Capullo
Se cuentan muchas leyendas de los bosques ubicados en la región de Pembrokeshire, Gales, Reino Unido, los pobladores aledaños a esas zonas dicen haber visto pequeños seres atravesar la penumbra en medio de bolas luminosas.
Los más valientes, por lo general jóvenes osados, dicen ver a través de ellas diminutos cuerpos humanos.
Cuentos usados por los abuelos para dormir a sus nietos hablan de hadas elementales, duendes y elfos mágicos, los verdaderos dueños de la tierra protegiendo el prado limitante entre nosotros y ellos.
Naciones enteras se construyen de historias dichas del boca a boca sin imaginar, jamás, que todo mito contiene un poco de verdad, porque se duda cuando palabras como la fantasía existen en el diccionario o como género literario, sin embargo, sí contáramos el otro lado de la moneda, sabríamos que las cosas son muy distintas.
Pasando la cascada más allá de la colina, existe un pueblo fuera de lo común viviendo entre las copas de los árboles, hadas con preciosas alas fluorescentes y dones naturales llamadas LumusCalo o Luminis, a ellas son quienes principalmente ven los cazadores y montañeses. Encargadas de llevar luz a la oscuridad velan el sueño y dan vida, magníficas criaturas bondadosas cohabitando con la flora y fauna.
Luminis a pesar de todo no es el único pueblo entre la maleza, también, existen los FlamaCalix, Faustos creadores de poderosas bolas naranjas del elemento fuego, ellos son elfos altos morenos jerárquicos considerados implacables guerreros, controlan los incendios destructivos transformándolos en remolinos de sol ayudando a la metamorfosis y polinización, ceniza renacida.
Tan iguales pero diferentes al mismo tiempo, las confrontaciones entre ambos solían ocurrir más frecuente de lo pensado, Luminis creía que eran peligrosos e indomables por sus volátiles características fénix y Faustos les creían débiles hadas hipócritas dando luz a los privilegiados seres místicos únicamente.
Fue así como los ancestros crearon El valle de Nox, tierra de nadie por sus frondosos pinos y río torrencial, con un hechizo nadie podía cruzar tierras enemigas manteniendo el acuerdo de paz, generación tras generación o al menos, hasta que dos familias fueron bendecidas con herederos.
Aquí es dónde comienza nuestra historia de cómo un amor prohibido movió paradigmas, luz en alas llameantes.
🧚🏼♂️👶🏼💫
Los rayos del sol se colaban por entre las ramas mientras un alegre jovencito de cabellos blancos brincaba charcos llevando una canasta con flores silvestres, su nombre era Byun Baekhyun, el hada obrera, primer hijo de un matrimonio anciano humilde que esperaba ser bendecido por los dioses de la concepción, su semilla plantada en Mayo floreció hermosamente.
Hacía muchas primaveras que sus padres partieron con los dioses, sin embargo, Baekhyun era luz desde la raíz hasta el dedo gordo del pie, cada persona de la aldea lo adoraba simplemente por quien era, alegría, diversión, inocencia, humildad y pureza, ningún habitante en Luminis tenía nada malo que decir de él, al menos lo que dejaba ver.
Y quizás por eso...estaba donde estaba, a un paso del valle de Nox.
Pero no malinterpreten al chico, no es que buscará desafiar o infringir las sagradas leyes, no, el peli blanco solo quería investigar, después de todo sus maestros le habían hablado de las leyendas en los tiempos gloriosos donde luchaban codo a codo con FlamaCalix.
Todos solían decir cosas terribles de los Faustos tachándolos de salvajes, seres que sólo vivían para traer destrucción a los bosques, hada a la cual le preguntaras te diría temerles, aunque, la pregunta más constante en la cabeza del hada era ¿cómo le temes a algo que no conoces?.
Hacía siglos atrás que no había trifulcas, con el valle separándolos nadie sabía cómo lucían los "enemigos" y él, más curiosidad que persona, iba resuelto a revelar el misterio.
Sus pequeños zapatos pisaban firmemente la tierra húmeda, aún sin estar cerca al río ya podía oler su frescura y sentir la brisa llevando consigo notas a madera quemada, una extraña combinación para nada desagradable.
Las yemas de sus dedos picando por tocar las flores de la orilla, antes de bajar se aseguro de mirar a todos lados para detectar un posible guerrero, al no ver ni un alma descendió sonriendo en dirección a un lecho de colores brillantes.
Narcisos, Tulipanes, Lirios y Azafrán abundaban por montones pareciendo esperar solo por Baekhyun, como hada obrera era indispensable tuviera conocimientos en otras áreas y de hecho, con solo ver sus pétalos, sabía en qué pociones los usaría, los ungüentos donde agregaría su polen, los tallos maduros servirían de hilo, las Lila del rincón un pigmento perfecto, sin fin de posibilidades gracias al valle Nox y sus tesoros no valorados.
Extendía su mano justamente para coger un ramo modesto, pero de pronto, una voz grave proveniente del otro extremo, le hizo retroceder.
-¿No habrás pensado que podrías cogerlas sin pagar, verdad?-
Al mirar al frente no vio a nadie, solo noto un ligero movimiento de hierba, su inquisidor debía estar escondido.
-Si debo pagar, tengo que saber a quien-
-Un dios no se muestra ante mortales-
-Entonces no eres uno, si así fuera, me dejarías tomarlas libremente-por un gruñido bajo casi creyó se trataba de una bestia-muéstrate-
Cabello rojo cual llamas, vestimenta esmeralda, torso ancho, brazos fuertes y una mirada naranja desenmascararon al intruso, uno de los hijos de Fausto.
-¿Quién te envía?-a su espalda por detrás, un arco en madera y flecha desde la distancia le apuntaron-responde, luminis-
-Mi nombre es Baekhyun y tú, no eres ni dios o guerrero-respondió-no vistes como uno-
-No conoces a mi gente-
-He visto litografías, así que no me ofendes-
Tomado por sorpresa ante lo que el otro sabía e incluso él mismo, salió por completo de su escondite, intrigado del pequeño parado tercamente entre el río y su lado del valle.
Honestamente nadie había llegado más lejos, por lo general huían cuando los pájaros se alebrestaban gracias a su silbato jaguar, muchos otros bastaba con oír su voz para alejarse gritando despavoridos, y no es que protegiera a FlamaCalix, más bien lo hacía a beneficio propio.
Este era su hogar, descendiente de los Park era el extraño ermitaño viviendo en lo profundo del bosque, hijo del elfo herrero, rebelde como sí mismo, osado y furtivo.
-Es descortés ¿sabes? Exigir sin dar nada a cambio, como tu nombre por ejemplo-
-Chanyeol-al decirlo, hizo también un escaneo rápido-eres un obrero-recibió una mirada juzgona-¿qué? Dijiste que no era un guerrero, tengo igual derecho a suponer-
-¿Puedo adivinar entonces?-el interrogatorio era interesante-herrero-
-¿Tan predecible?-
-Observador, tu arco tiene detalles muy precisos de grabados plateados, puntas que se ve fueron calentadas, hasta tus flechas parecen varas rígidas y tus dedos, chamuscados-demasiado personal-¿di en el blanco?-
-La bolsa te delata-quiso decir también-te escucho cargando frascos hasta aquí, no perdería nada al decir que ya tienes en mente para qué usarás esas flores-
Baekhyun se sonrojo, Chanyeol se perdió en el bermellón de las mejillas blancas, mirando detenidamente las facciones hadas.
Menor estatura contraria a la suya, una melena nieve, extremidades pequeñas, finos dedos largos, pecho amplio y hombros rectos propios de alguien en su casta, el aura brillante alrededor Luminis.
-¿Por qué viniste al valle?-volvió a romper el silencio
-Iba a decir lo mismo-
-Eres un forastero-
-Y tú un preguntón-
Ninguno iba a ceder, el primer encuentro entre hada y elfo, casi podía oler a peligro.
-El sol se está poniendo-miraron al alba-¿me darás las flores, oh gran dios guerrero?-
-Tienen precio-mentira, solo quería fastidiarlo en broma-hagamos algo, luminis, un trueque, yo te doy algo y...-
-Yo también, sí se como funciona-
Compartiendo una mirada buscaron entre sus implementos que intercambiar, Chanyeol no salía al valle con nada valioso por sí un luminis aparecía en su camino y viceversa, Baekhyun lo más cercano a un objeto querido era su anillo de piedra lunar, la reliquia pasada entre hijos e hijas de Byun.
Sabiendo y estando consciente de arriesgar demasiado, inhalando y exhalando, se quitó del anular la joya, al filo del agua, extendió su mano tanto como podía sin caer.
-Ten, es todo lo que puedo ofrecer-al verlo, Chanyeol parpadeo
-¿Piedra lunar? Oye, lucecita, ¿tienes idea de cuánto piden por esto en el mercado? Y además está muy bien hecho-
-Lo sé, mi tatarabuela fue a las cuevas para extraerla-
No hizo falta decir que era familiar, su tono triste y mirada cabizbaja removieron algo en Chanyeol, aquello fue sin saberlo una muestra ciega de confianza devuelta en la misma proporción, disfrazada de indiferencia.
-Lástima, ya está muy usado, no vale la pena-Baekhyun lucía ofendido-mejor, tráeme un ungüento en su lugar-
-¿De qué tipo?-
-Tengo estas llagas en mis dedos, seguro conoces algo-los ojos le brillaron
-El remedio perfecto me lo darán tus flores-
-Estamos a mano entonces-
Una trompeta rompió el silencio del bosque, la respectiva llamada para ambos pueblos de volver a sus hogares.
-Ha sido un gusto conocerte, lucecita, te veo aquí mañana con ese ungüento-colgándose su arco, hizo amago de adentrarse al bosque
-¡Alto! Tú quieres...¿encontrarnos de nuevo?-
-Viniste aquí por una razón, conmigo o sin mi habrías vuelto-Chanyeol tenía un punto
La cuestión estaba en que Baekhyun no esperaba encontrar nada en sí, visto de esta forma era como fraternizar con el enemigo, sin embargo, Chanyeol no le había atacado teniendo toda la oportunidad para ganar, estaban llegando a este inusual acuerdo amistoso hasta el momento.
Además, le gustaba cómo lo trataba el Fausto, juguetón y directo a la prudencia de su aldea, el contrario balance llevándolo a hablar.
-Mañana aquí a la misma hora-en un rápido movimiento cortó un ramo entero
Así, cada quien tomó su rumbo traspasando los árboles rehaciendo el camino, ninguno notando las grandes sonrisas en sus bocas, chispa avivada en lo profundo del pecho al reconocer a su mitad natural.
Quien los viera sin duda los miraría antinaturales al realizar tareas fuera de su cotidianidad.
Baekhyun no era particularmente trabajador por las tardes, pues acostumbrado a dormir una siesta, fue inevitable que su corgi le dirigiera más de una mirada al verlo en su taller mezclando plantas en el caldero de barro, por otro lado, Chanyeol mismo unía cuidadosamente piezas metálicas intrincadas formando un círculo pequeño, ¿qué estarían fabricando?.
Más tarde, cuando los cucu anunciaron la medianoche, bajo la luna llena serenados un ungüento y un anillo reposaban esperando la mañana, así como dos jóvenes inquietos soñando el próximo encuentro.
🧚🏼♂️👶🏼💫
Negaban en su camino al valle sobre la decisión tomada, sentimientos nuevos de emoción y nervios entremezclados.
Para Baekhyun no era igual encontrarse con sus amigos para recolectar moras a llevar una canasta con comida para dos, domar sus hebras rojas para una reunión no formal y tomar su mejor reserva de vino, Chanyeol revisaba constantemente su aspecto en los charcos de riachuelos.
Coordinados los arbustos revelaron las ansias en luz y fuego, miradas encontradas a través del río, habla perdida momentáneamente.
-Hola, lucecita-Chanyeol agito su mano-¿tienes lo que te pedí?-
Un cosquilleo inusual en la panza del herrero, asocial, sonreír de solo encontrar al hada revolucionó internamente.
-No me llames así-Baekhyun frunció el ceño-sí, aquí lo tengo-la canasta fue revelada, se avergonzó
-¿Qué tienes ahí?-
-E-Es de mala educación llegar a un lugar con las manos vacías-
-No quedamos en hacer día de campo-en lugar de bromear sonó muy serio-pero espero te guste el vino-
La cantimplora de cuero tintineo en sus manos, la atmósfera cambió radicalmente, ahora el único problema era el río, tan bravo que ningún habitante se animaba a cruzarlo, ni siquiera los más experimentados magos y brujos.
-¿Conoces una manera de llegar al otro lado?-Baekhyun miró el agua helada
-Mmm...sí, pero te estaría revelando un secreto y no se le dice nuestras debilidades al enemigo-
-Entonces toma, atrápalo-bruscamente le aventó su pago, irrompible cayó a la hierba-imbécil fausto-
Incógnita más allá del porqué regresó esperando algo a lo cual no sabía que nombre darle, Chanyeol contradecía sus acciones, él dejó los prejuicios de lado, hasta su anillo era capaz de darle, ¿retornar fue equivocado? ¿solo lo uso por sus habilidades?.
-Quédate donde estás-ordenó el alto
-No iré a ti-
-Pero yo si-
Respirando profundo, cerró sus ojos, soltando aire lentamente fuego en ondas comenzó a salir de él, envuelto en llamas extendió las palmas y frente al río un camino naranja le permitió pasar.
Asombrado Baekhyun miraba maravillado al pelirrojo, tal control de sí mismo, un poder creador, cuando llegó cara a cara juraba perdió los sentidos.
-Chanyeol...-suspiró-eso fue...yo nunca...la gente sin duda está equivocada-
-No somos tan malos como nos pintan, ¿eh?-se carcajean-anda, tengo hambre y eso, huele delicioso-
Tela antigua les protegía de las hormigas, vasos traslucidos con rojo frambuesa, exquisitos hongos cocidos acompañados de carne y pollo marinados, al lado, panecillos azucarados el postre.
En una plática de viejos amigos no mencionaron diferencias o contras, los espíritus naturales los tenían evadiendo miradas rápidas, dedos casi rozando los contrarios, involuntario coqueteo de pestañas risueñas.
¿Podrían dos razas distintas flecharse?.
Hechos como la primavera temporada favorita del peliblanco y otoño del más alto, Byun adorando el calor, Park frío leña en fuego, dulce como sus pasteles, amargo igual al vino, habilidades compartidas en trabajo, pociones, hechizos, espadas, arcos, sueños de ver más allá del bosque encantado.
-Así que tienes varios talentos, ¿de dónde aprendiste tantas cosas?-
-Mis padres me enseñaron y tuve maestros-
-Botánica, herbolaria, medicina, obrero, curandero, artesano-lo hizo reír-tu pareja hada debe ser afortunada-
No sabe porqué dijo eso, hablo espontáneo.
-Yo no...estoy unido a alguien-Baekhyun se puso tan rojo como el vino
Dentro de Chanyeol creció la necesidad por cambiar esa respuesta, una realización que le hizo parpadear, él no lo noto, pero una llamita pequeña escapó de su cabeza.
-Pero debes ser cortejado, imagino-se hizo el tonto
-Nadie querría estar con alguien como yo, el pueblo piensa que no lo se, pero todos me miran con lástima-
-¿Por qué?-
-El hijo huérfano de Luminis, un niño apartado del resto-hizo el intento por hablar, fue detenido-mis padres ya eran mayores cuando nací, para ellos fui una bendición-
-Les trajiste alegría a su vida el tiempo que los dioses quisieron-
-Me gusta creer eso, aunque regresar a una casa vacía me haga sentir fuera de este mundo-
-¿Quisieras una familia?-
-¿Tú no?-
Ciertamente ninguno de los dos había pensado en eso, Baekhyun no se relacionaba con las hadas de su edad y Chanyeol, si bien su caso era distinto porque se separó por voluntad propia, dentro se sentía incomprendido, solo en alma.
Rápido sería definir lo que pasaba en esos momentos entre ellos, compañerismo, amistad, relación, romance, ¿había acaso una definición para explicar los latidos del corazón?.
-Las trompetas están por sonar-dijo el peliblanco chasqueando los dedos, todo volvió a la canasta-de verdad fue un gusto...-
-Veámonos de nuevo-habló tan rápido que lo sorprendió
-¿Quieres otro ungüento?-
-No, quiero verte a ti-cogió su mano-casi lo olvido-
Revisando su propia bolsa, sacó un saco de tela celeste, donde una argolla estaba incompleta.
-Hablaba en serio cuando dije que el tuyo se veía gastado, pero no de esa forma-se apresuró a decir
-Es preciosa, el diseño...¿son estrellas, acaso?-se mofo un poco-me encanta-
Quitando la piedra lunar conectó de inmediato al centro redondo, un brillo chispeante saliendo de la unión, similar a ellos al momento de Chanyeol colocarle el anillo.
-Baekhyun...-
Cerca, narices juntas, alientos mezclados, emoción del primer contacto.
-Chanyeol...-
Movimiento entre los arbustos provenientes del otro lado, el pánico los abordó por un segundo, apresurándose a cruzar actuaron como si nada, solo a la distancia se dijeron adiós.
Baekhyun se escondió tras un árbol respirando agitado, Chanyeol se sacudió los pantalones resguardando el frasco preparado, incómoda sonrisa por la interrupción.
Tan abrupta despedida que no hubo una respuesta a la implícita pregunta, ¿estarían ahí al día siguiente?.
🧚🏼♂️👶🏼💫
Estaba acostumbrado a las miradas tras de sí, sin embargo, había algo más desde el día anterior cuando regresó del bosque, llámenle loco, pero era como si algo del fausto hubiera regresado con él, su presencia quizás, puede fuera el anillo o muy en el fondo, rememorando los ojos profundos mirando sus iris, Chanyeol ahora ocupaba los rincones de su corazón.
¿En tan solo dos encuentros ya pensaba en el futuro? Apenas conocía el nombre del fausto, algunas experiencias y datos mínimamente personales, sin embargo, esa primera llama en sus pupilas al conectarse lo podría resumir todo, el buscado y el hallado.
Con la cabeza embotada de pensamientos y vino tropezar en su camino era normal, chocar con otros también, pero estar a punto de irse al pozo le hizo detenerse o mejor dicho, alguien lo tomó del brazo.
-Un día de estos vamos a perderte, Baek-
-Sehun, gracias-se apartó saltando-debí tomar de más-
-¿Jugo de moras?-
-Vino-tan natural que no se dio cuenta la cara del otro chico
-Pero vienes del bosque...-miró al otro extremo-¿estabas con alguien?-la sonrisa desapareció
-No, no, tome un descanso del trabajo e hice un día de campo conmigo mismo-
Su inocencia podría salvarlo, no le gustaba valerse de mentiras, pero su encuentro con Chanyeol se vería en peligro de alguien más saberlo, si lo perdía ahora, creado el vínculo...dramático pero...moriría.
-Perdona, deje trabajo en el taller y...-
-Tu cabello...está...quemado-
Sehun tenía razón, con mirar tenía las puntas rojas, eso no era usual, parecido a una leyenda o cuento de niños sus dioses hablaban de mimetizarse una vez encontrada la pareja destinada, contrarios a ellos estaban los elfos, luz vida fuego vivirla.
-Baekhyun...-
-¡Adiós, Sehun!-
Si era verdad, la mínima posibilidad...que al fin...su semilla nacería, el fruto guardado del destino.
Muy pocas personas tenían el privilegio de acercarse al hijo de los Park, entre ellos estaba el menor de los Kim, carpinteros, el muchacho moreno había sido su único amigo cercano, no le temía, entendía su sentido del humor y sobre todo, sabía leer el lenguaje tan poco expresivo del pelirrojo justo como en ese momento, sentado en la silla de madera mirando con las cejas alzadas a Chanyeol ir y venir rascándose nervioso la nuca.
Después de todo, lo dicho por él debió generarle impacto, pues su primer comentario al verlo fue, "¿qué le pasó a tu cabello? Esta, blanco", algo casual despertaba su curiosidad, no acostumbrado al chico sin hablar de ahora.
-No te lo dije porque creí estar alucinando, pero...en la aldea han estado diciendo cosas-
-Jongin, no me interesa lo que piensen los demás-
-Debería, sobre todo cuando eso, te ha estado siguiendo-
Al girarse, justo sobre el hombro, una figura miniatura en forma de cachorro luminoso estaba custodiando su espalda.
-¿A quién has estado viendo, Chanyeol?-
Las parejas luz cuando se separan de sus destinados elfos o hadas, así sea un poco, en costumbre de protección mandan su espíritu animal a cuidar del otro. Tembloroso Chanyeol tocó la cabecita del perro, recibiendo una lamida en respuesta que le hizo sonreír recordándole a Baekhyun.
-Lodo fresco en tus botas, arco listo, tu ropa de cacería y ese aroma a flores...mmm...déjame adivinar, ¿el Valle de Nox?-
-Carajo, Kim, solo...cállate la boca-
Su amigo dejó la copa de vino sonriendo, listo para escuchar la versión del alto, una que ya casi podía saborear.
-No es la primera vez que voy al valle, desde que escogí la vida silvestre se ha convertido en mi hogar-dijo despacio-estar solo era un placer, mi casa en silencio, nadie que haga ruido o me molesto, lo estaba teniendo todo...-miró la bola de luz-hasta que hace un tiempo, ya no desee eso-
Un sentimiento que no compartió con nadie fue la decepción de no haber aún hallado a su alma gemela en su propia tierra, era un golpe a su alma mirar a todos emparejados entre hadas rojas y elfos dorados, ¿cómo alguien que lo daba todo estaba solo?.
Agradece el amor materno y paterno, inclusive a Jongin teniendo un lazo fraterno, pero así como existen esos tipos de afecto, Chanyeol necesita lo que únicamente una pareja te daba. Llegar a casa detectando el sonido de tarareos, una figura bailando en la sala aguardando por su llegada, brazos cálidos dándole la bienvenida a su hogar, el de ellos, y quizás, la pregunta hecha al hada resonaba en los rincones, ¿quería una familia? Sí, solo si el peliblanco estaba en ella..
-¿Cómo se llama?-preguntó de pronto su amigo
-Baekhyun, el resto...lo puedes imaginar-suspiró
-Ah, tu hermana casada con un ogro y tú con un luminis, ¿me preguntó si tus padres podrán soportarlo?-
Ciertamente no venía de una familia tradicional, aún así, las leyes estaban por sobre ellos y con Baekhyun no teniendo a sus padre él debería pedirlo acudiendo a los ministros del clan, viejos elfos y hadas arcaicos, esperen, acaso Chanyeol, ¿ya estaba pensando en matrimonio?.
-Tengo que verlo otra vez, pero no quiero esperar a mañana-ya sonaba emocionado
-Vuelve esta noche al bosque-
-No irá-cuando Jongin los interrumpió, ya no pudo tener su respuesta
-Sin haberlo conocido, creo que lo subestimas, para este momento ya debe saber lo mismo que nosotros-Kim se puso de pie-dilo, Chanyeol-
-Baekhyun es mi hada destinada-comenzó bajito-sí, ¡Baekhyun es mi pareja!-
La cajita guardada debajo de su cama gritaba por ser abierta, una semilla de fuego esperando unirse para florecer.
🧚🏼♂️👶🏼💫
Quién visitará el bosque por las noches diría era lúgubre, oscuro o al menos, eso era porque no se habían adentrado más allá de los pinos, justo en donde luciérnagas revoloteaban, polvo brillante exaltaba las estrellas y fuego cálido resplandecía en los hogares de ninfas, hadas y elfos.
Con una inesperada noche mágica Baekhyun salía de su casa encapuchado rumbo al valle nuevamente, esta vez, con un propósito distinto al sólo conversar con el fausto, en el fondo de su corazón anhelaba más que palabras.
Duendes de las flores saltaban saludándolo desde los pétalos, algunos notaban aquellas mejillas rojas riéndose ligeramente agitando sus manitas, sus pisadas dejando huellas blancas.
A esas horas el caudal del río parecía correr con más fuerza, enmascarando los sonidos externos, incluyéndolo a él y por supuesto, Chanyeol mismo cuidaba un frasco de cristal preguntándose si el luminis de verdad iría el encuentro.
No fue su sincronía lo que reveló su identidad, lo hizo el pequeño espíritu del corgi guardián e inesperadamente, el fénix que Park también soltó sin proponérselo salieron al encuentro dejándolos sin palabras.
Salieron al mismo tiempo de entre las sombras maravillados al ver tan inusual juego de criaturas, el reflejo de sus corazones, almas unidas.
-Baekhyun…-parecía aún más hermoso con los rayos de la luna-tú…viniste-
-Chanyeol, ah yo…perdón-no sabía qué responder, en su lugar señaló al cachorro-debió seguirte-
-Le guste-sonrió-a él también le agradas-su fénix revoloteaba en la cabeza ajena
-¿Ustedes igual…-
-Sí, aunque es raro, solo sucede en las parejas…-
Pareja, enamorado, destinado, alma gemela.
-¿Te puedes acercar? No te distingo-
Baekhyun dio unos pasos al frente, pese a la distancia, Chanyeol pudo ver lo rojo de su cabello, emocionado camino también a la orilla.
Estaba por usar su poder pero, de pronto, la misma tierra parecía sentir que ellos ya no eran desconocidos, sino futuros amantes eternos.
Frente a sus ojos duendes de río entrelazaron ramas, flores, tallos y agua construyendo un puente sólido permitiendo su unión.
Cruzando sin barreras frente a frente, Baekhyun retiró la capa dejando ondear la mata bicolor, Chanyeol se tomó libertad pasando su mano a través de los mechones.
-Precioso-suspiró
-Mentiroso-
-¿Qué? La luna me bendijo con un destinado tan lindo-
Al ser el primero en decirlo le valió unos ojos sorprendidos.
-Lo sabes ¿verdad? A menos que…comprometerte con alguien de mi clase te desagrade-
Sabía que Baekhyun no veía distinción entre un luminis y fausto, sin embargo, cabía esa posibilidad.
-Esta tarde me hiciste una pregunta, un futuro de vida que tenía aunque planeado, indeciso, debido a la muerte de mis padres-el hada hablaba firme
-Puedo decir sin errar que lo sentí cuando me apuntaste con el arco por en medio de los arbustos, irónico porque casi me matas, pero ideal para mi-
Se aventuró a tocar el pecho del fausto, calor puro fue lo que sintió, Chanyeol entonces tomó su cintura tan cerca que podía apreciar los lunares de su nariz.
-Baekhyun…-
-Creí que guardaría esto hasta morir-
Poniendo distancia, colocando las manos sobre su pecho respirando profundo, una chispa blanca salió flotando en medio de ambos.
-Es mi semilla, la luz de un luminis-
Atento no dejó pasar un minuto en sacar su frasco, la llamita naranja deseando escapar, así fue, con solo girar la tapa se alzaron danzando.
-Toda mi vida me sentí apartado del resto, alguien no a la medida de mi pueblo y ahora, contigo aquí, se porqué-
Cogiendo sus manos, invadió su espacio vital.
-Me hacías falta tú, Baekhyun, mi propio compañero-llamas y luces les rodeaban-sí, quiero una familia si es contigo-
Buscar el contacto de labios fue lo justo, boca a boca entre suspiros movieron al compás los labios reconociendo su sabor, abrazados tocando el cuerpo del otro en caricias suaves luz y fuego como fue en un principio volvían a estar juntos.
🧚🏼♂️👶🏼💫
Lo que unieron los dioses y la naturaleza no puede separarlo el hombre, el jefe de los luminis no tuvo nada para objetar cuando el fausto se presentó clamando su amor.
Tal parecía que una ley para abolir las obsoletas ya estaba planeada por el líder fausto, un hombre cuyo amor por una luminis no fue posible en su época debido al estigma, sin embargo, los jóvenes amantes volvieron a poner el juego a la mesa.
Aunque muchos temieron al abrirse las puertas a los fuego, una vez miraron la paz en sus ojos, los recibieron con coronas de flores y júbilo, paz restaurada en balance.
Chanyeol tuvo razón cuando le dijo a Jongin que sus padres estarían bien con su pareja, el matrimonio recibió encantado a Baekhyun haciéndolo sentir parte de su familia, el término hijo adquiriendo un nuevo significado.
La creencia dictaba un ritual ceremonial en el lugar donde se dio su unión, siendo así, el valle Nox dónde el elfo y hada mayor conjuraron el hechizo máximo.
Cada quien aportó algo en su profesión, anillos forjados por el marido y pociones del novio, bajo un sol fulgurante entre aplausos se sostuvieron uno al otro besándose con su promesa sellada legítima.
Fue una petición de Chanyeol vivir en su casa del lado del valle, un hogar antes vació ahora completo por risas y bailes, el delicioso ahora a comida, polvo de hada y madera quemada, todo lo que deseaba al regresar estaba delante de sus ojos, el bello Baekhyun en el marco aguardando su regreso con brazos extendidos.
Al paso de la primavera e invierno justo cuando el otoño llegaba, aquella semilla de ambos fue creciendo hasta convertirse en una bella flor azul con motas naranjas, ahí, plantada en su jardín, un futuro bebé.
Una mañana de Abril y la flor, Baekhyun miraba tranquilo su capullo bebiendo una infusión, de pronto en tan solo un parpadeo, se levantó abruptamente gritando el nombre de su esposo.
-¡Chanyeol! ¡Chanyeol! ¡Chanyeol!-
Pasos rápidos desde la habitación, el elfo aún vestía el pijama y tenía su melena revuelta.
-¿¡Qué pasa!? ¿estás bien? ¿herido?-
-No, cariño, no, el bebé-señaló afuera
-¿Floreció?-
-Parece que…se está moviendo-juntos salieron, manos unidas esperanzados.
En medio de un hermoso jardín, un pequeño capullo florece, de él, un cuerpo tan pequeñito abre sus ojos turquesa, mirando por primera vez a sus padres, quienes le dan la bienvenida a este mundo.
-ByunCheol, hijo de la luz y el fuego, te recibimos con amor-.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top