22

Katherine estaba frente a su espejo dándose los últimos retoques después de haber leído el mensaje de SeokJin por décima cuarta vez. Al despertar, días después de su cumpleaños número 28, pensó que ese domingo sería totalmente aburrido, terminando de coser los vestidos de novia que estaba preparando para la primera gala que se llevaría a cabo en la empresa de Aerin, sería la primera que sea transmitida por televisión y la chica se encontraba verdaderamente nerviosa, muchas personas verían su trabajo y de eso dependía qué sería de su futuro, quizá muchas futuras esposas la contacten para tener el vestido de sus sueños o alguna agencia mucho más famosa podría llamarla, aunque esa segunda idea la ponía un poco triste de solo pensar que dejaría a Aerin, con quien solo lleva trabajando mes y medio, por perseguir la fama, aunque de eso trataba su trabajo, sin fama no tendría clientes ni llegaría al nivel que espera llegar como el de los grandes diseñadores.

Pero su mañana cambió cuando un "¿estás libre? ¿quieres salir a tomar un helado conmigo?" de parte de SeokJin llegó. Desde el día de su cumpleaños, donde escuchó la conversación de su mejor amigo con su novia a escondidas, sentía las mariposas en su estómago más alborotadas de lo común, siempre supo que Kim la defendía contra viento y marea pero nunca llegó a pensar que lo escucharía. Se sentía una princesa siendo salvada de las duras críticas de una bruja, y si bien cuando vió a Young Sun en su casa y casi encima de su mejor amigo se había puesto de mal humor, después de escuchar esa conversación y presenciar como la mayor se iba de su casa, totalmente furiosa por no haberle ganado a la pelirroja una vez más, la sonrisa en el rostro de Katherine perduró toda la noche.

Así que ahora sentía que iría a una cita, su corazón estaba palpitando con fuerza mientras su mente se imaginaba el escenario de SeokJin pidiéndole una oportunidad para ser novios finalmente. Había decidido ignorar el dolor en su estómago y las náuseas que había tenido la noche anterior, pensando que serían los nervios por la cita o porque había estado comiendo cosas dulces desde su cumpleaños y lo más probable era que tenga un ataque al hígado tremendo. Terminó de colocar el gloss sobre sus labios y tuvo un pequeño temblor cuando escuchó la bocina del despampanante auto afuera, tomó su pequeña cartera que obviamente era de color rosa, al igual que toda su ropa, y salió de su habitación mientras le gritaba a su hermano y padres que se iba, aunque era algo tonto porque todos estaban durmiendo una siesta.

Subió al auto, en el asiento del copiloto, y como tenía la costumbre tiró su bolso en los asientos traseros. Le sonrió a su mejor amigo que también le mostraba una sonrisa sugerente y fue él quien la besó en los labios; un beso sencillo, de un saludo normal entre una pareja, lo que emocionó aún más a la chica. ¿Eso le iba a esperar para el día que realmente sean una pareja? ¿Que la vaya a buscar en su auto de lujo, la bese en los labios y le diga un cumplido? Porque le encantaba la idea.

⎯ Estas muy guapa, ¿Ya te he dicho que me encanta como te queda el rosado?⎯ halagó mientras giraba el volante y emprendía camino hacia la heladería favorita de ambos, una a la que no iban hace demasiado tiempo porque los días no estaban del todo calurosos, pero ese domingo habían sido beneficiados y unos lindos 22 grados estaban, ideales para una salida casual sin morir de calor ni de frío.

⎯ Siempre me lo dices.⎯ recordó con una risita tímida, sus mejillas se habían teñido del mismo color que su ropa, y es que no importaba cuántas veces su mejor amigo le había dicho el mismo cumplido barato porque a Kate todas esas veces le encantaría escucharlo.

No tardaron demasiado para llegar a la heladería mientras canciones de Ariana Grande los acompañaban, a Kate no le molestaba escuchar a la cantante y hasta habían canciones que conocía, pero le decepcionó un poco saber que SeokJin no puso a su cantante favorita cuando era muy obvio quien era. Ignoró aquello y bajó del auto para sentarse en una mesa del exterior, mientras esperaba a que Kim traiga los helados.

A los minutos SeokJin regresó y una sonrisa se plasmó en el rostro de la menor por ver su gusto favorito en el cono, saber que iba a devorar aquel sabor le había emocionado. Kim se sentó frente a ella con su respectivo helado, ese día había llevado ropa casual; unos pantalones anchos con roturas en sus rodillas que dejaban ver su piel, una camiseta negra pegada al cuerpo con detalles blancos en los hombros y en el coche tenía un buzo totalmente blanco por si de repente comenzaba a hacer frío. Todo un modelo, claramente.

⎯ Bien, debo contarte algo importante para ambos.⎯ dijo apenas se sentó. La chica frente a él sonrió, aunque una vocecita interna le repetía en su cabeza "siempre hablando de él mismo y tú lo soportas".⎯ Terminé con Young Sun.

¿Volverán en la próxima semana? Quiso preguntar, pero prefirió responder otra cosa.

⎯ ¿Y por qué esta vez?

⎯ Por ti.

El entrecejo de la menor se frunció y una llama de esperanza renació en su pecho, pensando que esta vez Kim no volvería a su ex novia porque no tuvieron el motivo de separación usual. Tomó aire y quiso hablar pero las palabras simplemente no salían, en su mente empezó a imaginar como ahora vendría la confesión que estuvo esperando por años y eso simplemente la dejaba sin palabras. SeokJin tenía una sonrisa en el rostro también, una tan brillante y linda que Katherine sentía que estaba por morir, jamás la había visto de esa forma; con ternura, amor, pasión. Amaba como la estaba viendo en ese instante y esperaba que toda la vida sea así. Y es que ella...joder, no tenía palabras para describir lo mucho que lo amaba, ni siquiera podría contar cuándo fue que se enamoró de él porque cada día caía mas y más rendida a sus pies, como una tonta ilusa mientras él no se daba cuenta.

Quizá Katherine estaba enamorada de lo roto que estaba SeokJin por dentro, porque no es como los demás chicos convencionales que hacen todo bien en la vida y su mayor error podría ser no aprobar una materia en la facultad. No, SeokJin tenía los problemas reales que Kate nunca tuvo y esperaba jamás tener, ella quería ser su salvadora, la mujer que lo ayude a sanar y pueda hacerle ver que hay cosas lindas en la vida, que no es necesario el uso de sustancias para ser feliz. Kate estaría dispuesta a dar cada pequeño pedacito de ella para salvarlo, para ayudar al amor de su vida con el que quería tener todo lo que una niña desea, sin importar las consecuencias, porque de eso se trata, ¿no? Amar y estar con alguien a pesar de que todo el mundo no quiere y está en contra, ella seguiría a su lado hasta el fin del maldito mundo.

A ella no le importaría luchar en cada batalla que su amado tenga si sabía que eso lo haría feliz, que le solucionaría aunque sea una pequeña parte de su vida. No le importaría sufrir, sangrar, llorar en el proceso si sabe que al final de la lucha estaría su amado esperándola con los brazos abiertos. Tenía ese estúpido complejo de querer ser su capa protectora, su psicóloga personal, de ser la persona a la que SeokJin vea y diga "ella me salvó la vida y estaré eternamente agradecido", pero no quería hacerlo solo por ese propósito, y tal vez hasta se podía decir que ni siquiera quería hacerlo para recibir su amor a cambio, solo quería verlo bien. La felicidad de SeokJin era la de ella, y no le pediría nada a cambio, si él quería amarla que lo haga, eso haría el triple de feliz a la menor, pero lo único que esperaba a cambio de que ella luche contra todos los miedos, adicciones, traumas y demás de Kim era verlo bien. Ese sería su mayor premio.

⎯ ¿P-por...mí?⎯ preguntó perpleja.

⎯ Sí, Kate.⎯ contestó tomando las manos de ella por encima de la mesa.⎯ Young Sun hablaba muchas cosas malas sobre ti y eso es algo que jamás podría soportar, desde que te conocí supe que serías la primera y única mujer más importante en mi vida, no podía permitir escucharla hablar estupideces sobre ti que ni siquiera son ciertas.

⎯ Jin...

⎯ Déjame hablar, por favor.⎯ pidió, y ella sin rechistar guardó silencio. Los ojos casi estaban nublados por las lágrimas de felicidad, no veía la hora en la que llegue la propuesta, a la cual obviamente obtendría un "sí, quiero ser tu novia".⎯ No eres toda esa basura que dice Young Sun; eso de que eres una zorra, infantil y tonta, eres mucho más que eso, pero te tiene envidia porque a ti sí te quiero y te querré toda la vida. No te quiero solo para tener sexo, Kate, ni siquiera se te tendría que cruzar eso por la cabeza, eres muy divertida, tierna y buena amiga.

Y así fueron como todas las ilusiones de Katherine cayeron al suelo como ella la primera vez que se subió a una patineta.

Aquella ultima palabra, aquel "buena amiga" le había caído como un balde de agua fría encima, no lo esperaba, para nada, y detestaba pensar que SeokJin tenía el poder de ilusionarla, llevarla a lo más alto y bajarla de un solo tirón, aunque él no era consciente de ello, de hecho, ni siquiera había dicho las cosas en un sentido más allá de la amistad. Claramente se notó en su expresión que las cosas no iban como ella quería, que habían perdido el rumbo y se sintió una estúpida por pensar que SeokJin realmente la amaría y le diría en ese mismo instante que estuvo enamorado de ella toda su vida o algo así. Le entristecía demasiado darse cuenta del poder que tenían las palabras de su mejor amigo sobre ella, porque estaba más que segura que ese "amiga" se quedaría en su cabeza para toda la vida y quizá se vuelva su posible primer trauma amoroso, pero algo la entristecía más que eso, y es que ella sola se ilusionó con las palabras e inventó toda una historia en su mente, porque si analizaba bien el diálogo de su amigo...en ningún momento daba a entender un enamoramiento o algo así.

De igual manera, sus esperanzas no decaían y al contrario de eso le buscaba una vuelta a la historia para que todo termine en una confesión de amor, como que ahora Kim le decía que no sabía lo que realmente era el amor (y si decimos la verdad Kate tampoco lo sabe mucho) y que quería aprenderlo con ella, que estaba dispuesto a dar todo de él para enamorarse de verdad y ponerle un rumbo a su vida, porque no podía vivir de la droga y el sexo.

⎯ ¿Solo tu...amiga?⎯ consultó con la esperanza en la palma de su mano, y es que eso era lo último que se perdía, ¿No?

⎯ Que tonto.⎯ soltó unas pequeñas risas el mayor y Kate dejó de estar tan tensa.⎯ Mi mejor amiga, lo siento.

La menor se quedó sin palabras, ¿Cómo se respondía a eso cuando era más que obvio que ella estaba perdidamente enamorada? ¿Qué se hace en estos casos? Kate sabe que no existe una guía para pasar el desamor, pero ahora estaría necesitando demasiado de una. Sabe que no está enamorada del hombre ideal, en realidad SeokJin estaba bastante lejos de serlo, y eso le enojaba más porque era un hombre malo y aún sabiendo eso no podía odiarlo o dejar de amarlo como una enamorada. Si tan solo lo hubiera visto como un amigo siempre, o no se hubieran involucrado sexualmente, las cosas estarían muy distintas en ese instante, tendría menos problemas, menos noches llorando, menos inseguridades y sí, se hubiera quedado con el "¿qué hubiera pasado si...?"  pero a veces, solo a veces, era mejor quedarse con esa duda antes que terminar destruido emocionalmente.

¿Le falta algo? ¿Le sobra algo? ¿Qué necesita para estar a la altura de él? Estaría dispuesta a darlo todo para poder ser su novia y que la vea con ojos de amor, pero no podía pedirle algo que no sale de él mismo, y mucho menos obligarlo, prefería vivir con un corazón roto toda su vida antes que obligar a SeokJin a hacer algo que no quiere, aún si él lo hizo con ella y no se detuvo ni siquiera cuando la vió casi llorando.

Mientras esas dudas pasaban por su mente, un chico que posiblemente no superaba los 23 años, pasó por al lado de la mesa donde estaban los mejores amigos, viendo un poco de más a Katherine por ser una mujer demasiado hermosa y llamativa, y también con algo de duda porque veía como el helado se derretía en la mano de la linda chica y ella tenía una mueca neutra, como si estuviera en otro mundo. SeokJin se dió cuenta de aquello y chasqueó la lengua antes de tomar un par de servilletas, el bolso de su amiga y la muñeca de la misma, lo que la hizo salir de sus incontables preguntas que la hacían sentirse peor. Su mejor amigo tiró su helado ya derretido y le empezó a limpiar la mano mientras balbuceaba cosas acerca del joven que ya había desaparecido del plano.

⎯ ¿Qué ocurre?⎯ preguntó desconcertada.

⎯ Un idiota con las hormonas al tope te quedó mirando de más.⎯ explicó brevemente y ella abrió los ojos sorprendida por el leve tono celoso que solo ella notó. El mayor terminó de limpiarle la mano y nuevamente tiró de su muñeca hasta el auto.⎯ Nos vamos.

⎯ ¿Estas celoso?⎯ dijo Kate con una sonrisa en su rostro y un tono juguetón, ignorando la mueca de seriedad de su mejor amigo. Ante el silencio, el corazón de la chica palpitó fuertemente contra su pecho, quizá...quizá sí tenía una oportunidad de hacer que la ame como una pareja y no solo como una amiga.⎯ ¿Por qué no contestas, celosito?

⎯ No hagas preguntas estúpidas, Katherine.⎯ respondió, y era la primera vez en mucho tiempo que ella escuchaba su nombre completo desde los labios de su amigo.

⎯ Oh vamos, dime.⎯ insistió caminando detrás suyo.

⎯ No quiero lastimarte, en serio.

⎯ Di lo que tengas que decir, hay confianza y...⎯ él interrumpió su discurso.

⎯ Jamás podría sentir celos por alguien como tú, Katherine. Si quieres irte con otro tipo hazlo, nadie te retiene aquí, y tal vez si lo haces me quitas un peso de encima porque no te vería más.

Los ojos de Kate se nublaron por las lágrimas mientras sentía la garganta seca, decidió ignorarlo y mirar por la ventana, pero es que cada palabra había dolido tanto que el dolor en su pecho y el nudo en su garganta la estaban asfixiando. Nunca se había sentido una carga para Kim, de hecho, pensó que hasta le alegraba la vida y es porque él mismo se lo había dicho demasiadas veces, pero ahora tal vez tendría que ver más por su seguridad emocional que por la de él, porque el tono de las palabras, el enojo, y saber que la dejaría fácilmente en brazos de otro tipo le había roto el corazón en mil pedazos, tantos que no podría ni siquiera juntarlos. Escuchó él suspiro del mayor y vió como giraba el auto para llevarla nuevamente a su casa, donde ella quería estar realmente, en su cómoda cama llorando sin ser descubierta por nadie.

Y lo peor de todo, además de las hirientes palabras de SeokJin, era que Kate se culpaba a ella misma, creyendo que si no hubiera insistido en ese tonto juego para sacarle la verdad ahora no estarían así, cuando la realidad estaba lejos de sus pensamientos. Llegaron a la casa de ella más rápido de lo que pensaron y estaba perfecto para Kate aquello, solo que antes de bajar habló nuevamente.

⎯ Es una lástima que no puedas ver lo mucho que te amo y todo a lo que estoy dispuesta a hacer por ti y para verte bien.

⎯ Entiende que no estoy enamorado de ti.

Y eso...eso había dolido más que cualquier cosa en el mundo.

⎯ ¡No quiero ser solo tu mejor amiga!⎯ exclamó viéndolo, ya no le interesaba que vea las lágrimas caer desde sus ojos y el dolor que le producía.

⎯ ¿Pensaste que seríamos novios?⎯ preguntó incrédulo. Katherine estaba totalmente sorprendida de ver a un SeokJin tan cruel, tan arrogante y cortante.⎯ Por favor, si sabes que me gustan las mujeres como Young Sun y tú no tienes ni el cabello igual a ella.

⎯ ¿Entonces por qué estuviste conmigo?

⎯ ¡Quería experimentar algo nuevo!⎯ contestó exaltado, y ella se sintió como un absurdo experimento.⎯ No te había visto con ojos más allá de amistad porque siempre me pareciste una niña ilusa, y ese día que estuvimos en mi casa te mostraste de otra forma, ¿Cómo pretendías que no quiera follarte si me besaste de esa forma tan caliente?

⎯ Joder SeokJin, tuvimos sexo.⎯ dijo con un último aliento ella, ya con el corazón totalmente destrozado y con el nudo en la garganta quemando tanto que apenas podía hablar.

⎯ ¿Y eso qué tiene que ver?

⎯ Se supone que cuando dos personas tienen sexo es porque hay un interés de por medio, uno amoroso, pasional.⎯ explicó.⎯ Pensé que tendríamos algo serio, no que solo seríamos amigos que follan cuando tienen ganas. Creí que hoy me pedirías ser tu novia.

Kim miró al frente mientras apretaba el volante del auto con molestia, desde un primer momento se hizo la idea de que tener una amistad con derechos con Kate, la chica inexperta que tuvo un solo novio y vive en un cuento de hadas, sería posible. Era más que obvio que ella se ilusionaría pero, ¿Cómo no hacerlo? Si le decía que la amaba, la llevaba a comer, la ponía como prioridad e incontables veces discutió con gente para defenderla. Ambos tenían su respectiva culpa, el problema era que Kim no quería asumirla.

⎯ Nunca podrías ser mi novia, eres muy poca cosa para alguien como yo.

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