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"Es dificil aceptar que vas a morir, pero es aún mas difícil aceptar que tendrás que vivir antes de eso"

La mañana era fresca, se sentía en la atmósfera, y los sonidos de el despertar de siempre eran dulces como el canto de los pájaros.

Y ese día no era la diferencia para el pelinegro, pero igualmente, el día después de eso, seria incluso mas mierda que los anteriores.

Sus pesados párpados comenzaban a levantarse poco a poco, permitiendo a la luz del sol entrar y reflejar en ellos.

El sofá era cálido, y aunque su cabeza dolía como el infierno, la consciencia le servia para darse cuenta de donde estaba y quien era.

Aún reposando antes de levantar su cuerpo de aquel mueble, abrió los ojos por completo, y respiro hondo sintiendóse agobiado.
Paso la mano por su cabeza, dirigiendóla a su cuello y sacando algunos quejidos graves, se levantó, quedando sentado sobre los cojines.

Increiblemente cansado, observó a su alrededor, todo le fastidiaba, y más los rayos que hacían sus pupilas arder horriblemente.

Caminó hasta el cuarto de baño, listo para empezar el día.
Lavó sus dientes, y su cara luego de haber tomado una ducha.

Ahora era capaz de pensar correctamente.
Llegó a la cocina, puesto que tenia mucha hambre y sed.
Hasta el momento todo estaba llendo mejor de lo normal.
Era extraño.

Se preparo unos sandwiches con jugo de naranja, y volvió al lugar donde había dormido.

Pasando por la alfombra del ya suave piso, uno de los panes se cayó.

-Joder tío...- se quejó, girando los ojos llenos de fastidio.
Bajo, tomando de nuevo el trozo de comida; un escalofrío apareció en su cuerpo cuando observó manchas de sangre que llevaban un rastro a la salida.

Las siguió con la mirada, y dejando el desayuno en la mesa, también diviso una caja de regalo a un lado de la puerta.

Luzu...

La horrible sensación de culpa y dolor llego como una bala a su pecho...

¿Auroncito?

No debemos hacerlo... Tu, tu tan solo estas ebrio...

Nada de esto es lo que quieres... Solo que aún no lo sabes...

No te dejare hacer cosas de las que te arrepentíras después...

Se llevo las manos a la cabeza, pensando en que es lo que había hecho.
¿Que paso exactamente después de que se quedo dormido? ¿El estaba bien? ¿Habia sido su culpa? ¿Por que siempre tenia que actuar como un idiota con él?...

¿Por que le era tan difícil aceptar lo que sentía...?

Una de las mejores cosas que habían aparecido en su vida era Luzu, y por ser de la manera en que era, siempre lo arruinaba todo... No era fuerte ni valiente para las cosas que realmente necesitaba... Y tampoco sabia como proteger algo tan frágil que se apoyaba de su mano... Algo que solo tenia sentimientos y casi toda su vida para él...

Siempre había aparentado ser duro y inteligente... Pero con las personas que realmente amaba nunca era mas que un tonto insensible.

Y si quería remediar algo del daño que ya había causado, necesitaba actuar y no solo pensar... Por primera vez.

Con una mirada agil buscó su celular por todo el panorama, lo vio justo en el frente de la mesa.

Con mucho desespero, tecleo su contraseña, fallando a la primera vez, para luego buscar inmediatamente en sus contactos al ojiazul.

Un toque y escucho como la servidora pre-grabada daba su mensaje...
El móvil del castaño estaba apagado.

...
25 intentos... No logro nada.
Incluso llamando a todos sus anteriores números.
Ninguno estaba disponible.

Fijo su mirada de nuevo en el piso, buscando cualquier cosa que le sirviera para saber de su paradero.
Y obtuvo lo que necesitaba.

El rastro de sangre no solo daba con la entrada, si no también, con la puerta del sótano.

Caminó, nervioso, y con la cabeza llena de dudas hasta llegar al lugar donde se terminaba.

Abrió delicadamente, comenzando a bajar las escaleras algo despacio; llegando al punto donde podría ver algo o no...

Tocó la pared con su mano, llegando al interruptor.
Guiandose por sus sentimientos y su instinto de proteccion, encendió las luces.

Encontrandóse con la tan común y alagada, soledad.
Absoluto silencio, y solo unas pocas manchas de sangre al final de los escalones.

Sin perder mas tiempo, subió otra vez a la sala para revisar si su móvil le decía algo.

Una llamada perdida, pero no de quien hubiera deseado.

Marco aquel número.

-Hey...-

Auron!-

-¿Que pasa Perxaas? No es por nada, pero estoy un poco ocupado ahora...-

-Auron escucha, esto es importante... Es Luzu-

El pelinegro sintió sus sentidos alertarse de inmediato y un escalofrío recorrió su espalda.

-¿Luzu? ¿Donde esta él? ¿Esta bien?-

-No, no lo esta... llego a mi casa asustado y preguntando por ti... Se podria decir que parecia le hubiesen dicho que estabas muerto... Ademas de que...-
La pausa fue meramente sobre valorada por el chico ojimarrón.

-¡¿Ademas de que Perxitaa, ademas de que?!-la ansiedad reinaba en su ser ahora.

-¡Pues no lo se Auron! ¡Tenia la cara toda cortada de un lado y sangraba mucho!-

Su corazón dejo de latir por un segundo.

-¿Y ya esta en el hospital? ¡Esperame ya voy para haya!- tomó su chaqueta poniendoséla rápido, pero, la voz de su amigo tras la pantalla lo detuvo antes de girar la perilla.

-Auron el no esta conmigo ni en un hospital...-

-¿C-Como?-

Que Luzu no esta con nosotros macho!-

Sostuvo el teléfono con mas fuerza y ambas manos.

-¿¡PERO COMO QUE NO VA A ESTAR CON USTEDES?! ¡¿SERAN GILIPOLLAS?!-

Que no, que no! ¡Que se nos escapó de casa y se fue corriendo al bosque!-

El pelinegro no pudo mas con el dolor y el coraje, así que con todo y que dejaran de ser amigos, colgo.

Abrió la puerta con fuerza, y entre toda la gente, diviso el auto rojo tan característico de aquel ojiazul.

Corrió, soportando las lagrimas que estaban a punto de salir de sus ojos, y intentó buscar cualquier cosa que le ayudara a encontrarlo.
El auto estaba cerrado, y por los espejos no se notaba nada.

Pero... De alguna manera, algo llamo su atención cerca de las llantas delanteras.

Se inclinó, pues observo un color que resaltaba con los demás.
Era, un pequeño llavero, justo como el que había sido su regalo, pero en forma de cerdito.

¡Enserio! ¡Si yo pudiera tener un cerdito seria la persona mas feliz del mundo!

Casi podía escucharlo...
Sabiendo que las cosas no terminaban hay, lo sujeto y colocó junto al suyo.
Él iba a devolversélo en persona... Él tenia que hacerlo.

Volvió a caminar mas adelante, ignorando a toda la gente que pasaba por ahí, pero a la vez buscando entre ella.
Llego hasta la esquina de una avenida, muy cerca de el paso al bosque.
Moviendo sus pupilas, esperaba encontrar algo por ahí.
Y justo cuando había perdido la esperanza...
Percíbio una figura negra, muy parecida a un humano, corriendo hacia las profundidades de los pinos.

Entre cerro los ojos para enfocar mejor aquello... ¿sería posible?

Sus piernas se movieron solas a toda la velocidad, cuando notó la figura de su amigo.
Era él.

-¡LUZU!-
Gritaba desesperado esperando que se detuviera... Con la inmensa esperanza de que no estuviera equivocado.

-¡LUZU SOY YO!-

No se detenía.
Lo perdió dentro de la oscuridad.
Pero eso no fue un obstáculo para seguirlo.

Podía escuchar sus pasos y de vez en cuando ver su figura correr y saltar frente a él, como si estuviera... Huyendo.

Su respiracion agitada indicaba que estaba cansandóse; pero no se detendría... No lo dejaría ir... Aunque le costará la vida.

Las ramas del negro y frio bosque lo hacían tropezar, estaba dentro de una especie de barrera, cruzandóla desde dentro...
Ya no veía muy bien al ojiazul.

Salio completamente de todo, casi disparado, y observando los detalles a su alrededor... No encontró más señal de Luzu.

-Joder Luzu...- pronunció casi como susurro, para luego empezar a caminar cerca de donde salió.
Debía estar por ahí... No podía haber corrido tan lejos...
O quizás... Entre todas las ramas, se había caído en alguna trampa... Y... Ahora mismo quizás estaba pidiendo ayuda...

-No tío...- la preocupación no dejaba en paz al ojimarrón, y con pasos cuidadosos empezaba a alejarse de la salida...

Casi se le sale el corazón y cae al piso húmedo cuando escuchó el tono de su celular entre todo el eco.

Otra llamada.

-¡Hey, hijo'puta!-

-Por favor Jordi ahora mismo no puedo hablar...-

-¿Por que? ¿Que pasa? ¿Estas con alguien?-

-...¡No te hagas el mamón Wild! ¡Estas consciente de que Luzu puede estar muerto ahora mismo por sus malditos descuidos!-

-¿Luzu? ¿Pero a Luzu que le pasa?-

El pelinegro estaba totalmente incrédulo.

-¡¿COMO QUE QUE LE PASA HIJO DE PUTA?! ¡ME VIENEN A DECIR COMO SI NADA QUE SE LES ESCAPO CON TREMENDO BOQUETE EN EL ROSTRO! ¡¿Y AHORA PREGUNTAS QUE LE PASA CABRON!?-

-¡¿Tio pero tu estas loco!? ¿¡De que coño hablas gilipollas?!-

Una segunda persona entró.

-¿Pero que pasa chicos por que gritan tanto?-

-...¿¡Perxaas!? ¿¡PERXAAS CERDO
ERES TU?!-

Que si, Que si! ¿Que pasa Auron?-

El chico a este punto estaba totalmente confundido y furioso.

-¿¡PERO QUE PASA CON USTEDES!? ¡¿QUE TIENEN MIERDA EN LA CABEZA O QUE TIO?!-

-¿¡Auron pero de que estas hablando!? ¿Estas bien?-

Con la ira consumiendólo, pensó, que aún después de todo, tenia el descaro de preguntarle eso.

-¡PERXITAA PERO SI TU ME LLAMASTE POR FAVOR!-

-¡Que yo no te llame tío...!

Unos sonidos extraños empezaron a salir de su móvil.

-¿Tio pe- dond- as...?-

-¿Que? ¿Hola? ¡¿HOLA?!-

-¡Au-n-

El celular termino la llamada por falta de conexión con la red.

El pelinegro estaba demasiado desesperado para volver ahora, y su cabeza no lograba salir de la burbuja en que se encontraba...
Sin respuestas, comenzó a adentrarse aún más en el oscuro bosque.
Tenia pinos demasiado grandes, lo que no permitirán entrar del todo la luz, pero aún así, lo tranquilizaba un poco el tono naranjoso que desprendida en las hojas regadas por todas partes.

Ahora dudaba de que era lo que había ocurrido con su querido amigo, quizás a la persona que estuvo persiguiendo ni siquiera era él, y por eso parecía huir.

Entonces, cerca de los arbustos que vivían en el lugar, logró escuchar sonidos a un alto volumen.

Corrió hasta ellos, pronunciando "Luzu" suavemente al llegar...
Lamentablemente, lo único que se encontró, fue un zorro pequeño.
Sus ojos eran muy lindos, de un color verde claro, y parecia no ser agresivo, por un momento, pensó que podria tocarlo.

El zorro ladeo la cabeza, caminando a un lado de él, y restregando su suave pelaje en sus piernas al caminar.
Una accion tremendamente educada para ser salvaje.

Siguió mirandólo, con un poco de fastidio.
Hasta que continuó su camino, perdiendo rastro en las hogueras destrozadas del lugar.
Y, tomando seriedad en esto, se preguntó, ¿Por que las hogueras estaban de esa manera?. La curiosidad fue instintiva, a lo que se acercó, dispuesto a encontrar algo clave dentro de lo que cabe.

Los grandes troncos destrozados parecían tener varios cortés y perforaciones, pero eran demasiado limpias como para que un animal las provocara.
Extrañamente, el hoyo en forma de entrada también parecia tapado, con algún material que no provenía de la naturaleza.

Respiro hondo, pensando, al ver una de las hogueras, específicamente a unos 5 metros de su rango, y totalmente en buen estado, que, Luzu podía estar atrapado allí...
Tomó camino hasta ella rapidamente, una vez agudizando su vista, se agachó y hizo lo que creyó conveniente...

-¡Luzu!- el eco era demasiado alto para dudar de que alguien podía estar hay.

-¡Luzu! ¿Me escuchas?- a los segundos de mantenerse sin respuesta, empezó a crecer la desesperanza por su parte.

-Joder Luzu... ¿donde estas?...- el pelinegro se preocupaba de una manera significativa otra vez, poniendóse nervioso y desilusionado.

La conducta que el solía manejar no era esa, no estaba acostumbrado a sentirse tan vulnerable, se sentó en la húmeda tierra, intentando ordenar la informacion que su cerebro no lograba por si solo, era como si le faltara un pedazo de su vida.

Los arbustos que rodeaban su posicion se movían por el viento, y de vez en cuando el chico volteaba por este hecho...
Estaba distraído y derrumbado al mismo tiempo, pasando las manos por su cabeza y elevando su mirada.

Las lagrimas estaban empezando a aparecer sin razón alguna... Se sentía tan mal, aunque creyera que todo estaba bien... ¿que había querido decir perxitaa con que él no había llamado?¿Era alguna de sus estúpidas bromas pesadas? ¿Donde estaba Luzu...? ¿Por que su pecho se sentía tan vacio...? ¿Que haría de esta vida sin él...?

Volvió a creer que podria encontrarlo, y con el corazón atrapado en su histeria, apoyo los brazos para levantarse de nuevo.
Un ruido volvió de los arbustos, pero esta vez, lejanos.

Asustado y sorprendido, volteo su mirada al escuchar un disparo...
Lo ultimo que logro percibir, fue el cañon de una escopeta a lo lejos.

...

-¿Que mierda habrá sido eso tio?
Bueno, igual más ganancia para mi...-

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2191 PALABRAS

HOLIWIS!

¡ADIOWIS!
(No les diré Nada PerrAs DeL inFiernO èwé)

-!NOS LEEMOS!

-♥•♥

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