𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 յ
El aula estaba revuelta, todos tenían cosas que planear para su fin de semana, fiestas, salidas y a quien culearse, por mi parte, prefería estar lejos de todas esas cosas de sexo, la última vez que había hablado con chicas sobre ese tema, me quedé como una estatua sin saber que decir ya que no quería ridiculizarme a mi misma y decir lo tiesa que soy en la cama.
Los ejercicios del profesor habían pasado a un segundo plano en ese momento. Miré hacia el vejete que casi estampaba su cara contra el escritorio por estar dormido. Miré a mi lado esta vez encontrándome a Jimin copiando muy abiertamente las respuestas de mis ejercicios. Negué con la cabeza y él me miró una vez soltó el lápiz.
-¿Ya has terminado? -le pregunté arrastrando mi libreta lejos de él.
-Si -asintió con una sonrisa de agradecimiento -¿Tienes algo planeado para este fin de semana? -sabía por donde venía, no tenía que ser tan discreto para que supiera por el camino que iba.
Lo peor de mí es ser tan bocona, es que enserio no me puedo callar nada, y para más Jimin intenta burlarse de mí. A veces me llego a preguntar como llegué a ser amiga de él, hubiera dejado nuestra amistad cuando se rió en mi cara después de contarle mi problema en la cama. De verdad que se rió feo en mis narices.
-¿Qué pasa? -se encogió de hombros -Venga YeonHee, solo quería saber para invitarte a salir conmigo y con YoonGi -se hizo el inocente.
-Y que se rían ambos de mi problema -le torcí los ojos -No gracias, mi cama me espera.
-Si quieres podemos hacer un trío -casi me ahogo con mi propia saliva al escucharlo decir eso.
-¿¡Estás loco!? -levanté la voz llamando la atención de todos los presentes. Jimin me hizo seña con la mano para que baja la voz.
-No seas escandalosa, solo es por tu bien -me dijo -Tu eres totalmente mi tipo, y pues, YoonGi dice que también, así que no estaría mal -sonrió con picardía dándome en el brazo.
-Ni en sueños haría un trío con ustedes -lo miré mal.
-¿Entonces piensas ser una "frígida" toda la vida? -en vez de preguntarlo, se burló, había dolido, pero estaba aprendiendo a llevarlo bien.
-Claro que no -respondí.
-Pues que te cuenta aceptar mi propuesta -demandó.
Yo me quedé pensando, era una completa locura lo de estos dos chicos, su relación es tan extraña que a veces no la logro comprender, entiendo todo eso de ser bisexual y además una pareja libre, pero ¿eso implica estar con más personas a la vez? No creo que el sexo entre en una relación libre, al menos no para mí.
La campana en ese momento dio el cambio de clase, todos se pusieron de pié y el profesor logró darse con su escritorio del susto. Mientras recogíamos nuestros libros vimos llegar a YoonGi, rodeé los ojos, enserio la actitud del pálido me estresa un poco.
-Hola Yunki -le saludó Jimin dulcemente, este solo le sonrió.
-¿Le hiciste la propuesta? -abrí mi boca al escucharlo.
-¿Osea que es, verdad que ambos quieren tener un trío conmigo? -pregunté apuntándolos a ambos con mi dedo.
-Tampoco es para estar rogándote, pero sí, es verdad -admitió el castaño.
-Vale, voy a hacer como que no escuché eso -dije levantando una de mis manos apartándolos.
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Su cabello largo se le movía de un lado a otro como danzando, su cuerpo bien trabajado estaba sudado y la camisa de deporte se le pegaba a su cuerpo por el mismo. Era todo un espectáculo ver a Jeon Jungkook jugar rugby. Cuando él jugaba fuera hombre a mujer el que estuviera viéndolo, se enamoraría de él definitivamente. Así me pasaba a mí, no había descubierto lo débil que era a la carne humana después de ver a Jungkook hace unos tres años cuando llegó de intercambio.
Era alto, de músculos prominentes, su rostro era como el de un príncipe y su cabello negro hasta los hombros era todo un espectáculo que todos querían ver en algún momento de su día a día.
-Ya deja de mirarlo, se dará cuenta -me codeó YoonGi que estaba a mi lado, se me había olvidado que él vacilaba a Jimin mientras jugaba.
-¡Ya! No estaba mirándolo -le dije poniéndome nerviosa de momento.
-Claro, y yo soy mujer -dijo irónicamente, lo odiaba enserio.
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-A que está lindo -miré con pánico aquel muñeco sexual que Jimin había traído, pensé que eso solo se usaba en las pornografías.
Sin embargo, Jimin parecía muy contento con el muñeco ¿lo había usado ya?
-Yo no usaré eso -mi vista no evitó mirar semejante miembro que tenía aquel muñeco. Mis mejillas se sonrojaron sin evitarlo.
-Pues tu elegiste, o era Pinocho o era un trío -me llevé mi mano derecha a mi rostro. Es que me daba vergüenza mirarle... Eso a...
-¿Pinocho? -levanté una ceja mirándolo.
-Sí, él es Pinocho, sabes por su....
-Si, si, entendí no te preocupes -lo interrumpí antes de que dijera la palabra.
Estábamos en mi habitación del apartamento que había comprado cuando vine a estudiar a Seul, para mi mala suerte fue cuando conocí a Jimin a YoonGi al vivir al frente, y lo más malo era que parecían vivir más en mi piso que en suyo.
Mi vista volvió a mirar a Pinocho, por dios, era imposible mirarle a la cara cuando aquello le colgaba y casi medía dos metros.
-¿Lo usarás o no lo usarás? Yo le tengo mucho cariño, así que decidete -me miró exigente.
-Aish, enserio los odio, dejame a Pinocho, yo...yo lo...usaré -le dije girando mi rostro al de él, me ponía muy nerviosa la presencia de Pinocho en mi misma habitación.
-Pinocho te ayudará mucho, tenlo por seguro -sonrió lindo pero yo lo ví como si me apuñalara -Me tengo que ir, cuida muy bien a Pinocho, y no digas mentiras ¿okey? -asentí incómoda, Jimin salió de mi habitación y después lo escuché bajar las escaleras, sentí la voz de YoonGi un rato después y más tarde no los escuché más.
-Por dios, a donde e llegado -no pude evitar mirar a Pinocho, es que enserio la tenía grande, era un muñeco, pero un muñeco muy bien formado.
Miré a Pinocho, miré a la puerta, volví a mirar a Pinocho y después a la puerta. Sin querer le volví a mirar debajo y no pude evitar salir corriendo. Es que su...aish, sabía que era una tiesa pero es que no creo que me ayude el muñeco.
Bajé la escaleras y fui a la cocina, la imagen de Pinocho venía a mi mente y quería distraerme un poco. Llené un plano hondo de cereal con leche para después irme a la sala y prender la televisión. Cuando sentía que estaba cómoda, sentada en el sofá mientras me comía mi cereal con leche de fresa y viendo una comedia, la puerta sonó. Pensé en dejar que sonara pensando que era Jimin pero después de insistir tanto, me puse de pie para abrirla.
Casi me hago gelatina derretida en el suelo cuando ví a Jungkook del otro lado de la puerta, se me había olvidado que estudiábamos juntos y que teníamos muy buena relación.
-¡Hola Yeong! -me saludó lindamente, mientras, de seguro yo parecía una tonta viéndolo.
-Hola...Jung..Jungkook -dije y no pude evitar tartamudear.
-Se me quedó una libreta y pues...
-Pasa, está en mi habitación -le dije haciéndome a un lado.
Su cabello, por dios, todos él era un sueño. El chico Playboy de la escuela era el tipo perfecto tanto para hombres como para mujeres.
Lo ví subir hacia mi habitación con mucha tranquilidad, dejándome ver sus bien formadas piernas con aquel Jeans negro apretado. Fué cuando me vino a la mente Pinocho.
Mi habitación.
La libreta.
Jeon Jungkook.
Subí a toda velocidad dejando el plato de cereal en el sofá, pero fue muy tarde, Jungkook ya estaba en mi habitación. Cuando entré, sus ojos estaban pegados al muñeco. Al sentir mi presencia, me miró sorprendido.
-Que es...
-No es mío -dije rápidamente, el alzó una ceja.
-¿A no? -mierda, estaba en un lío, ¿y ahora que le voy a decir?
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Por dios, amemos a nuestra YeongHee, pobre😅.
Nos vemos.
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