𝟏𝟑.

𝙎𝙊𝙉𝙄𝘿𝙊 𝙔 𝙎𝙀𝙍𝙋𝙄𝙀𝙉𝙏𝙀𝙎

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       Habían pasado unas cuantas horas desde su pelea con aquel equipo de la lluvia, el sol ya estaba en su recorrido a ocultarse y el trío del equipo nueve saltaba por las ramas de los gigantescos árboles en busca de algún lugar apropiado para descansar. Lamentablemente el pergamino de sus anteriores enemigos era el mismo suyo así que se veían en la obligación de continuar buscando por el bosque otro equipo al que derrotar, aunque eso ya sería para el día siguiente.

Con una señal de Kenji de que estaba despejado se detuvieron a la orilla del río para recuperarse.

—Bien, ya saben qué hacer —pronunció el único varón.

Al unísono cada uno se fue por su lado, Shiro se encargó de poner trampas en los al rededores junto con algunos cascabeles para alertarlos de cualquier amenaza, a su vez Kai fue en busca de un poco de leña para hacer una pequeña fogata con ayuda de algún jutsu de fuego, y por el otro lado a Kenji se le fue dada la tarea de zambullirse en la fría agua del arroyo para cazar unos cuantos peces.

A los pocos minutos ya se encontraban reunidos en torno al fuego con sus brochetas de pescado en las manos, se mantuvieron en silencio al no saber de qué hablar y ya al acabar con la comida se dieron la tarea de apagar la fogata para no atraer gente.

—Yo puedo hacer la primera guardia —mencionó Kai luego de estirar la espalda—. Aprovechen de dormir.

—Está bien, luego voy yo —respondió Kenji—. Shiro necesita descansar.

—Estoy bien —se quejó la nombrada.

Tal como dijo la Uchiha se sentó sobre una roca a observar el paisaje en lo que los dos restantes se apoyaban en contra de un árbol para tomar una siesta. Todo iba relativamente en orden, ningún ruido fuera de lo común al menos hasta que Shiro dio un brinco en su lugar.

—¿Escucharon eso?

Sus compañeros agudizaron el oído en alerta y pudieron oírlo, un leve tintineo se percibía desde su flanco izquierdo. A primera impresión podría haber sido sin problemas el viento, pero aquel sonido se repitió con más intensidad y al segundo una de las trampas se activó.

—Arriba —ordenó Kenji.

Al instante el trío dio un salto hasta quedar sobre una rama con la mirada fija en el lugar de donde provenía el sonido, la oscuridad de la noche no les dejaba ver con claridad pero sí eran capaces de percibir unas siluetas aproximándose.

Estaban listos para una emboscada cuando repentinamente una potente ola de viento arremetió contra ellos obligándolos a bajar a tierra, allí en frente de ellos se apareció un equipo originario de la aldea del sonido que los miraba con arrogancia. Un chico con el pelo en punta junto a la única fémina de cabello largo se encontraban a los costados y un poco detrás, en medio y más adelantado se hallaba un chico con la cara vendada y lo suficientemente encorvado como para que sus mangas lleguen a tocar el suelo.

—Creo que llegamos un poco antes —habló el del frente—. Aún están despiertos.

—Uff, ¿Atacando por la espalda? —masculló Kenji en tono burlón.

—Más bien esperando en momento perfecto —contestó el chico de cabello negro.

—Ya veo —susurró el peliverde.

En un rápido movimiento el Fukui cortó un cordel atado a una kunai clavada al suelo provocando que decenas de senbon fueran lanzadas con fuerza hacia el trío enemigo. Tardaron en reaccionar pero en el último segundo el chico de las vendas extendió los brazos hacia ambos lados y una onda de, aparentemente, sonido salió expedida ocasionando que todos los senbon se detengan abruptamente y cayeran a la tierra.

Sin esperar el segundo varón corrió hacia los de Konoha dispuesto a pelear, ante esto Kai no se quedó atrás y lo recibió con un puñetazo. Luego de esquivarlo el extranjero arrojó una patada por el suelo con la intención de hacerla caer, la Uchiha la saltó y al volver su mirada al contrario obtuvo un ataque de sonido que la expulsó unos cuantos metros.

A un lado de ellos Shiro se lanzó a atacar al de vendas en cual se enfocó en evadir sus golpes, frente a esto la peliceleste retrocedió unos metros y le arrojó senbon a puntos estratégicos con el objetivo de restringir su movilidad sin embargo el contrario los esquivó. El chico de vendas contraatacaría pero antes de cualquier movimiento Kenji actuó, con un puñetazo al suelo hizo que una grieta los separara a ellos dos de los otros en frente suyo, quienes debieron dar un salto en retroceso para evitar la caída.

Contrario a todo pronóstico aquel chico de rostro vendado desapareció y en cambió la única chica dio un paso adelante, sin quedarse atrás Shiro y Kenji se pusieron en posición esperando el ataque. La del sonido no tardó en arrojar senbon para sorpresa de la Yamazaki, ambos se encargaron de esquivarlos guiándose por el sonido de los cascabeles que llevaban, cayendo así en su trampa.

—¿Qué demonios? —susurró Kenji adolorido, se desclavó las agujas y se puso en posición—. ¿Shiro?

—Los cascabeles —masculló la chica—. Deben tener algún truco.

Viajando unos cuantos metros a su derecha se encontraba Kai luchando aún con el chico castaño, este le había aturdido con una onda de sonido logrando enviarla en contra de un árbol con una patada. Enseguida la Uchiha se puso de pie tomando su tantō entre sus manos, le dio una ojeada y al segundo apareció a las espaldas de su enemigo provocándole un corte en la pierna, velozmente devolvió el arma a su lugar e hizo sellos manuales.

—¡Jutsu bola de fuego!

Una gran esfera rojiza salió de la boca de la pelinegra en dirección al del sonido, quien consiguió alejarse pero no lo suficiente como para salir ileso.

—Tsk, maldita.

Kai se arrojaría a atacar nuevamente pero una técnica de sonido a su lado la mandó a volar unos cuantos metros lejos de allí, al caer logró ver como el chico de las vendas había sido el causante pero se confundió a observar como ambos chicos en vez de ir a por ella se distanciaban. Se levantó dispuesta a ir tras ellos pero una repentina fuerza no le permitió moverse, Kai miró hacia abajo y pudo percatarse que algo le agarraba de las piernas, una serpiente.

—Tiempo sin vernos querida Kai.

—¡Cuidado!

Kenji se lanzó hacia Shiro empujándola por el abdomen cayendo así ambos al suelo. El peliverde observó a la chica con el ceño fruncido por tal estúpido acto, mas la contraria solo le sonrió en disculpa.

—Perdón, necesitaba comprobar algo —dijo luego de ponerse de pie.

Los dos miraron hacia la fémina del sonido que se ponía en posición de ataque, Shiro la examinó de pies a cabeza y volteó hacia su compañero.

—Ya lo entendí —comentó, recibiendo su atención—. Los cascabeles son la clave, cuando los lanza ponemos atención a su sonido para así evadir los senbon, pero ahí está el truco —sonrió—. No todas las senbon llevan cascabel, y estas se ocultan entre las que sí tienen.

—Ya veo —murmuró Kenji—. Caímos en su trampa.

—Pues sí, pero es hora de devolverle la jugada —sonrió Shiro.

Sin esperar nada la peliceleste corrió directamente hacia la del sonido, la  cual no tardó en arrojarle senbon, sin embargo la Yamazaki fue más ágil y yendo en zigzag las esquivó. Detrás suya Kenji se encargaba de morder su dedo para sacarse sangre y así realizar un jutsu de invocación, ya aparecido el sello en el suelo seguido de una leve nube de humo un grisáceo lobo de mediana estatura se posaba frente a él con la guardia en alto. No hizo falta ni una orden ni saludo ya que de inmediato aquel animal corrió velozmente hacia su enemiga con Kenji a su lado. Al notar esto Shiro detuvo su batalla de taijutsu con la contraria y se hizo a un lado, observando como el Fukui junto con su invocación realizaban un ataque en conjunto derribando a la de cabello oscuro.

—Bien, una menos —dijo Kenji—. Ahora, ¿Dónde estarán los otros dos?

Cerca de allí se encontraban los dos chicos del sonido, viendo de reojo como la Uchiha era interceptada por aquel hombre de tez pálida. Continuaron su camino con el objetivo de seguir distrayendo un poco más a los de Konoha para así alejarlos del lugar. Ya al arribar notaron como su compañera era acorralada en la tierra por un lobo de pelaje gris, el cual no le quitaba los ojos de encima y le gruñía de vez en cuando. Sin esperar más se lanzaron a atacar a dos bandas, el varón de vendas se abalanzó hacia Shiro en lo que el otro se dirigía hacia el animal. Anticipándose al ataque Kenji se interpuso impidiendo que su invocación se separe de su víctima, al instante se sumieron en una batalla de taijutsu en donde el peliverde fue arrojado lejos por una onda de sonido. El extranjero aprovechó de ir a por su compañera lanzando una onda hacia el lobo, sin embargo Kenji se percató de aquel acto y lanzó un silbido en respuesta, recibiendo una rápida mirada de su invocación antes de que desaparezca.
Velozmente se puso de pie y continuó su pelea con el contrario, sumándose ahora la recién recuperada chica.

A unos metros de ellos se desarrollaba un escenario similar, Shiro había sido capaz de inmovilizar un brazo del varón en lo que evadía sus ataques de sonido, no iba a mentir, el cansancio le calaba los huesos y sentía ganas de vomitar, pero no iba a desistir fácilmente.

Ambos compañeros continuaron luchando con fervor con la misma pregunta en mente.

¿Dónde demonios estaba Kai?

Mas su mente viajó rápidamente a otro pensamiento, ¿Qué pasaba? Aquel equipo del sonido se había retirado de un momento a otro dejándoles aturdidos, así sin más dejaron de pelear y desaparecieron de su vista.

—¿Acaso era una distracción? —susurró Shiro.

—Busquemos a Kai —ordenó Kenji.

—¿Qué quieres de mí?

—Ahora mismo nada en realidad —sonrió ladino.

—¿Entonces?

El hombre no respondió, en cambio se acercó a la pelinegra y le tomó del brazo, agarró la venda que cubría su muñeca y la sacó, dejando a la vista aquella marca de su procedencia.

—Es una pena que no la utilices —dijo con su tono juguetón ante la inexpresiva mirada de la menor—. Si lo hicieras serías mucho más poderosa, ¿No es eso lo que quieres?

—Tsk, ¿Qué demonios sabrás tú lo que quiero? —bramó Kai con molestia. 

Orochimaru rió entretenido.

—Shisui y Daiki Uchiha —siseó—. Tu hermano y tu padre, ¿No? Asesinados por Itachi Uchiha, el mejor amigo de Shisui —sonrió—. ¿No te provoca eso furia?

—¡Cállate!

Ya harta de su parloteo agarró su tanto de un rápido movimiento, soltándose de las serpientes que aprisionaban sus piernas y arremetiendo en contra del mayor, el cual la esquivó con facilidad y lanzó más serpientes de su brazo. Kai retrocedió unos metros evadiendo el ataque y le lanzó shuriken con hilos reteniendo a Orochimaru en contra del tronco de un árbol, al segundo hizo posiciones de mano y una gigantesca bola de fuego salió expedida directo hacia el hombre.

Cuando el humo se dispersó vio como no había nadie allí, en cambio el sanin reapareció desde el suelo, justo detrás suya. Sin ánimos de rendirse la Uchiha volvió atacar esta vez cuerpo a cuerpo, aproximándose velozmente se dio la tarea de enviarle puñetazos y patadas con el fin de encontrar un momento perfecto. Notando una apertura en su defensa activó su sharingan en un microsegundo con la intención de meterlo en un genjutsu. Cuando vio como quedaba paralizado sonrió de lado, sin embargo su felicidad no duró mucho pues un impacto en su espalda la mandó a volar atravesando unas cuantas ramas. Con una acrobacia en el aire logró caer de pie mas no se percató de la presencia de su adversario quien con serpientes la sujetó contra el suelo, Kai gruñó enojada y Orochimaru sonrió divertido.

—Ya perdimos mucho tiempo, sería un fastidio que tus amiguitos interrumpieran nuestra reunión —sonrió malicioso—. Mi asunto es breve, solo venía a darte un pequeño regalo.

—No quiero nada de ti, serpiente bastarda —vociferó Kai.

—Ahora tal vez no, pero te darás cuenta de lo valioso que es —respondió en lo que sacaba un pequeño frasco—. ¿No era tu meta vengar a tu querido hermano? —rió.

—Eso no te incumbe.

—Claro que sí, porque cuando al fin aceptes tu destino vendrás a mí —sonrió en grande, mostrando su lengua afilada—. Vendrás añorando más poder.

—¡Ya cierra la maldita boca! —gritó la Uchiha colérica—. No te necesito. 

Orochimaru soltó una carcajada.

—Ya veremos.

Frente al ceño fruncido de Kai el de piel pálida abrió aquel frasco y extrajo una pastilla poniéndola a la vista de la chica, posteriormente sin esfuerzo a pesar de la resistencia de Kai la dejó caer en su boca obligándole a tragársela. La Uchiha se removió en su lugar con intenciones de soltarse y asesinar al hombre sin embargo pocos segundos después un intenso dolor la invadió siendo inevitable soltar algunos alaridos. Orochimaru sonrió viendo a la Uchiha retorcerse a sus pies, y al momento de ver como un aura morada la envolvía al mismo tiempo que caía inconsciente se arrodilló a su lado e hizo sellos manuales seguido de poner una mano en su frente. Lentamente al aura morada se fue minimizando y concentrándose en el sello de su frente, el cual desapareció al segundo.

—Ya me lo agradecerás, pequeña Uchiha.

Ola q tal, gracias por leer~<3

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