17- Mañanita
Ya había amanecido y Arno estaba de buen humor, no sabía el porqué, pero estaba alegre. Bajó en pijama a la cocina y comenzó a cocinar el desayuno, especialmente para Jacob, frito unos huevos, algunos tocinos, y papas francesas.
Los sirvió en unos platos para todos, cuando el resto bajó, empezó a desayunar, pero Jacob, al ver las papas, se incomodó, pero no dijo nada.
Arno al ver el rostro de su "futuro novio", miró en la dirección que la mirada del inglés daba. ¡Las papas! ¡¿Como se le pudo haber olvidado!?
- Ah, lo siento Jacob, se me olvido que a ti no te gustaban las papas francesas- Se excuso el francés un poco incómodo después de aquel error. Evie empezó a rezar, no quería que sucediera lo mismo que hace unas semanas. Jacob suspiro y se sento.
- Tranquilo, tu ya tomaste té, yo debería por lo menos probar las papas francesas- Dijo, Arno sonrío, sentía que lo estaba haciendo bien. Evie ya ni reconocía a su hermano. Que mosca le pico?
Siguieron desayunando. Después Arno y Jacob salieron a trotar, aunque el francés estaba muy apegado al inglés.
Jacob se incómodaba un poco, pero tenía que acostumbrarse, así duraría por tres benditos meses. Pero por el lado de Arno, lo disfrutaba, le gustaba estar cerca del inglés, se sentía bien y relajado. Habían trotado un buen rato, ya se estaban reposando en una banca en un parque cerca de casa.
- Francia es hermoso, no es así?- Habló Arno mirando los árboles enormes.
Jacob sólo puso una mueca. -Lo que tu digas frenchie-
Arno lo miró, y sonrío burlón, le beso suavemente en los labios, Jacob no respondío, pero tampoco se movío.
- Malditos homosexuales, vayan a otro lado! Ojalá Dios todo poderoso los queme en el infierno- Gritó una mujer como de cincuenta años señalando a Arno y a Jacob. El francés cambió su rostro a uno molesto.
Le enseño el dedo del medio.
- Usted callése señora, además, quién es usted para saber qué piensa Dios sobre esto? La biblia es una rotunda mentira. Ahora le pidó amablemente a que se retire y nos deje en paz- Le respondío con notable molestia, la mujer se retiró indignada. El inglés sólo sonrío satisfecho de la lección que le dio a esa mujer engreída. - Bueno, mon amour, nos vamos? O nos quedamos más tiempo? - Le preguntó mientras se recostaba en el hombro del menor.
El inglés se estiró con pereza y dejó escapar un suspiro pesado.
- Tengo flojera...- Respondió finalmente. Arno sonrío, se le hacía tierno.
Fueron ambos a comer un cono, hablaban normal. Una mancha quedó en la comisura de los labios del inglés, el francés, al notarlo. Beso y lamió aquel punto manchado en el rostro del Frye, haciendo que este último, se sonrojara.
Pero Arno también tenía una mancha cerca de su boca, Jacob pasó su pulgar en ese punto sorprendiendo a Dorian, y se chupó el pulgar al limpiar la mancha con una sonrisa traviesa. Arno se sonrojó, pero sonrío de igual manera,
- Touché, mon amour-
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top