Ran recibió a su hermano menor, quien fue a la tienda a comprar un montón de cosas que pensaba que le podrían ser útiles a Astraea, después de haber hecho un escándalo innecesario e hiriendo los sentimientos de la mencionada.

— Deberías disculparte.

— ¿Por qué? Ya no soporto tenerla aquí.

— Ni siquiera te has dado una oportunidad de conocerla. — el contrario se quedó en silencio, analizando sus palabras. — Ella dijo que le vendría bien aprender sobre nuestro planeta... hay que llevarla al zoológico; así aprende de la fauna y tú te relajas un rato. Mientras estemos allá, intenta conocerla en vez de pensar que es mala.

— ¡Es que es muy... — buscó la palabra para describirlo. — muy arrogante; se cree mejor a todos los demás.

— ¿Y nosotros no somos así también? — argumentó de vuelta.

— Pero es diferente.

— ¿Por qué? ¿Porque si se lo haces a alguien más está bien, pero no aguantas que te lo hagan? — otra vez el silencio por parte del menor. — Piénsalo. Ve a darle eso a Astraea y retomamos este tema durante la cena.

— ¿Desde cuándo te importan los demás?

— Dije que lo pienses.

El mayor se retiró de la habitación y a Rindou le dieron ganas de tirarle algo a la cabeza del enojo, pero eso no iba a solucionar nada. Ya sabía lo que quería y lo que no quería; no había nada que pudieran decirle y que lo haga cambiar de opinión.

— Aquí está. — lanzó las bolsas con lo que había comprado al lugar en la sala donde Astraea estaba trabajando. — ¿Con eso puedes reparar tu nave e irte?

— Déjame ver. — tomó las bolsas con paciencia y revisó su contenido, luciendo pensativa mientras su mirada iba de la bolsa a su nave y viceversa. — Yo creo... creo que puedo hacer algo con esto. Gracias. — la vio tomar un par de cosas y agacharse a donde estaba su nave. Metió su cabeza dentro del vehículo, por lo que ahora el sólo podía ver su cola moviéndose, pero sí podía oír que algo estaba sucediendo.

— ¿Tardarás mucho?

— Que hayas encontrado las piezas ciertamente acelera el proceso, pero me temo que aún tardaré un par de meses reparándola.

Entonces fue hasta allá para buscar las piezas en vano. Genial.

Recordó lo que le había dicho Ran. Quizás era mejor hacer las paces con ella si iba a estar ahí durante un par de meses, pero su orgullo le decía que no tenía que disculparse porque fue ella la que llegó de la nada e invadió sus vidas.

Por otro lado, su hermano no iba a dejar de molestarlo hasta llevarse bien con ella.

— Oye. — llamó su atención, y ella hizo un sonido en respuesta para hacerle saber que estaba escuchando mientras aún trabajaba. — ¿Cómo es... tu planeta? Fuera de lo político y todos sus logros. ¿Cómo es la gente?

— Muy amable, siempre recibimos a los extranjeros con los brazos abiertos y nos ayudamos entre nosotros cuando estamos en problemas.

— ¿Y tu madre como es?

— Estricta, pero sólo cuando necesita serlo.

La conversación le estaba aburriendo.

— Me voy.

— Oh, una cosa más. — salió de la nave para hablarle.

— ¿Ahora qué?

— Necesitaré trabajar bastante, así que disculpen si hago demasiado ruido. Por favor, dile a tu hermano de mi parte que me voy a saltar la cena para poder concentrarme en esto, y dile que en mi defensa ustedes realmente deberían ordenar aquí.

— Bien. — salió de la habitación sin decir nada más y se fue directo a buscar a Ran, quien estaba encerrado en su habitación. Entró abriendo la puerta de golpe, como si tuviera algo importante que decir, pero en realidad sólo tenía ganas de molestar porque estaba de mal humor. — Dice Astraea que no va a comer.

— ¿Por qué no?

— Porque quiere apresurarse en arreglar su nave, y por mí bien.

— Dile que voy a prepararle comida de todas formas; se va a morir si no come algo.

— No soy mensajero; dile tú. ¿Y desde te interesas tanto por alguien? En serio, no soy yo el que está actuando raro; eres tú.

— Bueno, ella es un alien; es lo más interesante que nos ha pasado en la vida. — le explicó con calma. — Y tiene tecnología avanzada, así que sinceramente no me gustaría convertirme en su enemigo. No como tú.

— ¿No habíamos hablado ya de esto?

— Bien, bien, como quieras... pero si me hicieras caso, te darías cuenta de que es bastante genial. La otra vez que hablé con ella me contó sobre su hogar y no tienes idea de las guerras sangrientas en las que su ejército se ve envuelto. ¡Es todo por ser parte de la Federación Intergaláctica! ¿Tienes idea de lo que significa eso? Si causamos buena impresión y logramos ser parte, tendremos beneficios por parte de los aliens.

—...Me perdí.

— Lo entenderás cuando seas mayor.

— ¿Qué? ¡No me llevas tanto tiempo de diferencia!

— Lo que digo es que Astraea es buena aliada, y buena amiga o compañera de casa o lo que sea. No entiendo por qué te pones tan molesto con que ella esté aquí.

— Porque es un alienígena, y dijo que somos desordenados.

— Eso es un poco... ah, ¿cuál es la palabra que usó Astraea? ¿Cuándo discriminas a alguien de otro planeta? Ya no me acuerdo, pero entiendes la idea. Y tampoco es mentira lo que dijo; no nos mataría pasar la aspiradora de vez en cuando.

— Si sigues así, voy a pensar que Astraea te reemplazó con un clon.

— Oye, ¿le dijiste del zoológico?

— No, pensé que le ibas a decir tú.

— Yo no le dije porque pensé que había quedado claro que le ibas a decir tú.

— ¿Por qué iba a pensar que tenía que decirle yo?

— Porque te dije que tenías que llevarte bien con ella.

— Le diré mañana. — empezó a caminar fuera de la habitación.

— ¡Espera, no te vayas a encerrar a tu habitación! ¡Necesito ayuda para preparar la cena!

— Yo tampoco quiero cenar; no estoy de humor.

— ¿En serio ustedes dos me van a hacer cenar solo?

— Sí.

— ¡Vamos! Ayúdame a convencer a Astraea de cenar con nosotros; habíamos quedado en que queríamos ver si le afecta el alcohol.

— ¿Si digo que sí, vas a estar contento?

— Obvio.

— Entonces está bien.

🌠 Lo siento por los meses de espera xd pero aquí les traigo capítulo nuevo, para que vean que no se me olvida.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.