24- Dime tus sueños
Habían pasado unos pocos meses, ya era Abril. La pareja iba feliz, alegre, no podían estar mejor.
Arno iba a los entrenamientos de Jacob y incluso en sus luchas, Jacob lo recogía del trabajo y lo acompañaba a la biblioteca.
La gran mayoría hacían desastres, era su pasión, como, darle tremendo susto a Evie dejándole una rata muerta en la cama, asustar Napoleon haciendo que todo su dinero desaparezca (con amor, Aiden Pearce) y que en 24 horas reaparezca. Y mucho más a otros amigos. Eran como una pareja caótica.
Habían disfrutado muy buenos momentos juntos, eran felices, alegres, como si fuera lo que más querían en la vida.
- Hey Arney ¿Quieres ir al parque? No sé ¿Por un helado o lo que sea?- Le preguntó el inglés un poco aburrido, no habían hecho nada interesante durante todo el santísimo día. Obviamente quería hacer algo con su novio.
- Me parece bien, quedarse en casa todo el día es aburrido- Acepto Arno, así que los dos se pusieron un saco y salieron agarrados de la mano. Durante el camino, habían estado hablando de cosas sin sentido alguno, riendo y abrazándose.
Al llegar finalmente al parque, se fueron a un stand de helados, cada uno se pidió un helado, Arno uno de vainilla, Jacob uno de pistacho. Se sentaron en una banca, Jacob abrazando por lo hombros a Arno y el francés recostando su cabeza en el hombro del inglés.
-Hey Jacob, tengo una pregunta, no la respondas si no quieres- Avisó el francés.
- Dime Arney- Le permitió el inglés curioso.
- Mmm ¿Cuáles son tus sueños en el futuro?- Le preguntó con simpleza. Jacob pasó unos segundos en silencio pensando muy bien que era lo que quería en el futuro.
- Pues, me gustaria ser boxeador profesional por un tiempo hasta que decida retirarme, casarme y tener una familia, un niño se me hace suficiente. - Respondió Jacob mirando a los ojos de su pareja quien este último, sonrío. - ¿Y tu Arno? Dime tus sueños-
Arno se sentó correctamente mirando al cielo.
- Eeem, renunciar al trabajo que tengo cuando ya este bien parado económicamente, casarme, tener hijos y... desde muy pequeño tuve ese sueño de viajar por el mundo y tener un restaurante en frente de la Tour Eiffel. - Le contó sonriente el francés.
El inglés sonrío y lo beso a los labios.
-Sé que lo lograrás my sweet heart- Le apoyó el menor de los Frye.
- Merci mon sucre d'orge- Pasaron un tiempo más en el parque estando abrazados y dándose afecto a base de besos y caricias.
La noche había caído finalmente, lo que significaba que ya debían regresar a casa, pero Dorian tenía otros planes para el y su pareja. Lo agarró de la mano y lo llevó a rastras hacía un lugar no tan lejos del parque, una clase de laguna.
- Vamos Jacob, te va a gustar- Le prometió el francés mientras lo jalaba de la mano y lo llevaba al otro lado del parque. Llegaron en un puente quien cruzaba un lago, las luces hacían del lugar una obra hermosa. A Jacob se le iluminaron los ojos. - Sabía muy bien que te iba a gustar-
Se vio no muy lejos una banda de música instrumental quien tocaba en el puente. A Arno le dio una idea.
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