002. entrando al andén nueve y tres cuartos
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𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐥 𝐚𝐧𝐝𝐞́𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞 𝐲 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐫𝐭𝐨𝐬
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La noche antes del primero de septiembre, Anya y Ángel organizaron una pequeña cena con las comidas favoritas de Diana. Ambos estaban muy orgullosos de que su pequeña fuera a Hogwarts.
Diana se quedó dormida temprano y se despertó temprano, ansiosa porque sea momento de ir a Hogwarts. Al ver su reloj soltó un quejido al darse cuenta que eran las seis de la mañana y ella ya estaba lista para salir.
Diana suspiró pensando en qué podía hacer para pasar el tiempo. Al ver su baúl se le ocurrió sacar todo y guardarlo de nuevo. Coco la miraba con curiosidad y mientras Diana metía su ropa de nuevo, Coco saltó y se acomodó en la ropa dentro del baúl.
⎯Coco ⎯dijo sonriendo⎯. No te puedo llevar en el baúl, tú vas en tu jaula. Ya puse tu manta favorita.
Dicho eso, agarró a Coco en brazos, lo sacó del baúl y lo dejó en su cama. Al terminar el baúl, se dio cuenta que faltaban 10 minutos para que la alarma de sus padres sonara. Diana estaba un poco molesta porque sus padres le iban a decir cómo cruzar la barrera y la iban a dejar allí porque si no, iban a llegar tarde a sus trabajos.
Cuando oyó pasos, Diana agarró la jaula de Coco y metió al gato adentro. Con la jaula en mano, bajó las escaleras y entró en la cocina.
⎯Buenos días, Di ⎯dijo Ángel⎯. ¿A qué hora te despertaste?
Su padre sabía algo.
⎯Recién ⎯mintió Diana.
Ángel la miró con una ceja alzada y Diana supo que no había creído la mentira. Pero su padre no dijo nada más.
⎯Toma tu desayuno y cuando termines voy a buscar tus cosas y salimos, ¿está bien? ⎯dijo Ángel.
Diana asintió y agarró su pan con mantequilla y empezó a comer.
⎯Lento, hija, que te vas a atragantar ⎯dijo Anya con un poco de burla.
Para Diana el engullir el pan era algo normal, a pesar que sentía como los grandes pedazos de pan que se metía en la boca, bajaban lentamente por su garganta. Pero no dijo nada y tomó un sorbo de su jugo para pasar la comida por completo.
⎯Estoy lista, ¿vamos?
Anya y Ángel compartieron una mirada ambos sonriendo al ver la emoción de su hija. Pero no decían nada porque sabían que ellos habían estado igual el día que tomaron por primera vez el tren a Hogwarts.
⎯Vamos ⎯dijo Anya mirando su reloj⎯. O vamos a llegar tarde.
Diana sabía que su mamá sólo se refería a su trabajo.
Ángel asintió y fue rápidamente a buscar las cosas de su hija. Usando su varita hizo levitar el baúl y lo llevó a su auto. Diana se subió a los asientos traseros y Anya se sentó en el puesto del copiloto.
No tardaron mucho en llegar a King's Cross. Y con la ayuda de un carrito, la familia Hathaway entró a la estación buscando el andén 9 y el 10.
⎯Amor ⎯dijo de pronto Ángel⎯, nos tenemos que ir,
Anya le explicó a Diana como cruzar la barrera, le dio un beso en la frente, la abrazó y se despidió de ella. Diana suspiró cuando vio a sus padres irse.
⎯Okey... estoy sola ⎯murmuró Diana. A lo lejos divisó el cabello de aquel niño del callejón diagon que parecía extrañamente perdido.
Diana agarró su carrito y se acercó a aquel niño.
⎯¿Tú eres el niño del callejón, cierto? ⎯le preguntó de inmediato cuando estuvo cerca. El chico volteó confundido y Diana se maravilló con los ojos verde del chico⎯. O sea, tú eres el que estaba con aquel gigante, ¿no?
⎯Ah, sí, soy él, ¿cómo te llamas?
⎯Me llamo Diana Hathaway, ¿y tú? ⎯contestó Diana sin dejar de sonreír.
⎯Un gusto, Diana, yo me llamo Harry Potter ⎯contestó aquel chico.
Diana estuvo a punto de decir con sorpresa que había escuchado su nombre, pero no le pareció correcto. Ese chico parecía no saber cómo llegar al andén nueve y tres cuartos. Diana se preparó mentalmente para explicarle a Harry cómo llegar al andén cuando los dos oyeron la voz de una mujer.
⎯... lleno de muggles, por supuesto.
Diana y Harry voltearon a ver quién había hablado. Había sido una mujer pelirroja, que le hablaba a cuatro chicos. Todos pelirrojos. Y Diana sonrió al ver que todos tenían carritos. Como ella y Harry.
⎯Vamos, ellos deben saber cómo llegar al andén.
Harry la miró unos segundos, preguntándose cómo ella sabía que él no sabía cómo llegar al andén. Pero no dijo nada y asintió con la cabeza. Mientras se acercaban, Diana intentaba recordar de dónde había visto esa familia de pelirrojos. Pero nada.
⎯Y ahora, ¿cuál es el número del andén? ⎯preguntó la madre.
Diana estaba completamente segura de que había escuchado esa voz.
⎯¡Nueve y tres cuartos! ⎯chilló la única chica de la familia con una voz aguda⎯. Mamá, ¿no puedo ir...?
Diana puso sus ojos en blanco, extrañamente irritada por la voz de la niña.
⎯No tienes edad suficiente, Ginny. Ahora estáte quieta. Muy bien, Percy, tú primero.
El que parecía ser el mayor de los chicos se dirigió hacia los andenes nueve y diez. Diana miró a Harry preguntándose si debía ser ella quién le explicara a Harry como cruzar la barrera. Pero por alguna extraña razón, fingió no saber cómo cruzar la barrera y fingió sorpresa cuando el mayor cruzó la barrera.
⎯Fred, eres el siguiente.
⎯No soy Fred, soy George ⎯dijo el muchacho⎯. ¿De veras, mujer, puedes llamarte nuestra madre? ¿No te das cuenta de que yo soy George?
Diana los miró intentando recordar de dónde había escuchado esos nombres. Porque estaba completamente segura de que los había escuchado pero... ¿dónde?
⎯Lo siento, George, cariño.
⎯Estaba bromeando, soy Fred ⎯dijo el muchacho y se alejó para cruzar la barrera.
⎯Me cayeron bien ⎯le susurró Diana a Harry.
Harry, que estaba tan sorprendido con lo que estaba viendo, volteó a ver a Diana por unos segundos y regresó la vista hacia la familia de pelirrojos. Cuando los dos gemelos cruzaron la barrera y Harry miró a Diana y ella comprendió que le quería decir al instante; era momento de acercarse.
⎯Discúlpeme ⎯dijo Harry caminando con Diana junto a él.
⎯Hola, queridos ⎯dijo la mujer pelirroja⎯. Primer año en Hogwarts, ¿no? Ron también es nuevo.
Diana le sonrió a Ron.
⎯Sí, eh... ⎯dijo Harry⎯. Lo que pasa es que no sé... no sabemos cómo...
⎯¿Cómo entrar en el andén? ⎯preguntó ella bondadosamente y Harry y Diana asintieron con la cabeza⎯. No se preocupen, lo único que tienen que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No se detengan y no tengan miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir de prisa, si están nerviosos. Vayan ahora, vayan antes que Ron.
Harry miró a Diana esperando que estuviera como él; confundida. Pero la chica asintió con la cabeza con una mirada segura y Harry confió, solamente por la mirada de Diana.
⎯Hum... De acuerdo ⎯dijo Harry. Luego miró a Diana⎯. ¿Vamos?
Diana sonrió notando que Harry estaba nervioso, dudando si aquello era verdad, así que asintió y acomodó su carrito junto al de Harry y lo miró.
⎯Vamos.
Los dos comenzaron a andar. Harry fue más rápido cuando Diana fue más rápido. Harry pensó que iba a chocar pero ya no había vuelta atrás. Harry y Diana cerraron los ojos y lo lograron. Cruzaron la barrera.
Cuando se detuvieron Diana miraba a Harry con una sonrisa de oreja a oreja.
⎯Bienvenido al andén nueve y tres cuartos, Harry.
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