Los rayos del sol chocaban con sus rostros provocando que despertaran, ambas chicas se sentaron en la cama, se miraron a los ojos y sellaron aquella privilegiada vista con un beso, al separarse juntaron sus manos donde resplandecía el par de sortijas doradas con la inscripción "Mi amor eterno" junto a sus iniciales, Shaina se levantó para abrir las cortinas, el hermoso paisaje de Luxemburgo ahora era su hogar, un hogar sin miedos, sin nada que las pudiera separar, sin nada más que su amor.

Nuevamente estaban juntas y nada, ni si quiera los dioses podrían separarlas, las manos de Marín rodearon la cintura de Shaina uniendo una vez más sus labios, haciendo la mente de la de ojos verdes viajar a aquel día donde se unieron formalmente.

La vio entrar con un hermoso vestido blanco, ensanchado a sus caderas, dejando al descubierto sus hombros, en sus manos un terceto de lirios blancos combinado con rosas color marfil, esos labios que tanto le encantaba bezar cubiertos por un roza pastel, aquellos ojos al natural y ese bello cabello castaño adornado por una corona de rosas artificiales, la que dejaba caer a sus espaldas un delicado velo blanco de seda, sonrió al ver al amor de su vida caminar hasta ella.

Los bellos ojos de Marín se alzaron, admirando como el vestido suelto de Shaina era perfecto, su forma solo hacia lucir un poco más los atributos de esa mujer, sus labios al natural y aquel cabello teñido de verde, adornado de la misma manera, con una bella corona de pequeñas rosas artificiales, sin velo, se tomaron de las manos ante la atenta mirada de la madre de Marín quien ahora era también la madre de Shaina, aquella mujer sonreía y derramaba lágrimas de felicidad, su pequeña se casaba con el amor de su vida ¿qué importaba que fuese una chica? De todos modos, uno de be de ser feliz aun si eso implica desafiar a las leyes.

Los votos salieron de la boca de ambas para proceder a depositar las sortijas en sus dedos, luego procedieron a sellar su unión con un beso, uno suave y lleno de amor, uno que no fue el primero pero tampoco sería el último, salieron en dirección a la que sería su casa en compañía de su madre, el sol sobre Luxemburgo les sonreía cómplices y los dioses hacían fiesta en sus recintos, ahora que aquel nuevo paraíso abría sus puertas para no cerrarlas a nadie y aquel fruto prohibido se posicionó al alcance de todos aquellos que deciden a quien amar. 

Dan R.

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De nuevo MUCHAS GRACIAS por leer.

y aquí una pregunta, he decidido hacer algo más de esta pareja, sinceramente, cuando la conocí me enamore, la pregunta es: ¿quieren la precuela de esta historia (lo que paso antes) o una diferente con  la misma pareja? o en su defecto otro fic con otra pareja.

La sección de datos la publico mañana o quizá esta noche, dependiendo si termino los proyectos de la uni a tiempo o no.

cuídense. 

Dan R