22- Te perdonó


Toda la calle estaba en silencio, la gente caminaba tranquilamente por las calles. Hasta que un sonido de puerta abrirse de golpe se escuchó. Seguido de gritos en francés y un hombre arrastrando por el suelo a otro de pelo largo recogido y con algunos moretones.

- Laisse-moi en paix voyons donc!! Ne sois pas imbécil!! Laisse-moi!!- Gritaba Arno mientras clavaba sus dedos en la nieve. Napoleon, ya molesto, no le hacía caso y lo seguía arrastrando hasta llegar a su auto.

- Jamais maudit idiot, irás conmigo a Inglaterra, quieras, o, no... además, tengo que recuperar un dinero, y te necesito- Mintió el revolucionario. Arno se rindió y se montó en el auto de Napoleon de mal humor. - Bien, así me gusta- Napoleon se monto y dio la señal para que el chofer empezará a conducir.

Habían llegado al aeropuerto, el jet de Napoleon ya estaba listo para despegar cuando Napoleon quisiera. Los dos franceses entraron y se acomodaron en el avión. Arno no decía nada, tenía su mirada clavada en la ventana. Mirando el vació. Napoleon estaba viendo algo en su celular.

No tardaron en llegar a Inglaterra, Arno ya se estaba cansando en este lugar además, lo trajeron a las malas.

- ¿A donde vamos Napoleon?- Le preguntó frustrado, le incomodaba estar en Inglaterra, el sabe el porque al igual que Napoleon.

- Ya te lo dije y no lo repetiré, deberías aprender a poner atención cher ami- Le dijo Napoleon sin despegar su mirada de su celular. Arno bufó por lo bajó pero que gran ayuda. 

Finalmente llegaron, Arno dudaba si quedarse o no en el avión, pero fue llevado a rastras por Napoleon. Hacía demaciado frío, merdre, tuvo que haber traído una casaca más útil que el que tenía ahora. Caminaron por un largo rato, hasta que entraron en una pista de patinaje. ¿Que hacían ahi?

- Esperame aquí, no tardo-  Avisó Napoleon para luego dejarlo SÓLO aquí en una pista de hielo. ¿¡Para que lo trajo si lo iba a dejar sólo!?

- Maudit connard de merdre - Susurró por lo bajó, pero algo llamó la atención. Volteo su vista y créanme, nunca en su vida había deseado tanto en que la tierra se abriera en dos y lo tragara. 

Delante de, estaba el mismo Jacob Frye, con la misma expresión de sorpresa y con un toque de "trágame tierra".

.... Narra Arno

- ¡¡NAPOLEOOON!!/¡¡EVIEEEE!!-

Intente escapar pero las puertas estaban cerradas, ese idiota de Bonnapart lo pensó en todo. Jacob se fue volando hacía otra de las salidas pero también estaba cerrado. Escuche como maldecía el inglés.

¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto a mi?

Necesitaba desahogarme con algo, y lo que hice fue ir hacía Jacob y empezar a golpearlo.

- ¡Hey!¡Ow! ¡Ai! ¡Arno! ¡Stop! ¡¡STOP!!- Me detuvo con sus dos manos y yo estaba botando lágrimas, maldito debilucho, muestra algo de fuerza mon dieu. - ¿Why do you hit me?-

No respondía, sollozaba en lo bajó.

- Te odio Jacob, me dejaste... me abandonaste... me dejaste sólo- Dije con la voz temblorosa, odio que la gente me mire con pena. El lo hizo, pero lo abracé. - ¿Por qué Jacob? ¿Yo te amaba?-

- Arno... es complicado, si te miraba o te tocaba, ya no sería capaz de volver a casa, pero me arrepiento... porque te lastime, y yo te amó- Me dijo. Me sorprendí con lo último que dijo. ¿El.. me ama?

- ¿Tu... me amas?- Lo miré a los ojos.

- Si Arno, te amó, ganaste la apuesta- Confesó el inglés. - ¿Me perdonas?-

Sonreí y lo bese de manera apasionada, a la mierda la dignidad. - Te perdonó, mon prince-

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