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"La fantasía y la ficción, están a solo un paso de la realidad"
Frescura de nuevo en sus pupilas, el pelioscuro despertó de su largo trance.
La luz de la mañana ahora invadía los arboles.
Sacudió sus pensamientos, tratando de recordar algo mientras seguía recostado sobre la hierba fría.
Levanto la mirada brevemente, buscando culpables o al menos pistas.
Recordó inmediatamente al ver el piso a su lado, puesto que un rastro de sangre camino a los arbustos se hacia presente.
Solo pudo suspirar alarmado y confundido...
¿Que clase de... cosa, era capaz de mover un oso de esa manera?
Tan pronto como recordó esas palabras, elevo su mano para comenzar a sentir más cercanamente la gran herida en su cara.
De alguna, sorprendente manera, ya no estaba derramando ningún liquido...
No mostraba rastro de infección, muy difícil era tan siquiera saber que le ocurrió.
Paso una mano por su cabello, revuelta su mente, decidió no arriesgarse, por que claro, no tenia un maldito espejo y él agua estaba derramada.
Se levanto con un grave dolor en la espalda, sujetó su arma, y miró una vez más por el camino ensangrentado...
No creía que fuera la mejor opción ahora.
Después de todo, el oso polar si que estaba muerto.
Alivio fue encontrado tras este descubrimiento, y corriendo a pasos cautelosos, se alejo del lugar...
Su vista curiosa se podía sentir casi como una visión de rayos X, no dejaba de enfocar en cada rincón sobre el terreno principal.
Justo cuando creyó llegar a la posicion, por el hedor y la sangre esparcida en los troncos... También percibió sonidos...
Pero era imposible, él ya lo había matado... Estaba seguro.
Tío por favor no me juegues bromas...
Cargó el arma demostrando cuidado y esperó el mejor momento, desperdiciar algo ahora podría ser mortal.
Colocando su espalda sobre la madera, indicó precisamente los sonidos; tan rápido como el viento lo permitió, giró hasta tener el lugar proveniente frente a sus ojos, al igual que la mirilla en uno de ellos.
El oso estaba tirado justo ahí... No parecia del todo muerto...
Pero lo que más lo impactó, fue el chico ojiverde que estaba a su lado.
Grandes pupilas claras inundaban su vista tras el arma, accionandólo de una forma casi inmediata a bajar el cañon.
Esos ojos... Nunca había visto tales ventanas tan sinceras y despojadas de camino a la vez.
Cubiertas de lagrimas se entrecerraron en señal de rencor y coraje...
Dirigiendo todo justo a él.
La piel blanca de aquel chico estaba totalmente desnuda, y una gran herida de bala se ajustaba en el centro de su frente.
Extrañamente, subiendo más por su cuerpo, divisó... Dos grandes círculos de pelo... Dos grandes orejas...
Y volviendo por su rostro, la nariz negra le confirmo que no era un humano...
Pero no pudo analizar más, ya que, la bella criatura humanoide escapó de su vista en un segundo.
Corriendo por la vegetación y perdiéndolo de vista, intentó alcanzarlo para poder ayudar...
Fue muy tarde.
Lo dejo ir, presentía... Que no sería la única vez en que supiera de él.
Acomodó su bandana, y regresó la mirada al piso.
Siendo observador, no era dificil darse cuenta de que él oso gigante delante de sus pies no estaba muerto.
Por fracciones de segundo, se podía divisar las lentas respiraciones de aquella bestia.
Tenía su arma en mano, pero realmente no quería desperdiciar más municiones; fue entonces que bajo su otra mano hasta los pies, y sacó su cuchillo.
Colocándose de rodillas, resaltó en su boca una maliciosa sonrisa, elevando lentamente el brazo hasta donde podía.
Tomó por ultima vez un suspiro, para luego clavarlo la primera vez, justo en el pecho frio del animal.
Este le saco un gruñido doloroso con sus últimas fuerzas. Realmente era muy satisfactorio para aquel chico de lentes escuchar tales sonidos...
Siguió, cada vez con el morbo y la sonrisa fría aumentando de tono...
Una figura, desde atras de los arboles y hojas largas, solo veía el acto de aberración inmundo cometido por aquel completo desconocido...
Sintiendo una punzada en su pecho por cada golpe estruendoso alrededor como eco en sus tímpanos.
Los rios de sentimientos no dejaban de salir ese día por sus ojos, incluso sabiendo que no arreglaría nada, y observando cauteloso, como el asesino... la bestia humana culpable de la muerte de su amada, desaparecía entre las sombras junto al cadaver sobre su maquinaria infernal...
Una ultima vez se miro así mismo confundido...
¿Por que el se había convertido en uno de ellos? ¿Que clase de inmundicia le habían hecho ahora...?
¿Que cosa tan desagradable y espantosa tuvo que hacer para merecer tal castigo?
Ninguna de sus preguntas fue contestada, viendóse al reflejo sobre el lago, lloraba aún por aquel hecho.
La mente y las ideas no le daban para más...
No era normal que ahora pudiese hacer cosas que antes le eran desconocidas, pero tampoco era normal que ahora su cuerpo no estuviera cubierto de pelo, y las garras intimidantes de siempre, se hubiesen convertido en finos trozos de carne endurecida.
Aún con el frio encima, y sin entender nada, regreso a su hogar, igualmente... Destruido por el mismo heroe de la oscuridad... Llamado "Mangel".
Respiró hondo, recogiendo sus extremidades entre sus manos, cayendo en llanto, bajo él cielo brillante, los troncos de su devastada hoguera, y la soledad con la que se encontraría desde esa tarde...
Sangrando en el centro de la cabeza, y en el centro del corazón...
...Nieves...
~•~
Trato de relajarse; una vez más, intentó repasar todo lo que su cabeza tenia repartido por el asombro y el miedo, caminando de un lado a otro dentro de la pequeña cabaña cálida que establecía como su vivienda.
Se acercó al reflejo brillante que el espejo emitía.
No era posible que todo esto estuviese ocurriendo...
No fue suficiente para aquel asqueroso animal robusto y estupido dejarle dos grandes heridas por sobre su pupila izquierda, si no que ademas, hasta pareciendo burla, elimino una exagerada parte de su iris.
Estiraba el fragmento de piel que se posaba cerca de la mejilla, visualizando todo el tratamiento medico que seguro necesitaba.
Aunque pensaba en ir, la duda y el presentimiento de que se trataba de algo innecesario lo controlaba.
Era casi sobrenatural pero cierto, que podía ver perfectamente y enfocar todo a merced de su visión, incluso las letras pequeñas.
Y para ser sinceros, él era un hombre al que no le gustaba el drama, ni tampoco gastar más de nada que no fuera realmente importante.
El motivo estético le preocupaba un poco, igualmente teniendo exito con las chicas gracias a su forma superficial de ser, era un toque que hacia notarse menos el que no abriera su corazón a nadie.
Lavó su rostro suavemente, y siguió con sus asuntos.
Decidió que antes de todo, debía fabricarse unas cuantas armas, le hacían mucha falta ya, y gracias al esfuerzo dedicado, llevaba las de ganar en herrería y carpinteria.
Talentoso es mi segundo nombre...
Emitió una pequeña risa grave por pensar estas palabras, mientras servia una taza de café para llevar hasta su área de trabajo.
Como arte de magia, de un momento a otro, fijó la mirada sobre el envase que transportaba dentro de su mano.
Un pensamiento a modo de recuerdo atravéso su mente como una flecha.
La bella criatura de forma humana apareció en él.
Figuró de nuevo la escena dentro de su imaginación.
Aquellos grandes ojos verdes aceituna, tan brillantes y desdichados... Llenos de odio puro y tristeza profunda, relucientes como las estrellas... Manchados de rastros finos convertidos en sangre propia y ajena...
Entre mezclados con agua cristalina y sentimental, cayendó y esparciéndose desapercibida por finas partículas de piel blanca, fría, suave, inalcanzable.
¿Siquiera podria haber sido posible que aquello fuese real?
Tan perfecto y lejano a lo que en este planeta habita....
Se sintió un completo estupido...
Perdiendo el tiempo, tratando de sentir algo que no sentía, algo que era señal de debilidad y literalmente era imposible...
Cuando podria estar fabricando trampas y armas para cazarlo...
No era un humano, ninguna señal lo daba como mérito, más que su cuerpo, y aún así, hasta la fecha, ninguna persona "racional" habitada en la tierra se mostraba tan perfecta y diferente a los regímenes.
Además, estaba plenamente seguro de que él era el primero en verlo, por que si alguien más lo supiera, sería escandalosa nota totalmente conocida. Solo el sabia donde encontrarlo.
Todo estaba a su favor, y en dada situación, de que fuera un humano, quizás, sería una nueva experiencia el aniquilarló, el poder oler su sangre y sentirla esparcirse sobre sus dedos... Desgarrando cada parte de su piel tersa, mientras grita y se retuerce pidiendo piedad...
Un suspiro se escapó de su pecho.
Pasándose la palma de su mano por el rostro, reflexiono toda la escena que en su mente había dominado hasta hace unos segundos.
Se estaba volviendo más frio de lo que creía, le preocupaba... Pero el sabía, probablemente más que muchos, lo hijo de puta que es el mundo si no tomas estrategia y maña de los demás hacia sus propias acciones.
Bebió de su café, observando, callado y pensativo por la gran ventana junto a la puerta.
La tarde pasaba rápido por aquellos lugares, la noche llegaría pronto, y siendo todo un idiota, había desperdiciado tiempo valioso en sus pensamientos.
Término rápido el liquido, colocando el envase sobre la mesa, sujetó su rifle, y abrió la puerta, ya era hora de trabajar.
Una ola de frio lo hizo temblar agresivamente, en ese lugar las cosas no solían ser tan abrumadoras en cuanto al clima.
Se apresuró, tenia alto riesgo de resfriarse, y ahora mismo no era recomendable.
Con enojo y desesperación, busco entre sus bolsillos las llaves para entrar, literalmente no las había visto en dias.
-Joder tío...- exclamaba enojado, aún tocando su ropa.
Su mirada se tranquilizo al sentir el frio del metal en sus dedos y escuchar levemente un ruido.
Lamentablemente aquello no duró mucho, ya que al sacar el objeto que tanto buscaba, resbalo de sus manos, aterrizando y perdiéndose entre toda la hierba que no había cortado hace semanas.
Un fuerte gruñido desató más furia por su parte, inclinando su cuerpo y tocando las hierbas frías.
El viento comenzaba a calmarse un poco, haciendo que la tensión y la presion disminuyeran significativamente.
No lograba encontrarlas, la hierba ya se había vuelto muy abundante para que fuera sencillo.
Tenia muchas cosas que hacer encima, y todavía ¿Él destino le ponía este juego?
Puta mierda de vida, chaval...
~•~
El chico oso se encontraba caminando entre las ramas secas junto al río.
Estaba esperando el momento perfecto para dar con unos cuantos peces.
Su forma original no había cambiado aún, y no era coincidencia que los peces se sintieran mas intimidados.
Después de todo, se había convertido en la raza más temida por todo el reino animal.
Y aún entendiendo cosas que antes no sabría ni describir, su espíritu animal no lograba desaparecer.
Justo pensando y pasando esto por su mente, una horda de peces salto frente a su cara.
Estando distraído, no logro obtener ninguno, de nuevo.
Disgustado y enojado por el hecho de que las cosas con ese cuerpo debilucho le fueran tan difíciles, se recostó sobre el césped, frustración aniquilaba sus sentidos.
Y siendo tan inesperado como incomprensible, un aroma muy reconocido para su olfato llegó como magia...
Se sentó, observando más de cerca su plano de interes, y acercando su cabeza al objetivo, gateó para asegurarse.
Detrás de un arbusto, se divisában perfectamente los colores brillantes y característicos, de un zorro.
Lo vio por unos segundos, hubo un momento en que el animal volteo el rostro quedando frente a él...
Parpadeo y gruño suavemente, puesto que la pequeña criatura, portaba dos peces medianos en su hocico.
Estaban sujetados fuertemente, ademas, el zorro parecía enojado, quizás ya sabia de sus planes para arrebatar la comida.
Pero el oso ya estaba demasiado hambriento...
No dudo un segundo más y se colocó en posicion de ataque, emitiendo sonidos francamente no tan salvajes como deberían.
Él animal captando esto, retrocedido unos cuantos pasos, echandose a correr inmediatamente.
La acción totalmente desconcertante sacó de quicio al ojiverde, provocando en su mente a seguirlo.
Le era mucho más dificil correr entre las espinas y ramas secas también, pero la única opción que le quedaba era aquella.
Gruñia, o al menos fingia hacerlo, perdiendo de vista al zorro.
Se detuvo, escuchando justo frente a él, algo grande.
Fue tal la sorpresa de lo que vio, que parpadeando repetidas veces, cayó al piso, cubriéndose la cara con los ante brazos dañados y sangrantes.
Una sombra, casi totalmente negra, emergiendo desde la tierra, y viéndolo fijamente... Con un par de redondas pupilas totalmente rojas y brillantes.
No tenia que acércarse mucho, para darse cuenta de que era lo que estaba presenciando...
Era uno de ellos...
Uno de los suyos ahora...
Uno de los asesinos de la corte humana.
Observaba como poco a poco se acercaba más, acortando los segundos de paciencia que contenía...
Cada segundo que pasaba le olía más a muerte... El mismo destino de su amada seria para él ahora, y lo peor, era que ese cuerpo no lo ayudaría en nada, se sentía tan indefenso y asustado.
Las manos frías y asperas de aquella criatura lo sujetaron fuerte.
De un momento a otro, sintió como su frente sangraba de nuevo, por la presion en su ceño aterrorizado.
No podía hacer nada, los sonidos que emitía no le causaban preocupación, y mucho menos miedo...
Sus colmillos temblaban por su mandíbula, mientras observaba una de las extremidades emergentes del humano, sacar un objeto...
Un objeto de la misma forma y silueta que él que cada asesino portaba.
El estrés consumía cada parte de su cuerpo intentando moverse y librarse de sus ultimos suspiros a las garras de aquel peligro.
El dolor en su pecho y la necesidad de alerta no le permitieron soportar más aquello... Y sin algún remedio u otra oportunidad para vivir, gritó la única palabra que conocía...
-¡¡MANGEL!!-
El eco absorbío todo el bosque, seguido del sonido de un disparo.
...
¿Podría haber sido cierto aquello que escuchó?
-¡MANGEL!-
Una voz, la cual jamas en su vida hasta la fecha había escuchado, fue emitida por el eco del gran bosque.
La confusión dominaba en su cabeza...
Ese disparo...
La voz desconocida podría haber sido de alguien que lo conocía, y el ni siquiera lo sabría...
Apesar de que nunca le había importado que pasara con la gente... De algún modo, y sin explicación conocida, las ganas de ir a velar por tal voz, nacieron irracionalmente dentro de su ser.
Incluso su brazo marcaba fuerza resaltada sobre el soporte del gatillo que portaba el rifle.
Como si estuviera totalmente furioso...
Se dio cuenta del tiempo que estaba perdiendo, y ajustando sus lentes, salió camino a la oscuridad destructiva sin importarle nada.
Atravesando y rompiendo ramas junto a su arma, comenzó a escuchar, como alguien reía, muy cerca de él.
Una risa retorcida, aguda e inusualmente repetitiva.
Después de todo, aquella voz no había estado presente muy lejos de su terreno.
Detuvó el paso rápido que ya llevaba, comenzando a mover ambas pupilas por todo el campo de visión a su alrededor.
El bosque estaba callado y solo con algunos detalles de eco emitido por los pájaros y criaturas que seguían despiertas.
Él viento también era una característica, mezclándose con el ruido y haciéndolo menos pesado, chocando débil mente contra cada hoja, y cada trozo de madera.
El color verdoso y amarillento de los pinos le ayudo a encontrar su objetivo.
Escuchó las risas de nuevo, ahora provenientes de su derecha.
Dirigió su mirada hasta allí, y fácilmente percibió el tono de matiz oscurecido, en forma de silueta humana...
Aunque había algo que le preocupaba, ya que... Un bulto anormal sobresalía por encima del hombro ajeno.
Enfocando mejor su vista, se dio cuanta de algo que le enfureció y le asusto a la vez.
La extraña sombra, sujetaba el cuerpo inconsciente de lo que parecia ser, el chico con ojos de aceituna que había conocido hace unas horas...
No era necesario poseer la mejor visión para darse cuenta, de la sangre que su frente desprendía, aún sin ver su rostro las gotas brillaban al caer.
Una sensación tan dolorosa e inexplicable era solo lo que su pecho podía expresar.
Cólera pura, y casi lagrimas eran forzadas gracias al autocontrol latente sumergido en él.
Cada movimiento que observaba a la lejanía, le provocaba más ansias... Hasta que no pudo retenerlo más, comenzando a correr tras aquella silueta.
Seguía intentando hacer creer a sus pensamientos que el sentir tan fuerte y destructivo desatado, era tan solo por la ganancia que podía perder ahí... Era un testarudo profesional, pero... Aún después de eso, simplemente le era imposible engañarse a si mismo afirmando ese cuento.
Por primera vez, llenandose de confusión, al extremo de que hasta esa misma palabra le sonaba extraña, aceptó, que era algo mucho más grande que interes...
Y sin saber con exactitud qué, acabó con su velocidad; la figura que le estaba arrebatando aquello cual se había vuelto tan valioso de un segundo al otro, desvanecía el rastro por donde pasaba muy rápidamente...
Lo perdía.
Marcando en su mirilla justo a la cabeza del objetivo, y con los pensamientos hirviendo tras la racionalidad y la lógica, disparó.
Quitó su pupila del arma, temblando y acelerando los latidos de su corazón.
Incluso habiendo estado tanto tiempo vivo, y pasando por las peores situaciones, nunca, jamas su ser presencio algo de esa magnitud.
La mano oscura del humanoide estaba levantada, justo frente a la bala, sosténiendola en el aire como por arte de Magia...
Sumamente atemorizado, el chico de ojos azules retrocedido volviendo a poner sus sentidos en alerta, sujetando el rifle arriba, y empleando toda la valentía que le quedaba.
Atento al siguiente movimiento, pudo notar, como la cabeza negra a la lejanía, daba una vuelta de 180° grados, hasta quedar vigilando dos manchas rojas profundamente en él.
En un parpadeo, aquella bestia quedo a escasos centimetros distantes con el pelioscuro.
Éste, aterrado, presenció al chico por el cual había empezado todo, despertar, envuelto sobre una aura roja, y sorprendido, pronunciar solo una palabra.
-¡Mangel!-
Antes de poder darse cuenta era la misma voz, la sombra demoníaca realizó un leve movimiento, y de nuevo, emitiendo la misma risa repetitiva y asquerosamente aguda de antes, el cielo a punto de caer sobre él, se convirtió en oscuridad, y unos segundos después... Todo hizo lo mismo.
-¡¿Mangel!? ¡MANGEL! ¡MANGEL!-
Era lo único que la cara preocupada del oso pronunciaba, tomando pequeños fragmentos de recuerdo y observando bajo su posición al asesino de su amada.
No lograba entender, el por que las personas, la gente, los humanos, se aniquilaban entre sí solo por nada...
Y incluso después de tanto daño recibido descaradamente y sin necesidad, podria jurar que, el dolor en su pecho y el nudo en su garganta, mostraban como la vida se le iba presenciando aquella bestial escena.
El asesino inmundo culpable del acto reciente, lo dejo caer sobre el piso, sacándole un quejido desesperado.
Notó y casi sintió como la mirada ajena no se escapaba de él, llevándolo hasta un mundo de profundidad vacío, desilusionado, corrupto.
La silueta aún tan oscura como la noche, elevó los brazos, y sacando de nuevo por sus muñecas, esencia roja al punto de sangre, dos sombras más aparecieron, cada una, portando los mismos ojos rojos.
Él entendimiento no era algo que ese ojiverde conociera del todo, se encontraba más que aterrado, sus ideas perdidas, y él dolor esparcido por cada rincón de las paredes en su corazón.
Las dos sombras a los costados levantaron ambos brazos, y la tierra bajo sus pies empezó a moverse.
Antes de que fuera conciente del peligro, barrotes largos salieron del suelo, totalmente negros, y formando una jaula al rededor de él, lo aprisionaron.
Sujetó los barrotes, tratando de pedir ayuda, observando como de un segundo, se encontraba volando por el aire.
Sacando lagrimas, y intentando sujetar al asesino inconciente del que debía proteger, gritaba su nombre sin saberlo, mientras la visión le demostraba como ambos brazos estirados frente a él y fuera del contenedor oscuro, se llenaban de pelo otra vez...
Perdiendo con cada segundo el razonamiento...
-¡MANGEL! ¡MANGEL! ¡Mangel! ¡Man...grh...!-
Él chico de ojos azules, se quedaba lejos de alcance delante de sus brazos...
Todo dio vueltas a su alrededor...
Y la conciencia ya no dominaba su cabeza.
...
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3429 PALABRAS!!! OSTHIA PUTA DDDD:
HOLIS! NO SE QUE DECIRLES PERO BUENO! LOS AMO MUCHO!
Y ESTOY LISTA PARA LOS 756 COMENTARIOS QUE ME VAN A PONER >":D
No daré spoilers, solo decir que...
La sombra se rié parecido al joker, para que entiendan, y no, no es Lely xdxdxd
Tratare de subir un nuevo cap pronto, y solo para que sepan (spoiler dos¿)
~•Lα Fυηςιοη Ηα Cοmεηzαdο•~
¡NOS LEEMOS!
-♥♥♥
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