birthday angel . . .

instagram & real life !!!

❛ so i say thank you for the music, the songs i'm singing ❜

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👤brigittegrimaldi

happy bday, angel

brigittegrimaldi: ❤️

carlossainz55: esperen, se me metió un "brales es real" en el ojo




















































—No es la gran cosa... —anunció Charles, unos minutos antes de la carrera.

—Es grande con solo haberte tomado tiempo para mí —murmuró Brigitte, sonriendo levemente.

—Pero... es algo —terminó Charles, entendiéndose dos pequeñas cajas—. Feliz cumpleaños, princesa.

Brigitte abrió la primera caja con delicadeza para encontrarse un pequeño  dije con forma de patín. La princesa sonrió, riendo con emoción. Abrazó al piloto, quien la estrecho entre sus brazos con la misma fuerza.

—Abre el otro —la alentó Charles, viendo su emoción.

Brigitte se separó levemente, con pesar y abrió la otra caja. Esta tenía otro dije pero con un símbolo diferente: era el 16, el número de Charles. Brigitte le había mencionado varias veces que amaba los dijes y eso se evidenciaba en las varias cadenas que llevaba alrededor de su cuello.

Uno de los dijes era la inicial de su nombre, otros con las iniciales de sus hermanos, con el año de su nacimiento, uno con la bandera de su país y con el del año que había ganado su primer mundial. Y ahora tenía el número de Charles y un patín.

—Gracias, gracias, gracias —Brigitte lo abrazó más fuerte aún, haciendo que Charles riera.

La gente no solía prestarle atención cuando hablaba de sus dijes y collares pero Charles sí. Y se había asegurado de darle un poco de él en su regalo.

—Hay uno mejor cuando termine la carrera —murmuró Charles.

—Entonces ve, ganala y hablamos luego —dijo Brigitte con una sonrisa, instando al piloto a ir a su lugar—. Suerte. Ten cuidado, no hagas estupideces.

—¿Yo? Nunca.

Brigitte le envió un beso, al cual Charles respondió guiñandole un ojo.

—¿Por qué no aceptan que se aman y ya? —preguntó una voz a sus espaldas.

—¡Carlos, santísimo cielo!

—¿Estabas tan concentrada en el amor de tu vida que no me viste? —inquirió el español con una pequeña sonrisa.

—Charles es el hermano de mi mejor amiga. Solo somos amigos —respondió Brigitte.

—Si bueno, Charlotte también es la hermana de uno de mis mejores... —Carlos frenó sus palabras en seco antes de que cometiera más errores.

—Por mi integridad mental y por la integridad física de Charlotte, voy a olvidar que me dijiste eso —comentó Brigitte, tratando de esconder su diversión—. Ahora ve antes de que grite qué estás saliendo con Charlotte Pascale Emilia Isobel Leclerc. Y te aseguro, que grito alto.






























































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birthday girl !!!

charlotteleclerc: nonono, "birthday angel" como dijo alguien de por aquí

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carlossainz55: te llaman compa charles_leclerc

landonorris: y yo q pensé q iba a usar el "4"😞

lanat4: ayy el amor

ussmer: charles le dijo "te ves bien en azul" y 100% fue él quien le dió flores



































































—¡Charlie! —exclamó Brigitte, saliendo de la agrupación de personas en el club donde estaban festejando su cumpleaños.

—¿Vie? —inquirió Charles, siendo tomado por sorpresa al abrazo repentino de Brigitte.

—¿Qué haces afuera? —preguntó Brigitte.

—¿Tomaste un poco de más o soy yo? —Brigitte me hizo una seña con dos de sus dedos, casi juntándolos—. ¿Quieres que te lleve a mi casa? Te diría a la tuya, pero queda unos tantos kilómetros lejos.

—¿Tienes casa en Italia? —cuando Charles murmuró un pequeño "sí", Brigitte soltó un "wow"—. Vives en todos lados.

—No, solo me gusta Italia. Y definitivamente te pasaste de tragos, ¿si recuerdas que tu hermano está ahí? —bromeó Charles, pasando una mano por la cintura de Brigitte cuando ella apoyó su cabeza en su hombro—. Te llevo a casa.

No era una pregunta, era más como una aclaración, una afirmación a la cual Brigitte ni pensó en negarse. Supo que Charles le avisó a Lando y a Charlotte qué Brigitte se iba con él y pronto, como si se tratase de un pestañeo, estaba en la casa de Charles, escuchando el sonido de un piano.

Aparentemente, por lo que su cerebro logró procesar, estaba en la cama, de Charles por el perfume, y el sonido provenía de la sala. Podía jurar que era el lugar más cómodo en el que había estado en su vida y su espalda, que normalmente le dolía como si cargara miles de mochilas, estaba más relajada que nunca.

Casi tuvo la sensación de que aquella lesión había desaparecido pero, al intentar girar a la izquierda, sintió la misma rigidez de siempre. Miró hacia su costado y el estómago se contrajo al pensar en que podrían haber dormido juntos. Era capaz de saltar si eso pasaba pero probablemente perdería la estabilidad y se caería.

Claramente había dormido en su cama como mínimo y, juzgando por el lado desarmado a su izquierda, él había dormido con ella. También tenía una de sus remeras. No sabía que era mejor, si el plácido sueño que había tenido o el hecho de que estaba usando la ropa y había dormido en la cama del chico que le gustaba.

¿Le gustaba? ¿Realmente estaba enamorada de él? Sonaba ilógico, estaba enamorada del hermano de su mejor amiga. Un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo cuando se dió cuenta de eso. ¿Cómo reaccionaría Charlotte? Del 1 al 10, ¿cuánto querría matarla?

—¿Vie? —susurró una voz y a Brigitte no le costó reconocerla.

Luego de haber pasado el asombro de haber dormido junto a Charles, y de estar usando su ropa, Brigitte se sintió un tanto avergonzada. No solo que Charles le estaba dando hospedaje sino que también la había cuidado cuando había terminado tomando de más.

—¿Mhm? —la respuesta aún así salió de sus labios casi sin pensarlo mucho. No podía ignorar a Charles por mucho tiempo.

Trató de girarse para verlo pero sintió el tirón en la espalda qué fue relajado rápidamente por la mano de Charles, masajeando el lugar, y haciéndola girarse de nuevo hacia donde estaba.

—Tienes una lesión crónica —dijo Charles y Brigitte lo sintió casi como un regaño—. No hagas movimientos tan bruscos cuando no sea necesario moverse.

—Es importante para mi no darte la espalda —repuso Brigitte.

—Importante, no necesario —Charles se sentó a un lado de ella y Brigitte, instintivamente, se pegó contra él—. ¿Todo bien? ¿Sin dolores, ni mareos, ni nada de eso...?

—Todo en orden —respondió Brigitte, con una pequeña sonrisa—. Gracias.

—¿Por? —preguntó Charles, confundido.

—No lo sé, quizás por traerme y cuidarme y todas esas cosas que no tenías obligación de hacer —explicó Brigitte, encogiéndose de hombros.

—Quería hacerlo —repuso Charles, sin darle muchas vueltas al asunto—. Además, no puedo arriesgarme a perder mi vida por haber dejado a la condesa de Càrlades en la calle.

Brigitte rió.

—No te preocupes por mi sobre eso. Mejor para todos si me dejan en la calle —aunque era una broma, claramente no sonó como una.

Charles le besó la cabeza, con una delicadeza que definitivamente no era algo que solo amigos hicieran.

—A mi sí me importa.

Brigitte le sonrió.

—Gracias.

—¿Y ahora porqué? —rió Charles, en tono de broma.

—Solo porque sí —respondió Brigitte, girandose a mirarlo. No pudo aguantarle la mirada por mucho, sus ojos verdes eran muy penetrantes para sus pobres irises marrones, así que apoyó la cabeza en el estómago del piloto—. ¿Y Andre?

—Estaba tocando el piano cuando lo dejé y vine a verte —contestó Charles, jugando levemente con las puntas del cabello pelirrojo de Brigitte.

¿Eso era lo que hacían los amigos? Por favor que sí. ¿O que no?

—Eso fue hace más de cinco minutos, seguro va a romper algo en 1... 2... 3... y va —en el momento exacto en que Brigitte terminó su oración, se escuchó un estruendo en el pasillo e insultos en francés—. ¿Ves?

Charles rió aunque Brigitte notó cierto pesar cuando hizo el intento de levantarse y ver que pasaba. La princesa lo agarró de la camiseta, para impedir que se fuera, y el piloto, como por arte de magia, volvió a su lugar inicial en cuestión de segundos.

—¿Qué pasó?

—Nada, solo deja que se arregle el solo. Si tiene algún problema...

—¡Todo bien! —exclamó Alexandre desde afuera—. Solo se me cayó la botella. Está cerrada, ¡tranquilos!

—Lo resolverá él solo —terminó Brigitte.

—¿Cómo lo haces? —preguntó Charles.

—¿Hacer qué?

—Eso —dijo el piloto, haciendo que Brigitte se diera la vuelta para mirarlo—. Saber lo que van a hacer cada uno. Lo de... Ya sabes, eso.

Brigitte se encogió de hombros.

—Solo lo hago —susurró.

Ambos se quedaron en silencio por un largo rato, solo escuchando sus respiraciones. Seguramente eso no era lo que hacían los amigos ni mucho menos si ese amigo era el hermano de tu mejor amiga.

Recordaba cuando almorzaba en casa de los Leclerc y Pascale siempre decía que Charles y Brigitte harían buena pareja. También como Charlotte decía que no, que su mejor amiga y su hermano no podían salir.

Pero si Charlotte salía con Carlos... Charlotte salía con Carlos. Esa Charlotte salía con ese Carlos. Santísima Yuna Kim, diosa del patinaje sobre hielo.

—¿Charlie?

—¿Si, princesa?

—¿Dónde está mi celular?

Charles se estiró para pasarle el celular pero no se lo dió antes de hablar.

—¿Recuerdas de la sorpresa que te dije? —inquirió el monegasco—. Bueno, en teoría iban a ser vacaciones. Solo tu y yo.

—¿Planeaste vacaciones para mi cumpleaños? —cuestionó Brigitte, sonriendo con ternura.

—Pero luego se unió Lando. Y claro, si hay Lando hay Brigitte y si hay Brigitte hay Charlotte. Aunque, por alguna extraña razón, Lottie invitó a Carlos también —explicó Charles—. Y Carlos y Lando equivalen a Alana y Alana equivale a Rebecca. Rebecca más su novio y Lando y Alana también quisieron incluir a Nick Volt. Aunque más Lando que Alana... Fue tan insistente como Charlotte con Carlos. Ah, y Lando también invitó a Max pero como están las cosas con Lana... En fin, el punto es... que nuestras vacaciones de a dos terminaron siendo vacaciones de a diez.

Brigitte lo miró con la boca abierta y una sonrisa.

—Repito, convivo con niños —bromeó Brigitte, levantándose para abrazar a Charles—. Gracias por si quiera pensar en armar un viaje para nosotros dos.

—No es nada —sonrió Charles—. Ah, y nos vamos a juntar el sábado a jugar golf y discutir todo.

—¿Golf? ¿Van a jugar golf contra la mismísima Nicola Volt? —se asombró Brigitte—. Audaz.

—¿Qué puedo decir? Nos gustan los desafíos.

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