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one short
Universo Alterno
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— ¿Se lo vas a decir?. — preguntó Tsunami, mientras se colocaba a tu lado de forma animada.

— No lo sé. — mordiste uno de tus labios con frustración, para cerrar la puerta de tu casillero, observando al moreno.

— Deberías hacerlo ya, sabes que ya esperaste mucho tiempo. — apretaste tus labios después de aquello.

— Si, pero...

— (T/N) tienes una gran posibilidad de que él sienta lo mismo. — ambos comenzaron a salir del instituto. — se conocen desde hace mucho tiempo.

— Lo sé. — bajaste la mirada mientras caminaba alado del moreno.

— Entonces ¿qué esperas?. — Tsunami se colocó frente a ti con una ceja alzada.

— Es que tu no entiendes. — murmuraste.

— Ayudame a entender. — él de cabellos rosados te observo con firmeza, esperando una respuesta.

— Tengo miedo. — formulaste con dificultad. — solo me como una amiga, nada más. Si le digo mis sentimientos, él posiblemente me diga eso. — añadiste temorosa.

— Pero, existe la posibilidad de que también este enamorado de ti y no lo sabes, o que quizás alguien más de esta adelantando. Así es la vida, tienes que arriesgar algo. — Tsunami sonrió. — mira (T/N). — alzarse la mirada después de escuchar su voz más calmada. — si esto no funciona, yo estaré contigo, apoyándote, lo prometo.

— Gracias, Tsunami. — aquellas palabras te habían tocado el corazón, así que envolviste tus brazos en él, el moreno correspondió tu gesto con una sonrisa. — se lo diré mañana. — le diste una mirada decidida.

— Estoy orgulloso de ti. — admitió el moreno con una sonrisa.

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— Hola (T/N). — saludó alguien hasta llegar a tu lado.

  Por instinto mordiste tu labio inferior, las clases justamente estaban apunto de terminar.

— ¿Ya se lo dijiste?. — se acercó a ti esperando una reacción.

  Se trataba de Tsunami, él podría ser uno de tus más grandes amigas en el instituto pero, su insistencia podría terminar con tu paciencia. Había preguntado aquello cada vez que te veía y aquello simplemente aumentaba tu nerviosismo. Ahora no estabas realmente segura de querer hacerlo.

— No, aún no. — formulaste con un toque de impaciencia, mientras tomabas algunos libros de tu casillero.

— ¿Porqué?. — cuestionó el moreno.

— No lo he visto en todo el día. — mordiste el interior de tus mejillas. — Tsunami, la verdad es que no se si logré hacerlo...

  Tsunami te observo con aflicción sabia que esto podría ser demasiado difícil para ti, después de todo no se le puede decir a alguien " me gustas " , sin tener mucha valentía para esperar su respuesta. Él había estado contigo desde que estaban en primero y ahora en su último año, esperaba que al menos le dijeras a esa persona que lo querías más que un amigo.

  Fue difícil para él, el tener que animarte y ahora que lo estabas haciendo te estabas arrepintiendo de la decisión.

— (T/N), ya hemos hablado de esto. — expusó de forma seria. — se que soy muy insistente en este tema pero, queremos que todas tus dudas se aclaren ¿verdad?.

— Si. — suspiraste.

— Mira, allí va. — Tsunami logró observar a un adolescente de cabellos albinos, un poco cerca de donde se encontraban. — yo se que al final tomarás la decisión correcta. — dio una suave sonrisa al momento de dirigirse a su casillero.

  Subiste la mirada, encontrándote con aquella persona que reconocias y conocías a la perfección. Esa persona que se robaba muchos suspiros de tu parte, tu mejor amigo, Shiro Fubuki. Ambos eran vecinos y amigos desde el preescolar. Sin embargo desde hace años te habias percatado de que tus sentimientos por él, habían cambiado.

  Tsunami había descubierto por si mismo que el te atraía, por lo que siempre te animaba a decírselo, después de todo tendrías suerte si él te aceptaba. Aunque nunca le tomabas la palabra aquello se volvió importante para ti, ya que Tsunami tenía la razón, siempre la tuvo.

  Tenias que hacerlo, no podías callarlo más.

  Era ahora o nunca.

  Te acercaste a tu mejor amigo con el cual no habias tenido contacto en todo el día, mientras Tsunami observaba aquella escena con una gran sonrisa y dispuesta a querer ver más. 

  Cuando te colocaste frente al albino, este te dio una sonrisa amistosa, por lo que correspondiste el gesto.

— Hola (T/N). — saludó Fubuki.

— Hola Shiro. — apretaste tus nudillos, buscando valentía. — tenemos que hablar de algo importante.

— Claro, dime. — el albino se acomodó la mochila para después observar tus orbes con júbilo.

— Es que yo... — apretaste tus labios con un toque de desilusión.

  Araya Konko había llegado al lugar dándole un pequeño beso al albino, el cual solamente respondió con un beso en la frente y regresando su atención en ti.

  Aún sin poder creerlo tu pequeño corazón al instante se había convertido en pequeños trozos de ceniza, los cuales se ajustaban en lo más recóndito de tu pecho. Sentias como es que las lágrimas querían juntarse en tus ojos, tu garganta estaba apunto de cerrarse.

  No simplemente fue porque fuiste espectadora de aquella escena, sino porque todo había cuadrado en tu mente.

  Él estaba enamorado de Araya.

  Por esa razón siempre veías su rostro más alegre de lo normal cuando se acercaba a la fémina, nunca fue capaz de decírtelo. Por primera vez pensaste en que aquello te hubiera ayudado mucho para evitar algo así.

— ¿Que sucede?. — pregunto el albino al notar tu pequeño silencio.

— Bueno, y-yo pensaba... — bajaste la mirada evitando observar sus orbes azules. — que ya no hemos ido a un cine, deberíamos ir a uno.

— Es una gran idea. — al instante el albino observó a su pareja. — ¿quieres venir con nosotros?.

— Seria fantástico. — la fémina sonrió.

— Bien. — ejerciste una pequeña sonrisa.

  De lo que no te habias percatado fue de que antes de dar media vuelta, una pequeña lágrima se había resbalado en tu mejilla, cosa que el albino al parecer se dio cuenta.

— ¿Podemos irnos a la siguiente clase?. — llamo Araya cuando Fubuki estaba apunto de ir a buscarte.

  El albino sintió un tanto desconcertado para después tomar la mano de su pareja y dirigirse hacia la siguiente clase.

— ¡(T/N)!.  — escuchaste a alguien a tus espaldas, este rápidamente se scerco hasta quedar a tu lado.

  Te habias ido del instituto, aún no se terminaban las clases pero, eso no importaba ahora. Estabas realmente devastada por no haberte dado cuenta antes, simplemente apartaste los restos de agua salada de tus mejillas.

— No salió bien, Tsunami. — generaste mientras las lagrimas volvían a bajar por tus orbes, el moreno solo te tomo entre sus brazos.

— Perdón (T/N).