El príncipe de fuego.

Xu Feng era el hijo de los emperadores celestiales, su madre como buena emperatriz se había encargado de su educación, mientras su padre dirigía el reino y se ocupaba de los asuntos militares que se fueran suscitando. Su infancia había sido tranquila los primeros años, siendo educado por su madre Tu Yao, bajo un estricto régimen de disciplina y cultivación. Xu Feng era un pequeño muy educado, que siempre guardaba el comportamiento adecuado en los banquetes ofrecidos por el palacio celestial, era todo lo que se esperaba de un príncipe.

Todas las mañanas se levantaba antes de salir el sol, estudiaba sus lecciones y recitaba para su madre. Tu Yao leía cuentos para él antes de dormir y lo arropaba todas las noches. Le daba de comer solo los  mejores y más saludables alimentos, y de beber, solo el agua más pura, Xu Feng era un principito consentido por su madre. Sin embargo en el fondo Xu Feng era solo un pequeño de espíritu aventurero, capaz de escapar del palacio celestial para perderse por horas en el palacio de la luna en compañía de su tío Dan Zhu, convirtiéndose en un niño con las mismas ganas de correr jugar y hacer travesuras de cualquier otro de su edad. Se enredaba por horas entre las cuerdas rojas, hacía travesuras a los jóvenes pajes del palacio con ayuda de su tío, reía a carcajadas de sus propias maldades y escapaba corriendo con diversión cuando se veía descubierto. El espíritu jovial y animado de Dan Zhu lo convertían en el aliado perfecto para ir a jugar.

Xu Feng quería mucho al inmortal de la luna, verlo en el palacio celestial realmente alegraba el día del pequeño príncipe, quien con el paso de los años comenzaba a verse hostigado por el exceso de atención de su madre, quien siempre terminaba castigandolo por escapar, y por no comportarse debidamente. Por otro lado, a Dan Zhu siempre le agradaba tener compañía, le agradaba la gente, tener con quien conversar; ese era motivo para realizar eventos de opera, banquetes y celebraciones innecesarias para traer invitados a su palacio, por lo que la compañía de su pequeño sobrino y la agitación que traía su presencia le parecía de lo más divertido.

Las veces que Xu Feng quería jugar encontrándose bajo el castigo de su madre, acudía a su padre sin éxito.

─Padre juega conmigo.

Solicitaba el pequeño príncipe cuando el aburrimiento lo sobrepasaba.

─Xu Feng, por que no vas a jugar al palacio de la luna.

─Pero padre, madre me ha castigado por ir a jugar sin su permiso.

Xu feng no entendía por que su padre suspiraba con cansancio cuando él le mencionaba a su madre.

─Esta bien hijo, hablare con ella para que puedas ir a jugar más tarde, ¿de acuerdo?

Siempre eran las mismas respuestas para todo.

─Padre dame un abrazo, padre.

─Xu Feng, por que no vas a jugar a otro lado, ¿has terminado ya tus lecciones?, estoy ocupado, ¿por que no vas a jugar a los jardines?

La mano de Tian Wei, despeinaba su cabeza como una ligera muestra de afecto, para despues volver a sumirse en sus pensamientos y dejar de lado a su pequeño hijo.

A pesar de la negativa de su madre Xu Feng comenzó a buscar la compañía de Run Yu cuando alcanzó la edad suficiente para decidir qué quería jugar con él si o si. El menor siempre terminaba convenciendo al mayor de escabullirse por ahí para jugar juntos a pesar de que Run Yu sabía que no era bien aceptado por la emperatriz celestial. Ambos niños pasaban muy buenos momentos juntos volviéndose cómplices e incluso escapando juntos para ir a jugar a casa del tío Dan Zhu, Xu Feng comenzó a sentirse afortunado de tener un hermano, y aun siendo muy pequeño le pareció agradable la idea de tener con quien compartir todo cuanto tuviese. Cuando era un niño más pequeño no se le permitía salir a jugar y como resultado aquel príncipe obediente a morir comenzó a tomar decisiones sin el consentimiento de su madre.

Tu Yao repudiaba la idea de que su hijo se mezclara con el hijo de aquella mujer que era un insulso espíritu del agua, sin mayor chiste que su escaso parecido con la Diosa Zi Fen. Ese niño bastardo representaría un problema para Xu Feng en el futuro, cuando ambos crecieran y el puesto de príncipe heredero estuviese vacante, pues por derecho el primer hijo tiene mayores posibilidades; sin embargo Xu Feng era hijo del matrimonio legitimo, por lo tanto debía de ser el quien ascendiera al trono y eso no estaba a discusión.

Cuando Xu feng alcanzó una edad adecuada para comenzar a asistir a los banquetes del palacio celestial, Run Yu y Xu Feng fueron presentados ante los Dioses como el Dios del fuego y el Dios de la noche, sin embargo nadie esperó que el hijo mayor fruto de una aventura y el hijo menor hijo de la emperatriz, fuesen a tomar asiento uno junto al otro en un acto Yam inocente como fraternal.

El rostro de la emperatriz celestial era todo un poema. Mientras el emperador no podía sentirse más orgulloso de sus dos hijos.

...

—Emperatriz celestial, ¿que la trae al reino floral?

—Creo que bien puede darse una idea Diosa Zi Fen.

—Podría ser más clara, realmente no tengo conocimiento del motivo que la ha traído a este lugar, hace varios años que el reino floral no tiene contacto con el reino celestial.

–Me gustaría decir que no tengo la menor idea de los motivos por los que la Diosa de las Flores ha cortado lazos con el Reino celestial, pero por desgracia, lo se todo.

—Emperatriz celestial, nunca fue mi intención ofenderla, en aquellos tiempos no tenía idea de que el hombre que intentaba cortejarme era el mismo emperador celestial.

—Una humillación como esa, como podría no considerarlo una ofensa.

—Sin embargo emperatriz, me encuentro totalmente fuera de su alcance, hace mucho tiempo que he mantenido mi distancia, por respeto a su matrimonio y sobre todo a mi actual pareja, el Dios del agua.

La emperatriz celestial, pensó dos veces antes de actuar precipitadamente en contra de aquella mujer, enemistar al reino celestial y a la deidad del agua podía iniciar una guerra entre ambos reinos, y Luo Lin tenía tanta influencia y poder entre los reinos como su esposo.

—Diosa Zi Fen, soy consciente de las faltas de mi esposo, sin embargo debo advertirle, que no vuelva a acercarse al emperador, de lo contrario no me culpe por las consecuencias que pueda traer.

—Emperatriz celestial, tengo entendido que espera un hijo de su esposo, permítame felicitarla por tan agradable noticia.

Dijo la hermosa mujer enfatizando la evidente barriga de embarazo de la emperatriz.

—Hace no más de un mes que me he dado cuenta que también estoy esperando un hijo del inmortal del agua, así que le repito que puede estar tranquila, nuestro único deseo es criar a este bebé con la mayor tranquilidad posible. No me permitiría crear mayores controversias entre nuestros reinos, puede estar tranquila.

—No esperaba menos de usted Diosa Zi Fen, podemos estar en paz mientras nuestros reinos mantengan la distancia prudente.

—Estoy de acuerdo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top