•10•
"Odiar es el sentimiento más fácil que una persona pueda sentir"
Sam no recordaba cuando comenzó a odiar a su hermano menor. Quizá fue cuando sus padres lo dejaron solo en casa cuando tenía 3 años porqué Hyunjin tenía fiebre, una fiebre que luego se repetiría por varios años. Su familia no era pobre, pero tenía que estar moviéndose de lugar sin entender la razón de porqué él tenía que dejar a sus amigos, cada que Hyunjin presentaba fiebre o alguna alteración. Lo entendió cuando él notó que sus fuerza comenzaron aumentar a los 10 años, sin embargo, sus padres le repetían que debería cuidar a su hermano, porqué él era débil y frágil, sin una pizca de compresión hacía los de él, siempre fue primero Hyunjin.
Cuando conocían a las personas, Hyunjin era intimidado por su dulzura, su forma tímida y su voz baja. Por lo cual Sam lo defendía, lo cuidaba, eso lo cansaba, porqué al final era un niño, quería tener amigos y no ser la niñera de su hermano menor.
Siempre intentaba no odiar a su hermano, entender que eran diferentes y que Hyunjin no tenía la culpa de ser así, pero al final solo quería ser libre.
Hasta aquel día, era su cumpleaños 13, sus padres habían comprado un hermoso pastel y algunos regalos, más a Hyunjin, era claro, pues él era el bueno, dulce y aplicado niño de sus padres, mientras Sam era solo el chico fuerte.
—“Tu puedes defenderte, tu sabes pelear y eres mayor, por eso debes cuidarlo y entender".
Pero, ¿quien entendía a Sam?, ¿Quién cuidaba de él?. Nadie lo hacía y se tuvo que conformar con las migajas que le daban las personas a su alrededor.
Las velas fueron puestas y el primero en soplarlas fue Hyunjin. Mientras sus padres lo abrazaban Sam miraba todo lo que pasaba por la ventana, por lo cual se levanto y salió del lugar sin saber que aquello le salvaría la vida.
Hyunjin sufrió un ataque de fiebre que desató un fuego, uno incontrolable. Sam corrió hacía dentro de la casa buscando a sus padres solo para encontrar a Hyunjin llorando en llamas y los cuerpos de sus padres en el suelo. El fuego que había desatado Hyunjin era tan fuerte que consumió todo a su paso en segundos.
Sam tomó una cobija y tapo a su hermano para que este dejara de emitir calor, cuando ambos estaban a fuera. Hyunjin solo lloraba repitiendo: “Lo siento, lo siento Sam". Pero Sam no hizo nada mas que abrazarlo, su hermano no solo le había quitado el cariño de sus padres, si no también a estos y tenía que lidiar con él, pero aun con el odió en su corazón, no lo dejo.
La policía llegó y fueron encerrados. Ubicados unos meses en un centro de pruebas donde todas las fallaba Hyunjin y Sam entendía cual sería el final, el menor sería eliminado, por un momento pensó que quizá eso sería lo mejor. Hyunjin se lo merecía por arruinar sus vidas, pero a pesar de esos sentimientos, termino fallado las pruebas para no dejar a Hyunjin solo.
Cuando fueron ubicados en el centro de eliminación, Sam comenzó un plan para huir pero jamás pensó que todo cambiaría cuando conocieron aquel niño de pecas.
Felix no solo era tierno e inocente, era inteligente y fuerte, no se dejaba vencer, peleaba, aunque fuera dañado, siempre defendía a Hyunjin.
Entonces de nuevo Sam quedo atrás, Felix no lo miraba como lo hacía con Hyunjin, no lo tocaba, no lo cuidaba, no lo amaba, solo era la sombra del “Perfecto Hwang".
Cansado de todo, planeo su escape, pero esta vez era diferente, Hyunjin no estaba incluido. Ya no cuidaría de él.
Así lo hizo, lo dejo atrás en la huida, una donde dio aviso de la misma, dejando por fin aquella carga que lo había atormentado por mucho tiempo.
Pero al final, no importaba lo mucho que cuidara y protegía a Felix, este seguía amando y extrañando a Hyunjin.
Y por fin su corazón se lleno de odio.
———⛓———
—¿Sam? —Felix le tomó de la mano.
—Lo siento, ¿estas listo? —después de dos semanas por fin darían de alta a Felix. El cual dolorosamente había perdido la audición de su oído derecho.
—Lo estoy, ¿vamos?
Sam miraba a Felix quien parecía estar mas a gusto, mas gentil y amoroso con él. Eso debería hacerlo feliz, si no fuera porqué la luz de Felix se había apagado aquel día. Bajo aquella mentira. Pero ya estaba hecho el daño, no había vuelta atrás.
Ambos subieron al auto que Minho manejaba. Lix abrazo a éste y le preguntó sobre Han en voz baja y Minho solo asintió diciendo que bien.
Los tres avanzaron en silenció. Felix miraba todo por la ventana hasta que vio una tienda de pan he hizo que Minho parara para bajarse e ir hasta allá.
—¿Qué paso en el hospital? —preguntó Minho a Sam cuando ambos bajaron —se que perdió la audición, pero parece que hay algo mas profundo, Lix se ve apagado.
—Un mes te tomó para sentirte que conoces a Felix, lo conozco desde hace 10 años, —le tomo el hombro —créeme solo esta cansando.
—No confío en ti —dijo Minho
—Ni yo confío en mi.
———🖇———
Felix miraba la ventana mientras Sam preparaba el té. Sus pensamientos eran confusos, se sentía herido, sabía bien que Hyunjin tenía razones para odiarlo, quizá también para desearlo muerto. Sin embargo, dolía, porqué creía en el sentimiento que alguna vez tuvieron, aquel pasado podría al menos darle la oportunidad de quizá hablar, al final Hyunjin lo había besado, pero ya no importaba, tenía que ayudar a Han y seguir investigando sobre lo que la Sede esconde respeto a los inhumanos.
—Tómalo, bébelo ahora que esta caliente —Sam le dio la taza y Felix le sonrió —¿estas seguro que no quieres que me quede?
—Lo estoy, necesito descansar —dejo la taza y tomo la mano de Sam —gracias, gracias por estar conmigo, sin ti no hubiera sobrevivido.
Que tan amargo puede ser un beso que se da con mentiras, con sentimientos confusos y con el corazón roto.
Felix beso en los labios a Sam deseando en su corazón que fuera Hyunjin. El dolor era tan amargo que sus ojos se cristalizaron.
Por su parte Sam debía sentirse feliz pero solo se sintió mas solo. Era claro que ese beso no era ni siquiera un porciento del amor que podría darle Felix a Hyunjin.
No eres suficiente, no lo eres.
Se repetía, porqué odiar era tan fácil y lo sabia, ya que se odiaba a sí mismo lo suficiente para entenderlo.
—Descansa Felix, mañana vendré.
Le dio un beso en la mejilla para luego salir de aquel departamento.
—¿Qué haces aquí? —preguntó cuando vio a Jeongin a punto de tocar la puerta con indecisión —Jeongin se quien eres.
—¿Lo sabes? —sonrió en ironía.
—Yang Jeongin, 20 años, tus padres te abandonaron, estuviste en la calle por 13 años, luego terminaste en el centro de investigación por 2 años hasta que huiste. Estatus: “Prófugo”. —le miro —me costo investigarte.
—Debe ser cansado investigar a todos los que se acercan a Felix —pronunció secamente
—Cuando quieres proteger a lo único que tienes en la vida, haces lo que seas. Ahora, largo.
—Bien, me iré. Pero volveré —amenazó antes de desaparecer.
——⛓——
Felix estaba en aquel gran sofá, sus ojos ardían y luchaba porqué las lagrimas no salieran, hasta que Mimi se acostó en su regazo y las lagrimas salieron sin frenos. Pequeños sollozos comenzaron a sonar rompiendo el silencio.
Después de varios minutos, suspiro para darse fuerza. Se quitó con cuidado la camisa dejando ver el vendaje en su cuerpo. Tenía que tomar un baño y necesitaba quitarselo, mientras hacia eso, un ruido se escucho pero Felix no lo escucho, solo Mimi que bajo de su regazo. Fue entonces cuando una sombra apareció frente a Felix quien alzo la mirada para ver los ojos azules de Hyunjin, llenos de confusión.
—¿Qué?... —señalo las heridas de Felix que estaban desaparecieron.
No dejo de observarlas con detalle, había heridas en la espalda, un hematoma que parecía comenzar a verse verde en el costado de su costilla y sobre todo marcas en su cuello. Marcas de dedos.
La risa de Felix lo atrajo a la realidad. Miro aquellos ojos y vio que no había luz, ni felicidad solo tristeza.
—¿Qué quieres Hyunjin?, vienes a terminar lo que no pudiste hacer, matarme. Lo siento pero no puedo permitirte eso… —se paro y le dio la espalda —aun no puedo morir.
—¿Matarte?, ¿estabas en el incendio? —le tomó la muñeca, pero como si fuera fuego, Felix lo golpeo para que lo soltara.
—Ahora no te hagas el que no sabes, no se que juego tortuoso quieres jugar conmigo, pero ya estoy cansado. —le miró —aun tengo cosas que hacer, no puedo morir, por lo que, por favor vete.
—Felix no…
—¡LARGATE DE UNA PUTA VEZ! —gritó Felix con los ojos llenos de lagrimas —no te quiero volver a ver…
Se giro para entrar a su habitación dejando a Hyunjin en confusión, quien se fue de aquel lugar con una punzada en el corazón.
Colocó su mano en su pecho y se doblo para sentir que se ahogaba, había pasado tanto tiempo desde que sintió aquello.
La lluvia comenzó a caer, pero a Hyunjin no le importo, camino hasta sentarse en una banca donde miro el cielo.
—¿Qué se siente ser odiado hermanito?... ser mirado con desprecio —pronunció Sam —por fin lo experimentas.
—Fuiste tú —dijo Hyunjin —tu engañaste a Felix
—Quizá si, quizá no… solo espero que por fin nos dejes en paz, y mueras como lo debiste hacer junto a nuestros padres —saco un cigarro y lo encendió, bajo la sombrilla.
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