†ℌ𝔞𝔠𝔢 𝔳𝔢𝔦𝔫𝔱𝔦𝔠𝔦𝔫𝔠𝔬 𝔞ñ𝔬𝔰...

—Hace 25 años...— volvió a repetirse, no caía en la cantidad de años.

Pero junto a esas palabras vinieron recuerdos, oh esos amados y amargos recuerdos de antes de su hijo.

Un día cualquiera en aquellas tierras pacíficas, el Profeta se encontraba dando la oración de la mañana. En ese lugar todos eran creyentes en Dios, la cabeza de la aldea era el principal creyente.

Mientras el leía uno de los pasajes bíblicos afuera se escuchaba un gran desastre junto a la voz de una mujer que resonaba intensamente en todo el lugar. En ese momento dio por terminada la misa, necesitaba a hombres defendiendo afuera.

—En otro momento le seguimos a la oración, id en paz hijos. Los guardias por favor id a ayudar— dijo el mientras cerraba el libro que traía en sus manos.

Todos se levantaron de manera rápida y salieron, los guardias primero y civiles después. Él se quedó a esperar para ver quién era esa intrusa que se escuchaba gritar.

— ¡Dejadme ver a vuestro líder! ¡Sois una manga de anormales, apartad de mi maldito camino mariquitas! — al fin pudo escuchar uno de los gritos, con curiosidad se acercó a la puertas de su iglesia y la vio.

Esa mujer de cabellos azules, ojos negros, llevaba un vestido estilo kimono negro con rojo. Sus labios estaban coloreados de un débil carmín, estaba siendo agarrada por cuatro hombres, estaba enojada, muy enojada, el agua no se hizo esperar cuando después de un minuto no la habían soltado aun.

— ¡Les dije que me suelten, manga de animales sin cerebro! — junto con ese grito sonó un rayo. Wow... Que gran poder albergaba esa mujer.

—Soltarla, es una orden— hablo con claridad, una voz totalmente monótona.

Aquellos hombres lo hicieron y se fueron, serían libres por un buen rato realmente, para ellos eso ya era un gran premio. No podían con las oraciones tres veces al día.

Cuando los cuatro chicos estuvieron lo suficientemente lejos la mujer hablo.

— ¿Eres el encargado de este pueblo? — le pregunto sin dudarlo, sin pelos en la lengua.

—Si señorita, ¿qué necesita de mí? — se atrevió a preguntar.

—Un lugar donde quedarme de manera permanente— hablo ella mientras lo miraba fijamente.

—Puedes agarrar una de las casas desocupadas, eres muy bienvenida en mi humilde pueblo— le dijo este mientras levantaba la mano para mostrar el lugar.

—También que saques tu puta maldición y dejes libres mis poderes— le dijo ya de una manera fría y altiva, mientras se cruzaba de brazos.

—Realmente ¿Por qué debería hacerlo? — le contesto de la misma manera.

—Porque yo puedo ser crucial al momento de que esos monos incivilizados decidan atacarle— le dijo con una sonrisa altiva y un tono de voz arrogante.

Aquel hombre fue fácil de comprar, no necesito más que palabras, simples palabras.

—Bien, pero que esos poderes queden únicamente para mi bienestar— le contesto.

—Así será, my lord— le dijo burlonamente mientras hacia una reverencia.

Esta cuando se levantó de la reverencia se adentró en aquella simple iglesia, un lugar muy simple. El Profeta noto eso y entro detrás de ella.

—Oye, las casa quedan para allá— le dijo mientras apuntaba a la entrada.

—Ya sé, pero esas casas son simples y yo soy... — le dijo mientras chasqueaba los dedos— excéntrica — junto a su paso los tablones de una madera vieja se cambiaban a unos de roble duro, junto a lámparas en el suelo y a los costados minerales.

—Óyeme estas en el templo de Dios— le dijo ya hastiado.

— ¿Me crees pendeja? — ¿Cabe aclarar que es una pregunta sarcástica?

—Si— una sonora cachetada se escuchó.

—Piensas mal, de ya te lo digo— le apunto con uno de sus dedos mientras lo miraba fijamente. — Tu hogar será también el mío— le aviso mientras caminaba en línea recta.

Esa mujer no tenía ni la educación de presentarse, eso lo enojaba y mucho realmente. Ya enojado la siguió a pasos agigantados.

— ¡Escúchame mujerzuela! — le grito ya arto.

— ¡¿A quién llamas mujerzuela?! ¡Maldito paracito estúpido! — le devolvió el grito mientras se giraba.

Ambos confrontados y enojados el uno con el otro, esa iglesia no volvería a tener la paz que alguna vez tuvo.

— ¿Sabes si quiera de educación? ¡Al menos preséntate perra estúpida! — le volvió a gritar.

— ¡Habla el que obliga a ir a misa! — rio la mujer irónicamente.

— ¡Al menos a mí me respetan! — le volvió a gritar él.

— ¡Yo soy más poderosa! — Dijo la chica poniendo una mano en su pecho— encantada Xena— le dijo al final.

—Bien, encantado— dijo orgulloso de su logro.

Cuando pudo salir de sus pensamientos pudo continuar hablando. Cuán difícil era todo sin su amada a un lado de él, su amada Xena.

—... Una hermosa bruja que ustedes ya conocen, si ya la conocen... — susurros se escuchaban de los que estaban en ese lugar. — ¿Les suena el nombre de Xena?...

¿Estará bien? Llevaba más de un año lejos de su hogar, ya la extrañaba realmente, pero cuando pudiera ver a su hijo la traería para gobernar en esas tierras, como una familia, como la familia que eran.

Aunque tenía muchos secretos los cuales nunca revelaría en su vida, uno porque eran cosas insignificantes y dos su amada esposa lo colgaría desde lo más alto de la iglesia, lo reviviría y lo haría hacerse cargo de esas cosas insignificantes y no, no, estaba bien con una vida realmente tranquila.

—Ella misma llego a mi iglesia... — puff, ya se había acordado antes, pero ese día no termino realmente las cosas, ese día nada más empezaron.

Los meses empezaron a pasar después del revoltoso primer encuentro en la iglesia, aunque poco a poco se fueron abriendo mutuamente y empezó a surgir el amor, un amor correspondido, un amor que iba más allá de aquel poder prometido. Era un amor puro, ya no solo tenían una cosa en común si no ya tenían muchas; tenían su hogar y prontamente el fruto de ellos, el símbolo de unión mutua y genuina.

Un simple día Xena, que se encontraba acostada porque se sentía mal, pudo ver a través de su magia algo formarse dentro de su vientre. Estaba emocionada, tendrían a un pequeño retoño dando vueltas, tendrían el poder más grande del universo entero, el poder del pequeño o pequeña que crecía en ella.


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Lo que esta en negrita son recuerdos, recuerdos que son narrados en tercera persona para que tenga sentido algunas cosas, el profeta solo tiene parte de esos recuerdos ya que no es del todo omnipresente. Esta historia esta destinada a ser únicamente de Xena y el profeta. En todos los recuerdos aparecen los dos, pero ya después avanza con el inicio de tortillaland 2. Es la continuación de "Huyendo de mi pasado" que tenía de prota a Auron, también decir que se divide en tres libros:


† 𝔉𝔯𝔬𝔪 𝔄𝔴𝔞𝔶

✉ 𝘍𝘢𝘬𝘦 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘺

✡ ղօ ʂօվ մղ ʍօղʂէɾմօ

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