the kiss . . .
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❛ and your first kiss makes your head spin around ❜
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we're like friends but we're (a) ten
landonorris: QUE BUEN JUEGO DE PALABRAS
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maxverstappen1: iba a decir algo... pero me quedé callado
brigittegrimaldi: MAX EMILIAN
maxverstappen1: QUE? NO DIJE NADA
usser16: ese scrabble en todos los idiomas debe haber sido guerra
charles_leclerc: que alguien me explique porque Max se está riendo hace treinta minutos
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lanat4: JAJAJAJAJ ES QUE TU NO ENTIENDES
charles_leclerc: claramente no...
notbcggg: ALGUIEN se la pasaron muy pegaditos anoche
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brigittegrimaldi: primero, terrible ortografía
brigittegrimaldi: segundo, TODOS estaban pegados
brigittegrimaldi: tercero, que haces usando mi cuenta secundaria lando nowins
landonorris: para que está la prensa si te tengo a ti como mejor amiga brigittegrimaldi 😔
carlossainz55: sigo enojado
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brigittegrimaldi: que seas bueno en todo excepto en el UNO no es nuestra culpa
charles_leclerc: yo también soy bueno en todo
landonorris: JAJAJAJAJA CARLOS BUENO EN TODO CUENTAME OTRO CHISTE
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en monaco brigitte ganó el campeonato de monaco y lo celebró con charles
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brigitte entregó el premio a la pole position del gp de monaco (y rompieron el protocolo de sanidad cuando se besaron pero en la mejilla😔)
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almorzaron juntos después de silverstone
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de nuevo, juntos en monaco
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en el gp de monza (y luego en un bar para la fiesta de cumpleaños de bree)
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en el yacht de charles en monaco (ESPECIFICAMENTE esta foto)
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en el gp de abu dhabi (necesito rescatar esto una vez más pq NO PUEDE haber pasado)
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ayer en santa margherita ligure
A la mañana siguiente, Brigitte ya estaba levantada y lista para el día cuando Charles se despertó y trató de ocultar la decepción de no despertarse a su lado, extrañando ya la sensación de tenerla tan cerca. Una sensación que, aunque agradable, sabía que era una que probablemente no debería estar sintiendo. Le preguntó si había dormido bien mientras se preparaba y ella le dijo que sí, sin entrar en muchos detalles, por su propio bien y el de él.
El día estuvo lleno de visitas turísticas y muchas caminatas, algo de lo que a Lando le gustaba quejarse. Los diez visitaron Castle Brown y un puñado de otros lugares. Comieron comida increíble por la que Lando dijo que su entrenador lo odiaría, pero lo justificó con la excusa de estar de vacaciones. Se tomaron cientos de fotografías, sus teléfonos ya pedían a gritos más espacio de almacenamiento y aún faltaban cinco días de viaje más. Lando incluso se atrevió a traer una cámara real, afirmando que lando.jpg sería revivido pronto.
Pero entre el turismo, la comida y todo lo demás, los cerebros de Charles y Brigitte inmediatamente volvieron a pensar en los arreglos para dormir de la noche anterior. Ambos no podían dejar de pensar en ello, pero ninguno lo mencionó, casi como si fuera algo de lo que deberían avergonzarse. Ninguno quería admitir lo bien que se sentía estar en los brazos del otro la última noche o cómo ambos probablemente habían tenido el mejor sueño de sus vidas.
La noche cayó una vez más y Charles se metió en la cama junto a ella. Ambos estaban absolutamente agotados después del día tan ajetreado que habían tenido y a Charles le preocupaba que ella no lo necesitara para quedarse dormida, pero sus preocupaciones pronto se disiparon porque Brigitte se acurrucó a su lado tan pronto como él se puso cómodo.
Y cuando llegó la mañana, Brigitte no huyó cuando sintió los brazos de Charles a su alrededor, incluso cuando las mariposas volvieron a aparecer. Disfrutó de su momento a solas, el sol brillando a través de las ventanas, el sonido de la ciudad ya viva y la forma en que Charles se veía mientras dormía. Era realmente una hermosa mañana.
Brigitte se dio la vuelta, enfrentándolo. Estaban tan cerca que si Charles decidía moverse aunque sea un centímetro, sus labios se tocarían. Y quizás era eso lo que Brigitte quería. Se fijó en cada detalle de él, en cada uno de los pequeños detalles que había memorizado a lo largo de los meses. La ligera barba incipiente que tenía en la cara por no haberse afeitado durante un par de días, los pequeños lunares, sus pestañas largas y de alguna manera siempre rizadas, esos labios rosados. Él era todo lo que podría haber soñado y más. Lo tenía al alcance de la mano desde hacía tanto tiempo que lo único que quería hacer era alcanzarlo, tomar lo que quería y no soltarlo nunca.
Y fue en ese momento cuando Brigitte se dio cuenta de que era ahora o nunca. Nunca volvería a tener un momento perfecto como ese. Se sentía como si el universo quisiera que este momento sucediera y si ella lo dejaba pasar, tal vez nunca más tendría la oportunidad. Quería gritarle que lo amaba, que quería ser suya, pero apenas podía lograr que su cerebro se comunicara con su boca.
Pero aún así se inclinó hacia él y sus labios se posaron sobre los de Charles. Sabía dulce y sus labios eran suaves. Charles todavía estaba dormido, así que no le había devuelto el beso. Fue un beso corto y suave que significó todo para ella. Pero luego cayó en lo mal que había estado. Charles le había dejado claro que no quería nada con ella y ella lo había besado cuando él estaba dormido, sin que pudiera oponerse.
Brigitte ni siquiera podía mirarlo en ese momento, estaba tan absorta en sus pensamientos que había estado mirando el techo durante los últimos cinco minutos. Solo deseaba que la superficie en blanco que estaba viendo pudiera decirle cómo aceptar el hecho de que estaba enamorada de Charles Leclerc.
Esos sentimientos siempre habían estado allí, pero ella los había dejado de lado, ignorando cada pequeña mariposa o latido acelerado de su corazón. No tenía idea de cuándo se convirtieron en sentimientos románticos porque, hasta donde ella sabía, ella y Charles siempre habían sido así. Todo estuvo allí todo el tiempo y se preguntó cómo pudo haber sido tan ciega como para no darse cuenta antes.
Brigitte Grimaldi estaba enamorada de Charles Leclerc.
Amaba sus ojos y sus rizos y la forma en que su risa real solo parecía surgir a su alrededor. Amaba su gran corazón y su naturaleza afectuosa y, a veces, pensaba que era demasiado bueno para ser un piloto de Fórmula 1. Le encantaba todo de él y, a decir verdad, le dolía el estómago de tanto amarlo. Quería ser suya y poder besar esos labios rosados que a veces se quedaba mirando. Cuando la gente decía que era su novia, quería que fuera verdad y no que Charles le siguiera el juego.
Pero no iba a ser posible. Porque claramente él no sentía lo mismo. Se lo había dejado bastante en claro. Brigitte se sintió repentinamente acalorada, el hecho de estar a un lado de Charles parecía agobiarla. Quería levantarse de la cama y huir, devolverse a Mónaco corriendo o incluso viajar en el tiempo antes de siquiera conocer a Charles.
Pero no pudo. Se quedó clavada a esa cama como si su vida dependiera en eso. O quizás era que los brazos de Charles la tenían tan fuertemente abrazada que Brigitte sentía que la podría asfixiar si se movía un centímetro.
Charles había estado despierto inclusive antes que ella pero había cerrado los ojos luego de que ella se había movido, con la esperanza de, uno, volver a quedarse dormido, o, dos, observar las reacciones de Brigitte. Pero nunca se había imaginado el beso. Ni en un millón de años. Tuvo que contenerse para no sonreír o besarla de nuevo. Simplemente se conformó con sentir lo nerviosa que estaba. Cuando la sintió moverse, la abrazó más fuerte y depositó un beso en su hombro.
—Te tardaste —le susurró.
Brigitte lo miró sorprendida. Había una extraña sensación en su pecho, como si se sintiera avergonzada de sí misma pero aún así no pudiera culparse por haber hecho algo que se sentía tan natural y correcto.
—Charl...
Eso fue todo lo que Brigitte pudo decir antes de que Charles se inclinara y sus labios estuvieran sobre ella. Sus labios eran aún más suaves cuando se movían en sincronía con los de ella. Besarlo es incluso mejor de lo que había imaginado y cuando su mano llegó hasta su cuello, fue Brigitte quien profundizó el beso. Se sintió como si se hubieran besado miles de veces antes y cuando él se apartó, ya quería más.
Sus narices se tocaron y Brigitte sonrió, haciendo que Charles la besara una vez más pero más suave y dulce ahora. Charles extendió la mano para tomarla de la mano y entrelazó la suya con la de ella.
—¿Cuándo te diste cuenta? —preguntó Charles, en un susurro.
—Hace cinco minutos —admitió Brigitte, con una pequeña sonrisa de vergüenza—. ¿Tú?
—Desde que tenía catorce años —Charles le acarició la mejilla, escondiendo algunos mechones del cabello cobrizo de Brigitte atrás de su oreja—. Cuando leíste A Nostra Roca en monegasco en frente de toda la escuela. Y, aunque no entendí ni una palabra, quedé enamorado de ti desde que pronunciaste la primera frase.
Brigitte sonrió, sus mejillas convirtiéndose del mismo tono que su cabello a la luz del sol.
—Sí, porque estás enamoradísimo de mí —Brigitte se reía mientras hablaba, pero él la hizo callar con otro beso y la dejó haciendo pucheros cuando se alejó.
—¿Solo te besé dos veces y ya estás haciendo pucheros cuando me alejo? Creo que estás enamoradísima de mí.
Brigitte se inclinó hacia atrás, capturando sus labios en otro beso. Escuchó unos pasos abajo, significando que probablemente la mayoría ya había despertado (o que Lando y Carlos estaban haciendo un desastre en la cocina)
—Deberíamos bajar —susurró Brigitte—. Nos deben estar esperando.
—Eso no importa. Ahora tienes un novio famoso, un piloto de Fórmula 1. Quien necesita ver a su novia —bromeó Charles.
—Bueno, olvidaste agregar que un famoso piloto de Fórmula 1 tiene como novia a una famosa tricampeona del mundo y princesa de Mónaco —respondió Brigitte—. Quien, por cierto, aún tiene que salvarte de continuar ser un desastre de relaciones públicas.
—No lo dejarás pasar nunca, ¿verdad? —inquirió Charles.
—Nop —negó Brigitte. Charles la besó una vez más, atrayéndola hacia él por la cintura, pero Brigitte lo paró antes de que él la pudiera besar una vez más—. Charles... ¿Crees que Charlotte diga algo?
—No veo porque tenga que decir algo —respondió Charles, con un tanto de confusión pero aún así tranquilizador—. Ella sale con Carlos.
Brigitte lo miró, confundida.
—Ella... me dijo que no —susurró Brigitte, tratando de esconder la decepción en su tono.
—A mi... me dijo que salían juntos. Desde septiembre al menos —Charles le acarició la cintura—. Pero si no quieres decirle, entonces está bien. Encontraremos un momento.
—Creo que todos sospechan que ya salimos —murmuró Brigitte, haciendo reír a Charles—. Pero creo que podemos encontrar un buen momento antes de que termine el viaje.
Charles levantó una ceja, sonriendo.
—Probablemente le digas a Lando en cinco segundos. Y si Lando se entera, entonces todos se enteraran —bromeó Charles. Brigitte lo besó una vez más—. Pero si sigues haciendo eso, no me importaría para nada.
AUTHOR'S NOTE:
PASÓ AL FINNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN
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