Sin pensarlo dos veces
Mientras la gente se abrazaba y esperaba lo peor por la entrada de hielo improvisada entraba una mujer de mediana estatura con cabello rubio enroscado y ojos cafés, su pasos eran rápidos pero firmes, sus rasgos finos y demacrados la hacían ver más vieja de lo que era, tal vez no pase de los veinte pero parecía de treinta y tres.
La mujer se acercó a la reina -¿cuál es tu nombre? ¿qué deseas?- preguntó Elsa con seriedad para poder ser respetada -me llamo Mary- respondió la muchacha, -su alteza vengo en nombre de la princesa Anna y desea que se reporté en su recámara- Mary terminó su mensaje con una reverencia.
Elsa sin pensarlo dos veces decidió subir a la recámara, mientras caminaba a la salida, Kristoff entró con las mismas niñas que le habían encargado que cuide a un bebé, cuando las niñas vieron a Mary corrieron a darle muchos besos y abrazos.
-al parecer su madre sigue viva- le dijo en el oído Kristoff a Elsa, pero ella tenía mejores cosas que hacer que preocuparse por una familia feliz.
-Elsa he visto a tu hermana, al parecer quiere suplantarte- le comento Kristoffal darse cuenta que a Elsa no le importaba.
Elsa entonces se dio cuenta que lo que querían los piratas no era el oro, si no el hielo.
-quédate con mis súbditos hasta que resuelva este problema- ordenó Elsa a Kristoff
Fue corriendo hasta su recámara sola, mientras subía las escaleras ve una silueta negra fumando un abano, pero mientras se acercaba y el fuego de afuera aclaraba a la sombra misteriosa.
La sombra que de pronto era pelirrojo y estaba vestido de pirata, no lo podía creer que hacia él aquí, acaso quería venganza, pero como había entrado de nuevo a la isla, él estaba exiliado no podía entrar a Arandelle nunca más.
-¿cómo entraste?- Elsa se le acercó amenazando al pelirrojo con la mirada -¿qué? No has escuchado del ataque- sonrío el pirata cuando salió de las sombras.
Hans con su mirada de niño bueno y esa sonrisa que parecía que no rompía ni un plato le quedaban de maravilla, Hans se acercó, la tomó de la cintura y le dio un pequeño beso, sólo rozaron labios.
Elsa admitió para si que hubo algo en ese beso, lo miro de pies a cabeza pero el parecía inmutado -vengo a proponerte un trato- sonreía Hans -trae los baúles Jiménez- el pirata de tez canela traía arrastrando baúl por baúl, eran del tamaño de una caja grande de madera, eran cinco baúles en total.
Hans cogió del piso un baúl pequeño y se lo entrego a Elsa -ábrelo y lee la carta- sugirió Hans mientras de uno de sus trapos envueltos sacaba un abano y el fiel pirata con una vela prendía el abano, mientras este se prendía Elsa abría la caja y sacó la carta.
"26 de abril de 1676
Arrandelle
Querida Elsa
Yo y tu madre te amamos con todo nuestro corazón pero ambos creemos fielmente que debido a tus habilidades, no sería correcto que reines Arendelle, por que consideramos que tus súbditos se aterrarían, los enemigos te destronarían y te quemarían por hechicería, por lo cual te deseamos lo mejor.
Anna por lo tanto cuando alcanzare la mayoría de edad será la reina de Arrandelle, pero tú no serás expulsada del castillo por ningún motivo, vivirás aquí por siempre.
Con todo el amor del mundo
Tus padres, los reyes"
De dónde sacó esa carta? Se preguntaba Elsa en secreto -la robe de tu biblioteca mientras esperaba que tengamos una audiencia, pero en la cual nunca llegaste- dijo Hans con rencor, como si adivinara sus pensamientos, Elsa rompió la carta con furia y decepción.
¿Cómo es que los padres le podían haber hecho eso? Anna no sabía nada acerca de reinar sabiamente, ella era la mayor y tenía el derecho de ser la reina, no era justo.
Luego se calmó al ver que la carta estaba rota.
Hans viendo la carta rota levantó la ceja -estoy decepcionado, como pudiste romper la carta que tanto nos había costado falsificar- podías escuchar el sarcasmo de Hans, -ósea que esa carta es falsa, yo sabía que mis padres jamás me harían eso- refuto emocionada Elsa.
Hans mirándola con lástima pero sarcásticamente dijo -pobre Elsa aún cree que sus padres la querían capaz de reinar- Elsa levantando la ceja con una mueca de no comprender nada de lo que sucedía -¿qué quieres decir?- Hans mirándola con una sonrisa un poco más mala que su anterior sonrisa.
-¿que creías que te entregaríamos la carta original? De verdad eres estúpida- gritó mientras intentaba contener la risa, Elsa sin saber que hacer -¿qué quieres?- pero esta vez tenía lágrimas en los ojos quería correr y llorar.
Elsa después de minutos de tomar una decisión, accedió a llenar los cinco baúles con oro a cambio de quemar la carta original, Hans miro sonriente a Jiménez y este se paró alado de Elsa a esperar órdenes de ella, Elsa le ordenó que vaya a la sala principal y le pida a Kristoff las joyas -y si con eso no llenan los baúles pídele que te ayude a llenarlos, puedes retirarte- finalizo la reina.
-siempre tan sería querida, sonríe un poco- se burlo Hans -si quieres que me lleve a tu problema, sólo viste a la princesa como tú y que se paré en el jardín con la caja que te acabo de dar- sonrió una última vez antes de desaparecer.
Elsa estaba enojada y después de todo Anna se ofreció a ir en su lugar...
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