2 6 ¦ c u l p a
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drabble
Universo Alterno
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— Hola— diste un gran suspiro mientras avanzabas hacia la habitación en completo silencio.
Tus orbes amenazaban con llenarse de lágrimas nuevamente, pensabas que eso era una completa mentira.
— ¿C-como has estado?— cuando tus labios terminaron de pronunciar aquellas palabras te habías sentido idiota.
La habitación se había quedado en un completo silencio, sabias que el no respondería. Seria mas doloroso para ti. Su rostro estaba perfectamente calmado, como si en algún momento el despertaría de su sueño, ansiabas que ese día llegara pero, lamentablemente eso estaba muy fuera de tu alcance.
La doctora que estaba a cargo de tu novio había explicado que el estaba en un estado delicado. Tenias miedo, miedo de perder a alguien que siempre había estado a tu lado cuando mas lo necesitabas.
Con suavidad habías tomado su mano, la cual estaba un poco fría.
— ¿Por qué lo hiciste?— unos pequeños hilos de agua comenzaban a recorrer el contorno de tu rostro. — tu deberías de estar bien ahora, ese accidente estaba destinado a mi.
Unos días antes ambos habían salido en una cita y cuando ambos estaban por cruzar una calle un autobús iba a gran velocidad justo en donde estabas tu pero, cuando pensabas que solo había sido un susto. Te encontrabas en el otro lado de la calle, en el suelo, mientras que el autobús se había detenido. Él te amaba y nunca dejaría que nada malo te sucediera, lo entendías a la perfección. Solo que verlo tendido en aquella camilla mientras que muchos cables estaban en su cuerpo te hacia sentir la culpable y te dolía verlo así.
— Disculpe señorita, pero usted no puede estar en esta habitación.
Una enfermera te había tomado del hombro, murmurando aquellas palabras con un toque de lastima. No te permitían entrar a visitar a tu novio, debido a que solo podrían entrar familiares y si ellos entraban debían de permanecer allí en pocos minutos.
— Entiendo.
Tus lagrimas no podían dejar de salir, querías quedarte allí por mucho mas tiempo.
— Trataremos de ayudarlo en lo que se pueda, usted puede irse a descansar— aconsejó la enfermera mientras veía tu mal estado, ella te había visto en el lugar desde hace días.
— Gracias— musitaste con una voz ronca, te dolía la garganta de tanto gritar.
La enfermera no podía hacer mucho con respecto a tu situación, así que simplemente te guio a la salida de la habitación.
Muy poco se podía hacer en esta situación, la luz de tu vida se había apagado dejando una completa oscuridad.
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