•06•

Existe un fuego, uno tan poderoso que puede eliminarlo todo, uno que no es acompañado de colores rojos, amarillos y naranjas, uno que se acompaña del mas frio color azul.

Cuando Hyunjin miro a su hermano llevarse a Felix el cual no dejaba de pronunciar su nombre en un angustioso y desesperado grito, creyó en que ellos volverían, que su pequeño vendría por él. Por lo que, cuando quedo atrapado en una celda, encadenado a la pared, espero, espero por días su regreso, pero este nunca ocurrió. Su corazón comenzó a llenarse del mas profundo odio.

Jugando con el fuego saliente de sus manos, había comenzado a controlar sus poderes, gracias aquella sed de venganza, se vengaría de su hermano, del mundo y de aquel que le mintió. Quien le había prometido quedarse a su lado y que lo dejo atrás. Felix.

Una explosión se produjo en aquel centro de eliminación, una que no pudo ser controlado, el fuego se extendió por todo el lugar, quemándolo todo y sin importar, quien era culpable o inclusos los niños dentro, a Hyunjin nadie le importaba, mucho menos manchar sus manos.

Al salir de aquel lugar, sus ojos habían cambiado a un tono azul profundo.

Sobrevivir en las calles no fue problema, ya no era el pequeño niño inocente protegido por su hermano mayor, era una versión muy distinta. Amaba jugar con el fuego y quemar las cosas, mientras buscaba todos los indicios del camino hacia las personas que quería destruir, pero jamás pensó que, dentro de él, si muy profundo en su infernal corazón todavía existían sentimientos hacía una solo persona.

Había encontrado a Felix, el cual estaba en una banca sentando junto a una pequeña torre de libros que apenas lograba sostener, era de noche y no entendía que hacía a fuera solo, porque Sam no estaba por ninguna parte. Podría matarlo tan fácilmente, por lo cual subió la capucha de su suéter, camino en paso firme, o eso cría porque le temblaban las piernas, habían transcurrido 3 años y nadie era igual, pero al parecer el menor ahora era mucho mas pequeño que él en altura. Sus manos pequeñas y blancas jugaban con su pantalón roto. Un pequeño sollozo lo detuvo escondiéndose cerca unos de los arboles de aquel parque.

-Hyunjin -y el corazón del mayor se detuvo, cuanto añoro volver a escuchar su nombre en aquella voz --lo siento... dime que estas bien... -pronunció Felix hacía el cielo en una briza fría de invierno, mientras sus mejillas se mojaban por las lágrimas que caían -¿sabes?, entre a la escuela, quiero ser profesor, ayudar a los niños como tu y yo. No soy tan bueno en matemáticas, pero lo intento. Quisiera que estuvieras aquí, si tan solo supieras que no he dejado de extrañarte desde hace 3 años. -Hyunjin se quedó ahí escuchándolo, sus manos comenzaban a temblar y el desespero lo comenzaba agobiar, quería correr hacia él y abrazarlo, pero el odio del abandono estaba ahí metido como el veneno de una serpiente. Observo como Felix sacaba una pequeña cajita de su bolsillo con un pequeño pan dulce -hoy es mi cumpleaños, o al menos eso recuerdo y mi único deseo es verte...

Felix se comió el pequeño pedazo de pan y se limpio las lagrimas para tomar los libros que apenas entraban sus pequeñas manos. Se marcho dejando atrás a un Hyunjin roto, quien giro para ir hacía él pero sus piernas no avanzaron. Se detuvo frente a la banca donde miro un pequeño papel en aquel lugar.

-"Mientras la luna siga brillando en el cielo, mientras mi vida siga, seguiré esperándote".

Y las lagrimas que pensó jamás derramar se escaparon de sus ojos en un silencio que lo torturo, podría odiarlo, debía odiarlo, pero no pudo, nunca lo pudo hacer.

El tiempo pasó y Hyunjin se encontró a la organización que le enseñaría que había maneras diferentes de venganza, aunque nunca dejo de observa a Felix a la distancia. Sabía todo de él, incluso cuando este enfermaba, pero no volvió acercarse hasta aquel día.

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Hyunjin tomó la foto de Felix o la parte que aun no se encontraba rota y la guardo. Se maldijo a sí mismo por lo cursi que era aquello, pero al final aquel chico de pecas era su debilidad y eso no cambiaria nunca.

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Jeongin ayudo a Felix a recostarse en su sofá, prendió las luces y este le sonrió. El chico de ojos rasgados se sentó a lado del de pecas para observar aquel parche en el cuello, como la palidez de su rostro, las ojeras debajo de sus ojos y la seques de sus labios.

-No me mires así Jeongin, estoy bien, es parte de mi trabajo -pronunció el de pecas un poco cohibido por la mirada del contrarió.

-¿Trabajo? -preguntó con la ceja levantada

-Trabajare para el gobierno y sabes como es -respondió -tengo hambre, calentare el agua para el ramen

-Yo lo hare -se levantó perdiéndose en la cocina, Felix soltó un suspiro retenido.

Después de unos minutos Jeongin regreso con las sopas y le dio una Felix quien le agradeció para luego comenzó a comer con cuidado en un incomodo silencio.

-¿Por qué pareces molesto? -preguntó Felix

-¿Por qué el gobierno te haría lo que te hizo? -respondió

-No sé si es bueno que lo sepas, pero soy un inhumano, por lo cual era de esperarse que eso pasara, al final no somos más que objetos para los que tienen el poder, así que no te preocupes Jeongin, sabía que esto pasaría -le tomó de la mano -gracias por preocuparte

-Creo que no es justo, inhumano o no, eres una persona, un ser vivo, por lo cual no deberían ser tratados de esa manera -dejo la sopa a un lado -me tengo que ir.

-Esta bien, de nuevo gracias y lamento ser un vecino problemático.

Jeongin solo negó para salir de aquel departamento dejando a un Felix agotado el cual se dejó caer en sofá. Realmente para él era más cómodo dormir ahí que en aquella enorme cama.

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Jeongin entro a su departamento el cual estaba a oscuras sin ningún indicio que estuviera habitado. Cerro los ojos y trono los dedos para aparecer en la bodega donde estaba Chan con papeles en las manos.

-¿Dónde mierdas has estado? -preguntó Chan sin mirarlo -realmente no se que juegas, pero créeme que no tengo paciencia para tus juegos.

-Estaba buscando información importante, ¿y los demás? -preguntó el chico para caminar hasta el mayor

-Seungmin está cerca de bodega de fármacos de la sede, para poder saber los horarios de las personas que trabaja ahí, al parecer quiere el menor de los daños a terceros en la explosión -respondió mirándolo -y Hyunjin esta en la azotea esperando indicaciones.

Jeongin sonrió para caminar hacia el elevador. Chan giro los ojos, no entendía para nada aquel chico, era tan joven mucho más que la mayoría ahí sin embargo creía firmemente que era el más inteligente, su poder de avanzar entre espacios era de suma importancia ya que se podía ubicar en lugares específicos en segundos, pero también lo hacía incontrolable y el control era algo que amaba Chan.

El menor llegó hacia donde estaba Hyunjin el cual observa el cielo en tranquilidad, aunque por dentro había un estrago de sentimientos. Su corazón queria correr hacia el de pecas y protegerlo del mundo, pero su mente lo regañaba diciéndole que debía recordar la razón porque estaba ahí y hundidos en sus pensamientos no escucho los pasos del menor, quien lo abrazo por la espalda.

-Hyunjinnie -y extendió la última vocal lo más que pudo. El mayor se tensó, tomo las manos del menor y las quito de su cuerpo empujándolo levemente. -No debes ser tan cruel cuando te traigo algunas noticias

-Jeongin no tengo ganas de descifrar tus acertijos de zorro -lo miro y el chico le sonrió -habla.

-Me hice amigo de un conejito muy lindo, tiene manchitas en su rostro -y sonrió triunfante al ver como el cuerpo del mayor se tensaba -resulta que esta trabajando para gente mala, por lo cual le pusieron un collar

-¿Un collar? -preguntó con la quijada tensa

-Si, si, le han colocado una bomba en el cuello, si se porta mal, harán explotar se cabeza -movió sus manos en forma de explosión.

Hyunjin tomo los brazos de Jeongin -¿y como mierda sabes eso?

-Suéltame -se movió bruscamente -¡Maldición suéltame!, oh mierda quema

-Suéltalo de una puta vez -Chan apareció con un arma en mano -juro que te volare la cabeza.

Hyunjin alzó las manos en son de paz, aunque tenia los nervios de punta. Camino a un lado de Chan para largarse del lugar.

-Están vigilando a Felix las 24hrs, esperando que tu caigas en la trampa y seas capturado, entiéndelo Hyunjin, tu y él jamás podrán estar juntos -pronunció Jeongin.

Hyunjin no dijo nada y siguió caminando sin mirarlo. Chan observo a Jeongin con el ceño fruncido, se acomodo la pistola dentro de su cinturón y le volvió a mirar, algo molesto.

-¿Por qué? -preguntó -y no me salgas que es por la misión, porqué eso es una mierda, te conozco Jeongin

-Venganza, odio y rencor -respondió el menor. Sin importancia.

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