-No olvidare jamas-
Cuando abrí los ojos, estaba de vuelta en la habitación. Frente a mí, había en el suelo un trozo de Pay. Olía a Canela y Caramelo. Lo tome, y guarde en mi inventario. Era raro. Aún no me acostumbraba del todo.
Cuando salí de ahí, vi a todos desayunando. Como una familia. Excepto la Chikis. Ella estaba en una esquina, seria. Extrañamente, traía la misma ropa que usó en la ruta genocida. La ropa que alguna vez usó Chara. Solo que esta vez se veía limpia. Sin polvo. Volviendo a lo de su lejanía...
Supongo que, recordando lo que pasó antes, habrá sido recluida. Camine hasta ahí, y salude.
-buenos días-.
-¡Hola Andy!-.
-Hola-.
-Hey-.
-¿Que tal?-.
-¡Buenos días Andy!-.
Todos volteamos a ver a la Chikis, que saludo. Algunos la ignoraron, otras sonrieron. Yo... Yo solo asentí. No quería ser cruel, pero tampoco es como si fuese a ir y abrazarla. Todavía sentía el cuchillo en el estomago.
Me senté, y espere. Toriel había salido, por lo que Pedro dijo, y Gustavo solo estaba hablando con Luis. Nadie comentó de la anterior línea. Nuestra amiga Beatriz se veía decaída. Los demás hablaban de bobadas. Finalmente llegue al tema que necesito.
-Bien, tenemos que volver arriba-.
Luis me apoyó. -hay que volver a nuestro hogar-.
Estuvimos discutiendo un rato. Haríamos el camino normal. Sin herir, sin matar, y vigilando a la ex-genocida. Cuando Toriel llegase.
Ale no se veía muy de acuerdo. Incluso si parecía raro, a ella no le agradaba mucho su familia. Quería quedarse con Toriel. Había sido en un día y medio una mejor madre de lo que ella decía era la suya. Sin embargo, le recordé que si todo salía bien, no habría problema con eso, pero para la ruta pacifista, necesitábamos que Toriel saliera, y no lo haría si estuviésemos todos ahí, o incluso unos cuantos.
Finalmente llego Toriel. Fui yo quien preguntó. Ella me miró, con algo de debilidad, y se levanto.
-Esperen aquí-.
Todos nos vimos. Algunos tenían sus trozos de pie, otros ya lo habían tragado. Todos teníamos una Spider donut. Yo decidí guardarla. Tenía también un monster candy. Nos miramos.
-¿quién peleará contra Toriel?-.
Nadie habló. Suspiré, y respondí a mi propia pregunta.
-Bien, yo lo haré-.
Bajamos. Una vez ahí, nos topamos como las múltiples advertencias de Toriel, hasta que llegamos a la puerta.
-¿Tantos son sus deseos de irse? Hum. Son todos iguales. Está bien, entonces.. ¡Demuéstrenme que son lo suficientemente fuertes para sobrevivir!-.
Di un paso al frente, evitando que los demás entraran a la pelea. Tan pronto como comenzó, vi que el botón de Mercy tenía un brillo extraño. Eso, por supuesto, no me impidió usarlo. Toriel me miró confusa. Por un momento, volteó a verse las manos, con algo parecido a la nostalgia en su rostro, y sonrío. Luego volteó a verme.
-Asriel.....- murmuro, mientras me sonreía con dulzura. Luego se dio cuenta de la posición en la que estábamos. Una pelea, su turno. Ella usó Act. -lo siento mi niña. Andy- dijo, al parecer usando el sobrenombre por el que mis amigos me llamaron antes. -Se que sería injusto mantenerlos aquí, atrapados. Confió en que serán justo como han sido hasta ahora, y se protegerán entre ustedes. Sé que estarán a salvo, y..... Sé que sabrán cuidarse-.
Toriel te está perdonando.
Volví a usar Mercy, y mi alma volvió a mi. Toriel se acercó a mí, y me abrazo. Hice una seña, en plan, "vengan", y pronto la mayoría del grupo estábamos en un abrazo grupal. Sonreí. Parecíamos una pequeña y amorosa familia. Pronto, la mayor se separó.
-sin embargo, debo pedirles... Que no regresen.- sonrío con Pena. -espero... Espero lo entiendan-.
Luego, ella se fue caminando, rodeándonos a todos, y alejándose. Se detuvo por un momento, pero no volteó. Luego se fue. Me quede un minuto observando el espacio vacío. Entonces, me voltee, y abrí la puerta. La sostuve mientras todos cruzaban. Al final, conté que ninguno faltara. Y en efecto, aunque hasta el final, incluso la Chikis venía.
Continuamos el camino. Esta vez, a diferencia de la primera vez, apareció Flowey.
-¡Howdy, idiotas!-.
-Mira lo que dice la flor parlante-.
-¡¿qué dijiste, bola de grasa?!-.
-¡Lo que oíste, bola de pétalos inútil!-.
-¡Eres una maldita ballena!-.
Golpee a Gustavo y mire amenazante a Flowey. -al grano, o te aplasto de una vez..-.
El, o ella, tragó saliva. Luego volteó a la Chikis. -¿En serio, Chara? ¡Teníamos todo! ¿Por qué reseteaste?-.
Ella solo miro a otro lado, incomoda. La flor volteó enojada hacia mi.
-¡y tú, maldita! ¡Cómo te odio! ¡Eres la única que se interpone en el camino! ¿Cómo pudiste evitar a Chara tanto, y de paso darle problemas! ¡Ojalá te mueras!-.
Dicho esto, se hundió en el suelo.
Todos teníamos una cara en plan pokerface.
-¿qué?-.
-bien, si no nos bastaba, ahora también está loca-.
Todos continuamos caminando, en un silencio sepulcral. Algunos hablaban de la línea pasada. Yo tan solo me quede hasta el final, por si a Flowey le daba la gana aparecer.
De ahí, el resto del pasillo estuvo tranquilo.
La Beatriz se puso a mi nivel, para hablar conmigo.
-Andy... Lamento lo que pasó en la otra línea temporal... Juro que no lo hice consiente, Frisky....-.
Yo solo me detuve, y la vi con enojo. -¿bromeas?- dije en voz baja, para que los demás no escucharán. -claro. No mataste a Gustavo, Luis, Rodolfo y a mí consiente. Era magia negra la que te movía, ¿no? Estabas dormida- escupí, con frustración.
Ella miró al suelo, con tristeza. -lo digo de verdad. No sé qué pasó, pero cuando llegamos, Chara estaba ahí. Ella salto a mí y... Desapareció. De ahí, ya casi no tenía control sobre lo que hacía o decía...-.
La vi. Ya un poco calmada.
-lo siento Chikis. Pero no importa cuánto lo intente- toque él área donde había recibido un ataque en una línea diferente. -... Jamás olvidaré como el filo del cuchillo se sintió-.
Dicho esto, me adelante, esperando que ella nos siguiese. Voltee de reojo, y si. Aún con la mirada baja, iba tras de mí.
Guardando...
Partida guardada.
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