Capítulo 10
En otra sala cuatro de los reyes y condes que habían ido estaban esperando a saber cómo estaba el príncipe.
Kanon: Cada minuto que pasa hace más frío, si no hacemos algo moriremos congelados -en ese momento Kanon apareció por la puerta muy deprimido-.
Hombre 2: Príncipe Saga.
Saga: El príncipe Milo...ha...muerto.
Todos: ¿Qué?
Kanon: ¿Pero qué le ha pasado? -le ayudó a llegar hasta el asiente más cercano en el cual se sentó pesadamente- fue asesinado por el rey Camus.
Todos: Noo...
Kanon: Su propio hermano.
Saga: Pronunciamos nuestros votos matrimoniales, antes de que muriera entre mis brazos.
Kanon: Ya no cabe ninguna duda, el rey Camus es un monstruo y corremos grave peligro.
Hombre 2: Príncipe Saga, Arendelle depende de vos.
Saga: Con gran pesar acuso al rey Camus de Arendelle de alta traición y lo condeno a muerte.
***
Desde las mazmorras Camus veía como cada vez el aire soplaba con mayor fuerza y las paredes y maderas de su habitación comenzaron a congelarse.
Soldado: Venga rápido, es peligroso, moveros rápidos y con determinación -el peliturquesa comenzó a estirar para intentar soltarse- ¡no se abre!, está congelada dale un empujón, cuidado -cuando consiguieron entrar la pared se había roto y Camus había escapado-.
***
En las montañas Aioria avanzaba unos pasos por delante de Aioros regresando al interior del bosque, Aioros avanzó unos pasos por delante de Aioria.
Aioria: ¿Qué pasa amigo? -Aioros comenzó a echar para atrás a Aioria con sus cuernos- ¡eh! cuidado, ¿qué te ocurre? -el reno le gruño varias cosas- no te entiendo cuando me hablas así -dijo yéndose hacia un lado y continuando su camino, Aioros al ver su comportamiento lo cogió con sus cuernos- ¡Ah! quieto, bájame -el animal le hizo caso y lo echó al suelo- no Aioros no vamos a volver, está con su amor verdadero -en ese momento el aire comenzó a soplar aún más fuerte -¿Pero qué? -dijo mirando hacia el pueblo ya que vio que se comenzó a crear una gran nube encima de él- Milo -tras eso salió corriendo hacia el pueblo, poco después fue Aioros y se montó encima suya y se dirigieron de vuelta al reino-.
***
Dentro de la habitación Milo seguía hecho una bola en el suelo temblando de frío, vio como el techo de la habitación comenzó a congelarse pero un ruido le hizo girar hacia la puerta, la cual parecía que intentaban abrir, una de las dos puertas se abrió mostrándose que se había usado una zanahoria para abrirla, era Shura el cual entró en la habitación.
Shura: Ahh, ¡Milo! -se acercó corriendo hacia él- oh no -vio que la chimenea estaba apagada y se fue a encenderla-.
Milo: Shura -encendió la chimenea y se quedo mirándola- ¡Shura! apártate de ahí.
Shura: Que fuerte, así que esto es el calor, es una pasada -una de sus manos se incendió cuando se acercó demasiado al fuego- ¡pero no se toca! -se lo apagó y se dirigió hacia Milo para acercarlo al calor- Milo ¿dónde está Saga? -le preguntó ya al lado del fuego- ¿qué paso con el beso?
Milo: Shura, me equivoque con él, no era amor verdadero.
Shura: Pero vinimos corriendo hasta aquí.
Milo: Por favor Shura no puedes quedarte te, te derretirás.
Shura: No me iré hasta que encontremos otro acto de amor verdadero con el que salvarte, no tendrás ninguna idea por ahí ¿verdad?
Milo: Ni siquiera sé que es el amor.
Shura: Tranquilo, yo lo sé -dijo poniéndole la capa que llevaba puesta mejor para que le abrigará- el amor es anteponer las necesidades del otro a las tuyas, no sé por ejemplo, cuando Aioria te trajo hasta Saga y se marcho para siempre.
Milo: Aioria, ¿me ama?
Shura: Caramba pues es verdad que no tienes ni idea de lo que es el amor -comienza a derretirse-.
Milo: ¡Shura! te derrites.
Shura: Hay personas por las que merece la pena -comienza a derretirse aún más- pero no tiene porque ser ahora mismo -en ese momento la ventana se abre entrando una gran ventisca de nieve- ¡Ahh! tranquilo ya voy yo -dijo dirigiéndose a cerrar la ventana- se asoma -quieta hay algo que...- coge una de las estalactitas de hielo que se había formado en el techo de la ventana y tras quitarle la punta con la bocala usa de telescopio- ¡Ah! son Aioria y Aioros ¡Vienen hacia acá otra vez!
Milo: ¿En serio?
Shura: Y tanto, avanzan súper rápido, quizás me equivoque, y Aioria no te ama tanto como para renunciar a ti.
Milo: Ayúdame a levantarme por favor.
Shura: No, no, no, no -dijo corriendo hacia el otro- vuelve junto al fuego y conserva el calorcito.
Milo: Tengo que llegar hasta Aioria.
Shura: ¿Por qué? -el ojiazul le lanza una mirada para que supiera a que se refería- ¡oh! ya sé porque, ahí tienes tu acto de amor verdadero, cabalgando por los fiordos como un rey de los renos valeroso y maloliente -dijo ayudando al otro a levantarse- ¡vamos! -la congelación del castillo cada vez era peor, intentaron escapar pero quedaron atrapados-.
En medio de la ventisca Camus corría, mientras que Shura consiguió romper la ventana del poco pasillo que quedaba sin congelar ya que junto con Milo habían sido acorralados por el hielo en el castillo, gracias a la gran cantidad de nieve que estaba cayendo consiguieron salir deslizándose por ella, debido a que gracias a la forma de los tejados esta parecía una gran rampa. Por otra parte Aioria se dirigía a gran velocidad hacia el castillo.
Milo sintió más frio y al mirarse las manos vio que estas se estaban congelando, pero aún así quiso seguir caminando hacía el que él creía que era su amor verdadero. En otra parte Camus intentaba seguir escapando hasta que vio que Saga llegó a donde él estaba.
Saga: ¡Camus! ¡Ya no puedes escapar de esto!
Camus: Tú solo cuida de mi hermano.
Saga: ¿Tu hermano? Volvió de la montaña débil y helado, dijo que le habías congelado el corazón.
Camus: No...
Saga: Intenté salvarlo pero ya era muy tarde, tenía la piel de hielo y se le puso el pelo blanco, tu hermano está muerto, por tu culpa.
Camus: No... -cayó al suelo llorando y en ese mismo momento toda la tormenta se disipó-.
Milo a lo lejos vio a Aioria al igual que Aioria vio a Milo, ambos se dirigieron hacia el otro pero en ese momento Milo miró hacia un lado y vio como Saga se disponía a matar a su hermano con su espada, así que al verlo se dirigió hacia ellos, se puso delante de su hermano para protegerlo y uso su mano de escudo, pero en ese momento se congeló completamente rompiendo la espada y causando una onda la cual empujo a Saga lejos dejándolo inconsciente. Camus miro el por qué no había llegado ese ataque y vio a su hermanastro.
Camus: ¡MILO! -se levantó corriendo y no se atrevía ni siquiera a tocarlo- no por favor, Milo vuelve, desde el primer día que te ví te has convertido en lo más importante para mí, por favor yo te amo Milo -lo abrazó llorando- Milo.... -se acercó a su cara y junto sus frentes, poco después le beso los labios- ahora que te he podido besar, no puedo estar contigo -volvió a abrazarlo y siguió llorando-.
Shura: Milo.... -aunque Aioria y Shura vieron el beso que le dio su hermanastro, Milo no respondió-.
Pero de repente Milo comenzó a descongelarse, Camus se dio cuenta cuando ya estaba completamente descongelado.
Camus: ¡Milo! -se abrazaron-.
Milo: Oh Camus -dijo ya separando el abrazo y volviéndose a besar-.
Camus: Milo, te has sacrificado por mí, te amo Milo -dijo acariciándole su hermoso cabello el cual volvía a ser de ese hermoso color morado-.
Milo: Yo también te amo.
Shura: Que bonito, un beso de amor verdadero descongela un corazón helado.
Camus: El amor descongela, el amor pues claro.
Milo: Camus.
Camus: El amor.
Todo el hielo y la nieve comenzaron a desaparecer, derritiendo el mar, y menos mal que ellos estaban sobre un barco. El agua de las fuentes comenzó a fluir, las flores volvieron a florecer, y toda la nieve del pueblo y sus alrededores se unieron en un gran copo de nieve el cual se disipó.
Milo: Sabía que podrías.
Shura: El día de hoy es el mejor día de mi vida y probablemente el último -dijo descongelándose-.
Camus: Shura, un momento narizotas -lo volvió a recomponer y le creó una nueve encima de él de la cual nevaba y así no se derretiría-.
Shura: Mi propia nevada, ¡es genial!
Saga: Agh -los hermanastros le miraron con mala cara y cuando iba Camus a golpearle Milo lo paró y fue él- ¿Milo? pero, si te heló el corazón.
Milo: Aquí el único corazón helado que hay es el tuyo -le cogió del filo de la chaqueta y de un puñetazo lo tiró al mar, se fue hasta su hermano y lo volvió a abrazar-.
Aioria: Pero vosotros no erais hermanos.
Milo: Nuestros padres se casaron pero nosotros no somos hermano de sangre, jeje.
Camus: Y agradezco muchísimo eso -dijo apretando el abrazó-.
***
Metieron a Saga en una de las cárceles del barco en el que él se iba.
Hombre 1: Voy a repatriar a ese sinvergüenza ¿a ver qué opina sus doce hermanos mayores de su comportamiento?
Mayordomo: Arendelle se lo agradece sir... -no pudo continuar por los griteríos de Kanon-.
Kanon: ¡Esto es inaceptable! Soy una víctima del terror, estoy traumatizado, ¡Ahh! mi cuello, ¿podría ver a un médico? ¿sí? no ¡y exijo ver al rey!
Mayordomo: Pues veréis él mismo me ha dado un mensaje -dijo abriendo un pergamino- Arendelle de ahora en adelante interrumpirá toda clase de actividad comercial con Wilsentown.
Kanon: ¡Weselton! ¡es Weselton! -fue subido por dos soldados de Arendelle junto a los dos suyos.
En el pueblo Milo llevaba a Aioria hacia una parte especial de allí y le destapó los ojos.
Milo: Te lo debía -señaló a un trineo nuevo-.
Aioria: Esto es enserio.
Milo: Sí, y es el último modelo.
Aioria: No, no puedo aceptarlo.
Milo: No se admiten cambios ni devoluciones, ordenes del Rey, te ha nombrado proveedor oficial de hielo del reino de Arendelle -dijo señalando la medalla que llevaba puesta Aioros-.
Aioria: ¿Qué? eso no existe.
Milo: Claro que existe y hasta tiene un portavasos, ¿te gusta?
Aioria: Gustarme, ¡me encanta! -dijo cogiendo a Milo en brazos-.
Camus: Ejem, que seas su amigo no significa que deje que te pases tocando a Milo.
Aioria: Lo siento.
Shura: ¡Verano! -encontró unas flores y comenzó a olerlas pero estornudo lanzando su nariz y cogiéndola Aioros y tragándosela, a lo cual se deprimió, pero Aioros se la devolvió y lo abrazó-.
Camus: ¿Preparados? -congelo el suelo para que pudieran esquiar, congelo las fuentes pero esta vez haciendo que el hielo adquiera una hermosa forma y creo nieve, tras eso las personas de allí comenzaron a esquiar-.
Milo: Oh, oh, oh -a duras penas llegó hasta Camus el cual si no lo hubiera cogido se hubiera caído- me gustan las puertas abiertas.
Camus: No volveremos a cerrarlas -les creo unos patines-.
Milo: Camus son preciosos pero no tengo ni idea de -su ahora novio les cogió de las manos y comenzaron a patinar-.
Camus: Aprenderás.
Aioria: Cuidado, reno patinando.
Y así ellos juntos a muchas más personas patinaron y así todo el reino volvió a ser feliz y a sonreír.
FIN
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