Capítulo 10
—No puedo creer que Sam dejara pasar a las dos sanguijuelas.— pensó irritada Leah mirando el mar de La Push.— ¿Como se le ocurre?
—¿Puedes quitar esa cara de perro amargado y disfrutar esta navidad?
Leah miró furiosa a la vampira que ésta se sentó a su costado en la arena, mientras observaba el horizonte. La Quileute se quedó mirando el rostro de la castaña, en donde no tenía ninguna imperfección, su piel suave, tersa de color miel, labios finos maquillados con un rojo fuerte y esos orbes...
—¿Te gusta lo que ves?
Leah bufó avergonzada y apartó su mirada, para mirar hacia el horizonte.
—Estas loca.— murmuró Leah hacia la vampira.— ¿Como se te ocurre ir a la casa de mi padrastro? Ellos son humanos, mi madre es humana... tú te alimentas...
—De sangre humana.— le interrumpió.— si... hubo un tiempo que me alimenté de las personas pero eso fue hace 30 años atrás.
Leah la miró sorprendida.
—¿Cómo?
—Lo que escuchaste.— le respondió mirando a la loba, cruzando miradas.— hace 30 años dejé de matar...
》Si mis ojos son rojos es porque me alimento a través de bolsas de sangre.《
Leah parpadeó varias veces sin poder creer lo que acababa de escuchar. Abrió la boca queriendo decir algo pero la cerró de vuelta sin saber muy bien que decir.
—Aunque no niego que fue difícil.— volvió a hablar la castaña, disfrutando de la brisa de la playa.— realmente me costó mantenerme firme a no matar a tu padrastro o a tu madre.
》Creí que sus aromas a perro mojado junto con el de nuestras especies lograría tapar el aroma de la sangre.— negó con la cabeza.— pero era más fuerte, fue realmente una lucha conmigo misma.《
—Realmente supiste fingirlo bien.— susurró la loba, sorprendida.— hablaste con Charlie muy cómoda, hasta le caíste bien.
—Me tenía que ganar al suegro, ¿No?— se burló, en donde al ver la mirada seria de la loba junto con sus mejillas rojas, rió y dijo.— ya, estaba jugando cachorra.
》Pero a mi también me cayó bien, es simpático y parece ser un buen hombre.《
—Lo es.— habló Leah, mirando al mar, sintiendo la mirada rojiza de la vampira.— y estoy feliz de que esté con mamá...
》Estoy feliz de que ella haya encontrado a alguien más para seguir con su vida.《
—Tu padre...
La vampira logró notar como la mirada de la loba se oscurecía de tristeza.
—Él murió.— murmuró.— un infarto al corazón... todo por una maldita sanguijuela...
—Lo siento mucho... habrá sido muy difícil para ti y tu familia.
—Lo fue.— murmuró Leah, abrazando sus rodillas con fuerzas.— fue un infierno para mí y mi hermano.
》Todavía no éramos metamorfos, éramos simples humanos, ignorantes del mundo sobrenatural que nos rodeaba. La muerte de papá y el dolor de mi ruptura con Samuel provocó que una ira y un gran dolor surgiera de mis extrañas explotando en el peor momento convirtiéndome en un maldito y estúpido perro, que como si hubiera sido una cadena, Seth se transformó a la par mía.《
Leah no iba admitirlo pero hablar con alguien sobre lo que vivió y pasó desde la ruptura con Samuel, el fallecimiento de su padre hasta ahora, incluyendo el unirse a la manada de su ex, soportar los tratos de los que debería considerar sus "hermanos" y el ejército de vampiros junto el nacimiento de la causante de que estuviera hablando en este momento con la vampira, le estaba haciendo muy bien. La Clearwater notaba que la vampira era buena escuchando y hasta le estaba dando consejos de superación y control de emociones, que la sorprendió como el ambiente entre ellas era relajado como si fueran amigas desde hace mucho tiempo.
—Gracias.— susurró avergonzada Leah al darse cuenta que había juzgado mal a la castaña de ojos rojos que la miraba confundida.— por escucharme y dar tus consejos.
》Yo... no he tenido oportunidad de descargar todo lo que siento y lo que sentí, la carga que llevo sobre mis hombros... gracias en serio por escucharme.《
Amber rió negando con la cabeza y le respondió.
—Tómalo como mi regalo de navidad.— sonrió ladinamente.— Se que no te caigo bien y ahora se... porque detestas la idea de la imprimación y de que claramente estabas esperando otra cosa, sin embargo... no importa cuanto me odies y me grites, quiero que sepas que estaré allí para ti, ¿Si?
》Tómame como una amiga, creo que eso es lo que necesitas en este momento y yo puedo serlo.《
Leah Clearwater se había quedado muda ante las palabras de la castaña. Sus orbes comenzaron a ponerse borroso comenzando a sentir que sus hombros se aflojaban, que un gran peso en su corazón desaparecía por completo.
Por fin alguien la escuchó.
Por fin alguien consideró sus sentimientos.
Por fin alguien la vio tal como era ella.
Por fin alguien la entendió.
Leah luchó por no llorar y en voz baja susurró.
— Gracias... Amber.
La vampira sonrió cálidamente y respondió.
—Estoy aquí para lo que necesites.
—¿A donde vamos?
—¡Ven! ¡Ven! ¡No mires!— le reprochó Seth tironeando del brazo del vampiro, vigilando que no mirara.
—No estoy viendo.— le respondió con una sonrisa en sus labios.— pero debo decir que me pone un.. poquito nervioso no saber a dónde estoy yendo.
—¿Confías en mi?
—Por supuesto.
Seth sonrió al escuchar esa respuesta, sintiendo un sentimiento cálido en su pecho.
—Entonces camina y no hables.— le respondió, tironeando del brazo.— ya estamos llegando.
Alexander se dejó guiar por el lobo teniendo sus sentidos del oído y del olfato más desarrollados al tener los ojos tapados por una venda. Frunció el ceño al escuchar el movimiento de las olas y el aroma a sal característico del mar.
Sabia que estaban cerca de la playa, según lo que le dijo Seth, estaban en La Push, un lugar al que siempre iban.
Pero estaban bastante lejos donde se encontraban Amber y Leah ya que sus aromas y la conversación que tenían lo dejó de escuchar.
¿Donde estaban yendo?
¿Donde le estaba llevando el lobito?
—¿Ya llegamos?
—¡No!— gruñó molesto el lobo.— yo te diré cuando lleguemos.
》Ahora, cuidado con una roca, levanta la rodilla derecha a 90 grados y agárrate de mi mano, ¿Si?《
Alexander sin dudar de las palabras del lobo hizo lo que le dijo y con fuerzas, sin sobrepasarse, afianzó el agarre entre sus manos subiendo a la roca.
—¡Listo!— chilló emocionado, colocándose atrás del vampiro que casi en puntitas de pie le quitó las vendas.— ¡Ta-da!
Alexander lo primero que vio al no tener la venda sobre sus ojos, fue el abasto cielo cubierto de nubes grises sobre su cabeza.
Estaban en una zona alta.
Sus orbes dorados se clavaron en el borde de un precipicio y maravillado por la vista del mar agitándose con furia y la arena blanca en su lado izquierdo. Se acercó un poco hasta el borde y miró hacia abajo encontrándose las olas chocar contra la gran pared de piedra sabiendo que si fuera humano y caería allí, moriría ahogado o con un gran golpe en la cabeza por las olas y las rocas.
—Cuando veníamos a la playa, Samuel y tú se tiraban por el risco como diversión.
Alexander se sorprendió al escuchar aquellas palabras y miró detrás suyo encontrándose al cachorro con una gran sonrisa en sus labios.
—¿En serio?
—Sip.— respondió contento colocándose al lado del vampiro para señalar a un extremo más abajo.— aunque se tiraban de más abajo.
》Yo siempre quise tirarme contigo pero no me dejabas.《
Alexander ignorando la queja del menor miró hacia abajo y un destello de un recuerdo apareció repentinamente en su mente.
—¡Alex!
El castaño miró hacia atrás encontrándose a un Seth de trece años, cabellos largos, oscuros, más bajo con su sonrisa radiante.
—¿Que haces aquí Seth?
—Quería estar contigo.— murmuró sonrojado al ver cómo Alexander se acercaba a él.— además que mi hermana y Samuel comenzaron a besarse iugh...
Alexander rió negando con la cabeza y lo despeinó juguetonamente.
—Algún día te vas a enamorar y no vas a querer separarte de ella nunca más.— respondió burlonamente el castaño.— y por cierto esa no era mi pregunta...
》¿Por que estas aquí? Es peligroso.《
—Entonces también es peligroso para ti.— refufuñó el menor Clearwater cruzándose de brazos.
—Si, pero yo tengo cuidado.— respondió seriamente.— Además que es una zona para grandes, tu tienes que ir allá abajo en la arena.
—¿Por qué?— se quejó el menor pisoteando el suelo.— ¡Yo también tengo cuidado!
》Además si estoy contigo no me pasará nada.《
—Por supuesto que no.— respondió firme Alexander.— prefiero morirme ante de que te suceda algo.
》Además tu hermana y tu padre me matarían primero si te llega a pasar algo bajo mi cuidado.《
—Te corto las bolas si le llega a pasar algo a mi hermanito y tú no estas con él.
Alexander rió avergonzado ante aquellas palabras amenazadoras de su linda y mejor amiga, Leah.
—Que linda es Lee Lee.— se burló el castaño.— yo también te quiero.
Leah rodó los ojos para luego mirar a su hermano que se escondía detrás de Alexander.
—Tú, ve abajo.
—¡Pero!
—Ahora.
—Hazle caso a tu hermana.— le dijo Samuel apareciendo detrás de la pelinegra.— espéranos abajo.
Seth hizo un puchero molesto de que lo traten como un niño hasta que sintió una mano sobre su cabeza volviendo a despeinarlo.
—Vamos, espérame allí ¿Si?
—Pero yo quiero saltar contigo.
—Por supuesto que no.— hablaron los tres a la vez.
—Es peligroso.— continuó Samuel.— cuando seas más grande te enseñaremos pero ahora no.
—¡¿Me enseñarás a saltar Alex?!— chilló emocionado el menor.
—Amm... si...— dudó.— pero en unos años más... cuando seas mayor de edad...
—¡Esta bien! Me conformo.— sonrió radiante hasta que volvió a hacer un puchero.— pero no quiero ir a la playa me quiero quedar aquí.
—Solo nos vamos a tirar una vez.— explicó Alex.— te quedarás solo aquí arriba, anda ve abajo y observa como se tiene que saltar para que no te lastimes.
Seth aún con un puchero en sus labios, refufuñó de brazos cruzados.
—Esta bien.
Alexander sonrió con ternura viendo marchar al menor Clearwater pisando fuerte molesto por no quedarse con ellos.
—Pero ahora que soy un gran lobo... ¡Puedo saltar contigo!
Las palabras del menor lo hicieron volver a la realidad. Seth al ver su rostro como si estuviera en shock lo preocupó.
—¿A-Alex? ¿Estas bien?
El vampiro parpadeó varias veces volviendo en sí y miró al cachorro que lo miraba con sus ojitos negros brillando de preocupación y un sentimiento cálido se instaló en su frío corazón.
Seth no cambió para nada.
Seguía siendo el mismo niño tierno y amable de siempre.
—Yo...— sonrió para tranquilizarlo llevando su mano a la cabeza del menor y despeinarlo, ignorando sus quejas.— yo acabo de recordar.
Seth se tensó como la cuerda de un violín y miró sorprendido a Alexander con su boca abierta en una perfecta O.
—¡¿En serio?!— chilló emocionado Seth agarrando la mano en su cabeza y la apretó fuertemente entre las suyas.— ¡¿Que recordaste?! ¡Dime, dime!
Alexander rió divertido ante la emoción del cachorro, no dudaba de que si estuviera en su forma de lobo estaría agitando su rabo de un lado a otro como un perrito.
Era demasiado tierno de imaginar.
—Recordé que estaba allí abajo.— señaló con su mano libre la zona de su recuerdo mientras disfrutaba del cálido agarre de su otra mano con la piel caliente del lobo.— y tú apareciste porque querías verme y de paso en ese momento...— dudó.— tu hermana estaba con Samuel besándose.
—Iugh.
Alexander rió a carcajadas y entre risas dijo.
—Y también hiciste ese gesto.— se burló tocando suavemente la nariz con la punta de su dedo.— luego tu hermana apareció con Sam amenazándome de que si te llegaba a pasar algo me cortaría en pedacitos para luego regañarte porque querías saltar conmigo en el precipicio y los tres te dijimos claramente que no y con un puchero en tus labios te fuiste a la playa a esperarnos.
—Vaya...— susurró sintiendo sus mejillas rojas, soltando la mano del vampiro y se rascó la punta de su nariz muy avergonzado.— no recuerdo eso.
》¡Pero no importa! ¡Porque te acordaste de nosotros! ¡Debo, debo contárselo a mamá y a Charlie! ¡Y a Leah! ¡También a Jacob! ¡Si! ¡Se lo debo contar! ¡Porque te acordaste de nosotros Alex! ¡Te acordaste de mí!《
Alexander sonreía feliz y divertido al verlo parlotear tan contento al menor Clearwater que saltaba en su lugar.
Hasta que la felicidad se terminó.
Como si fuera todo más lento el pie derecho de Seth presionó una zona quebradiza del suelo provocando el desprendimiento de éste.
Y todo sucedió más rápido.
Seth cayendo de una fea manera del acantilado, que no importaba si fuera un lobo de dos metros de altura, claramente podría salir lastimado.
—¡SETH!
Alexander sin dudarlo se arrojó al vacío luchando contra la gravedad para agarrar la mano del menor que miraba sorprendido hacia él. Sus dedos se tocaron varias veces hasta que Alexander sujetó con fuerzas la muñeca del menor, lo atrajo hacia él y lo abrazó por la cintura, que antes de chocar contra las fuertes olas y las piedras que sobresalían, giraron en el aire, para que el vampiro recibiera el mayor daño posible y que el lobo no sufriera ningún riesgo.
—¡Respira profundo!— le ordenó Alexander antes de chocar contra el fuerte mar.
Alexander escuchó el sonido de Seth para tomar aire para luego sentir un fuerte golpe contra su espalda, que si fuera humano no creo que hubiera sobrevivido ante el golpe ni mucho menos con el mar agitado que los quería hundir. El castaño sin la necesidad de respirar ni de cerrar los ojos vio y sintió como Seth se agarraba a él con fuerzas como si fuera su salvavidas.
Alexander nadó para salir a la superficie sujetando fuertemente por la cintura del menor para que no se separara hasta que salieron al aire. Seth jadeó por aire y tosió un poco aún abrazado con fuerzas al cuello del vampiro.
—¿Estas bien?— preguntó preocupado Alexander, aun sujetando con uno de sus brazos la cintura del menor y con la otra mano tocando la cabeza queriendo verlo para ver si tenía alguna herida pero Seth se escondía en el hueco de su cuello.— ¿Seth? ¿Te duele algo? ¿Te lastimaste? Dime... por favor.
—N-No...— susurró tan bajo que aún con su audición vampírica le costó entender.
—¿No?
—N-No, estoy bien.— tartamudeó asustado abrazándose más al vampiro no queriendo que lo vea con sus ojos llorosos.— ¿Po-Podemos ir-ir a la playa?
—Si...— susurró Alexander preocupado por los temblores del menor hasta que su vista se clavó en la playa ahora asustándose él.— mierda.
—¿Que pasa?— preguntó Seth sin salir de su escondite, sintiéndose él y su lobo protegido ante el aroma del castaño.
—Tu hermana sin duda me matará.
—¡Vas a morir Alexander!
—Prácticamente él ya esta muerto.
—¡Tú no lo defiendas!
—Si... claramente tu hermana me cortará en pedacitos.— pensó asustado y muy preocupado por el estado del lobito que sin perder más tiempo nadó hasta la orilla para alejar al menor Clearwater del agua.
La noche había caído y todos se encontraban reunidos en la profundidad del bosque. Jacob se acercó con unas grandes leñas y las colocó en el medio de varias piedras, y troncos mas apartados en el suelo.
Jacob miró al vampiro egipcio de nombre Benjamin, que éste sonrió y mostró su dedo índice con un pequeña llama a su alrededor, luego hizo aparecer cinco y los arrojó hacia la leña, comenzando una pequeña fogata.
—Esto si me gusta.— susurró Jacob, sentándose en uno de los troncos, al lado de Benjamin y Tia.— una hoguera antes de la batalla.
》Contando historias de las guerras...《
Jacob hizo una mueca con sus labios al ver a los vampiros parados como piedras hablando entre ellos. Pero lo que más le llamó la atención fue ver a la impronta de su beta hablar con su familia, más con la impronta de Leah, el castaño y el rubio amargado que estuvo a punto de irse cuando el Denali le pidió que no se fuera todavía, necesitaba algo de él.
—O quedarse allí como estatuas...— susurró lo último de mal humor.
—Nombren cualquier batalla.— interrumpió Garrett sentándose en uno de los troncos.— yo estuve allí.
—Pequeño gran cuerno.— respondió Jacob, con una sonrisa en sus labios.
—Estuve a punto de morder a Coster.— respondió con una pizca de orgullo.— pero los Indios llegaron primero.
Jacob aplanó los labios de disgusto.
—El asalto de Oleg a Constantinopla.— apareció Kate sentándose en las piernas del castaño con una sonrisa ladina en sus labios.— él no lo ganó solo.
—Si hablamos de batallas.— apareció un vampiro grandote de cabellos rojizos.— hablemos de la guerra de los once años.
》Nadie hace rebeliones mejores que los irlandeses.《
—Pero perdieron la guerra de los once años.
—Si...— se rió el vampiro.— pero fue una tremenda rebelión.
Garrett le dio la razón.
—Cuando nosotros regimos.— comenzó a hablar el peliblanco, sentándose en uno de los otros troncos siendo acompañado por su hermano, llamando la atención de todos que se acercaron a escuchar su historia. Jacob aplanó los labios algo molesto por el ataque hacia su beta, que tampoco le pasó desapercibido la mirada tensa del clan Denali y más la mirada de desagrado por parte de la impronta de Seth.— lo teníamos todo.
》Presas, diplomáticos, chupamedias... tal era nuestro poder, pero nunca nos pusimos sobre los blancos ni dijimos que eramos Santos.《
Jacob dejó de prestar atención a la historia ya que recordando a la impronta de Seth recordó que estaba preocupado por el menor Clearwater.
Supo por Leah, una muy furiosa Leah, que Seth estaba en su casa castigado por unas horas porque tuvo un accidente en el acantilado que claramente lo asustó, sin embargo ese no era el tema de que su segundo beta también estuviera decaído.
Por lo que había entendido y visto por la conexión lobuna cuando Leah se transformó, fue a un Seth llorando abrazándose y repitiendo las palabras 》Lo perdí《 para luego seguir tartamudeando con sollozos y lágrimas 》Perdí tu regalo de navidad, perdí la pulsera que lo hice para ti.《 en donde la impronta del menor le dijo que no importaba, que ahora lo importante es que estuviera bien.
Pero eso hizo sentir peor a Seth.
Hasta le había gritado enojado y dolido en la cara que era muy importante su regalo porque también le tenía que decir algo de suma importancia que Jacob lo supo inmediatamente sobre que era.
Aún así Alexander le pidió que se calmara y que olvidara su regalo y lo que tenía que decirle se lo podía decir cuando fuera a su casa y se cambiara la ropa mojada por seca y tomara algo caliente, completamente preocupado por la salud del menor.
Y Seth a regañadientes, molesto y muy triste le hizo caso.
El Black suspiró cansado y tenso.
—Jacob.
El alfa se sorprendió al ser llamado y levantó su mirada del fuego para encontrarse con unos orbes dorados mirándolo con decisión.
—Necesito hablar contigo.
—¿Yo?— se señaló sorprendido, que al ver el asentimiento de cabeza de la impronta de su menor beta, preguntó.— ¿Que sucede?
—Necesito tu ayuda.— habló seriamente.— y el permiso de Samuel.
Jacob frunció aún más el ceño confundido al escuchar aquellas palabras y más al ver a la impronta de Leah, a las sanguijuelas Denali, junto con el rubio amargado, el vampiro de cabellos castaños despeinado y el vampiro egipcio a su lado levantándose con una sonrisa emocionada en sus labios.
¿Que estaba sucediendo allí?
—¿Que es lo que quieres hacer realmente?— preguntó levantándose también del tronco mirando fijamente a la impronta de Seth.
—Quiero que nos ayudes a que Samuel nos deje pasar a la Reserva.— habló decidido Alexander observando como el lobo alfa lo miraba sorprendido y más confundido que antes.— Debo buscar mi regalo.
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¡Maratón 1/3!
¡Hoy, 7 de agosto cumple su primer añito!
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Cuídense.
Nos vemos dentro de unas horas <3
~M.
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