Único
¿Es una buena idea? Probablemente no, esta es la peor idea que ha tenido, pero no puede seguir como si nada, lo más difícil ya lo ha hecho, acepto que esta enamorado de ese Alfa.
Acepto que perdió y se enamorado de su mayor rival, Jude Bellingham el Alfa que ni en pintura lo quería ver, pero por su excelente educación y por su caballerosidad lo tolera.
Quería decirle, realmente lo había pensado mucho y estaba casi seguro de que podían ser destinados, el problema es que el Alfa lo detesta, lo cual entiende.
Pero esta ahí, en Madrid con la intención de que el Alfa vea que va en serio, que realmente no es como lo pintan los medios, solo espera no salir tan magullado.
Toco el timbre de la lujosa casa, espero unos segundos y la puerta se abrió mostrando la confundida cara del Alfa, y antes de poder decir la primera palabra el Alfa habló.
–¿Qué demonios haces aquí? Mira no sé si esto es divertido para ti o si es una apuesta, pero con tener que ver tu cara en los partidos ya es suficiente. Déjame en paz omega.
Le cerró la puerta en la cara, no lo dejó siquiera hablar. Lo sabía, sabía que sería una pésima idea, pero al menos creyó que podría decirle.
No lloro, sabía que algo como eso podía suceder, iba preparando después de todo.
–Sabías que iba a pasar Gavi... Solo pensaste que sucedería un milagro, pero...
Soltó un suspiro, apretando fuertemente la correa de su mochila dio media vuelta para irse, debía ver si aún había vuelos disponibles, era el 24 de diciembre al menos quería pasar la noche buena en Barcelona.
El frío viento azotó en su rostro, si estuviera llorando sus lágrimas serían pequeños hilos de hielo justo ahora.
Llego al aeropuerto, y como era de esperarse ya no había vuelos disponibles, había un temporal del culo ahí afuera.
–Grandioso... Me tocara pasar la noche buena y la navidad en la ciudad que más me odia y solo... Bravo Gavi.
–¿Quién era?–Pregunto Vinicius desde el sofá de su sala.
Jude soltó un suspiro pesado, no entendía la actitud del omega, se supone que son destinados... Al parecer solo él pudo sentir el vínculo.
–Era Pablo.
–¿Pablo Gavi? ¡¿Y por qué no lo dejaste pasar?!–Pregunto alterado, no sabe si Bellingham es tonto o se hace.
–¿Para qué? Él sabe lo que somos... Y aún así no le importa y hace lo que sea posible para demostrar que me detesta.
–¡¿Es que eres imbécil?! Ya te dije que los cruces con él son normales, no lo hace para molestarte, Dios Jude, el hecho que de que se la pase abrazado con el canario no significa que tengan una relación.
–Vinicius.
–¿Vinicius qué? Tengo razón, solo eres un Alfa tonto y celoso que no se atreve a ir por su omega por miedo.
–¿Y por qué tú no haces lo mismo con Rodrygo? Estas aquí dándome sermones mientras tu destinado esta pensado que tu y yo tenemos algo.
–A parte de imbécil también eres perdido, ayer hable con él, le dije todo.
Jude rodó los ojos, estaba feliz por sus amigos.
–¿Y qué hago?
–Lo primero Alfa idiota... ¡Es ir por tu omega, imbécil hace dos grados ahí afuera!–Grito Vini, lanzandole un zapato por la desesperación que le causaba su amigo.
Jude esquivo el objeto y antes de reclamar cerró la boca, Gavi solo traía una mochila en sus hombros y un abrigo.
Tomo sus llaves y salió de la casa, el omega seguramente había ido al aeropuerto, pero con este clima no había probabilidades de que un vuelo salga.
–Ay Dios... Soy yo de nuevo.
Su trasero realmente se estaba congelado, no fue buena idea quedarse en los asientos del aeropuerto, pero tampoco podía ir aún hotel, reviso todos los folletos de hoteles en el aeropuerto, todos estaban abarrotados.
No le quedó de otra que quedarse ahí, al menos el beta del recibidor le avisaría si había cambios y un vuelo salía.
Pudo sentir como su móvil vibraba en sus pantalones, con sus manos temblando lo saco, vio el nombre de Robert ahí.
–¿Hola?
–¡Gavi! Dios, niño ¿Dónde estás?–La preocupada voz de Robert casi lo hace llorar.
–E-En Madri...
–¿Madrid? Pero ¿Qué se supone que haces ahí? Todos te hemos estado buscando, Pedri y Ferran están desesperados, fueron a tu casa y la encontraron vacía.
A este punto las lágrimas finalmente ya habían escapado, ya no pudo contenerlas por más tiempo, era mucho.
–Yo... Yo solo quería decirle.
–¿Qué? ¿Decirle qué a quién?
–Quería decirle que somos destinados... Quería decirle que estaba tan feliz de que él fuese mi destinado, que lo admiraba tanto y que.... Y q-que.
Ya no pudo seguir, los sollozos inundaron el lugar, Robert estaba desesperado su cachorro estaba mal, estaba lejos de casa, de su manada y estaba llorando
–Gavi, c-cachorro ya no llores, iremos por ti ¿Sí? ¿Dónde éstas?
–No hay vuelos Rob... Estoy solo y tengo frío, no puedo ir a casa.
Gavi trataba de controlar sus sollozos, el Alfa detrás suyo intentaba no matarse por lo idiota que era.
–Pablo.
La voz hizo que Gavi tensara sus hombros, susurro un adiós y colgó la llamada. Se levantó con su mochila apretada contra su pecho.
El Alfa estaba ahí, parado sin moverse, Gavi no tenía ni idea de que estaba haciendo ahí ¿Vino a burlarse?
–¿Qué haces aquí?–Pregunto el omega, Jude realmente no sabía que decir.
–Yo...
–¿Sabes? No venía con la intención de molestarte, es noche buena seguramente tus amigos te están esperando, yo... Yo solo quería hacer las pases solo eso.–Jude sintió su corazón oprimirse, Gavi ahora tenía miedo de decir lo que le había dicho a Robert, él se ganó eso.
–Perdón.
–¿Qué? No hombre no tienes que disc...–Jude callo al omega, sus labios eran tan suaves y tan dulces.
Se separo y le causó un poquito de gracia la cara de confusión del omega, junto sus frentes y puso un agarre firme sobre su cintura.
–Lamento tanto haberte hecho sentir así, soy un tonto que se dejó llevar por los celos y el miedo, pensé cosas que no eran ciertas.
–Jude...
–Soy el ser más feliz por tener de destinado a un omega como tú, Pablo Gavira dame la oportunidad de remediar todo esto, dame el permiso de cortejarte... Por favor.
–Tengo frío... Alfa.
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