14. Mamba negra

Se dirigían a toda velocidad hacia Glasswell por donde le indicaba Lander, tardaron más de medio día en llegar hasta allí a través de caminos y bosques. Cuando llegaron el caballo estaba agotado y lo dejó libre para que descansara.

- Jack: ya hemos llegado te llevaré a casa.

- Lander: de acuerdo es por aquí.

Andaban por el pueblo con sigilo para que la serpiente no los detectase, y llegaron a su casa en la que ambos entraron. Los padres fueron a abrazarlo.

- Jack: volveré, mantenerse en casa.

- Padre: ¿Quién eres?

- Jack: soy un aventurero, Lander les explicará todo. ¿Saben dónde se encuentra la mamba?

- Padre: la han visto volver al norte, allí hay una laguna, debe estar por esa zona.

- Jack: gracias, métanse en casa y no salgan hasta que yo vuelva.

- Madre: de acuerdo.

Se fue en dirección norte atravesando una pequeña arboleda por un camino de árboles caídos y con un gran surco en el suelo del reptar de la serpiente. Estaba a un kilómetro del pueblo aproximadamente y llegó a un claro con una laguna dónde parecía haberse metido la serpiente.

- Jack: Saal culebrilla, la comida ha venido a verte.

Empezó a hacer ruido con su cuchillo y su espada, y a tirar piedras a la laguna durante un rato hasta que el agua empezó a agitarse y comenzó a salir algo de allí, fue hacia otra parte de la orilla de la laguna y comenzó a animarla a ir a por él. La mamba negra era enorme, le tapó el sol cuando comenzó a salir creando una gran sombra y tras llamar la atención del monstruo salió corriendo a toda velocidad a través del bosque a una dirección diferente al pueblo para alejarse lo máximo posible. Destrozaba algo a su paso, no era muy rápida pero debía medir unos cincuenta metros de longitud con piel oscura y muy dura aparentemente, además ocupaba mucho terreno por lo que Jack no tenía tiempo para mirar atrás.

Siguió corriendo hasta llegar a una pradera lo suficientemente lejos para combatir sin ninguna distracción, ya que cualquier fallo le podría costar la vida.

- Jack: que empiece la marcha.

La serpiente gigante fue con la boca abierta para poder tragarle sin problemas, y lo hubiera conseguido si Jack no lo hubiese esquivado. Usó su enorme tamaño en su contra, pues mucho más sencillo atacarle en distancia de corta dónde podría tener menos maniobrabilidad, usaba su espada contra el monstruo pero la piel era demasiado dura y no lograba atravesarla, es más, ni siquiera le infligia ningún tipo de dolor. La mamba empezó a reptar en círculos mientras Jack le seguía atacando y el no pudo darse cuenta hasta que había creado un cerco creado por el cuerpo de la bestia e iba cerrando y amontonando en varios pisos. Tras verse atrapado intentó salir de allí saltando el cuerpo pero lo movía para no dejarle hacerlo y comenzó a intentar devorarlo lanzando mordisco contra él. Algunos eran bloqueados con su espada y otros esquivados, pero mientras se cerraba más y más necesitaba pensar un plan para escapar de allí, y se le ocurrió aunque tenía que arriesgarse mucho para ello.

- Jack: vayamos con el plan suicida de hoy.

En uno de los mordiscos lanzados por la serpiente lo esquivó a una corta distancia y cuando cerró la mandíbula para devorarlo, Jack saltó sobre la cabeza y le atravesó uno de los ojos con la espada a la que se aferró con fuerza. Había conseguido causarle mucho dolor, se retorcía y zarandeaba de un lado a otro hasta que salió volando hacia unos árboles pero la espada seguía en el ojo de la serpiente por lo que estaba indefenso contra ella. Corría alrededor de la serpiente en dirección al ojo que había atravesado ya que le redujo mucho la visión aunque con la percepción termina al ser un reptil no había logrado cambiar mucho las tornas. Entonces recordó, lo que tenía en su poder y había olvidado por completo, aún tenía la espada que encontró en la mazmorra y aunque no le gustó la primera sensación que tuvo al cogerla no tenía más opción que hacerlo para pelear.

- Jack: vamos allá, todo por no morir.

Sacó la espada y la agarró con fuerza, sentía como el maná crecía exponencialmente en su interior y su cuerpo se volvía más duro, fuerte y ligero, pero gracias a los brazaletes no se transformaba algo bueno y malo a la vez ya que de estar transformado podría haber acabado con ella mucho antes.

- Jack: acabemos con esto.

Se movía a gran velocidad, esta vez era la serpiente a la que le costaba seguir el ritmo de Jack, daba vueltas alrededor de ella acelerando cada vez más hasta saltar sobre ella y poder hacerle un corte en el cuerpo, repitió el proceso varias veces y la serpiente no era capaz de reaccionar a sus movimientos o eso parecía hasta que en uno de los saltos la mamba pudo contrarrestar su ataque con un coletazo que mandó a volar a Jack hacia unos árboles provocándole mucho daño. Ahora tenía mucha menos movilidad, aunque su piel era dura le seguía doliendo, es más, de no ser así de dura estaba seguro que habría acabado por la mitad contra alguno de los árboles.

- Jack: ahora sí que te la has ganado.

Volvió corriendo hacia ella con todas sus fuerzas pero ya su técnica no era efectiva, cada vez que lo intentaba era golpeado y mandado a volar hacia alguna dirección, hasta que se le ocurrió el segundo plan suicida del día.

- Jack: muero o muere, pero esto acaba aquí.

Extendió sus brazos en señal de rendirse como si no quisiera luchar más y la serpiente fue directo hacia él con la mandíbula completamente abierta y cuando iba a cerrarla para devorarlo, salto dentro de la boca sin que ninguno de los dientes pudiera alcanzarlo. La serpiente se elevó para que bajara como cualquier otro bocado de comida, pero eso fue lo que le hizo perder. Mientras Jack se deslizaba por su interior clavo la espada atravesando la carne y la piel y cortándole y dividiendo su cuerpo en dos. Eso consiguió matarla y que Jack saliera de su interior victorioso, algo que habría celebrado más de no oler al interior de una serpiente de cincuenta metros que devoraba animales vivos, es decir, no olía demasiado bien.

- Jack: necesito un baño.

Cogió la espada del ojo de la serpiente y  con la bolsa del gremio guardó la otra de la mazmorra, y absorbió a la mamba negra para llevarla al mercado más tarde y ver que podían darle por ella, suponía que bastante debido al tamaño. Volvió al pueblo para tranquilizar al pueblo y decirles que ya todo había pasado. La primera casa que visitó fue la de Lander y la gran noticia les alegró mucho.

- Lander: ¡¿De verdad?!¡Eres increíble!

Fue a abrazarlo y todo era felicidad de no ser porqué Jack estaba pegajoso y olía mal del interior de la serpiente. Lander se alejó con la mano tapándose la nariz.

- Jack: he acabado un poco sucio, ¿me dejan entrar en su baño?

- Padre: por favor entre, es nuestro héroe.

Estas palabras la decía de corazón aunque serían más creíbles de no ser por la cara que se les puso cuando el olor llegó a ellos. Mientras Jack se bañaba a fondo, la madre y el padre de Lander fueron por las casas a dar la noticia. Cuando Jack salió del baño vestido y limpio no había nadie en la casa pero escuchaba jaleo fuera y al salir para ver de qué se trataba. Decenas de personas empezaron a aplaudir y vitorear en señal de admiración hacia su nuevo héroe. Un señor mayor se acercó a él para hablarle.

- Hombre: me llamo Brogan, el alcalde de este pueblo y en nombre de todos le damos las gracias humildemente. Le pagaremos lo que cueste su servicio.

- Jack: no se preocupen por eso, vine a ayudar porque quise. No deben darme ninguna recompensa.

- Brogan: pero debemos agradecerle de alguna manera.

- Jack: bueno, se ha hecho algo tarde. Agradecería mucho un lugar donde dormir por hoy.

- Lander: quedate en nuestra casa por favor.

Jack miró a los padres y asintieron en señal de aprobación. Y aceptó encantado.

- Brogan: ¡De acuerdo! ¡Cómo agradecimiento hoy habrá banquete por todo lo alto!

Todos los del pueblo comenzaron a gritar de felicidad y así ocurrió. A la noche organizaron una gran fogata y al alrededor mesa con mucha comida, de carne, verduras y de todo lo que tenían. A Jack le pareció algo excesivo pero no quería herir los sentimientos de las personas del pueblo. Se sentó a comer a un lado mientras todos bailaban y celebraban y oyó unos caballos en el centro de la entrada de la ciudad y fue a ver.

- Jack: ¡Emyrson y Mina!

Habían conseguido escabullirse de Kayla para ir tras Jack, pero les había sido complicado llegar hasta allí tan rápido como querían y estuvieron un poco perdidos en el camino, pero consiguieron llegar. Ya todo era perfecto, Jack le contó lo sucedido y se asombraron mucho, pero tras la charla comieron y disfrutaron juntos de la celebración junto a los habitantes del pueblo.

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