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El último día de la semana y como siempre en la agencia, es día informal, por lo que podemos ir con algo más cómodo, tampoco como gente por su casa, pero si algo más informal que siempre un traje elegante.

Yuta, Saehyung y yo, planeamos en ir vestidos con al menos una prenda similar, la cual nos decidimos por unos Skinny Jeans rasgados.

Así que opte por unos Skinny Jeans rasgados de tope alto, unos botines color blanco con detalles en dorado y una camisa formal de manga larga de botones color negra, después de todo aunque sea dia informal no nos podemos salir mucho del protocolo, un delgado choker color negro que de este cuelga un pequeño accesorio color dorado le da el detalle a mi cuello de ser largo y definido, mi cabello suelto al natural y mi bolso y celular en mano.

Con tan solo eso y sin necesitar más salí de mi departamento.

Saehyung me esperaba en el living del edificio, para irnos juntas con Yuta.

—Me encanto~ — canturrea al verme.

—Si Sae, buenos días ¿Qué tal tu noche? ¿Cómo amaneciste? ¿Ya desayunaste? — el sarcasmo era bañaba mis palabras, pero no quitaba la sonrisa divertida.

—Estupida. — se cruza de brazos y hace un puchero rodando los ojos tiernamente, pero aún así sonríe divertida. —Mhmm~ hueles muy rico, tanto tú cuerpo como tu aliento, huele a menta. — me olfatea cual perro cuando me siento a su lado y evitó poner mis ojos en blanco por un momento ante sus palabras.

—Bien Saehyung, no te vayas a volver acosadora como mi hermana. — finjo alejarme de ella con repudió, pero ella tan solo se ríe.

—Estas fría. —toca mi mano y la miró con curiosidad.

—Si Sae, porque me di una ducha y mi departamento tiene aire acondicionado por todo el lugar. — se que la irritación cruza mis facciones en segundo, pero solo se ríe a carcajadas, ya se por dónde va su actitud hoy. — Hoy estas con ganas de molestarme ¿Verdad? —pregunté con ironía en mis palabras ya sabiendo la respuesta.

—Tal vez. — se encojé de hombros con una carita infantil, pero en ella esa carita de inocencia era de pura maldad. Lo sabía, en ella aplica el dicho "Pequeña, pero peligrosa"

En caso de Saehyung "Enanita, tierna y jodedora"

Claro, yo era casi igual de baja, delate de Yuta ambas quedábamos pequeñas, igual que al frente de Jungkook, pero Sae frente a mí, era toda una pulgita y amaba eso de ella, por eso era mi Enanita de cariño.

—Graciosa.... Ven vamos, que ya llegó Yuta. —le informo para salir del edificio y subirnos al auto, quedando conmigo como copiloto y Saehyung en los asientos traseros.

—Están hermosas. — nos ve a ambas de arriba abajo y nos tomamos unos segundos para recibir su beso en la mejilla como su saludo.

—Estas hermoso, Yuta. —hablamos al unísono y soltamos una risita cuando un leve rubor mancha las mejillas de Yuta.

—Tu perfume huele muy rico. — escucho a Yuta y está ves no logro poner los ojos en blanco.

—¡Jap! Te lo dije. — reclamo Saehyung en un tono infantil, ruedo los ojos.

—Bien ya, es el mismo que siempre utilizo, son unos ignorantes...

(...)

Llegamos a la oficina y yo solo corría, Saehyung tenía mis cosas al igual que las de Yuta y este último mencionado, se ha molestado.

Para mi mala suerte me he burlado de Yuta y este claro quería vengarse por eso.

¡Y es que solo me reí, es un malhumorado!

Llegamos temprano a la agencia y no había nadie, deberían estar llegando dentro de unos minutos más, pero el caso es que he corrido toda la jodida agencia y no he logrado escaparme de Yuta, a pesar de que corro rápido este logra encontrarme.

—¡Me las pagarán, Hye!— amenaza mientras corre detrás de mí, si el jefe nos viera en estos jugueteos infantiles no demoraría en darnos una reprimienda y sin duda dudaría en el motivo del porque nos contrato.

—¡No puedes hacerme nada solo por reírme!—trate de defenderme con una excusa pobre, pero siendo está la verdad.

—¡No te reías, Hye, te burlabas! —grito algo molestó.

Era irónico, él le gusta hacerle bromas a los demás, para que todos se rían, ríete de él y no con él y verás como reacciona.

¡Como un loco!

—¡Pero ya me disculpé!~ — grité de vuelta, no quería que Yuta me atrapará, él siempre me mordía como venganza y yo no quería recibir mordidas, él muerde duro y ya quedó demostrado que mi piel es sensible, confirmado con el moretón que Jungkook me dejó con solo agarrarme del brazo con algo de fuerza.

Bueno es que Jungkook igual es algo animal.

—¡No acepto tus disculpas!— grita y siento como sus pasos se aceleran, joder si tuviera unos zapatos más bajo correría más rápido.

Más no puedo dejar de reír, el caso es divertido y siendo ya unos adultos hacer estas jugarretas me causaban alegría, algo fuera de la rutina, además, el guardia que estuviera viendo nuestra carrera infantil por las cámaras estaría no solo riéndose, si no considerando si viene a poner orden, arriesgarse a perder su trabajo o seguir viendo cómo termina el Show.

Lo más probable era conmigo de bruces contra el sueño y segundo después Yuta mordiéndome.

Doble una esquina y mi garganta se desgarro con un fuerte grito.

Se me es imposible no gritar cuando pienso que Yuta me ha logrado tomar, pero alguien tapa mi boca y veo como Yuta sigue de largo, no se quien es, mi cuerpo está pegado de espaldas a su torso, me introdujo en un pequeño pasillo el cual no está para nada iluminado, aún estoy agitada y mi pecho sube y baja.

—Me gusta tu actitud, si te llegó a secuestrar, no te resistirias. — esa voz la reconozco hasta dormida y no precisamente en sueños y ahora que me concentro mejor, también puedo oler su perfume tan fuerte, que reconozco que me encanta a pesar de que me hace picar la nariz a veces por lo fuerte que resulta ser.

—Si, no me gusta ser escandalosa, pero no dude que me defenderé. — me suelta y me volteo para verlo. —Buenos días señor, no esperaba verlo tan temprano en la agencia. — por qué si, al ser día informal, bueno, el jefe se hace de esperar.

Más la diversión que cruzaba todo mi cuerpo como electricidad llevando alegría se esfumó en tan solo nanosegundos.

—Si, yo tampoco esperaba verla corriendo por los pasillos y gritando. — ágilmente me toma de la cintura y me apego a él, mi pecho aún subía y bajaba agitado con fuerza sobre el suyo. —Estás muy agitada... sin aire. —posa su mano libre sobre mi pecho sintiendo como este bajaba y subía y mi corazón latía.

—¿Qué me habrá delatado señor? — le mire incrédula y sarcástica.

Me mira, eh ignora colosalmente mi pregunta. —No sé si sentirme celoso o molesto por no haber sido yo quién te dejará en este estado.

Pongo los ojos en blanco, siendo la segunda vez en el día en hacerlo, no esperaba su palabras.

—Ninguna de las dos, no es como si tuviera derecho en alguna. — me defiendo cuando salgo del letargo de sus palabras, mientras mi pecho baja su ritmo junto a mi corazón acelerado.

Realmente me había asustado un poco.

—¿Segura que no tengo derecho, Hye? — su pregunta susurrada lleva su respiración a chocar contra mis labios. —Te dejaré peor de agitada y sin aire cuando...

—¿Cuándo que? — lo interrumpí, se a dónde iba, pero no me interesaba, sus labios reflejan una sonrisa llena de sarcasmo mientras le veo morder su labio inferior. —No puede hablar de ese modo Daddy, hace me que incomode, lo sabe bien. — cambio de táctica y finjo timidez.

—Cuando finges hacerte la inocente me pone aún más, Hye. — confiesa y por un momento me pierdo en sus ojos, había aquella lujuria y deseo.

Su mano que aún estaba en mi pecho, empezó a moverse, desabotonando los primeros botones de mi camisa, cuando llegó a la mitad, hizo a un lado la tela para ver lo que la camisa cubría.

—Daddy, usted no es discreto. — sonreí al verlo tratar de ver, pero la oscuridad del lugar no se lo permitía.

—Mi objetivo no es serlo, quiero ver, más debes saber que no soy discreto, soy directo. — bufa al no poder ver, me era divertido por qué no podía ni siquiera ver del todo mis senos, podía jurar que si logrará ver el encaje y color negro de mi brasier, dejaría de buscar lo que intentaba.

Porque sabía bien que su objetivo era querer ver mis perforaciones, lo cual de inmediato se que Hanni debió haberle dicho de algunos lugares, puesto que él supo por donde empezar con exactitud.

Me acerqué un poco más hasta poder llegar a su oído.

—Lo que no se puede ver, al menos se puede sentir. — la provocación en mis palabras no faltó, tome su mano al alejarme y la dirigí entre mis senos, dejando que tocará el piercing que se encontraba ahí.

Al ver mi actos, puesto que también le hice tocar parte de mis senos en el proceso para provocarlo un poco más,  da un apretón al agarre que mantiene en mi cintura.

—Me encanta. — susurra en mi odio con una voz profunda y ronca.

Su agarre baja de mi cintura a mi cadera y me pega más a su cuerpo, el bulto contra mi vientre erizo mi piel.

—No le puede solo gustar lo que puede sentir, también lo tiene que ver. — ante mis palabras me aleje y abotone de nuevo mi camisa, le deje tocar, pero no lo dejaré ver.

—Si, creo que tienes razón. — trato de volver a tomarme, pero se lo impedí.

—Si Daddy, se que la tengo, más cuando aún falta por ver los demás ¿Creyó que era el único? —  en mis palabras había una mezcla de sarcasmo con provocación, insinuación y una invitación.

Una invitación que se que tomaría, la aprovecharía, pero yo siendo... Yo, solo jugaría.

—No puedes dejarme así, Hye, eso se te está haciendo costumbre. — se apego a mi por detrás .cuando si la vuelta para irme.

Mi piel se erizo no con el toque de sus manos en mi cadera, si no por el bulto duro que ahora se presionaba contra mi trasero, Mierda, era la segunda vez que lograba esa reacción con su acción y maldije internamente por ser así.

—Si Daddy, una costumbre que me está gustando mucho. Así como su nueva costumbre que ha tomado en estos días, no siendo una sola, si no varias. — di un empuje de mi cadera contra las de él, escuchándolo gruñir, pero al mismo tiempo dar un paso lejos de mí.

Aprovechando así salir del pasillo en el que me había adentrado y empezar a caminar.

Me sentí victoriosa dejándolo así y que no me tomara del brazo y deteniéndome.

—Ah, gracias por esconderme de Yuta señor. — agradecí con un sonrisa e mi semblante que por ahora no me la quitaba nadie y por eso la disfrutaba, me encantaba dejarlo con las ganas, era divertido.

Así como molestarlo, su intención de tomarme y esconderme no era esa, pero molestarlo con hacerle creer que fue así me hacía sentir vigorosa.

Por otro lado, dejarlo con las ganas se que era malo y doloroso para él, pero ¿Qué mas da? era el animal de Jeon Jungkook, egocéntrico, con problemas de play boy y yo su sumisa frígida que está tomando la gran libertad de destruir ese papel de chico malo.

¿Me hacía daño a mi?... No.

¿Venganza? No lo creo, tampoco lo llamaría así, pero no me iría de esta agencia, hasta cobrarme en dos semanas, lo que él me hizo sentir en dos años.

(...)

—¿¡Niña donde demonios estabas!? Nos preocupaste. — Yuta exagera al verme entrar a mi oficina, donde ambos me esperaban.

—Lo siento chicos, luego de correr tanto, enserio me canse y decidí esconderme, solo que me quedé ahí por qué Yuta ya llevaba rato encontrándome aunque me escapará, así que al darme cuenta que no me encontraba aún, decidí quedarme un rato más por precaución.

Mentí, si en verdad no estuviera preocupados, se darían cuenta de la sonrisa de maldad que tenía mi semblante y el como mis ojos relucían de haberme salido con la mía una vez más.

—Si que te escondiste bien, porque te buscamos por todo el lugar. — la sorpresa y la preocupación estaba en los rasgos de Saehyung.

—Bueno, yo ya me voy a mi oficina, el jefe no debe de tardar en llegar y los demás igual.  Y usted señorita, me debe una. — me señala con un dedo despectivo y toma mi mentón dándome un beso en la mejilla que pronto se vio acompañado con una leve mordida que dio ágilmente antes de que me alejará al darme cuenta de lo que tramaba.

—Baboso. — me aparte con asco limpiando mi mejilla cuando va saliendo y  justo va entrando Jungkook.

Yuta le dio una reverencia y se retira, ahora que estamos en la luz nos podemos ver mejor y Jungkook va vestido casi igual a mí, una camisa manga larga de botones color negra, unos Skinny Jeans rasgados y unas botas Timberland color negro gamuzado, y joder, debo admitir que mal no le quedaba.

En especial los jeans, sus muslos se ceñían a la tela y me hacia preguntar como demonios podía entrar sus piernas en esa diminuta tela que estoy más que segura que la susodicha no estira ni un poco, su color de su piel relucía, su entrepierna, se veía aún más marcada, dando a relucir el gran paquete que tiene y verlo sin corbata y sin saco hace que se vea más marcado su torso, su pecho, que joder, bien marcado y trabajado que lo tiene.

Bien, también debo admitir que nunca me di la tarea de violar a Jungkook con la mirada, pero ahora no está demás ¿O sí? De todos modos necesito un poco más para hacer de mis travesuras algo más grandes.

(...)

—Saehyung ¿y la trituradora? — me pregunté mientras la buscaba, pero está no estaba por ninguna lado de nuestra oficina.

—Se daño ¿recuerdas? — enarco una ceja al haberme olvidado de ese día, en que también patee la trituradora terminandola de dañar por no querer triturar más rápido y como debía, si, la trituradora estaba algo dañada y yo terminé de dañarla.

¿Es que no le ha pasado que cuando algo no hace las cosas como es, acuden a joderlo para que sirva, pero resulta que eso no funciona si no que lo dañan?

Es como cuando tu celular se queda pegado al abrir alguna aplicación que hace segundos está bien y la habías cerrado para ir a otra y cuando vas de regreso está no habré, hostinada lo golpeas pensando que funcionara y cuando te das cuenta la pantalla está rota o lo jodes más de lo que estaba y en vez de quedarse en letargo resulta que ahora la pantalla queda en negro o alguna desgracia que luego lamentas entre lágrimas.

Si, la capacidad del ser humano es increíble.

—Diablos, tendré que usar la del jefe. — lo mencioné con formalidad pues la puerta de nuestra oficina estaba abierta y todo se escuchaba con claridad y Jungkook no se había movido de su asiento desde que entró, bueno, no es que lo hiciera todo el tiempo.

Pero aún así maldición entre mis palabras el echo de tener que ir hasta haya como de estar cerca de él.

—Bueno, salgo contigo, yo tengo que sacar unas copias. — se levantó para salir conmigo y ese era otra cosa, tampoco teníamos fotocopiadora en la oficina y sinceramente era tedioso ir a otro piso para poder sacarlas.

Definitivamente ese tenía que ser un cambio antes de irme, colocar una impresora personal en la oficina, no importa si era pequeña su uso y comodidad sería un bendición bien recibida y utilizada.

Ella sale de la oficina y yo camino al escritorio de Jungkook sin decirle alguna palabra o pedirle permiso, de todos modos debió escuchar a que venía.

Dandole la vuelta al mismo, ya que la trituradora está de su lado, lo ignoro dándole la espalda para empezar a triturar los papeles, empecé a pensar en lo que él podría hacer, así que me agache para terminar.

—Aunque te agaches, Hye, puedo intentar lo que se me plazca. — adivinando mis intensiones habla, me di la vuelta al terminar.

Estaba sentado con la silla en mi dirección, me arrodillé y empecé a caminar hacia él en cuatro, no me preocupa ensuaciarme, empezando porque mi pantalón es blanco, si no que el piso es y siempre está limpio.

Más que camina sobre la alfombra gris circular que rodea todo el escritorio de Jungkook.

—Lo se señor, pero sea lo que sea que haga siempre logro salirme con la mía, creo que eso ya lo sabe bien... Últimamente se lo eh dejado bien claro. — llegando a él me abrí paso entre sus piernas mientras aún estaba agachada.

—Si y espero que eso no dure mucho, pues de muchas eres la única que ha logrado dejarme con muchas ganas en varias ocasiones... Así como a la única a quien se lo he permitido. — confesó mientras se inclinaba hacia mí y tomaba mi mentón para que lo mirasé mejor.

—Eso depende de muchas cosas Daddy. — humedecí mis labios mientras empezaba a masajear sus muslos de arriba hacia abajo deteniéndome justo antes de llegar a su entrepierna.

—Eso lo veremos, Hye. — se empezó acercar aún más, quería besarme e intente voltearme, pero sabiendo lo que podría hacer, su agarre ya se había apretado en mi mentón, impidiendo algún movimiento.

Me miró con Perversión y sonrió, empezó acercarse de nuevo y cuando nuestros labios dieron el mínimo roce, el mísero tacto, tome su labio inferior entre mis dientes, empezando a morder con lentitud, para ir aumentando la fuerza miéntras jaloneaba de su labio, empecé a mover mis dientes de lado a lado en esa delicado zona, lo solté cuando de su parte escuché un fuerte gruñido colocándome de pie.

Jungkook toco su labio y lo chupo, por lo visto se lo había roto, algo de lo cual no me arrepentía ni un poco, me apoye de sus muslos y me incliné hacia él haciéndolo retroceder hasta que su espalda quedará completamente apoyada del respaldar de la silla, me acerqué más fingiendo querer besarlo, pero cuando esté entre abrió sus labios, esperando aquel beso me aleje llegando a su oído.

—Lo siento mucho Daddy, no fue mi intención. — volví acercarme nuevamente a sus labios, los cuales observe, no mentiría, se veían apetitosos, tan rojos, tan finos, pero a la vez con ese pequeño grosor carnoso, como lo era su labio inferior, más grueso que el superior, delgados y el rojo que los adornaba acompañado de ese brillo causado por su saliva al haberlo chupado, era magnífico.

Una gota leve y mínima de sangre estaba en su labio inferior brillando y aunque sonará o fuera asqueroso sentía perversión por lamerla.

Y que me condenen si no deje fluir mi deseo de hacerlo.

Di un lamida rápida a su labio lastimado, limpiando la poca sangre que brillaba y me había tentado hacer el acto.

Lo escuché sisear por el ardor y mi piel se erizo por tercera vez en el día con un apuntada nueva que revolvió mi vientre, lo miré y sonreí para irme de nuevo a mi oficina, dejándole claro el punto de una vez más saliéndome con la mía.

Al llegar a la puerta me detuve para verlo, sentía su mirada sobre mí,  me miraba con una sonrisa de perversión y picardía mientras sobaba su labio, con una sonrisa satisfactoria entremedio.

Lo que me dejó pensando, fue que él no me aparto, algo que sé bien de él, es que no le gusta que lo muerdan y yo lo acabo de hacer y su respuesta fue mirarme con ese deseo y lujuria aumentando en su orbes negros cada vez más.

Eres un vil perverso Jeon.

(...)

La hora de salida llegó, Saehyung ya se había ido con Yuta hace una hora, yo me quedé a terminar de acomodar la agenda de Jungkook para la semana que viene.

Justo ya he terminado y me disponía a bajar para esperar en el primer piso, me coloco mi bolso y como mi celular como era de costumbre llevarlo en mano, para así cerrar la oficina con seguro, también siendo costumbre a pesar de que era seguro y nada se perdería.

Pero uno nunca sabe.

—Hola Hermanita~. —la vos chillona de Hanni se hace en toda la habitación ¿Cómo rayos hace para llegar sin que la vea o bien sea que la escuché?

—Hola, Han. — respondo neutral guardando las lleves en el bolso.

—Toma, esto lo trajo, Saehyung, antes de que se fuera, dijo que era para tí. — me mostró una caja envuelta en papel de regalo rojo, con un lazo de igual color algo más llamativo y brillante para que resaltará, me acerco a ella y la tomo.

Me abstengo de ver a Jungkook, se que no ha sido él, menos cuando se bien que no es de esos detalles y si lo hace, no hace el teatro de enviarlo estando cerca de mi, me lo daría en la mano y con dobles intensiones esperando un intercambio.

—Ábrelo, ábrelo. —me alienta Hanni como niña pequeña.

—No hay tarjeta, que raro. — dejando mi celular en el escritorio de Jungkook, empiezo a quitar el papel que envuelve la caja, al terminar es una caja de color negro, no tiene nada por fuera.

Le doy el papel a Hanni y ella me hace el favor de botarlo, puedo sentir la mirada de Jungkook sobre mí, ansioso de saber, pero no en el buen sentido, se ve que no le gustó el regalo hacia mí.

Le hice ademán a Hanni para que me diera espacio de sentarme en sus piernas, se que había otra silla, pero no quería. Además de que así podía molestar a ambos.

Dos pájaros de un solo tiro.

Subí a sus piernas sentándome de lado para que el bolso no le incomodara, coloque la caja sobre escritorio para así abrirla y dejar ver su contenido.

—Oooh~ son bombones de chocolate blanco y otro de chocolate negro y además son rellenos. —más específica no pudo ser Hanni.

Tome uno y lo comí, seguido lo hizo ella.

—Mhmm~ están deliciosos, toma Daddy, prueba. — Hanni tomo uno de cada sabor tomándose el derecho de repartirlo como si fueran suyos, más no le dije nada cuando me sorprendió que el suso dicho los tomara.

Mirándome molestó se los comió.

Era una caja grande y solo quedaban como 10 de 30 que creo que era lo que traía la caja después de habernos comido la mayor cantidad en tan solo pocos minutos.

—Están muy ricos. — Jungkook al fin le dio un halago a los bombones, es que después de todo no era falso, estaban deliciosos.

—Espera un momento. —el tono de Hanni me hacia saber que estaba por decir alguna conclusión que sacó al pensar, si señores, Hanni puede pensar. —Estos son chocolates blanco y negro, de diferentes rellenos, ya que te gusta por la intriga de saber cuál será el relleno del próximo, los únicos que sabemos que son tus favoritos son; mamá, papá, Yuta, Saehyung, yo y ahora obviamente lo sabe nuestro Daddy, pero él único que sabes cómo regalártelos, con esa caja negra y envoltura roja, con un lazo rojo y sin tarjeta es...  — se quedó segundos pensando y me prepare para algún grito, que si, no faltó —¡Fue WonHo! — grito y hice una mueca tapandome los oídos, y sus movimientos casi me hacen caer. —¿Cuándo pensabas decirme?

Me pregunta y me da un golpe en el brazo y quería maldecirla, ya que me había dado justo en el mismo lugar que Jungkook me había dejado el moretón, por qué si, aún no había curado del todo y seguía doliendo como la primera vez.

—¡Auch! ¿Decirte que? — hablé entre dientes pasando el dolor.

—Que volviste con, WonHo. — Sentí como Jungkook se removió en su asiento ante las palabras de Hanni, algo me decía que era mejor ni verlo siquiera de reojo.

—¿Volver? Estas loca, no volví con él. — fui sincera.

—Vamos ¿Cómo explicas esto? —señaló la caja media vacía de bombones frente a nosotros.

—Nos encontramos en una reunión ayer, me pidió mi número, se lo di y desde ese momento estamos hablando, ni siquiera hemos salido. — eso claro, dentro de poco. —Este regalo me sorprende igual que a ti.

—Bien, te creo. —Hanni contesto quedándose tranquila.

—¿Y porque creerle? — Jungkook entro en la conversación después de un largo rato, se escuchaba molestó, no quería ni verlo, pero la intriga de ver su cara de celos y enojo pudieron más.

—Por que si pasará algo más, no hubiera dicho nada de lo que ya dijo. —Hanni le explicó, tenía un buen punto, por lo menos me conocía, mire a Jungkook y sus pupilas estaban dilatadas, las venas de su cuello y manos estaban prensadas y su mandíbula muy marcada.

Su lengua iba de un lado a otro haciendo bultos en sus mejilla.

Si, estaba molestó y como antes, eso no me importan ni un poco.

Hanni empezó a sacarle conversación a Jungkook, de vez en cuando yo participaba, ya que está también trataba de sacarme conversación, Jungkook también trataba de hacerlo y eso me parecía algo extraño, pero no del todo, aunque me entretenía de solo verlo, puesto que este le contestaba a Hanni serio y no dejaba de mirarme.

—¿Oye y eso que no te fuiste con Yuta y Saehyung? — si, ya esperaba esta pregunta de Hanni, había tardado mucho, Jungkook presto atención.

—Porque me vienen a buscar... ¿Y ustedes porque no se han ido aún? — pregunte de vuelta, ninguno contesto solo se miraron fijamente entre sí.

Y solo eso bastó para darme cuenta de la situación y el porqué de la pregunta de Hanni, la cual si había tardado bastante, en teoría, si no lo captaron, me estaban corriendo.

—Ya veo, estoy siendo de mal tercio... solo tenían que decirme y me iba. —baje las piernas del asiento, ya que mientras estaba sentada sobre, Hanni, había apoyado mis piernas en la silla libre para que no quedarán guindando.

—No queríamos que lo tomarás a mal. — se excuso Hanni con un puchero arrepentido en su labios.

—¿Tomar a mal que, Boba?... ¿Él que tendrían sexo y solo esperaban que todos se fueran para hacerlo? —pregunté con ironía viéndola sobre mi hombro una vez que estaba sentada recta en su piernas. —Aca la que no quería que lo tomara a mal eres tú, Hanni, no tienes porque mentir siendo que no era un pensamiento de ambos. — la molestia adorno no solo mi voz si no miz rasgos.

—Es que me sentí un poco mal, no sabía si te molestaría o te pondrías celosa. — Hanni, confeso su pensamiento y por tercera vez en el día puse los ojos en blanco. —Él también es tú Daddy.

—Si, Hanni, lo es y ya no lo será, fui su maldit_ sumisa frígida por dos años y en ningún momento intimidamos, nunca nos tocamos, nunca hicimos nada, no se porque me regia por un contrato de sumisa si mi papel solo era de secretaría personal y muy personal, ya que sabía y hacia muchas cosas que una simple secretaria no hace ni sabe. — hable molesta miéntras veía a Jungkook a los ojos, este me veía sorprendido por mi confesión y lo molesta que estaba. —Creo que solo me mantenía como su supuesta sumisa por tenerlas completas o solo por compasión.

A penas lo dije Jungkook me miró, se podia ver ¿Tristeza? O ¿Remordimiento? Por solo escuchar que tenía compasión por mí, si, es un total imbécil. Tenía razón en todo.

—¿Y entonces como llegaste hacer sumisa, si la propuesta principal del contrato, que es sexo, no se daba? — Hanni quería aclarar su duda y sin duda lo haría.

—Por mi cuerpo. — Jungkook no podía dejar de verme al saber que yo sabía todo lo que él creía que no sabía. — Así que para la próxima, no se preocupen por mí y solo dígamelo, que lo menos que me darán serán celos y para evitar malos entendidos, estoy molesta porque sabes cómo odio ser de mal tercio y aún así dejaste que hiciera ese papel bochornoso. — por fin me levanté de las piernas de Hanni y coger mi celular mientras caminaba hacia la puerta.

—¿Hye, a dónde vas? — Hanni se levantó para verme mejor.

—Ya me voy, si quieren puede comerse lo que queda de los bombones. — contesté de mala gana.

—Vamos, Hye, ven, no te vayas, discúlpame, se que te molesta ser de mal tercio, debí decírtelo, pero no te vayas así de molesta. — había un tono de súplica en la voz de Hanni.

—Adiós.

—Espera, vamos, Hye ¿Quién te viene a buscar? —pregunto ¿Preocupada? Ni loca me iba con ellos cuando me hicieron esto.

—¡WonHo! WonHo me viene a buscar y saldré con él ¿Feliz? — sin esperar su respuesta salí dando un portazo, sin remordimiento por haber sido grosera con mi propia hermana.

Justo un mensaje de WonHo me avisa que ya llegó y con prisa bajo, aunque acabé de llegar no quería hacerlo esperar, al menos él me distraerá esta noche.
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Espero les haya gustado, si hay algún error ortografíco o creen que hay algún error de contexto no duden en comentármelo.

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