigieron a la cocina donde Tweek le pasó un delantal a Kyle mientras se colocaba el suyo.
– Podemos cocinar cupcakes mientras te cuento, ya sabes, para matar el tiempo y hambre además de matarme a mí – Bromeó Tweek, obviamente incómodo.
– Claro, ¿Por qué no? – Contestó el chico de la ushanka, aunque dejando a criterio del dueño de la casa si se refería solo a los cupcakes, o a matarlo también a él.
Mientras preparaban la mezcla, Tweek le contó todo lo que había que contarle a su vecino. Lo ocurrido en la fiesta, su acuerdo, su miedo de ser descubiertos por Craig, e incluso le contó su plática con Token y Kevin, y de cómo estaba pensando en arreglar todo el problema en el que se había metido, claro, disculpándose cada cierto tiempo con Kyle.
– Me alegra que me digas esto Tweek, pero no tienes que disculparte – Rio incómodo Broflovski terminando de batir la masa – La verdad, es que te agradezco por decirme, ya que... bueno... puede que yo también me haya acostado con Craig...
– ¿Qué? – Bien, eso fue extraño para el rubio. ¿Por qué su mejor amigo no le había dicho nada? Suponiendo que Craig comentaba cada aventura que tenía.
– Sí, ¡Pero no te molestes! – Otra risa incómoda – Supongo que ahora estamos a mano...
– Te acostaste con Craig, ¿Y no me habías dicho nada? – Preguntó el rubio con una mueca de desagrado.
– ¡Juro que iba a hacerlo! ¡Pero no sabía cómo! ¡Además, tenía miedo, podías fácilmente romper mi mandíbula de un golpe! – Gritó asustado, alejándose un poco de Tweek por miedo a que este fuese a golpearlo, después de todo, había practicado boxeo cuando era más pequeño.
Para sorpresa de Kyle, el rubio solo respiró pausadamente, tranquilizándose.
– ¿Por qué te golpearía, Kyle? – Preguntó. El mencionado trató de adivinar si era una pregunta con trampa, hasta que el mismo Tweek murmuró enfadado – Él no es nada mío, puede acostarse con quien quiera – El pelirrojo suspiró aliviado, al menos el enojo no era para él.
– Tweek, no quiero ser insistente, pero se nota a kilómetros que te sigue gustando. ¿No estarás usando a Stan por eso, o sí? – Broflovski estaba preocupado por su súper mejor amigo.
– No te preocupes, Stan no me gusta, y aunque tenía esa idea en mente, decidí no llevarla a cabo. Stan no se merecía eso – Comentó el rubio con tranquilidad, mientras vertía la masa en los moldes – Aunque te alegrará saber que las primeras veces, Stan siempre terminaba gritando tu nombre, pero yo siempre me hacía al sordo para evitarnos charlas incómodas.
La cara de Kyle era todo un poema, estaba completamente sonrojado, y Tweek estaba consciente de eso. Sabía que los dos súper mejores (estúpidos) amigo(vio)s estaban locamente enamorados el uno del otro, pero por orgullo y otras tonterías no se habían declarado. Ya estaba decidido, ahora que sabía que ambos se gustaban, terminaría su "relación" con Stan para siempre.
– Kyle, voy a poner los cupcakes en el horno.
– Puedo hacerlo yo, te ves más cansado.
– No creo que sea buena idea... – Comentó inseguro.
– No porque sea judío significa que no puedo acercarme al horno – Claro que había captado la referencia. Y estaba molesto con eso.
– Lo sé – Tweek se mordió el labio inferior – También te bañas con tus antepasados...
– ¡Joder, Tweek! ¡Es jabón común y corriente!
– ¡Gah! ¡Ya, perdón! – Kyle se estaba molestando, y Tweek lo sabía – Pues mételos al horno.
– ¡Eso haré!
– ¡Pero no te metas tú!
– ¡TWEEK!
– ¡Ya! ¡Era chiste!
Actualizanding(?) porque mi país ganó el partido de hoy xD creo que ya saben de donde soy(?) uwu
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