1. Yo conozco ese rostro

CAPÍTULO UNO
YO CONOZCO ESE ROSTRO
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—¿Buena suerte? ¿En verdad le acabas de decir 'buena suerte' a un chico que está por ser juzgado frente a Zackrey? 

—Maa, maa —Hange movió su mano, como restándole importancia al asunto—. Si el chico es útil sobrevivirá. Además, Erwin está allí abajo, estoy segura de que él logrará traerlo con nosotros. 

Una de las cejas de Félix se curvó hacia arriba, claramente escéptico pero sin ningún motivo para contradecirla. En cambio, dejó que su vista se desviara hacia abajo, en donde el juicio estaba llevándose a cabo, con el chico titán en el medio de la sala. Desde aquella altura, Félix apenas y podía distinguir su rostro, y a pesar de que él sabía que era imposible conocerlo de algún lado, la espinilla de que quizás lo conocía no parecía querer quitársele de encima. 

Él conocía ese rostro, lo había visto en algún lado por lo menos, pero Félix había estado en los cuarteles de la Legión después de lo ocurrido en Trost, y solo había salido en asuntos oficiales junto con Erwin cuando este se lo pedía. 

Sabía que el Capitán Levi y Erwin lo habían ido a ver un par de días atrás para hablar con él, y aunque Félix había tenido que quedarse junto a Mike vigilando que Hange no se saliera de control, él conocía ese rostro de algún lado. 

—Jaeger, tengo una pregunta. 

Su atención se desvió de inmediato hacia Zackrey, siendo anteriormente sostenida por aquellos hombres de la iglesia y mercaderes que habían comenzado a discutir antes. 

—¿Como soldado, puedes asegurar que controlarás y usarás tu poder de Titán para ayudar a la humanidad? 

—¡Sí, señor! ¡Si puedo lo haré! 

A su izquierda, Mike hizo un extraño sonido, y el pelinegro ladeó su rostro en dirección suya para escucharlo mejor.

—Eso es atrevido de su parte. 

—¿Qué? —preguntó él en un susurro, prestando la mitad de su atención a Zackrey y el reporte sobre lo ocurrido en Trost, aunque su mirada se desvió hacia la chica Ackerman más de lo que le habría gustado—. ¿Querer ayudar? 

—Asegurar que será de utilidad —respondió Hange en un no tan discreto susurro, inclinándose de más en dirección de ambos. Su cabeza señaló hacia abajo, en donde Nile comenzaba hablar sobre esos asesinatos que él juraba ya había escuchado de. El chico Jaeger tenía los ojos clavados en el hombre y su rostro estaba ensombrecido—. Aunque haya sido útil durante Trost, el reporte dice que atacó a su amiga al momento de volverse titán, ¿quién nos asegura que eso no volverá a suceder en una situación más delicada? 

—¿Quién nos asegura que no perderá control y se unirá al resto de titanes, o peor, que los conducirá hacia nosotros? 

—… ¡Están especulando! —y así, toda su atención, la de todos, recayó completamente en Jaeger de nuevo—. Viendo solo lo que es bueno para ustedes. En primer lugar, ustedes jamás han visto un titán, ¿entonces de qué están asustados? ¿Por qué las personas con poder nunca pelean? ¡Si tienen miedo de luchar por sus vidas, entonces otorguen sus fuerzas a nosotros! ¡Cobardes! 

Varios del público retrocedieron, sorprendidos y ofendidos, y los de la Policía Militar se echaron hacia adelante, con los dientes rechinando en sus bocas ante el insulto y el descaro de tan cierta proclamación. 

—¡Si así lo desean, quédense quietos! ¡Y déjenme actuar a mí!

Félix parpadeó, estremecido—¡Yo soy su mejor arma, úsenme como quieran, como se les plazca! ¡Yo soy quien va a salvarlos! ¡Por que nuestro sacrificio no importará, el de nadie lo hará, cuando sea yo el que caiga y entonces todos ustedes cobardes del interior se quedarán sin esperanza!— y entonces volvió a hacerlo en el momento exacto en el que el cañón de un arma era apuntado al rostro de Eren Jaeger y la patada del Capitán Levi le sacaba un diente.

La atención de Mike y de Hange, y la de todos los que se encontraban con ellos en la parte superior, se fue de inmediato a la golpiza que Levi le daba al chico esposado en el suelo, pero no la suya, no cuando el estómago se le revolvió y la bilis le subió por la garganta. 

Trastabillando, Félix se echó hacia atrás y abrió las puertas con prisa, sus pies moviéndose rápidamente hacia abajo, al pasillo principal, pasando frente las grandes puertas donde el juicio estaba llevándose a cabo, moviéndose en dirección a dónde él sabía que el sanitario se encontraba. 

Le punzaba la cabeza y había un océano de imágenes pasando ante sus ojos como si fuera polvo de escombros o sangre de titán. 

──────────

El cielo estaba anaranjado cuando Félix volvió en sí, y los pasillos se veían un poco oscuros. El azabache se recargó contra uno de los muros para tratar de recuperar su respiración, poner su ritmo cardíaco en orden y simplemente estarse quieto por el tiempo que se le fuera permitido antes de tener que volver y enfrentar eso

Pero él sabía que tenía el tiempo limitado, y por alguna extraña, dolorosa razón, aquello tiró de su corazón en muchas formas. Como si fuera una orden en lugar de una posibilidad, y sus pies lo llevaron hacia donde se encontraba el resto de líderes dentro de la Legión. 

—… Eren, cuento contigo.

Lo primero que escuchó fue la voz de Erwin, y aquello fue lo que lo alertó de que había llegado a su destino. Mike se giró en su dirección, su ceño fruncido le daba a entender que algo había pasado y se lo había perdido, pero por lo que había dicho Erwin, bueno, podía hacerse una idea.

—¡Félix! ¿En dónde estabas, uh? ¿Uh? 

El azabache rió nerviosamente mientras se echaba hacia atrás una vez su cerebro registró la manera en la que Hange estaba muy, muy cerca de su rostro. La mirada en sus ojos era una que él había aprendido a identificar y una de la que toda la Legión había aprendido a huir de si te encontrabas cerca de ella en esos instantes. 

—Eh…

—Ne, Eren. ¿Estás enojado conmigo? 

Hange le sonrió ampliamente y se hizo hacia atrás, dejándole ver a la penosa forma de un Eren Jaeger sentado junto al Capitán Levi, obviamente asustado hasta los cojones. 

Félix también lo estaría si el hombre le hubiera dado una paliza un par de momentos atrás. Pero el chico simplemente negó.

—No… Entiendo que se trataba de un acto necesario. 

—De cualquier manera, Eren —empezó Félix, viendo al Capitán apunto de abrir la boca una vez más. Los ojos del joven se movieron en su dirección, y Félix tuvo que esforzarse por sonreír cuando estiró su mano en dirección del castaño—. Lo que dijiste en el tribunal fue divertido, y dolorosamente cierto, pero la próxima vez piensa antes de hablar o conseguirás más que solo un par de patadas. Félix Kaiser, un placer. 

Tch —la mano de Eren, que había estado por estrechar la suya, fue echa a un lado cuando el Capitán hizo el gesto universal de 'me da igual', dirigiendo una fría mirada en su dirección—. Félix, deja de interrumpir las conversaciones de los mayores con el nuevo recluta, ¿quieres? 

Hai hai.

Una pequeña sincera sonrisa tiró del borde de sus labios, y el azabache se echó hacia atrás cuando Hange se arrodilló frente a Jaeger. 

—Pudiste haberte moderado un poco. Mira, le tiraste un diente. 

El rostro del Capitán se desfiguró un poco, asqueado, y de inmediato alejó su mirada del pañuelo en la mano de Hange. 

—Aleja eso de mí, es repugnante. 

—Hey, es una muestra preciosa para mí. 

—Descuida Eren, es mejor ser disecado por locos como ella, ¿no, Hange? 

—Ah, Levi, no me pongas en este escenario ahora mismo —la castaña sostuvo más alto el diente ante la atontada mirada de Eren—. Hey, Eren, muéstrame tu boca. 

Félix rodó los ojos, murmurando un 'con más tacto por favor' bajo el aliento, el único capaz de escucharlo siendo Erwin junto a él. Pero Hange jadeó, claramente sorprendida, y los cuatro ocupantes restantes de la sala se giraron a mirarla. 

—Tu diente… ya creció. 

La sonrisa que apareció en el rostro de Hange fue suficiente para hacerlo girarse, temeroso de lo que sea que le fuera a ocurrir ahora a Eren, y su mirada volvió a toparse duramente contra otra color azulada. 

Félix tragó saliva con dificultad, sabiendo que su ausencia al final del juicio y una vez llegaron aquí había sido notada, y que muy probablemente Erwin no iba a dejarlo ir, pero tampoco iba a abordar el tema con tanta gente presente. 

Y si era un problema personal, él sabía mejor que nadie, el rubio solo iba a ahondar más en el solo para que después no le causara problemas cuando estuvieran en momentos decisivos, dentro o fuera de las murallas. Félix no podía servirle a la Legión, a Erwin Smith, su Comandante, si algo tan simple y vano como un mareo o un repentino asco de bilis lo sacaba casi a patadas de una sala de tribunal. 

—Félix, ¿te encuentras bien?

El azabache asintió, forzando sus ojos al frente, en donde Hange parecía querer abrirle la mandíbula a Eren Jaeger mientras el Capitán Levi se recorría hacia la orilla, asqueado. 

—Perfecto, señor. 


¡Finalmente primer capítulo! Oof, tardé un buen rato eh, maldita sea kskskska

PERO! Finalmente lo hice so espero lo disfruten. Quiero aclarar btw que en algunos capítulos no voy a entrar en mucho detalle, principalmente porque Félix *no* está bien.

Espero que les guste<3

Btw para aquellos que también son fans de bnha, acabo de publicar la sinopsis de mi nueva historia basada en Izuku teniendo una quirk y una opinión mucho más amplia sobre la sociedad heróica, so si gustan darle una oportunidad, son bienvenidos a hacerlo<33

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