-Síganme-.

Luis iba a comentar algo, así que lo miré como "dices algo y te mato".
No dijo nada.

No es que me tuviera miedo. Simplemente sabía que era mejor no hacer nada extraño.
Seguimos a Toriel en silencio.
Llegamos al primer puzzle. Realmente las ruinas se veían más grandes de lo normal.
Lo dude un minuto. "Espera, ¿no había un guardar en el juego antes de aquí?".
No lo había visto. ¿Quizás iba distraída? Espero que así sea.

Toriel pasó por el puzzle resolviéndolo, y volteó a vernos.
-Aquí en las ruinas hay muchos puzzles. Estoy segura de que no son muy difíciles, pero aún así, intenten no molestarse con ellos-.

Seguimos caminando por uno que otro puzzle.
Algunos susurraban algunas tontadas entre sí.
Yo estaba demasiado emocionada para decir algo, así que solo continue caminando tras Toriel.

-mamá- llame.

"Mierda" pensé nerviosa cuando me di cuenta de mi error.
Los demás me vieron con burla. Toriel se quedo anonadada, y volteó hacia a mí con una expresión de sorpresa. Luego sonrió dulcemente.

-¿Si mi niña?-.

"¡MAMI TORIEL, LOS PENDEJOS DE ATRÁS SE BURLAN DE MÍ :,v!".

-y-yo... ¿Cuánto más hay que caminar? Sinceramente, creo que me rompí una costilla en la caída- dije con una expresión de dolor.
Por qué si. Dolía como la rechingada madre.

Ella rió nerviosa. -lo siento. Aún falta bastante-.

Todos se quejaron.

-¿Más caminar? ¡No quieeeeeero!- dijo Ale sentándose.

-Primera vez que estoy de acuerdo con Alexandra- dijo Pedro repitiendo la acción.
Pronto todos estaban en el suelo, menos yo, la Chikis, Rodolfo y Landell.
"¡PUTOS FLOJOS! ¡Yo quería tirarme primero, pero duele mucho!".

Toriel no entendió que estaba pasando.

-Mamá- voltee. -Adelántate, esperaremos aquí. Estamos demasiado cansados para continuar-.

Ella asintió, y se acercó a la Chikis, la más cercana. -Mi niña, no se separen-. Le dio un teléfono celular. -Tomen, llamen si necesitan algo-.

Dicho esto se retiró.
Todos nos sentamos a descansar.

-¿Alguien trae chocolate?-.

Todos negaron.

-¡Rayos!-.

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Pasaron unos veinte minutos cuando decidimos continuar caminando.
Pasamos la trampa del suelo con pinchos, la habitación larga, y llegamos a un lugar con flores rojas en el suelo. Sonreí. Adoraba este lugar.
Cerca, encima de unas flores, un brillo amarillo se asomó.
Corrí hacia el.
Dolió mucho. Pero valió la pena. Lo apreté, y aparecieron dos botones.
Extrañamente uno apareció gris.

Guardar.        Resetear.

Presione el guardar. De todos modos no quería resetear.
Voltee a ver a los demás que me miraron incrédulos.

-¿Qué?-.

-¿¡Qué fue eso?!-.

-un guardar-.

Todos se acercaron a él. Lo aplastamos al mismo tiempo.

Todos tenían las mismas opciones, pero el de algunos tenía ambos botones grises, o tan solo el de guardar negro.
El de la Chikis tenía todo.

"Oh...ella es la determinación, ¿Huh?".

A cada uno le apareció una frase diferente en una hoja negra que apareció en sus manos.
Resaltaba el color blanco de las letras.

-El estar con todos tus amigos y conocidos te llena de Calma- leyó Alexandra.

-El apoyar a tus amigos te llena de Solidaridad- dijo Luis

-El estar todos aquí te llena de Fraternidad- continuó Rodolfo

-El que todos estén vivos te llena de Alegría- tocó Pedro

-El encontrar a alguien que los cuide te llena de ¿Bondad? ¿Qué es esto?- mencionó Landell

-El seguir vivo y ver qué hay como salir de aquí te llena de.. ¿Esperanza? El azul no es un buen color..-.

-La luz filtrada de arriba con las hojas de las flores te llenan de determinación- dijo la Chikis.

Voltee a mi hoja con decepción. Ella era la determinación. Era obvio que no iba a ser yo, ¿cierto? ¿Cierto?...
Intente leer lo que decía. Pero no había nada. Se formó una frase.
"El que ella fuese superior a ti te llena con decepción" pero se disipó con rapidez.

-¿Qué dice el tuyo Andrea?-.

-no dice.. Nada-.

Estaba curiosa, sin duda. ¿Qué sería el mío? ¿Por qué tardaba tanto en salir?
Finalmente apareció.

"El tener una nueva aventura te llena con ----------"
No había nada más.
Lo leí en voz alta, y al final comenté. -No hay ningún valor-.

Todos me miraron confusos. -¿En serio?-.

Asentí con decepción.
¿Qué sería yo? ¿Alguno de los originales? No podía ser la determinación. Bueno, podía, pero no parecía que fuese así.
¿Amistad? ¿Honestidad? ¿Lealtad? ¿Qué me identificaba a mi?
No entendí por qué no salía nada.
Esperaba que algo emocionante saliera.
¿Creatividad? ¿Imaginación? ¿Vida? ¡¿Qué me tocaba?!
¿Entusiasmo? ¿Desesperación?

Un nudo se hizo en mi estomago.
Era tan injusto.
Estaba celosa de que mis amigos tuviesen sus valores tán marcados. ¿Y yo? No tenía nada.
Agite mi cabeza, negando.
No tenía por qué pensar así.
No valía la pena.

Sonreí. -vamos, no perdamos el tiempo. Tenemos que llegar a casa de Toriel-.

-¡vamos!-

-¡vamos come on!-

-¡vamos todos allá!-.

-¡vamos a la obra!-.

-¡EN UNA SOLA MANIOBRA!-.

Sentí un escalofrío y voltee sin que nadie se diese cuenta, los demás seguían caminando. Total, yo siempre me quedaba detrás por costumbre. Por las dudas, si algo venía de atrás, me daría cuenta fácilmente.
Y así fue, la Chikis llego de la habitación pasada. Se veía tranquila, pero había algo que me inquietaba.
El nudo no había sido la angustia. Era un mal presentimiento.
Vi un poco de polvo extraño en ella. ¿Venía arrastrando el palo de Rodolfo? ¿Qué tan extraño era? ¿Cuándo se fue?
Trate saliva. "No habrá matado... ¿V-verdad?"
Ignoré mis pensamientos.

-¡vamos Chikis! ¡Nos están dejando!-.

Por un momento me vio con una sonrisa enigmática. Pero luego corrió a mi lado. En efecto, llevaba el bastón de metal. Y traía un poco de polvo encima. Se notaba que se había sacudido un poco.
Por un momento, tuve la sensación de que debía detenerla.
Pero era solo un presentimiento. ¿No?
¿Era real?
.....

Continuamos caminando.
No se atravesó ningún monstruo en todo el camino.
Quizá no me equivoco, pero más allá del polvo, no tengo pruebas. Será mejor mantenerme alerta...
No queremos morir todos, ¿verdad?

Guardando....
Partida guardada.