09: Anomalía en el sistema

Parte 1

La Rebelión es encabezada por un omega, un insignificante omega, y eso es algo ridículo, patético y que de ninguna forma puede ser aceptado.

Party Poison, el único omega que forma parte de los Killjoys, ¿por qué razón? Tan simple y tan sencillo porque un omega no puede soportar una guerra de tal magnitud, pero por algún motivo Party sigue en pie, se siente valiente, fuerte, capaz de ir contra el sistema.

La población es sometida por la mega
corporación Better Living Industries (BLI), y Party Poison no lo puede permitir, lucha contra ese sistema opresor y también contra su propia naturaleza. El deber de Party: proteger a La Niña, la clave para acabar con BLI.

El omega de un llamativo cabello color rojizo, está siempre acompañado por los Killjoys: Kobra Kid, Jet Star y Fun Ghoul, el alfa que ha conquistado su corazón, aún así no ha permitido ser marcado por él, porque no quiere perder su libertad, su individualidad, algo que valora por encima de todo en un mundo donde los omegas no son vistos más que como una propiedad, un objeto de decoración, un recipiente para que los alfas satisfagan sus deseos sexuales, y no, Party no quiere eso.

Fun Ghoul, a pesar de ser un alfa fuerte, el alfa de Party, no puede evitar sentir temor, porque sabe muy bien que Korse, el scarecrow de BLI, no sólo quiere terminar con la vida de los Killjoys y llevarse a La Niña, sino que su objetivo principal es Party Poison, lo quiere para él, porque representa una anomalía, ya que se trata de un maldito omega que desafía al sistema, un omega que lucha como alfa, un omega que se niega a someterse, un omega al que hay que enseñarle cuál es su lugar.

Korse busca no sólo acabar con esa maldita rebelión que ha cautivado a montones, sobre todo omegas, que por supuesto, son eliminados con facilidad, sino que quiere a Party, lo quiere poseer, marcarlo como suyo y enseñarle quién manda. Quiere destrozarlo, quebrar su ímpetu, y después, cuando se sacie de él, lanzarlo a los draculoides, para que hagan con él lo que se les apetezca. Y sólo así, al ver a su líder, un pobre omega domado, la rebelión se acabará, todos sus seguidores sabrán las consecuencias de ir contra el sistema.

La noche cae, y las noches en el desierto no son buenas, siempre es peligroso y más cuando Party Poison está en su celo. Para los marginados no hay acceso a nada, mucho menos a inhibidores y Party se lleva la peor parte, odia su naturaleza, odia sentirse así.

Los brazos fuertes de Fun Ghoul lo rodean mientras duermen dentro de la casa de campaña en el desierto. A Party no le gusta sentirse débil, odia cuando sus instintos de omega le ganan a la razón, pero debe admitirlo, se siente protegido y seguro en los brazos de Fun Ghoul, quien se encarga de cubrir su olor para evitar ser encontrados, o al menos eso intenta.

Y de repente Party retorciéndose en medio de la noche, gritando, jadeando y odia sentirse así, tan sumiso en sus deseos, pero sin inhibidores no hay forma de evitarlo. El resto de los Killjoys están acostumbrados a ello, pero Party no puede adaptarse, odia su naturaleza.

—Party... —cuestiona Fun Ghoul al sentirlo removerse en sus brazos, y lo sabe, es su celo, su olor demasiado intenso, aún así sabe perfectamente controlarse.

—Te necesito, Frankie —menciona Party, girándose entre los brazos de Fun Ghoul y diciendo su nombre real en medio del estupor en que se encuentra.

Fun introduce su mano dentro del pantalón de Party, lo siente tan mojado, odia no haber conseguido los malditos inhibidores. Lo toca con delicadeza y siente a Party deshacerse en sus brazos. Gime fuerte, muy fuerte, porque por más que trata, en esos momentos no puede contenerse, no cuando su omega se interpone. Sus labios apenas si rozan los de Fun Ghoul, mientras éste continúa trabajando en su miembro y en un lánguido gemido se viene dentro de sus pantalones. Fun saca su mano y envuelve a Party en sus brazos, quien se encuentra bastante agitado, su olor invadiendo toda la casa de campaña.

Kobra Kid y Jet Star salieron desde que Party despertó y comenzó con esos ruiditos, sabían perfectamente lo que venía. La Niña sigue adentro, agradecen haber encontrado esos tapones para los oídos, lástima que sólo hubiese un par.

Están alertas, demasiado, porque el olor tan intenso de Party puede percibirse a kilómetros a la redonda, y los draculoides lo saben.

Pronto los ven a lo lejos, acercándose peligrosamente, los Killjoys desenfundan sus armas y se asoman dentro de la casa de campaña.

—¡Ya vienen! —grita Kobra Kid. Party Poison quien sigue en su estupor apenas si logra reaccionar.

—Gee, hay que prepararnos —menciona Fun Ghoul al oído de Party, odia tener que soltarlo ahora, pero esos malditos vienen, y lo presentía, el olor de Party es demasiado intenso para que cualquiera lo pueda soportar, incluso él. Despierta a La Niña.

Afuera apenas si puede verse un poco de iluminación, faltarán al menos 40 minutos para que amanezca por completo y antes de siquiera esperarlo ya están siendo atacados por los draculoides. Los Killjoys disparan contra ellos, pero están demasiado entretenidos en esa tarea, que no se percatan del momento en que Korse toma a La Niña. Luego comienzan a caer, porque los draculoides son mayoría, primero Jet Star, luego Kobra Kid.

Party Poison sigue luchando pero un golpe certero en la nuca lo deja fuera de combate, un draculoide lo arrastra y Fun va hacia él, dispara a ese maldito, pero otro más lo ataca por detrás. Cae, como puede se arrastra hasta donde está Party, lo cubre con su cuerpo, no permitirá que lo dañen y luego escucha un quejido, Korse tiene a La Niña, sonríe malicioso. Los cuatro Killjoys lo miran, sin poder siquiera levantarse.

—Esto pasa cuando tienen a un maldito omega como líder, un omega que sólo sirve para abrir las piernas. Ahora pagarán por su error —dice Korse riendo mientras sujeta a La Niña.
Él odría acabar con los Killjoys ahora mismo, pero eso no sería divertido. Por ahora se conforma con llevarse a su arma de salvación.

Party se odia y se reprocha, lo sabe perfectamente, todo fue su culpa, si tan solo no hubiera dejado que sus instintos de omega ganaran, si no hubiera rogado a su alfa por ser tocado, su olor no se habría intensificado y no los hubieran encontrado. Se avergüenza tanto de que su hermano, su mejor amigo y hasta La Niña, lo vean así, tan vulnerable, cediendo a su naturaleza. Patea a la nada, no sabe cómo sacar la furia contenida, pero no es momento para eso, es tiempo de actuar y rescatar a La Niña antes de que ese maldito de Korse le haga algo.

—¡Todo esto es mi culpa, sólo mi maldita culpa! —señala Party.

—Sabes que no es así, en cualquier momento nos habrían encontrado.

—¡Se la llevaron, Fun Ghoul! Ese infeliz se la llevó y yo tengo que ir por ella —manifiesta Party decidido, tomando sus cosas, pero Fun lo detiene.

—Tú no irás solo. Sabes lo peligroso que es —menciona Fun Ghoul.

—Pero esto es mi culpa, ahora mi deber es rescatarla. Ese idiota le puede hacer algo.

—Ella es alfa, sabrá defenderse.

—¿Estás diciendo que la dejemos con ellos a su suerte?

—Estoy diciendo que iremos todos, no tú solo.

—Pero yo soy el responsable, yo debo hacerme cargo.

—Sabes los riesgos que corres.

—Sí, Korse nos quiere muertos, eso ya todos lo sabemos. Tenemos que actuar.

—Sabes que a ti no te quiere muerto, sabes lo que te hará si te atrapa... si tan solo me dejaras marcarte las cosas serían más fáciles.

—Eso no solucionará nada —menciona Party, exasperado, no quiere tener esa conversación de nuevo, no ahora.

—Lo hará, porque Korse ya no tendrá interés en marcarte.

—Estamos perdiendo tiempo hablando de esto. Ahora me voy —indica Party, dándose la vuelta, pero Fun Ghoul lo toma del brazo. Jamás lo dejaría ir solo.

—¡Que no, Gerard! No vas a ir solo a ningún lado —dice Fun Ghoul con determinación, mirándolo a los ojos y Party no pudo hacer nada, se quedó inmóvil. Cómo no obedecer a su alfa, pero eso es precisamente lo que odia y la razón por la que no se ha dejado marcar. No va a ser sometido, ni siquiera por el hombre al que ama, de ningún modo.

—¡No! Ves, por esto, por esto no quiero que me marques, no quiero ser propiedad tuya ni de nadie.

—¡Maldita sea, Gerard! No vas a ser mi propiedad, sólo mi omega y yo tu alfa. Créeme que lo que menos quiero es quitarte tu libertad, pero necesito protegerte de algún modo.

Muy en el fondo Party sabe que tiene razón, pero ahora no quiere escucharlo. Necesita ir a buscar a La Niña. Se da la media vuelta y comienza a caminar rumbo a Battery City. Fun Ghoul no dice más, sólo se limita a seguirlo con Jet Star y Kobra Kid tras él. Lo ama demasiado, jamás le quitaría su libertad, pero es su deber cuidarlo, aunque él se niegue.

Parte 2

Los Killoys abordan el vehículo, un Trans Am del 79 con una enorme araña pintada, tomando rumbo hacia Battery City, a la Unidad de los Scarecrows en BLI. Saben muy bien que a ese lugar suelen llevar a todos aquellos rebeldes que capturan, quienes se resisten a unirse a BLI, a ese mundo sumergido en la ignorancia, en el olvido.

—Esto es peligroso Party, sobre todo para ti porque... —dice Jet Star, sin terminar la oración, no quiere hacerlo sentir más avergonzado de lo que seguramente ya se siente, pero teme por la seguridad de Party, es su mejor amigo, lo conoce desde pequeño, desde la secundaria. No quiere perderlo, no ahora, aunque dejarlo solo en el desierto tampoco era una alternativa. Cualquier lugar rodeado de draculoides es lugar peligroso para él.

—¿Por qué, Jet? ¿Porque soy un omega? He hecho esto antes —menciona Party molesto, se siente irritado, demasiado. Odia tanto que lo subestimen sólo por ser un omega, es algo con lo que tiene que vivir todos los días, no necesita que sus propios amigos se lo recuerden.

Nadie más dice nada en el trayecto. Ha sido largo, demasiado, tanto así que la noche cae de nuevo, pero es perfecto, habrá menos vigilancia, la oscuridad de la noche jugará a su favor, o eso esperan.

La misión comienza en silencio, bajo la cubierta de la noche artificial de Battery City. Party Poison lidera el camino, disparando a cualquier guardia que se interpone. Fun Ghoul no se despega de su lado, protegiéndolo de todo ruido, de cada sombra, pues no permitirá que nadie se meta con su omega.

Por su parte, Jet Star manipula los sistemas de seguridad, asegurándose de que puedan avanzar, mientras que Kobra Kid revisa en su memoria los secretos del lugar que habían logrado conocer gracias a mapas conseguidos a través de informantes y aliados.

Ya están en la fortaleza, un montón de draculoides se hacen presentes de repente. Los Killjoys abren fuego. Los draculoides van cayendo uno por uno, dejando el camino infestado con sus cuerpos. Llegan hasta un pasillo, mismo que lleva al lugar donde saben se encuentran sus prisioneros más importantes.

Jet Star logra desbloquear el sistema de seguridad, ingresan a la zona y de nueva cuenta, una estampida de draculoides se hacen presentes, disparando sin piedad. Kobra Kid se coloca al frente del grupo, disparando con precisión. El resto de los Killjoys lo secunda, los draculoides van cayendo uno por uno, parece que lo han logrado y entonces una fría risa resuena por los altavoces.

—¿De verdad creyeron que podían infiltrarse aquí sin ser notados? —dice Korse—. Sabía que vendrían, los he estado esperando.

Party Poison se siente irritado y demasiado molesto a la vez. El coraje que siente vuelve más sencilla la tarea de derribar a cada draculoide que se les pone enfrente. Con una última oleada de draculoides derrotados, llegan al área de celdas. Jet Star hackea los sistemas, mientras Party corre rumbo a la última celda donde se encuentra La Niña. Fun y Kobra lo cubren. Rápidamente, Party la toma de la mano y se apresuran a salir del lugar. Cruzan por los pasillos donde yacen los cadáveres de montones de draculoides.

Están próximos a llegar a la salida cuando una figura emerge entre las sombras, se trata de Korse, quien con una sonrisa sádica les bloquea el acceso.

—Esto no será tan fácil para ustedes —dice Korse.

Mientras de entre esas mismas sombras emergen más draculoides que comienzan a atacarlos. La Niña se refugia atrás de un pilar de piedra, mientras los Killjoys disparan contra los draculoides, todo va bien, la buena puntería de Kobra Kid está acabando prácticamente con todos los draculoides, pero entonces Party cae al piso, no porque le hubiesen disparado, sino porque de nuevo su celo le está ganando, sus instintos de omega apoderándose de él.

—¡No, ahora no! —dice Party, con las lágrimas brotando de sus ojos, lágrimas del coraje contenido, porque eso no le puede estar pasando ahora, no en esa situación, no en medio de una batalla con Korse y con esos draculoides.

Los Killjoys continúan luchando, sin embargo él se siente fuera de combate.

Trata de ser fuerte, más que su propia naturaleza, pero duele, duele demasiado. Insoportable.

Quiere incorporarse, pero sus ojos se cierran. De repente, unas manos firmes lo toman del cuello, alzándolo con facilidad y estampándolo contra la pared. El golpe lo deja aturdido, y al abrir los ojos, ahí está Korse, con su mirada burlona, disfrutando de su vulnerabilidad.

—Mírate —dice Korse, burlándose de él—. Sólo eres un pobre omega. Tu rebelión no funcionará, ¿creíste que un maldito omega podría destruir BLI? Tu única función es servir a tu alfa, abrir las piernas y satisfacerlo. Sé que ahora sientes tanto dolor y yo soy un alfa, puedo calmarlo, pequeño omega.

Party se retuerce, tratando de zafarse del agarre de Korse, pero ha perdido su arma en el combate y por supuesto Korse es un alfa, mucho más fuerte que él, y Party, en su celo, se ha debilitado demasiado, está totalmente fuera de combate.

El dolor nubla sus sentidos, demasiado afectado. Fun lo busca con la mirada y lo encuentra aprisionado a la pared por Korse, la furia se enciende en su interior, no va a permitir que ese maldito dañe a su omega, a lo más valioso de su vida. Los draculoides lo atacan, pero saca fuerza de donde no tiene para vencerlos e ir hasta Party Poison. Disparos certeros hacia esos draculoides.

—¡Suéltalo! —grita Fun Ghoul.

Korse se gira, confiado en su superioridad, pero Fun se abalanza sobre él con una fuerza que sólo el miedo de perder a su omega podría haberle otorgado. Korse suelta a Party, quien cae al suelo.

Pese al dolor que lo invade, Party Poison logra arrastrarse, tomar su arma y disparar contra Korse, un balazo certero en la pierna lo deja retorciéndose en el piso.

Fun Ghoul no pierde más tiempo, corre hacia Party y lo toma en sus brazos para aproximarse a la salida. Jet Star ya tiene a La Niña, mientras que Kobra Kid continúa disparando hacia los draculoides, cada vez más debilitados.

En medio de los balazos, corren en el exterior rumbo a su vehículo, logrando llegar a él e ingresando rápidamente. Kobra toma el volante, Jet Star el asiento del copiloto con La Niña en sus piernas, y Fun Ghoul con Party Poison en sus brazos en el asiento trasero.
Party sigue retorciéndose de dolor a causa de su celo, sintiéndose avergonzado por estar en ese estado, tan expuesto, tan vulnerable, pero no puede ir contra su naturaleza, ni siquiera su espíritu rebelde puede ir contra ello.

—Pronto pasará el dolor, Gee —dice Fun con ternura, acariciando su pelo. Sólo quiere que se sienta bien, pero tienen que salir de Battery City para evitar otro ataque.

Las palabras de Party se quedan atoradas en su garganta, quiere decirle algo al hombre que tanto lo cuida, que tanto lo ama, pero se siente demasiado avergonzado. Lo único que hace es abrazarse a su alfa a la espera de que el vehículo pare en algún punto del desierto, para que posteriormente, en la intimidad Fun Ghoul pueda calmar su dolor, porque aunque duela admitir su naturaleza, sólo su alfa puede hacerlo sentir bien en esos momentos.

Parte 3

Apenas llegan al desierto, Kobra Kid, Jet Star y La Niña bajan del vehículo para darles su espacio a Party Poison y Fun Ghoul.

Party continúa retorciéndose de dolor, su celo golpeándolo fuertemente, su razón nublándose. Tan vulnerable, tan expuesto.

—Te ayudaré con eso, Gerard —menciona Fun Ghoul, aproximando su mano al pantalón de Party, pero lo detiene en el trayecto.

—Quiero que me marques —dice Party Poison agitado. Su celo lo golpea, nubla su mente, pero sabe que es lo correcto, lo que debía de haber sido siempre, marcado por su alfa, porque lo ama y confía en él. Ya no siente temor, quiere ser de él.

—Pero Gee... —señala Fun con una expresión de sorpresa—. ¿Realmente quieres esto? Yo no quiero presionarte, no debes sentirte así

—Lo quiero, Frankie. Quiero que me marques, quiero ser tu omega y que seas mi alfa —manifiesta Party con la poca cordura que aún le queda, su celo lo consume, sólo quiere ser poseído por su alfa, sólo por él, por nadie más.
Fun Ghoul sonríe al verlo tan dispuesto, tan convencido, eso es lo que ha querido hacer hace mucho tiempo, no porque quisiera someterlo, sino porque lo ama, porque quiere cuidarlo y protegerlo, y luchar a su lado contra el sistema.

—Te amo, Gee —dice Fun con una sonrisa dibujada en su rostro, recostando por completo a Party en el asiento trasero, acercándose a su rostro, rosando sus labios con tal delicadeza.

Porque lo ama tanto y quiere hacer de este momento algo especial, aunque sabe que es complicado al estar dentro de un auto, quisiera llevarlo a un hermoso lugar, recostarlo en una suave y limpia cama, pero en medio de la rebelión no hay acceso a todos esos privilegios.

—Ya hazlo, por favor —menciona Party, desesperado, porque el dolor lo consume, necesita ser tocado por su alfa.

Fun Ghoul se saca la chaqueta, hace lo mismo con la de Party, posteriormente va a sus pantalones, los desabrocha y los baja con delicadeza junto con su ropa interior, dejando a la vista sus hermosas piernas. Apenas roza su intimidad y puede notar lo húmedo que se encuentra. No quiere hacerlo sufrir más, pero quiere disfrutarlo, acaricia sus piernas, besa la parte interna de sus muslos, y a pesar del olor a suciedad en su ropa, la piel de Party tiene un olor exquisito.

Mira a Party tan agitado, sus ojos cerrados, cabello revuelto, su piel enrojecida. Fun baja su pantalón junto con su ropa interior para dejar su erección expuesta, posicionándose entre las piernas de Party y llevando su miembro hasta su ano. Lentamente ingresa en él. Party gime tan fuerte, sólo espera que los chicos se hayan alejado lo suficiente para no escuchar lo que está por suceder dentro del vehículo.

Fun Ghoul lo toma de los muslos, vuelve a acercarse a su rostro, lo besa y comienza a embestir, quiere hacerlo con parsimonia, quiere disfrutarlo porque es la primera vez que están conectados de esa forma, pues su intimidad se resumía a frotarse, masturbarse mutuamente o darse mamadas. Complicado tener ese tipo de contacto en medio del desierto, de una rebelión.

Party Poison lleva sus manos a la espalda de Fun, odia tocar la tela y no la piel de su alfa. Recorre con sus manos su espalda hasta encontrar el final de su playera y poder introducir sus manos, tocando su piel, mientras Fun continúa con las embestidas, al tiempo que lo mira fijo, hipnotizado. Party es tan hermoso, tan perfecto, tan suyo.

—Te amo, Frankie —dice Party sonriéndole, tomándolo de la nuca, acercándolo a sus labios, sumergiéndose en su burbuja personal, no quiere que ese momento termine, pero está tan excitado que siente ese remolino que le advierte, está por venirse. Fun está en igualdad de condiciones, no quiere que termine, pero sabe que no durará mucho.

—Te amo, Gee —dice Fun, aproximándose al cuello de Party, aspirando su aroma, tan dulce, tan enviciante y justo ahí clava sus dientes.
Party grita, corriéndose en el acto y manchando sus playeras. Fun Ghoul hace lo propio dentro de su omega, atando su nudo, reclamándolo como suyo, como siempre lo ha sido.

Permanecen así por algunos minutos, Fun Ghoul sobre Party Poison, ambos tratando de recuperar el aliento, sus corazones acelerados.
Fun se incorpora, acomodándose la ropa y mirando el desastre que ha hecho de Party, un hermoso desastre que lo mira con una sonrisa, sus verdes ojos tan brillantes. Le ayuda a colocarse los pantalones, luego se sienta a su lado, Party abrazado a él.

—Te amo Frankie, mi alfa —dice Party, restregándose a Fun Ghoul como si fuese un cachorrito.

—Y yo a ti Gee, te amo demasiado —menciona Fun, dejando un beso en su pelo, sintiéndose tan dichoso en medio del caos que hay a su alrededor. Ama tener a Party en sus brazos y ama esa dualidad en él: lo aguerrido en las batallas en medio de la rebelión, y lo vulnerable que se muestra al estar en la intimidad con él, dejando que lo cuide y lo proteja.

Permanecen unos minutos en silencio, disfrutando el calor del contrario, hasta que Party interrumpe.

—Sabes, hoy tuve miedo... —señala Party, Fun Ghoul lo mira extrañado—. Tuve tanto miedo de que otro me marcara. Cuando Korse me tomó, pensé que lo haría... —dice mirando a Fun a los ojos—, yo sólo quiero ser tuyo, por eso supe que era momento de que me marcaras, creo que siempre lo supe. Sé que no me someterás, que nunca lo harás, que me amas y yo igual te amo tanto...

—Gee... —interviene Fun, mirándolo fijo—. Sabes que jamás te someteré, sólo quiero cuidarte, protegerte y luchar a tu lado. Juntos, siempre tú y yo, mi amor —dice, besándolo en los labios.

En estos momentos, en que la humanidad está en riesgo, Party Poison sabe que no puede ir contra su propia naturaleza, no cuando todo depende de él y de los Killjoys.

Nunca podrá cambiar lo que es, pero sí hacerse más fuerte y sabe perfectamente que sólo de la mano de Fun Ghoul lo será.

FIN

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