ERES TÚ

ERES TÚ

VI

Qué sola que me siento entre la multitud.

Hay gente que me pasa.

Hay brazos que me empujan.

Hay hombros que me evitan y eluden mi figura.

Que sola que me encuentro entre la multitud.

No existo en este mundo,

soy alma al viento y brisa.

Me atraviesan miradas,

y me siento perdida,

pero en la muchedumbre

y entre las voces y risas

siento una mirada,

que no me es desconocida.

¿Eres tú?

¿Eres tú quien me miras?

¿Quién me llama?

¿Quién me incita a buscarte entre la gente?

Y te busco.

Busco tus ojos castaños,

tu profunda mirada que me inspiró un día.

Busco la cálida luz que abrigó el frío

que me penetra en las venas

y que congela mi tiempo cada segundo.

Busco que el fuego que ardió en mi pecho

vuelva a encender la hoguera que se apagó,

vuelva a prender con fuerza en mi alma

y a darme su calor.

VII

¿Eres tú?

En el escaparate se ofrecen rebajadas

las tormentosas llamas que ofrece esta vida.

Amargas agonías que lucen adornadas

de lazos de consumo,

de ricas purpurinas,

de maquillaje caro que oculta la verdad

y ofrece unas miradas que lucen y enmascaran

la oscuridad diurna de la altiva vanidad.

Ofrece unos labios que dibujan sonrisas,

que ocultan la tristeza del corazón vacío,

y dibujan estrellas y estelas y galaxias

donde no existe la luz que pueda iluminarlas.

En el escaparate me paro y me miro.

No hay luz en mi mirada.

No hay rostro reflejado.

No existo en el reflejo y aún paralizada te siento,

te presiento,

y te busco entre la gente porque no quiero rebajas,

y te intuyo.

Observo a través del reflejo del mundo que me ignora.

Advierto en el reflejo de la gran multitud,

unos ojos castaños que me son conocidos,

y el frío me congela

y la ansiedad me inunda

y te busco.

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