Capítulo 5.
Alexander observaba detrás de un árbol al poderoso depredador queriendo cazar al ciervito que se encontraba a unos metros de distancia.
El vampiro dejó que sus instintos depredadores despertaran y se intensificaran al ver ese puma correr hacia el ciervo, en donde se interpuso en su camino y se abalanzó sobre él que sin titubear clavó sus dientes sobre el cuello del animal, bebiendo toda la sangre, matándolo al instante.
Ya satisfecho con su tercer puma, se limpió su boca y miró con lástima al animal.
—Lo siento.— murmuró cerrándole los ojos al animal, que con su don, hizo que la nieve creciera a su alrededor, tapándolo por completo.
Se levantó del suelo y se fue hacia el punto de reunión de su familia. Al llegar al pequeño claro cerca de la ubicación de la casa Cullen, se encontró con Tanya, Kate y a la pareja de Eleazar y Carmen, todos impecables como si no hubieran ido a cazar.
—Todavía te sigues ensuciando.— se burló la de rizos, en donde el vampiro solo bufó molesto.— creo que necesitas un babero.
—Oh cállate.— le tiró del cabello, ganándose un golpe en la mano.— ¿Todos terminaron de cazar?
—No lo creo.— habló divertido el vampiro, ganándose una mirada confundida de Alexander y aún más confundido al ver la complicidad de su familia.— ¿Los lobos también cazan animales?
Alexander alzó una ceja hasta que una pequeña brisa corrió en su dirección y el aroma a perro mojado le llegó a sus fosas nasales, pero que reconocería ese aroma en cualquier lado. Miró hacia los árboles que los rodeaba y se encontró un pequeño bulto escondido detrás de un árbol como si la parte trasera del lobo no lo pudiera ver.
—Agh... no puedo odiarlo.— susurró muy bajo Kate mientras negaba con la cabeza.— es demasiado tierno.
Todos asintieron con la cabeza al ver al pequeño no tan pequeño lobo aún escondido. Alexander observó arriba del árbol, notando una pequeña cantidad de nieve en las ramas y con una sonrisa en sus labios, movió su mano hacia un costado logrando que la nieve de allí se cayera sobre el lobo, asustándolo.
Seth al haber sentido algo frío sobre su cabeza y espalda, saltó como un gato asustado dejándose ver por completo. El lobo se congeló en su lugar todavía teniendo nieve sobre su cuerpo al tener 5 pares de ojos sobre él, pero que solo le importaba un par de orbes dorados que brillaban divertidos en su dirección.
Avergonzado completamente bajó las orejas y se sentó en sus patas traseras mirando hacia el suelo sin animarse a acercarse a su Alex.
—Los dejaremos solos.— murmuró Eleazar, dándole un suave apretón en el hombro al más joven del clan.
En un parpadeo Kate, Tanya, Carmen y Eleazar desaparecieron dejando a lobo y vampiro a solas. Alexander al ver que el lobo no estaba prestando atención a lo que sucedía a su alrededor, en más hacia muecas y soltaba bufidos raros como si estuviera hablando consigo mismo que ni siquiera se dio cuenta de su cercanía, colocó su mano sobre la cabeza del lobo y sacó un poco de nieve que todavía tenía sobre el.
El lobo se sobresaltó al sentir una mano sobre él, sorprendiendo al tener a su Alex en frente de él y más teniendo su mano en su cabeza dándole, ahora, pequeñas caricias que si fuera humano estaría rojo como un tomate.
—¿Te incomoda?— preguntó Alexander parando de acariciarlo, que no se había dado cuenta de su acción, y lo miró a los grandes y demostrativos orbes mieles del cachorro.
Seth negó con la cabeza y tiró su cabeza hacia adelante queriendo seguir teniendo el tacto helado de su Alex sobre él. El vampiro al notar lo que hizo, siguió haciéndole caricias esta vez detrás de las orejas sacándole una sonrisa al verlo con los ojos cerrados disfrutando de su tacto.
Hasta que cayó en la realidad.
Lo que estaba en frente suyo no era un lobo.
Era un niño-lobo.
Mitad humano, mitad lobo.
Aplanó los labios avergonzado y apartó la mano sobre la cabeza del lobo. Seth miró confundido al vampiro y un poco molesto porque dejó de hacerle mimos y gruñó en desacuerdo.
El vampiro carraspeó y escondió su mano en el bolsillo de su pantalón e ignoró esos orbes que lo hipnotizaban cada vez que los veía.
—Me... me gustaría hablar contigo sobre unas fotos.— habló intentando que el lobo lo deje de mirar con carita de cachorro lastimado, que lo logró al picarle la curiosidad.— las tengo conmigo... si puedes volver a tu...
Alexander no terminó de hablar al verlo mover la cola para luego darle la espalda adentrándose al bosque. Por las dudas se quedó en el lugar y esperó pacientemente mientras sacaba del bolsillo oculto de su campera holgada unas perfectas y bien cuidadas fotos.
Si, cuando iba a cazar ensuaciaba toda su ropa pero cuidaba perfectamente dos imágenes.
Los orbes dorados se apartaron de esas fotos al encontrarse a Seth vestido de unas simples bermudas y una remera de mangas cortas en donde no pudo evitar fruncir el ceño al verlo tan desabrigado.
—¿No tienes frío?
—Oh... siento el frío pero no tengo el frío que un humano normal.— le sonrió.— gracias a mi alta temperatura no lo percibimos como los demás.
—Entiendo.— murmuró aún con el ceño fruncido.
Seth al notar las fotos en la mano del vampiro se acercó aún más al vampiro y miró con curiosidad las dos fotos que agarró, decepcionado un poco al no verse allí.
—¿Recordaste algo?— preguntó esperanzado que al ver la negación por parte del vampiro, se puso más triste.— oh... ya veo.
Alexander al verlo de aquella manera no sabia que hacer.
—Me gustaría recordar.— habló con dudas.— pero... prefiero dejarlo atrás y crear nuevos recuerdos.
》Contigo.《
Los orbes del lobo brillaron como estrellas en el cielo nocturno, al escuchar esas palabras que el vampiro sonrió al haber logrado levantar ese brillo en la mirada del lobito.
Hasta que procesó la última palabra.
—Contigo y tu hermana.— se corrigió avergonzado.— crear nuevos recuerdos con ustedes.
—¡Si!— habló emocionado el lobo.— ¡Podemos hacer lo que hacíamos antes!
—¿Y que hacíamos antes?— preguntó curioso.
—¡Mirábamos películas de terror!— gritó emocionado, comenzando a caminar de un lado a otro, enumerando las actividades.— ¡Jugabas conmigo con el barro! ¡Íbamos a la playa! ¡Nadábamos en el mar! ¡Tú y mi hermana se tiraban del risco y, y yo también puedo hacerlo! ¡Y ahora podemos hacer muchas cosas nuevas!
》¡Como... como correr en el bosque! ¡Jugar a las escondidas! ¡Te puedo acompañar a cazar! ¡Podemos hacer muchas cosas ahora que soy un gran lobo!《
Alexander miró con ternura escuchando cada palabra salida del cachorro.
—¿¡No te parece genial Alex!?— gritó emocionado el lobo mirándolo de frente que al darse cuenta como lo llamó, con timidez le preguntó.— ¿Te puedo decir Alex?
—Por supuesto que si Seth.— sonrió.— y me parece genial... pero no puedo que pueda ir a una playa.
—¿Por que?— preguntó confundido, girando la cabeza hacia un costado.
—Por el sol.
—Oh... no tienes porque preocuparte por eso.— hablo con una sonrisa en sus labios, amando con más intensidad el clima nublado de su hogar.—aquí en la Reserva hay una playa.
》Y a muchos no les gusta ya que el cielo la mayoría del tiempo está nublado.《
—Como en esta foto.— siguió con la explicación, agarrando una de las fotos recorriendole a ambos escalofríos al rozar sus dedos que ambos intentaron ignorar.— ¿Ves? Aquí estas en la playa de la Reserva.
Alexander se colocó a su costado y observó una vez más la foto que no había dejado de mirarla desde que la encontró.
—¿Y quién es el?
—Él es...— negó con la cabeza y con una tristeza en sus orbes miró al hombre que abrazaba por los hombros a Alex.— era mi papá.
》Falleció hace unos tres años.《
—Oh..— susurró doliéndole el pecho al enterarse que ese hombre que lo abrazaba con tanto cariño había fallecido, que no importaba que no lo recordara sus sentimientos todavía seguían allí. Alexander miró al lobito que este se encontraba perdido, acariciando la figura de su padre en la foto.— lo siento.
—No... esta bien.— susurró.— se que en donde sea que esté, nos está cuidando.
》A mi, a Leah y a ti.《
Alexander se sorprendió al escuchar esas palabras.
—¿A mí?
—Papá te quería como un hijo.— habló, está vez mirando al vampiro que ambos no se dieron cuenta de la cercanía que tenían. Sus cuerpos casi pegados y sus rostros a poco centímetros que el menor debía levantar un poco la cabeza para mirarlo a esos orbes ámbar.— y estoy seguro que él hizo todo lo posible para que vuelvas aquí.
》Seguro que no quería en estos términos, ya sabes... en peligro a punto de enfrentarnos a una realeza vampírica pero no importa...《
— Logró que nos volviéramos a encontrar.
Alexander tragó saliva sin saber que decir antes esas palabras tan sinceras y cálidas que causó que su helado corazón se derritiera al ver tan de cerca esa sonrisa brillante y esos orbes achinados junto con sus mejillas rojizas.
Por un momento creyó que su corazón volvía a latir, y que esos latidos eran acelerados.
Además, estaba seguro que si fuese humano... estaría sonrojado hasta las orejas como el lobo en frente suyo, que al notar la cercanía de ambos dio un paso hacia atrás y carraspeó intentando prestar atención a la foto.
—¿Y quién es él?— señaló a la otra persona al lado suyo, humano.
—Él es Samuel Uley, el ex de mi hermana.— murmuró incómodo al hablar de él y molesto por la distancia que tomó el vampiro con él.— tu y él eran mejores amigos.
—¿Éramos?
—Si... no se que pasó.— le susurró.— tu después te fuiste así que nunca le contaste a Leah porque te peleaste con el.
》Pero creo que fue por la transformación.《
—¿Transformación?
—El es el alfa de la otra manada.
—Oh...— murmuró procesando esas palabras.— ¿Que te parece que me cuentes más de él y de las manadas mientras vamos a la casa Cullen?
》Tu hermana si se entera que estuviste mucho tiempo conmigo me matará.《
—No la dejaré hacerlo.— frunció el ceño el lobo, molesto ante ese comentario.— yo te protegeré.
—Bien, mi lobo guardián.— habló con una sonrisa en sus labios, pasando por al lado del menor.— andando.
Seth se quedó congelado al escucharlo decir 》Mi lobo《 salir de los labios del vampiro, sintiendo sus mejillas más rojas que antes y su corazón latiendo más rápido, pero que al verlo caminar más lejos de él, corrió hacia el vampiro hasta colocarse a su lado en donde comenzó a explicarle todo lo que había pasado antes de la aparición de Isabella Swan a sus vidas, sus vidas como humanos desde como se conocieron, sobre la abuela de Alexander (que el vampiro recordó aquella foto de la señora que lo abrazaba cuando era un niño) que su fallecimiento había sido uno de los principales motivos de haberse ido de la Reserva. Tambien le contó la amistad con su hermana y un poco de Samuel Uley que le explicó que hubo una semana que desapareció para luego de tres días de haber aparecido rompiera el corazón de su hermana para irse con su prima.
Luego siguió contándole sobre el fallecimiento de su padre que falleció de un infarto, para después de una discusión entre su hermana y su madre, Leah se transformara en un lobo al igual que él, que al ver la situación y ver a su hermana en un gigante lobo blanco algo en él había despertado también transformándose en un lobo color arena. Después se unieron a la manada de Samuel, se enfrentaron a un grupo de neófitos en donde Alexander al escuchar al lobito que estaba agradecido con el lector de mentes por haberlo salvado de un tal Riley, un sentimiento de preocupación y molestia apareció en su corazón que intentó con todas sus fuerzas ignorar.
—Luego fui a la boda de Bella.— siguió, ambos caminando hombro a hombro y lo miró.— allí vi a tu familia pero tu no estabas.
—No me sentía cómodo yendo a una boda que ni siquiera conocía a los novios.— murmuró Alexander.— además no quería arriesgarme a morder a un humano...
—Entiendo..— murmuró mirando al frente.— pero... ¿Ves?
》Si hubieras ido a la boda también nos hubiéramos vuelto a ver.《
Sonrió.
Alexander miró sorprendido al cachorro y también le sonrió, llevando su mano hacia los cabellos oscuros del lobo y lo despeinó juguetonamente.
—Tienes razón.— habló disfrutando de la pequeña risa que salió de los labios del lobo.— ¿Que más pasó?
—Bueno... después Bella vino embarazada de Ness.— siguió explicándole, viendo a lo lejos la casa Cullen.— Sam quería matar a la impronta de Jake y a Bella, pero el no lo iba a dejar así que se separó de la manada y se convirtió en alfa.
》Y yo me fui con él.《
—¿Por que te fuiste con él?— preguntó curioso.
—Porque era lo correcto.— habló con sinceridad.— Bella seguía siendo humana, y nuestra ley es proteger a los humanos.
—Entiendo.
—Y bueno... nació Ness, Jacob se imprimió en la hija de Bella, todos nos salvamos hasta ahora.— comentó.— tú hermana vio a Ness y bueno ya sabes el resto.
Alexander asintió con la cabeza decepcionado de su hermana al ver la decisión precipitada que tomó, sin hablarlo con ellos y sin buscar alguna explicación.
—Si... me siento decepcionado de ella.— murmuró con el ceño fruncido hasta que recordó un detalle que le llamó la atención mientras escuchaba atentamente la historia del lobo.— repetiste una palabra... imprimó y impronta... ¿Que significa?
Seth se tensó y abrió la boca sin saber que decir cuando le llamó la atención como Nessie estaba en frente de un vampiro de orbes rojizos, junto con Bella, Edward y Jacob.
—Vaya... vino un testigo.— habló Alexander, sorprendido.
Los dos se acercaron hacia el grupo, mirando con curiosidad como el vampiro agarraba la mano de la híbrida y que con un suave movimiento de muñeca, el vampiro apartó sus manos de la niña dejándose ver un chiquito pero visible remolino de aire, tirándolo hacia arriba.
—Benjamín puede influenciar con los elementos.— escuchó la voz del cobrizo.
—Increíble...— susurró Seth, con sus orbes brillando de emoción llamando la atención de Alexander.
Todos los presentes, escucharon pisadas rápidas viniendo hacia ellos. Los cuerpos de los lobos se tensaron, todos miraron atentamente el bosque esperando la llegada de aquellas sanguijuelas. Que en menos de un segundo, aparecieron en frente de ellos, dos mujeres de ojos rojos, ambas de piel canela, altas, una con cabellos negros largos y otra de cabellos rizados, las dos vestidas con ropa que parecía ser de una tribu.
—¿Quiénes son?— escuchó preguntar la Swan.
—Son Zafrina y Serena.— respondió el lector de mentes.— son del Amazonas.
—¿¡Amazonas!?— preguntó emocionado el lobo.— ¡Eso es genial!
》¿¡Escuchaste Alex!? ¡Están viniendo de todas las partes del mundo!《
Alexander sonrió ante la emoción del cachorro disfrutando el verlo emocionado y contento cuando el ambiente tranquilo se terminó ante el grito furioso de una loba.
—¡Dame esa maldita foto sanguijuela apestosa!— rugió furiosa Leah.
Ante los ojos de los testigos, de Edward, Bella, Reneesme, Alexander y los dos lobos, observaron a una vampira que corría de un lado a otro, moviendo varias fotos en sus manos, burlándose de la loba que la seguía.
—¡Me las quiero quedar!
—¡No!— chilló furiosa, acercándose a la vampira que al estar cerca de ella, la vampira corrió hacia otro lado.— ¡Me transformaré y te arrancaré la maldita cabeza!
—¡Quiero que lo intentes cachorra!— se burló la vampiresa, apoyada en un árbol mirando una de las fotos.— awww... ¡Mira estas trencitas, te ves tan adorable!
》Me preguntó que te sucedió.《
Leah rugió y corrió hacia ella, en donde la vampira se subió a una rama.
—¡Baja de ahí cobarde!— gritó la loba desde abajo.
—¡Me encanta esta foto!— chilló Amber, mostrándosela a la loba desde arriba.— ¡Mira esos cachetitos!
Leah roja como un tomate gruñó fuertemente.
—¡Seth!— le rugió furiosa hacia su hermano menor, que éste se escondió detrás de Alex.— ¿¡Que diablos hacen estas fotos aquí!?
—¡Yo se las di a Alex!
—¡Alexander!— le gritó ahora a su viejo amigo.
—¡Ella apareció de la nada!— se defendió.— ¡Y me quitó el álbum!
—¿¡Le diste el álbum familiar a estas apestosas sanguijuelas!?— gritó colérica.— ¿¡Cómo se te ocurrió hacerlo!?
—¡Quería que Alex nos recordara!— se defendió ahora saliendo de su escondite y colocándose en frente de él.— ¡Y no te pongas así, ella también debe conocerte ya que es tu..!
—¡No te atrevas a terminar esa frase Seth Clearwater!
El menor aplanó los labios enojado con su hermana.
—Oye... me dio curiosidad — llamó la atención la vampira, tensando los músculos de los lobos.— ¿Soy tu que cachorra?
Leah miró con furia a su hermano para luego clavar su mirada en la vampira castaña y dijo.
—Nada, no eres ni serás nada para mí.
—Leah.— advirtió el alfa.
—¡No te metas Jacob!
Fue lo último que gritó la loba para salir corriendo hacia los árboles y transformarse en el lobo blanco.
Quedando un ambiente tenso en el lugar.
Seth frunció el ceño sin comprender el comportamiento de su hermana, para luego mirar a la vampira que se había quedado parada arriba de la rama mirando en la dirección que se había marchado la loba.
Su rostro estaba serio, intimidando al lobo.
—Amber.
La castaña miró hacia abajo, encontrándose al cachorro y bajó de un salto hasta estar en frente de él.
Le sonrió, aunque esa sonrisa no era verdadera.
—Toma.— le entregó las fotos.— después de todo son de tu familia.
Seth con dudas agarró las fotos y miró al rostro de la vampiresa, encontrándose que esos orbes rojizos estaban llenos de tristeza.
—Puedes quedarte con una.— le mostró las fotos.— no creo que se enoje mi mamá.
—¿Seguro?
—Si, Leah deberá aceptarlo.— le habló, observando como la vampira eligió una foto, que se podía apreciar a su hermana, ya adulta antes de la transformación, sentada en la arena de la playa en donde había pequeños rayos de sol que apuntaban a su rostro mientras sonreía a la cámara.— solo dale tiempo, ¿Si?
—Esta bien.— murmuró mirando la foto para luego mirar al lobito.— te haré caso futuro cuñado.
Seth se rió.
—Eres genial.— le habló contento.— estoy feliz de que aparecieras en la vida de mi hermana.
Amber miró sorprendida al lobito en frente suyo que le sonreía radiante, provocando que el corazón de la castaña se derritiera.
—Yo también estoy feliz de haberlos encontrado.
Sue Clearwater se encontraba sentada en el sillón de su casa sonriendo con nostalgia al observar las fotos del álbum familiar, que Seth lo volvió a traer a su hogar un poco desanimado ya que no había funcionado su plan.
Suspiró.
Al haberse enterado que Alexander, ese niño que lo habían aceptado como a un hijo más, era un vampiro varias emociones se mezclaron en su corazón.
Temor y alivio.
Temor al saber que era una de esas criaturas, enemigas de los lobos. Pero aliviada al saber que era como los Cullen y que según su hijo, que era el más emocionado de tener Alexander de vuelta con ellos, el vampiro seguían siendo el mismo de siempre.
—Que raro...— murmuró frunciendo el ceño, acariciando el espacio vacío.— estoy segura que aquí había una foto.
Seth le había dicho que una foto se la había quedado una vampira, que resultaba ser la impronta de su Leah, que la loba todavía no aceptaba la idea.
Por lo tanto... hay otra foto que no estaba allí.
—Me pregunto si...— murmuró para si misma, recordando perfectamente la foto que faltaba para luego sonreír cerrando el álbum.— espero que todo salga bien.
Mientras tanto en la casa Cullen, en una de las tantas salas libres, había un vampiro apoyado en la pared observando la foto que tenía entre sus manos.
Sonrió y apreció la imagen del menor Clearwater, sonriéndole solo para él.
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¡Aquí está! Después de casi un mes sin actualizar, aquí tienen el capítulo.
¿¡Qué les pareció!?
¿Que parte más les gusto?
¡A mí me encantó escribirlo!
Literalmente lo amé, me lo imaginaba y me moría de ternura.
Espero que les haya gustado.
Please, voten.
¡Las amo con todo mi corazón!
~M.
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