1 6 ¦ m í o

'''╭══•꧁༻꧂'•══╮'''
one short
Universo Alterno
'''╰══•꧁༻꧂•══╯'''

— Te digo que dejes de verlo. — murmuraste con molestia hacia tu compañera, la cual se mantenía observando de reojo hacia una persona en especial. — Lika. — murmuraste su nombre entre dientes después de notar que te había ignorado.

— Que salvaje. — formuló la fémina después de tomar su mano, la cual habías golpeado. — es que no te aparta la mirada de encima, ve como te esta observando ahora.

— ¿Venimos a comer ó a verlo?. — la observaste fastidiada mientras bebias un vaso de agua. — y decídete de una vez, por favor.

  Tomaste de mala gana tu mochila abriendóla y observando algunas libretas en su interior, así que tomaste una de ellas. Habías venido a un restaurante, junto a tu compañera de clases, para terminar una tarea en parejas que habían recibido y después conversar un rato. Solo que la situación te estaba molestado, debido a que la morena solo te estaba molestando con uno de los meseros del local.

— Pero... es que (T/N), si alguien me mirará de esa forma ya estaría dándole mi número. — generó después de apartar la mirada de aquella, al instante tomaste tu mochila junto a tu celular. — ¡No, no, no! Ya me callo.

— Eso me alegra. — sonreíste al momento de colocar tus cosas de nuevo, en aquella mesa. — bueno, ahora solo debemos....

— ¡Viene hacia aquí!. — te interrumpió. — tranquila (T/N), solo actúa con naturalidad. — añadió mientras que su rostro comenzó a enrojecer.

  Te mantenías con una mirada llena de incredulidad para después suspirar. Aunque llegará a fastidiarte, era tu mejor amiga, Lika siempre trato de hacer lo mejor para ti y esta era una de esa ocasiones. Ella solo quería que alguien llegará a tu vida y la iluminara, todo esto debido a que tenias una mala perspectiva hacia los hombres.

  Tu madre se había divorciado de tu padre después de que el las abandonará, tu madre siempre trabajaba demasiado porque tu padre nunca lo hizo. Y un día cuando tenías ocho años, ellos habían tenido una enorme discusión que orilló a tu padre abandonarlas, a ambas. Desde ese día habías tenido una idea errónea de los hombres, Lika lo sabía y solo quería romper tu pequeña burbuja para que te dieras cuenta que no todos los hombres son iguales, mientras que tú, solo querías acabar la tarea de la universidad.

— Buenas tardes, ¿desean pedir algo?.

  Un joven se había acercado a ambas, este mantenía los cabellos albinos, se trataba de la misma persona con la cual Lika te estaba molestando. Si cada vez que ambas salían siempre te hacia pasar vergüenzas pero, ahora no había hecho nada por lo cual tenías que avergonzarte.

— Claro, a ti para llevar.

  Bajaste la mirada con las mejillas sonrojadas, ahora si que había hecho algo para avergonzarte. Una vez que alzaste la mirada hacia tu compañera, ella se encontraba con una sonrisa observando al mesero. Él albino solo había reído suave ante aquel comentario, para tu buena suerte incluso no había mencionado nada más.

— A mi me gustaría una hamburguesa y un jugo de naranja. — pronunciaste después de aquel gran silencio que se incorporó.

  El mesero comenzó a anotar lo que habías mencionado con una sonrisa, la cual siempre acostumbrabas a ver.

— Yo solo quiero un pedazo de pay de manzana. — Lika comenzó a jugar con el popote de su bebida.

— ¿Eso es todo?. — él albino las observo a ambas, así que observaste a la morena quien ahora se mantenía en completo silencio.

— Si, gracias.

  Al instante el mesero solo asintió para después retirarse de aquella mesa, aún manteniendo su sonrisa. Te parecía curioso como es que siempre los atendía aquel albino, aunque solo suponías que podría tratarse de simple casualidad.

— Por favor ya no hagas más comentarios así. — tus orbes se habían clavado en la fémina frente a ti. — tenemos diecinueve años, madura.

— Aguafiestas. — murmuró por lo bajo, cosa que no alcanzaste a escuchar.

— Entonces continuemos con la tarea. — tomaste un cuaderno de apuntes, en donde allí comenzaste a hojearlo hasta encontrar la página que buscabas. — tenemos que hacer...

— Hagamos de otra cosa, no llevamos ni una hora desde que salimos de el infierno al que llaman universidad. — Lika tomó tu cuaderno.

— La tarea es para mañana.

— La tarea puede esperar. — guardó tu cuaderno en su bolso. — hablemos de chicos. — la sonrisa de Lika había aumentado.

— No.

— Aquí está su pedido. — el albino dejó la comida frente a ustedes.

  Había llegado demasiado rápido con los alimentos, tanto que ni siquiera te habias percatado de su presencia.

— Si necesitan algo, puede llamarme. — Lika tomo su brazo antes se que se fuera del todo.

  En tan solo cuestión de segundos pensamientos negativos habían atacado tu mente, podrías percibir que ella estaría apunto de hacer algo más que te avergonzará.

— A mi amiga le gustas y no sabe como decírtelo.

  Aquellas palabras habían provocado que te quedaras helada en tu asiento.

— Me preguntaba si podrías anotar tu número para que armaran una salida en otro lugar. — la morena alzó un celular idéntico al tuyo en su dirección, dirigiste la mirada hacia a tu lado en donde allí debería de estar tu celular.

  No te habías percatado como es que ella lo había tomado.

— Si, no hay problema. — el albino tomó tu celular de la mano de Lika, para colocar los dígitos de su celular. Una vez que terminó le devolvió el celular a Lika y se dirigió hacia otra mesa del estacionamiento.

— ¿¡Que acabas de hacer Lika Urabe?!. — tu enojo estaba presente desde que la fémina había pronunciado aquellas palabras, sin embargo no ibas a discutir con ella frente al mesero.

— Te acabo de conseguir el número de un mesero extremadamente guapo.

────────────────────

— Entonces ¿me estas diciendo que yo fui la que te invité a este lugar?. — preguntaste aún sin entender, mientras que el albino asentía con suavidad.

— Si, tu fuiste la que me envió un mensaje para venir aquí hoy. — afirmó con una ligera sonrisa, como si todo el malentendido que tenían no importaba en esos momentos.

  Lika te había mencionado que después de la universidad ambas debían de ir a un pequeño lago cercano a tu hogar, para pasar el tiempo y distraerse de las grandes cantidades de tarea que les habían dejado la escuela. Sabias que la morena llegaría un poco tarde, como siempre lo hacia, pero cuando te acercaste un poco más a aquel lago, te habías encontrado a una cabellera albina, lo que provocó que tus sentidos se colocaran en alerta.

  Él se había acercado a ti, pidiéndote disculpas por la tardanza y dejándote completamente confusa al respecto.

  Él albino simplemente se dedico a explicar la situación cuando observo tu rostro confuso, añadió que tú lo habías citado a aquel lugar. Sin embargo cuando habías pronunciado aquello último, un sonido había llamado tu atención, se trataba de tu celular, el cual te había notificado que habías recibido un nuevo mensaje y cuando visualizaste el nombre de Lika lo abriste sin esperar.

  ❝ Espero que te agradará la sorpresa, felices siete años de amistad :3  ❞

  Así era, ambas se habían citado en aquel lugar para celebrar siete años de amistad, conocías a la fémina desde que te habías trasladado de Tokio a Osaka, todo por el trabajo de tu madre. Tomaste el celular con una ligera fuerza en el, lo que menos querías ahora era estar con un desconocido lejos de tu hogar. Él se veía agradable y quizás lo habías visto muchísimas veces en el restaurante, pero ahora la situación era diferente.

— ¿Estas bien?. — cuestionó el albino mientras su mirada expresaba cierta preocupación.

— Si. — mentiste. — es solo que esto fue un malentendido.

— ¿Un malentendido?. — repitió con confusión. — entiendo...

— Perdóname que te lo diga, yo no fui la que envío el mensaje sino mi amiga. Se suponía que tendríamos que vernos aquí. — explicaste con un toque de vergüenza.

  No es que lo estuvieras rechazando o algo parecido, sino que no estabas enterada de la cita que había programado Lika para ti y eso te molesto, ya que ella armó todo esto sin tu consentimiento. Podrías ver como es que la mirada del albino se decaía a los pocos segundos, sintiéndote culpable debido a lo que había sucedido. Ya lo conocías de poco tiempo, pero realmente no sabias que hacer.

  Se veía una buena persona a simple vista, un buen chico, siempre que ibas con Lika o cualquier persona siempre estaría él y a decir verdad estabas un poco más calmada debido a que Lika había invitado a alguien sereno y no al otro chico moreno de cabellos rosado que habían conocido el otro día.

  Quizás no sucedería nada malo si aceptabas estar con él, aunque sea un momento.

— Tal vez pueda quedarme un momento. — formulaste con suavidad mientras ejercías una pequeña sonrisa. — te llamabas Fubuki ¿cierto?.

— Si.

────────────────────

— ¡Pero si es mi persona favorita!.

  Sentiste como es que alguien entrelazaba su brazo con el tuyo, ambas dirigiéndose hacia tu salón de clases. Divisaste a una morena de reojo y recordabas lo que había sucedido el día anterior.

— ¿Cómo te fue ayer (T/N)?. — pregunto Lika con una gran sonrisa.

— En serio te dignas a hablarme todavía, que descarada. — frunciste el entrecejo.

— ¿Tan mala fue?.

— Lika ¿Por qué simplemente no dijiste que ibas a hacer esto desde el principio?. — la morena alzo su ceja.

— Porque sabia que no irías. — respondió obvia. — ¿es que acaso no te gustó la cita?.

— No me gusto lo que hiciste para llevarme a ella. — expresaste tu descontento.

— Pero si se veía que te llamaba la atención. — detuviste tu caminata para observarla de frente, al instante ella retrocedió un poco. Conocía tu actitud temperamental y decir verdad aunque ella no quería, siempre terminaba por sacar lo malo en ti. — (T/N), con todo respeto pero  se notaba mucho como es que lo mirabas como si quisieras decirle algo, te conozco mucho tiempo y se que así te comportabas con las personas que te gustaban.

  Al menos en eso tenia razón.

— Mira, se cuantas veces siempre has tenido miedo de confesarte a tus enamorados pero, quise ayudarte esta vez. Se que Fubuki si te llama la atención así que solo les di un empujón a ambos. — expusó la morena. — ¿te gusto la cita?.

— ¿Sabes que? no voy a perder mi tiempo contigo. — te alejaste de la fémina, quien había notado como es que tu sonrojo se había hecho presente pero, no sabia si de molestia o vergüenza.

— ¡No niegues lo que es verdad!. — exclamó una vez que entraste a tu aula. Ambas tenían clases diferentes y ella solo se paseaba por el lugar tratando de saber que sucedió el día anterior.

— ¿Qué le sucede?. — un joven de melena rubia se acerco a la morena.

— Son solo cosas de chicas Aphrodi.

  Lo que Lika no sabia era que en realidad la cita si te había gustado.

────────────────────

— Lo mismo de siempre. — hablaste mientras lo observabas con una gran sonrisa, la cual este correspondió.

— Así será. — formuló el albino para después retirarse de la mesa en la cual te encontrabas.

— Estoy segura de que no fui la única que notó algo entre ellos dos — declaró Lika mientras ejercía una mirada pícara.

— No, no fuiste la única. — corroboró un rubio, mientras se mantenía con una ligera sonrisa.

— ¿Porque no me dijiste que había algo entre ustedes dos?. — cuestionó la morena mientras apoyaba sus mejillas entre sus manos, para prestarte aún más atención.

— Solo hemos tenido ciertas conversaciones. — explicaste para restarle importancia al asunto, en esos momentos hubieras preferido no haber sonreído de esa manera.

— Ajá. — expresó Aphrodi. — y yo y Lika estamos saliendo. Es obvio que hay algo mas, ¿acaso no se dieron cuenta de que miradas se dieron?.

— No me utilices en tus ejemplos. — pidió la fémina. — aunque tiene la razón.

— No es mi novio. — afirmaste.

— ¿Segura?. — cuestiono Lika, insatisfecha con tu respuesta.

— Si.

— Es hora de que comiences a darle sentido a tu nombre. — murmuró la morena hacia el rubio, quién asintió.

— ¿Que se están murmurando?.

────────────────────

— ¿Eso es todo?. — te giraste hacia el albino quien sostenía unas cajas.

— Si, ya son todas. — respondió mientras comenzaba a caminar hacia la entrada de la residencia.

  Una vez que ambos entraron a aquel lugar, dejaste la caja que trajiste desde el automóvil del albino. Mientras comenzabas a sacudir tus manos observando a tus alrededores con una gran sonrisa en tu rostro.

— Finalmente terminamos. — formulaste al momento de colocar tus manos en tu cadera.

— ¿Estas feliz?. — preguntó mientras se acercaba a ti, colocando sus manos en tu cintura.

— Mucho, y ¿tu?. — él albino te dio un beso corto.

— Mucho más.

  Habían pasado cinco años, desde que Fubuki te había pedido que fueran algo más que amigos. Aún lograbas recordar como es que tus amigos se habían enterado después de tu relación con el albino, aunque a decir verdad no fue nada fácil esconderla cuando ellos siempre se encontraba buscando una respuesta del porque ustedes no eran nada.

  Habías terminado la universidad junto a Fubuki, quien al poco tiempo después te había hecho la propuesta de que ambos deberían vivir juntos. Al principio no sabias que decir al respecto pero, justo después de cuatro largos años de noviazgo, lo aceptaste. Tu madre estaba feliz debido a tu relación y estabas feliz de que ella también encontrara el amor nuevamente, así que no tendrías que preocuparte por ella cuando decidieras vivir junto al albino.

  Habías trabajo como asistente en una oficina, logrando juntar el dinero para el hogar de ambos, en el cual ahora se encontraban.

  Al final Lika y Aphrodi habían tenido la razón, debido a que su mirada si expresaba algo más.

  Te habías enterado que tu mejor amiga se había ido al extranjero junto a su novio, mientras que Aphrodi aún seguía en Japón solo que  se había cambiado de distrito. Aunque los tres seguían manteniendo contacto.

  Cuando habían tenido su primera cita, Fubuki te había mencionado que sus padres siempre solían discutir muy a menudo, es por ello que cuando cumplió dieciséis había tomado la decisión de separarse de ambos para no vivir en un ambiente tan tenso. El era de Hokkaido y no de Osaka, como habías esperado al principio y mencionó que una vez que el fuera padre, no quisiera que sus primogénitos crecieran en un ambiente como en el que él creció.

  Sabias algo y es que ambos habían tenido casi la misma infancia. Y allí mismo ambos hicieron una promesa, que nunca cometerían los mismos errores que sus padres.

— Te amo. — formulaste mientras colocabas tus manos sobre su cuello.

— Yo te amo aún más. — afirmó el albino para después acercarte aún más a él.

— ¿En serio? Pues la verdad no lo creo. — generaste en un tono burlón.

— Siempre iba a atenderte en tu mesa, aunque no me quisieras. — reíste ante aquello.

— Entonces si. — te alejaste de él para tomar asiento en el sofá que recién acababan de acomodar. — Fubuki. — el mencionado se colocó a tu lado prestando atención. — ¿crees que esto durará mucho?.

— ¿A que te refieres?. — pregunto sin entender, colocando su mano sobre tu hombro, recordandote la primera vez que lo había hecho.

— De nosotros. — el albino sonrió mientras te tomaba del mentón y plantaba un beso en tus labios.

— Yo me encargaré de que lo haga. — aseguró mientras te acercaba a el en un abrazo.

────────────────────

— ¡Eres un idiota!.

  El albino que se encontraba frente a ti mantenía un entrecejo fruncido, mientras observaba como es que te retirabas de él hogar de ambos con pequeñas lagrimas bajando por tus mejillas. Ahora mismo se retractaba de lo que había dicho.

  Habias salido del lugar corriendo a una gran velocidad mientras hilos de agua se impregnaban en tu ropa, la lluvia solo hacia que te vieras aún más triste de lo que te encontrabas.

  Te sentías algo familiarizada con la situación, recordabas como es que hace mucho tus padres habían tenido una gran discusión que provocó que tus lágrimas cayeran un sin fin de veces, ese día saliste de tu hogar ya que no querías seguir escuchando las palabras molestas de tus padres. Fue allí cuando tu padre las había abandonado, sin importarle donde estabas o que sucedería con ambas en un futuro, simplemente se fue.

  Fubuki sabía todo tu pasado y aunque no era muy similar al suyo, entendía el porqué te comportabas en alerta, porque temías que las personas que llegaste a amar, te abandonaran justo como hizo tu padre.

  Eran las dos y media de la madrugada, solamente ustedes habían dejado que toda la situación se les saliera de las manos.

  Estabas completamente segura de que con aquella discusión su relación había terminado por completo, tendrías que dejarlo ir como lo hiciste con tu padre y porque eso era todo lo que habías conocido.

  Comenzaste a caminar hacia una dirección contraria a la de tu hogar, mientras te abrazabas a ti misma tratando de no sentir aquella brisa de soledad de la cual siempre estabas envuelta. Tus lágrimas se habían mezclado con la lluvia, tus sollozos eran cada vez más audibles y tu respiración era entrecortada.

  De pronto unas manos se colocaron en tus hombros provocando que dieras la vuelta y observarás una vez más aquellos orbes en color azul, ellos te veían con preocupación y arrepentimiento. Los brazos del albino te acercaron a él, para que ambos lograran darse un abrazo cálido.

— Recuerdo haberte dicho que nunca te dejaría sola. — murmuró mientras comenzabas corresponde el abrazo, más lágrimas comenzaban a salir de tus orbes. — perdóname por actuar tan impulsivo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top