capitulo uno: primer día

MI PRIMER DÍA EN LA ESCUELA en un pueblo al que llegué apenas hace unas semanas. Estaba nerviosa, desde que estoy acá no salía a ningún lado ya que no conozco a nadie. Terminé de amarrar el cordón de mis zapatos y bajé a la cocina.

Mis papás a esta hora estaban trabajando, por lo que la casa estaba completamente sola. Tomé la bolsa en la que estaba mi desayuno preparado. Mi mamá se sentía mal porque no podía estar conmigo a la hora de irme a la escuela, pero era algo que tenía casi que claro ya que nuestra estadía en este pueblo era provocado por el trabajo de mis padres.

Le di un mordisco al sandwich y salí de mi casa. Tenía los nervios de punta y no paraba de pensar en...

¿Y si no conocía a nadie hoy? o... ¿Y si me caen mal a todos?

Me subí a mi bicicleta y con cuidado bajé hasta la calle. El ruido de un portazo llamó mi atención, un pelinegro con la chaqueta de fútbol americano, claramente del uniforme de mi escuela, había sido la causa del ruido. Se denotaba enojado y detrás de él venía una chica rubia con un vestido azul igual de enojada que el, parecían hermanos.

Se subió a su auto color negro, y antes de que se dieran cuenta de que los observaba descaradamente, comencé a pedalear hasta la escuela con mis audífonos. Luego de ciertas calles, llegué al instituto. Era más grande comparado a mi antigua escuela, lo cual, me intimidaba por completo.

«Más grande = Más gente»

Solté un suspiro y caminé con mi bicicleta al lado para dejarla en los puestos. Había muchísima gente y varios me miraban sim entender mucho. ¿Quién entraría al colegio a mitad de año? Solamente yo.

Me adentré a los pasillos, y busqué las oficinas de coordinación, hasta por fin encontrarla.- Hola, Buenos Días. Soy Emaline Lourd. -mi voz se escuchaba nerviosa.

-¡Ah si! La nueva de último curso. Este es tu horario y cualquier duda puedes acercarte nuevamente. Mañana a la tercera hora se te asignará un estudiante para que te enseñe la escuela. ¡Ten un excelente día! -habló con tanta rapidez que casi me daba un mareo, asentí y salí mirando mi papel. Mi casillero era el 152, y no tenía la menor idea por donde empezar a buscar.

-¿Necesitas ayuda? -me giré. Una pelinegra acompañada de un labial rojo y un aspecto intimidante estaba en frente mío, quedé unos minutos en silencio hasta que reaccioné- Ah... Y- Yo estoy en busca de mi casillero, pero no tengo la menor idea de cómo están ordenados -me quitó el papel de la mano para buscar el número.

-Tienes suerte, está a tres casilleros del mío. Sígueme -comenzó a caminar y como pude la seguí. No pasó mucho hasta encontrarlo.

-Gracias.

Puse la clave "1, 2, 3, 4" que me indicaba el papel. Estaba un poco desgastado aunque tenían mucho espacio. Acomodé mis cosas en orden alfabético, faltaban unos 15 minutos para que el timbre sonara.

-¿Qué clase tienes? -la pelinegra volvió a hablar- por cierto, me llamo Raven Callen ¿Tú? -cerré mi casillero y miré al papel con mi horario de la semana.- Tengo Matemáticas, y... me llamo Emaline, Emaline Lourd. -le ofrecí mi mano por lo que esta respondió.

-Que mala suerte, tengo historia. Pero te puedo acompañar, si quieres -asentí con una sonrisa. Al menos, había conocido a alguien y era amable.

Me hizo señas de que la siguiera, y eso hice.- ¿Por qué entraste a mitad de año? -habló mientras caminábamos al salón de matemáticas.- Mis papás tuvieron una oportunidad de trabajo acá y pues me toca adaptarme -hizo una mueca de disgusto por mis palabras- Debe ser una mierda.

-Sí, un poco. Más cuando tienes que dejar a todos tus amigos y venir a un pueblo donde no conozco a nadie -hablé cabizbaja, me ponía fatal recordar a mis antiguos amigos y mi antigua ciudad.- Hey, no andes triste. Ya tienes una nueva amiga en Cooperstown.

Asentí con una sonrisa.- Gracias... -bajé la mirada de manera tímida.- Aquí es, espero tengas un buen día y en el descanso puedes venir a sentarte conmigo -agitó su mano y siguió caminando recto. Comencé a sudar frío de los nervios, me quedé unos segundos mirando a la puerta amarilla hasta que me saliera la fuerza de voluntad para entrar.

Solté un suspiro largo y giré la manilla y entré. Habían varios dentro de este hablando con una sonrisas dibujadas en sus rostros. Recién entré, el salón quedó en silencio. Me seguían con la mirada y se oían murmullos muy bajos que se acompañaban de los gritos que provenían del pasillo.

-¿Es nueva? -escuché como alguien habló lo suficientemente fuerte como para oírlo. Me senté en una de las sillas y saqué mi teléfono para distraerme.- ¿Eres nueva? -un chico con ojos color canela me distrajo del teléfono. Alcé la mirada hacia este, quien se encontraba al lado de mi puesto.

-Eh... Si. Llegué apenas hace una semana al pueblo -sonreí nerviosa. Su mirada era intimidante.- ¿Eres Angelina? Su acento es muy Californiano -asentí de nuevo.- Cool, soy Gerard ¿Tú? -volvió a hablar, los demás del salón nos miraban intentando descifrar nuestra conversación.- Emaline Lourd.

-Este pueblo es un caos, pero te acostumbrarás. Me alegra que hayas llegado, aunque solo nos falten Seis meses para terminar este infierno -habló mientras sacaba los libros de matemáticas y los ponía en el puesto de mala gana.- S...Si, supongo.

El timbre sonó y no pasó mucho para que la puerta se abriera de golpe y varios de mi misma edad entraran a través de esta antes de que el profesor llegara. La clase transcurrió con normalidad, fue vergonzoso tener que presentarme con todos de la clase, pero la profesora era insistente.

En la hora de receso, Había buscado a Raven, pero no tenía la menor idea de su paradero y se me había pasado por completo preguntarle, así que caminé hasta la cancha de atletismo. Iba acompañada de mis audífonos en los que sonaba "Stan" de Eminem. Me senté en el césped podado que emanaba un olor a húmedo exquisito.

De lejos, noté como el equipo de fútbol se pusieron en las gradas a descansar, casi todos sin camisas y sudados. El primero en la fila de todos ellos, estaba el pelirrubio que había visto hacía un par de horas en frente de mi casa.

-¡Hey! -uno de ellos soltó un grito, fruncí el ceño confusa de quien había sido. Me giré y ahí estaba el chico de matemáticas con una sonrisa de oreja a oreja. Los demás de su equipo me miraron extrañados de mi presencia.- Hola Emaline ¿Qué haces acá sola? -me alcé de hombros- No conozco a literalmente nadie. Igual estar aquí sola no está tan mal -me saqué los audífonos para escucharlo mejor.

-Mis amigos y yo acabamos de terminar las practicas, ven y únete a nosotros. Seguro les caes bien -al principio me negué, pero me tomó de la mano y me llevó con ellos. Mi corazón se aceleró de los nervios.

-Chicos, ella es Emaline Lourd. Em, ellos son Josh, Conan y Evan -les sonreí a cada uno de ellos y nos dimos de la mano.- Es angelina, por eso su estilo hippie -Evan soltó una risita y apartó su mirada de la mía.

- Así que Angelina ¿Qué haces en este pueblo?

-Mis papás tuvieron una oportunidad de trabajo aquí, así que... Acá estoy -miré a Conan con una sonrisa- Iremos a la cafetería ¿Vienes? -dudé en si aceptar, pero no tenía más nada que hacer así que accedí. Durante el camino a la cafetería me hacían preguntas sobre que me parecía este pueblo, y sobre que pensaba hacer luego de estos seis meses.

-Yo, supongo que estudiar derecho -habló Conan. No tardó mucho para que los otros se burlaran- Que aburrido Conan ¿Y tú, Emaline? -me preguntó el rubio con una sonrisa dibujada en el rostro.

-Medicina, aunque aún no estoy segura -bajé de nuevo la cabeza con nervios, me sentía incómoda puesto que me daba vergüenza que pensaran algo estúpido de mi.- Cool, yo siempre he querido estudiar algo que tenga que ver con la medicina pero me aterra cagarla -Evan se acercó a la cafetería a pedir lo que los demás le dijeron, yo no quise nada puesto que no traía casi efectivo.

-Pensaba igual, pero cuando se vuelve más seguro, se te pasa. -Evan se acercó con varias cosas en su mano.- Ten -me entregó un Croissant en un envase de plástico.- Oh... Gracias -fui directo a sacar mi cartera de mi bolsillo trasero para pagarle, pero sus manos me detuvieron casi al instante.

-No es necesario. Te lo estoy regalando -volvió a sonreír, me sentí avergonzada y bajé la mirada.- Gr... Gracias -no me había dado cuenta que los demás se habían ido así que fuimos juntos hasta ir al mismo paso.

-El viernes tendremos un partido, toda la escuela estará ¿Tú vendrás? -habló Conan integrándome nuevamente a la conversación- Lo pensaré, no suelo ir a ese tipo de cosas. No sé mucho de fútbol y menos americano -confesé. Gerard hizo una mueca de disgusto por mi frase.

-No importa que no sepas de fútbol, la idea es que como nuestra nueva amiga, nos acompañes al partido -dijo mientras nos sentábamos en las gradas- Bueno, lo pensaré -volvió a la misma mueca- ¡Bien! Estaré aquí -no podía creer que me habían convencido a aquello, era algo que normalmente jamás pensaría.

Todos sonrieron victoriosos.- Me verás pateándole el trasero al otro equipo -habló Josh. De todos, se veía que era el más apasionado con el fútbol, si no lo conociera y me dejara llevar por su apariencia, diría que es un típico chico engreído con complejo de superioridad.

Mi vista volvió al pelirrubio, Evan. No hablaba mucho, y eso hacía que mi intriga sobre él fuera inmensa. Era muy misterioso a mi parecer, y eso me gustaba. A ver, no decía que me gustaba ni nada por el estilo, aunque no podía negar que era realmente atractivo, pero mi gusto hacia él venía más que todo por intriga, parecía muy diferente a los demás.

Una voz femenina me distrajo de mis pensamientos.- ¡Hey! -me giré hacia donde provenía aquella voz. Habían dos chicas realmente atractivas, una de ellas traía una skate en la mano.

-¡Chicas! Ella es Emaline, es nueva. Emaline, ellas son Jenna y Rosalie -ambas se acercaron y me saludaron con un pequeño abrazo. Jenna se acercó a Conan y se dieron un pequeño beso en los labios. ¿Ella era su novia? Wow, ambos eran realmente lindos juntos.

Rosalie se sentó a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja.- Es de los Ángeles -volvió a hablar Gerard con una sonrisa, solté una risita por sus palabras. Parecía emocionado con el hecho de que yo sea Angelina.

-¿Podría preguntarles algo? -todos asintieron con intriga- ¿Conocen a una chica llamada... Raven Cullen? Digo, Callen. Hablé con ella al llegar y me gustaría saber sobre ella -Josh hizo una mueca y me hizo fruncir el ceño.

-No sabemos mucho, solo que hace unos meses filtraron videos íntimos de ella y otro chico del equipo de Fútbol. Faltó como dos meses al colegio y apenas tiene semanas de volver a aparecer. -abrí mi boca luego de aquello.

-Mierda -dije aún sorprendida- Sí, una mierda... no me imagino lo fatal que la pudo pasar. Muchos hombres se burlaban de ella y sufrió mucho acoso, aún lo recibe pero la directora hace lo posible para que todo sea normal.

Agaché la mirada y me sentí mal por aquella tonta pregunta. El timbre sonó y en seguida nos levantamos.- ¿Qué clases tienen?

-Física -hablé- Yo igual -miré a Evan que me sonreía.- ¿Está bien si te acompaño? -asentí casi al instante, no tenía ni la menor idea de como llegar, y su compañía me servía.

-Está bien. Adiós chicos, nos vemos a la salida -se despidió de los demás, mientras que yo lo hacía pero solamente sacudía mi mano. Me sentía mal despidiéndome con un abrazo, me sentiría como si me excediera de confianza.- Adiós Angelina -me reí de Gerard y chocamos puños.

Como había dicho Evan, ambos nos dirigíamos al salón de física.

-¿Te está gustando la escuela? -preguntó intentando sacar conversación.- Si, un poco. No conozco mucho más que los pasillos y la cancha, así que no tengo una respuesta clara. -apoyó su codo en mi hombro y seguimos caminando hasta llegar al salón.

Me senté en los últimos puestos ya que no quería que muchos supieran de mi existencia y me hicieran presentarme. El profesor llegó, así que comencé a acomodar mis libros y demás, cuando escucho un ruido a mi lado. Giré, encontrándome con Evan mirando hacia el pizarrón con una sonrisita burlona. Sonreí casi que inconscientemente y mi vista volvió a mi libro.

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