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N/A: Subí esto sin corregir ni revisar, ya que no cuento con pc propia, ni celular, por lo cual no duden en decirme si tengo algún error. Solo quise subirlo por la emoción, espero les guste. No olviden comentar. Les quiero. 

Felix miraba la espalda de Hyunjin mientras este sostenía su mano, en aquel camino entre las personas, de vez en cuando podía ver como se giraba para verlo, como si tuviera miedo de perderlo o soltarlo, eso le recordaba al pecoso la vez que salió de aquel lugar, como deseaba ver la espalda de Hyunjin y Sam tomar sus manos para ser libre. Eso era el pasado y nada lo cambiaria.

No supo cuanto tiempo paso para que Hyunjin se detuviera en una vieja bodega, donde subieron por unas escaleras de emergencias de fierro algo oxidadas, el mayor cuidaba a Felix de no caerse, al final pudieron llegar a una pequeña habitación sobre la bodega la cual estaba en la completa oscuridad. Ambos se adentraron.

—Espérame aquí, encenderé las luces —el menor solo asintió intentando observar bien aquel lugar, solo pudo ver un poco a través de la ventana, con la poca luz que la luna dejaba entrar.

Cuando las luces se prendieron pudo ver todo, estaba en medio de un cuarto lleno de pinturas, las cual observo, cada una de ellas era más hermosa que la anterior, en cada una en una pequeña esquina estaba escrito "H.H."

—¿Las has pintado tú? —preguntó para caminar hacia una.

Era una familia de 4 personas, una hermosa mujer de cabellos cafés y ojos azules, un hombre sumamente apuesto con la sonrisa mas hermosa que haya visto, tomando de las manos a dos lindos niños.

—¿Es?

—Si, son mis padres, o al menos como yo los recuerdo, cada una de estas pinturas son un recuerdo que no quiero olvidar —respondió Hyunjin mirando a Felix, se acero a él y lo tomó de la mano para señalar otra pintura —él es Sam.

El pequeño en la pintura estaba de espalda con las manos alzadas mientras esperaba que algo cayera de un árbol. Era simple, pero había algo de nostalgia.

—Sam siempre fue como mi héroe, quería ser fuerte y valiente como él, cada vez que estaba en problemas él lo solucionaba, sé que en parte de eso es su odio hacía a mí, dejo de ser un niño para ser el adulto que cuidaba de su hermano menor —su voz era suave, pero había indicios de quererse romper.

—No creo que te odie, ni tú a él, solo necesitan hablar las cosas —Hyunjin solo movió la cabeza en negativa. Cerrando cualquier conversación sobre ello.

Felix giro para ver una pequeña pintura hecha con carbón, con pequeños detalles, era del tamaño de una hoja, mientras las otras eran de un buen tamaño, se acerco a ella para observarlo.

—Esa la hice después de que te conocí, quería entregártela, pero no pude hacerlo —la quito de la pared para dársela —este eres tú el día que nos conocimos, estabas bajo de aquel árbol de manzanas, mientras mirabas a la nada.

—Hyunjin —la tomó para mirarlo —lo siento.

—Lo sé, eras un niño, éramos unos niños y el pasado es eso, pasado.

Felix observo cada una de aquellas imágenes con dolor en el pecho, solo podía imaginar que si el mundo no fuera tan cruel como lo era, si todos tuvieran una oportunidad para ser feliz, Hyunjin sería un grandioso artista.

—¡Mimi! —dijo mirando la imagen de un chico frente a una caja de cartón con un gatito saliendo de esta. —¿estabas ahí?

—Si, debo confesar que te encontré unos años atrás, pero no tuve el valor para acercarme —tomó el dibujo que Felix tenía en la mano y lo dejo en una pequeña mesa, para luego tomar sus manos —estaba tan enojado, tan molesto, que no me di cuenta de lo mucho que te necesitaba, de lo mucho que te extrañaba.

—Hyunjin —su voz fue silenciada por un profundo beso, que le arrebato el aire en un instante.

El mayor sostuvo la cintura de Felix con fuerza apegándolo a su cuerpo. La embriagadora sensación hizo que el menor no tuviera más opción que aferrar a este colocando sus brazos en su cuello. Las sensaciones eran de una manera que el menor jamás había experimentado. La falta de oxigeno hizo que ambos se separan para verse por un momento, para después volver a unir sus labios. Las grandes manos de Hyunjin recorrieron la cintura de Felix con desespero, haciéndole soltar jadeos. Jadeos que lo hicieron olvidar al mundo en ese momento, levanto la ropa del menos haciendo sentir cosquilleo en el rose de las yemas de sus dedos con la piel expuesta. Con la poca cordura que logro rescatar, tomo por los muslos a Felix, sin dejar de besar su rostro y su cuello, para así llevarlo hacía una pequeña cama de una habitación continua, una cama que fue testigo de la tristeza de la soledad de Hyunjin, soledad que aquella noche se borraría por un instante.

Un instante donde ambos pudieron ser uno, donde ambos en un desespero de marcar cada parte de su ser con el aroma del otro se unieron de una manera más allá de lo carnal.

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El calor de los rayos del sol que se filtraban en aquella pequeña ventana, llegaron al rostro del pecoso quien se quejó negándose ha abrir los ojos, pero una gran mano caliente lo hizo abrirlos sin opción.

—¿Cómo te sientes? —su voz roca le hizo sentir escalofríos al menor. —¿te duele algo?

—No del todo, estoy un poco adolorido, pero no es nada grave —se oculto bajo las sabanas con un sonrojo hasta las orejas, la pequeña risa de Hyunjin, solo empeoro todo aquel cosquilleo en su vientre.

—Mi pequeño sol —le quito las sábanas —no tienes por qué avergonzarte, ¿te arrepientes de lo que paso anoche? —Lix negó efusivamente. —de acuerdo, iré a buscar el desayuno, duerme un poco más.

El mayor beso la frente del menor antes de salir de la cama en ropa interior, Felix pudo observar la detallada espalda del mayor, su cabello rojo despeinado y su piel nívea, era tan perfecto que solo hizo que volviera a sentir mariposas en el estomago ocultándose dentro de las sábanas como una bolita en medio de la cama.

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Hyunjin había decido que por primera vez no haría nada más que seguir su corazón. Necesitaba a Felix a su lado y haría todo por tenerlo a su lado, incluso si eso significara enfrentarse a su hermano o la sede misma, no necesitaba un futuro perfecto, solo necesitaba a él y el mundo se podía ir a la mierda misma.

Compro un poco de comida donde no había necesidad de mostrar tu tarjeta de identificación humana. Después busco unos antinflamatorios para el menor, mientras caminaba observo que el cielo hoy se veía mas despejado, más de lo que alguna vez fue.

Camino de regreso para observar a un inhumano viendo algunas joyas en la calle, se acerco y miro un hermoso dije en forma de copo de nieve.

—Soñar no cuesta, todos lo hacemos, pero tienes que enfrentar la realidad —la voz de Jeongin lo hizo girarse, el menor lo miraba con odio y detrás de él estaba Olivia. —Chan me mando, Felix tiene que saber que esta viva, Chan no cree que tu puedas convencerlo.

Entonces como un trueno que anuncia la tormenta, la realidad toco en su pequeña burbuja, en aquel pequeño sueño. Trago seco y su mirada cambio, los tres caminaron en un incomodo silencio. Podía haberse negado a llevarlos con él, pero Jeongin lo haría y prefería decirle las cosas por él mismo que otra persona más le llenara de mentiras.

Cada paso era una tortura para Hyunjin, sabía del pasado de Lix, pero eso no le importaba, el lo amaba y es no lo cambaría porque sus momentos juntos eran reales.

Abrió la puerta y vio a Felix, traía puesto una de sus playeras, con el cabello alborotado, su pantalón de color azul claro, descalzo y preciosamente feliz, lo miro y le dio la sonrisa más perfecta y Hyunjin deseo correr hasta él, ocultarlo de todo.

—Bienvenido —dijo, pero Hyunjin no pudo responder, el nudo en su garganta no se lo permitió —¿Hyunjin?

Vio como la cara de Felix pasaba a una de preocupación y confusión, fue cuando la puerta se abrió para dejar ver a Jeongin, el cual lo miró con despreció.

—¿Jeongin?, ¿ustedes se conocen? —preguntó confundido el de pecas acercándose a Hyunjin para que este lo mirara.

—Si, lo hacemos, incluso hemos pasado noches juntos —sonrió el menor de todos.

—¡Cállate Yang!, no estás aquí por eso —Hyunjin se paso la mano por el cabello frustrado y desespero —Felix escúchame, pase lo que pase, quiero que sepas que...

—Olivia —Felix miro a su hermana y su rostro cambio por completo, sus ojos comenzaron a volverse brillosos —¿Qué es todo esto?, ¿estás viva?, ¿cómo, por qué?

La chica ingreso a lugar tímidamente, con miedo, ella solo conocía a Felix su monstruo hermano, no aquel chico gentil que todos parecían amar.

—Simplemente, lo estoy, lo siento, pero Lix necesitamos tu ayuda —musitó la chica con una voz frágil. —habrá tiempo para contarte todo, pero ahora...

—Entiendo, ya entiendo —fue lo que respondió Felix —me necesitan

—Felix escucha, mira —Hyunjin se acerco al chico tomando su mano.

—Suéltame Hyunjin. —movió sus manos temblorosas —Estabas viva, sabías que pasaría conmigo y aun así no hiciste nada, no me buscaste, supongo que solo asumiste que estaba muerto, Olivia —la miro mientras las lagrimas caían —me sentía tan solo, no tenía a nadie, y tu —señalando a Hyunjin —entiendo que me odiaras, pero tenía 12 años, perdóname por no ser fuerte y no salvarte, pero no sabes como me lamente cada día pensando que estabas muerto, cuando supe del incendio rogaba que estuvieras vivo, aun así tu me encontraste y no me buscaste, había perdido a mi familia y a la persona que más amaba

—¿Amabas? —el mayor se acercó a Felix —Lix por favor

—Claro, ahora todo esta claro, te acercaste a mi cuando me necesitabas, cuando te diste cuenta Sam me llevaría a la sede, ahora mi hermana muerta revive para decirme que me necesita. —Felix miró a Olivia la cual solo miraba al suelo, luego a Jeongin quien sonreía de una manera burlona.

—No Felix, no es así, lo juro que no es así. —suplico Hyunjin

—Sam al final fue el único que estuvo ahí, quien me salvo de aquel lugar, quien me dio un lugar en este mundo, mientras ustedes esperaban el momento donde fuera necesario, por qué al final supongo que solo sirvo para eso —los ojos de Felix perdieron todo el brillo.

—Todos somos piezas de ajedrez en este juego estúpido llamado vida, no te creas tan importante Felix, solo eres el caballero que el rey necesita para vencer a la reina —por fin hablo Jeongin —eres un inhumano que juega ser  un humano, perfecto y feliz, mientras las personas como tú son torturados, heridos, marcados como animales, tuviste mejor vida que cualquiera de nosotros, ¿y osas sentirte usado?, por favor niño, madura, despierta este un lindo sueño, es la maldita realidad.

Felix solo camino para salir de aquel lugar sin decir una palabra. El mayor quiso seguirlo, pero Jeongin no se lo permitió.

—Necesita entender, no puedes seguir protegiéndolo, como lo has hecho desde que lo encontraste. 

Y así como el día mas soleado se volvió en una infernal tormenta. 

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