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"En este mundo, lo oculto, tiene poderes"
Y en efecto, la chica rubia de ojos azules y maquillaje pálido mostró la parte delantera de su cuerpo en una vuelta, sujetando una varita negra con punta blanca, y dedicando su más sincera sonrisa.
El público impactado comenzó a luchar con su propia consciencia, ya que le parecia a todos un acto imposible lo que Lana acababa de hacer.
Ella se mostraba tranquila, y proseguir con su numero era la dedicación, empezando con algo un tanto fuerte de procesar.
Su mano enguantada señaló a la izquierda desde su perspectiva, junto a la varita, la cual brillo al instante.
Su pie se alejo del centro, siendo colocado a unos cuantos centimetros atras, listo para mover toda la estructura a la que estaba añadido.
La ojiazul giró lentamente, desapareciendo cada huella de el anterior acto a su paso, dejando como nuevo el lugar por el que la magia desprendida pasaba.
Nadie se resistió a tal grandeza, sintiendo su corazón salir del pecho por la confusión y asombro, aplaudían emocionados.
Aquel objeto poseído por la rubia, fue lanzado a una altura lejana, y volviendo de nuevo por la gravedad, se quedó sobre la copa del sombrero, en una perfecta línea recta.
La sonrisa apareció en ella, que quieta y silenciosa levantó ambos brazos, quitando su artículo de la cabeza con uno, y la vara con otro.
Lo tomó de ambos lados entonces, presionando fuerte y desvaneciendo por partículas aquel cilindro, terminando sus manos unidas totalmente.
Las abrió, como si hubiese sido nada lo que desapareció, sacando un mazo de cartas limpio y rojizo.
Lo mostró a todos, caminando por un espacio frente a ellos para que vieran mejor, regresando a su posicion y barajando cada trozo de cartón sobre su mano, las lanzó al aire.
Se esparcieron inevitablemente, tomando poder con las sombras y el contraste de colores sobre la habitación gigante.
Ella chasqueo los dedos, incluso a ojos cerrados, sin importarle que pasara fuera.
Las cartas se detuvieron antes de caer, quedando quietas sobre la nada.
Pero ahora todo estaba silencioso, los presentes no querían siquiera respirar para apreciar debidamente la gran actuación a manos de aquella que tan normal y escondida se veía.
La de smoking avanzó lejos de los telones sangrientos en el piso blanco lleno de luz, bajando los pequeños escalones, y a su paso tras ella, todas las cartas.
Hasta el momento no había dicho una sola palabra, ni un pequeño quejido se había hecho resaltar, la chica estaba completamente callada.
Sin embargo, decía mil cosas por medio de sus ojos.
Cosas imposibles de entender...
Era tan diferente a lo que habían visto, que como accion casi inmediata, sintiendo inferioridad, la mitad de la multitud masculina caminó unos pasos atras cuando ella se frenó justo donde ellos.
Observó, con la misma expresión inocente de antes, levantando su mano al mazo repartido, dando como orden el que tomaran una pieza.
Antes de bajar su brazo, lo pasó frente a su mirada, colocando al finalizar el recorrido una venda negra sobre ella.
Cada uno la reclamó, incluso viendo a Lana fijamente por si hacia trampa o no.
Todos la tomaron, y sin avisar, la menor se enteró, desháciendose de lo que obstruía su visión, convirtiéndose esto en humo oscuro y desapareciendo.
Aplaudió levemente llevando las manos bajo su rostro.
Caminó de vuelta hasta su escenario, subiendo la mano al aire, llenandose los espacios faltantes de las cartas elegidas con la copia de las mismas, y haciendo regresar todo el contenido de su mazo.
Inmediatamente las barajó sin ver nada, convirtiéndose en un abanico y realizando un movimiento suave con su indice derecho sobre él, de un lado a otro.
Nadie sabía exactamente que haría, pero tampoco querían preguntar y arruinar la sorpresa, de eso se trata la magia, de la ilusión y fantasía, lo que casi siempre se pierde entre más exploras el conocimiento.
Repentinamente, la rubia tomó una carta.
La sacó, dejándola otra vez sobre el aire, como esperando a sus compañeras.
Sacó otra, y luego otra, otra, hasta que llegó a las 8, cerrando el abanico, y transformándose este en sombras rojizas.
Bajó una de las cartas, sonriendo a los chicos boquiabiertos por no poder procesarlo todo, y la lanzó como una bala hasta el albino.
Se detuvó antes de chocar contra su rostro, dejando que le viera finamente.
Y en efecto, esa era su carta.
A de corazones negros
El trozo blanco de cartón paso como fragancia por su frente, dejando hecho de tinta, un gran corazón invertido y oscuro.
Realizó el mismo proceso con Fargan.
También acertó.
A de diamantes
El diamante se pintó en su mejilla izquierda.
Y rapidamente casi al tiempo, todos recibieron la carta.
No fallo ninguna de ellas.
Pero, no pintó la marca en ninguno de ellos tampoco...
Al terminar, pudieron notar por almenos saber contar, que faltaba una carta...
Pero la chica solo sonrió, tirándola al vacio libre tras la oscuridad.
Milagrosamente, la varita regresó al abrir sus manos, pero esta vez, las abrió más que antes... Mucho más.
La varita ahora era un cilindro de casi metro y medio, color azul oscuro y amarillo.
Tomó impulso hacia abajo, lanzándolo arriba como la primera vez.
El reflector abandonó a Lana, para seguir el paso de aquel objeto.
No tardó en llegar a la cima, donde una más, y la ultima de todas esperaba, tomandoló y acomodando en sus brazos equitativamente.
Apesar de pensar lo que podría venir ahora después de haberlo visto todo, los presentes estaban pensativos por el acto anterior.
Más que nadie el albino, que dudaba de que podria haber significado todo lo que ocurrió, y que solo paso a él y a un tipo raro que ni siquiera conocía.
¿De quien era la carta faltante...?
La morena conocida como Alexa colocó su pie sólido en una cuerda.
Una cuerda frente a ella sumamente floja, lo cual simplemente amerita su nombre espectacularmente.
Respiró sin borrar la sonrisa adornada, comenzando a caminar en ella con delicadeza.
Los ataques de nervios volvían al presenciarla dar saltos leves.
Casi a la mitad del camino, elevó el gran bastón, girando como una hélice sobre ella, siguió, tambaleando más por minuto, pero luciendo con gracia a colores y suavidad en sus pasos.
Se detuvó en el centro, sosténiendose con solo una pierna, y el bastón giratorio.
Temblaba, pero no parecia estar nerviosa o asustada.
Solo se notaba la adrenalina por el brillo en sus pupilas, un mar de emociones se concentraba tras el telón y fuera de él, arrasando miedo en las miradas de atención.
-Va a caerse...- dijo el castaño en susurro.
-Quizás...- el peliblanco contestó acompañado de una sonrisa maliciosa.
Vegetta lo vió confundido.
-¿Es enserio compañero?-
-...-
-Quizás.- Regresó el gesto, y luego fijo su vista arriba otra vez.
-¿No te da mal rollo eso?-
-Quizás.-
-¿Me estas vacilando?
-Quizás.-
-¿Es todo lo que diras?-
-Quizás.- sonrió con los labios cerrados, esperando no volver a ser cuestionado, por que eso era lo único que respondería.
El mayor no dijo nada más, y ignoro el que Willy fuera de esa manera.
No podía dejar de quererlo aunque quisiera.
Alexa detuvó el cilindro, quedando suspendida en la cuerda.
Cerro los ojos, y en un instante muy sorpresivo, aquellos reflectores gigantes iluminaron a un costado lejano, justo frente a la chica, un cañon bastante grande apuntaba desde otra plataforma.
De variados colores y con luces animadas, fue disparado, saliendo en su interior, la chica domadora, esta vez de traje por cuerpo entero, color azul a manchas y dibujos amarillos.
Sonreía mientras viajaba por el aire, nadie interfirío, ya que estaba claro cual era su misión oculta a simple vista.
Levantó las manos luchando contra la brisa salvaje, y a toda velocidad, sujetó por la cintura a Alexa, tirando ésta su elegante bastón antes utilizado a la nada.
Ambas juntas y sujetas cayeron a una gran lona modo de trampolín.
Absolutamente ninguna persona reaccionó a tiempo para los aplausos, puesto que las chicas, todas y cada una de ellas, corrieron al escenario.
Kristina se posó en el centro, tomando de la mano con ambas suyas a Akira y Monica, las cuales subieron uno de sus pies a las rodillas ajenas, elevándose, estirando sus manos.
Ruby y Alexa tomaron de éstas, elaborando una voltereta pisando los hombros de ambas chicas, también estirando los brazos y sujetando mutuamente uno de ellos entre las dos.
Lana subió por detrás de la torre ya formada, quedando encima del todo, con aquel smoking pero sin sombrero.
Dulce llegó de la misma manera, abrazando a la rubia ojiazul, apegándose a su cuerpo.
Y una amplia sonrisa apareció en ella sintiendo como Nieves, la más pequeña y ligera de todas, aterrizaba sobre sus espaldas, metiendo las piernas por los costados en su cuello, y alegre moviendo el brazo, teniendo puesto el sombrero ajeno.
Sonrieron al compás, con una torre gigante y temblorosa de brillo colorido.
Cada uno de los presentes quedaron boquiabiertos, abriendo los ojos con suma emoción, y gritando a ritmo de la lluvia de aplausos.
-Eso fue genial...- el castaño alado expresó animado sin apartar la atención.
-¡Claro que si lo fue!- Luzu habló sonriente juntando ambos brazos y llenandose sus pupilas de brillo.-¿¡Víste Auron?!- el ojirrojo se volvió a la posicion del nombrado, señalando a las chicas que ya se separaban.
-Claro Luzu, que lo eh visto tranquilo.- sonreía sereno, moviendo una mano en señal de calma para su contrario.
-¿¡Verdad que estuvo increible?!-
Auron abrió levemente la boca para responder, pero el albino tras ellos interrumpió.
-No fue la gran cosa...- Su arrogancia por delante lo hacia no llevarse bien con casi nadie.
-Vamos que estuvo muy bueno.- pero, siempre existen excepciones...
El ojimorado lo ródeo por la nuca, uniendo la cabeza ajena a su pecho.
-Sueltame.-
El castaño hizo caso omiso.
Luzu sonrió alegre.
-Respeto mucho su opinión...- realizó una pausa, apareciendo una mirada confundida en su rostro.- Oh, ¿Pero donde están mis modales?.- Golpeó su cabeza suavemente negando.
-Soy Luzu, un gusto conocerlos.- miró a ambos colocando una mano en su pecho.
-Auron...- se refirió así mismo seriamente pero con aura amigable.
Asintieron.
-Soy Samuel De Luque, pero pueden llamarme Vegetta.- Rió poniendo las manos en su espalda educadamente.
El peliblanco lo vio serio, con desesperación interna al ver la confianza que le otorgaba a personas que ni siquiera conocía.
-Willy.- regresó la mirada a ellos, un tanto cortante cruzando los brazos.
No pasó ni un cuarto de minuto cuando se dio cuenta de que estaban observando solo sus ojos.
Los entrecerró frustrado, y decidido a hablar.
-¿Que tanto miran?-
El castaño de ropas negras negó inmediatamente viendo hacia otra parte lejos, intentando no sonar nervioso.
-Nada, solo...- empezaba a sentirse incomodo por las pupilas oscuras clavadas sobre él.- ah... Ya sabes...-
-Yo se muchas cosas, pero tampoco es que sea adivino... ¿Por que mierda me ven así?.-
-Es que... Tus ojos son...-
-Son preciosos.-
Willy miró con confusión a su izquierda, ya que alguien de una voz, desconocida conocida, interrumpió.
Era un chico con plumas y antifaz, llevaba una pequeña cola de caballo sujetando su pelo castaño, y alas salían casi imperceptibles tras él.
El tonto de diamantes.
Otro chico más pequeño, de cabellos azabache miraba serio, molesto quizás.
No estaba seguro de quien lo dijo, pero el mayor parecía querer hablar.
-¿Que?- preguntó enojado.
-Que son PRECIOSOS.- Resaltó esta ultima palabra muy fuertemente, puede que demasiado, sonriendo sereno y acercando su presencia al circulo amistoso.
Vegetta rió falsamente.
-¿Como?- Auron cubrió su boca riendo silencioso.
-¿Y a que se debe esa intensidad?- su acompañante reía también, impresionado por la confianza desprendida.
El albino se quedo cayado, encorvando una ceja y con pena en el pecho por ese comentario.
Le interesaba saber que estupidez diría ese tonto.
-Bueno, ya sabes, no todos los dias se encuentran rubíes saliendo de la oscuridad dentro de los ojos de alguien.-
Su mirada coqueta no desaparecía, y a pesar de esto, el aclamado tampoco tenía efecto alguno.
-No te puedes pasar dos minutos sin joderle la vida a la gente, ¿o si, Fargan?.- el menor habló aparentemente fastidiado, cruzándose de brazos, cabizbajo y apenado.
-Vamos Alesby, que así se rompe el hielo.- dedicó una expresión alegre a los presentes, pasando de largo el enojo de su compañero.
Regresó hasta donde se encontraba al principio, abrazando al pelinegro de gafas y quedando en silencio por un momento.
-Y así se enteran de que eres más gilipollas de lo que pareces.- el peliblanco afirmó seriamente enojado, provocando gestos de sorpresa en los demás.
Excepto Fargan, que rió intentando ocultar la humillación que sentía.
Creo que debí cerrar la boca...
Después de todo, lo que menos quería era problemas con alguien ahora, entonces respiró profundo dejando lo pasado atras.
Sonrió con los labios cerrados, pensando que podía decir para romper el iceberg que se había formado.
Llevaba más tiempo de lo que se imaginó de esa manera silenciosa, así que comenzaba a notar la incomodidad ajena y propia.
Volteó en busca de la primera palabra que se acercase a su mente por ver cosas interesantes.
-Oigan, ¿Y ya vieron a aquel chico?- señaló disimuladamente usando a su compañero de gafas como barrera.-Se ve callado y solitario...-
-¿Deberíamos hablarle?- Luzu interrumpió dudando.
-Creo que tiene sus propios problemas... Y vosotros también los tenéis, solucionen primero los suyos.- reclamó serio.
-Pero que mala actitud joder.- Auron respondió molesto comenzando a caminar hasta el pelinegro de anteojos y cigarrillo.
~•~
Mierda tío...
Mangel daba caladas al tabaco encendido cada cierto tiempo un poco más acelerado de lo normal, sin embargo, tenia una razón.
Nervios.
¿Como demonios él haría todo lo que esa domadora presentó en su acto? ¿Que acaso pensaban que era flash o algo así?
Nunca podria.
Ahora comprendía perfectamente a aquel albino de ojos negros, el cual ni siquiera pudo ver bien por sus cristales hundidos en oscuridad y su pupila de calidad "4K".
Daba casi por muerto todo deseo y toda esperanza para aceptar...
Pero, realmente existía una ventaja, y es que... el odiaba a los animales por igual.
Y estaba dispuesto a intentarlo solo por golpearlos para que aprendieran los trucos.
Era algo un tanto cruel y enfermo, pero...
Eso a ellos no les importó cuando ocurrió la tragedia...
-¡Quédate aquí pequeño!-
No debimos...
-¡Pero--!
-Tranquilo... ¡Voy a volver...!-
Ella no lo merecía...
-¡MIGUEL! ¡VETE!-
Ellos fueron los culpables...
-¡No!-
No debieron existir...
-¡NO! ¡VUELVE!-
Él deberia estar muerto...
-¡MAMI!-
¿Por que no volviste por mi...?
-¡VUELVE!-
Tu lo prometiste...
...
-¡Hey!-
Una voz lo sacó de su sufrimiento inminente, dirigiendo hacia está su mirada con notable pena, ¿Cuanto tiempo había estado con cara de idiota?
Era un chico de los que antes había observado llegar, el de la placa de hierro que se pusó cariñoso con el emo.
Sus ojos bicolor reflejaban confianza, y parecia que estaba por son de paz.
-¿Que pasa?- respondió fingiendo seriedad.
-Bueno, te vez como un tipo reservado, frio, callado; muy genial a primera impresión.- movió su mano explicando la excusa.- ¿No crees que podrías quitarnos ese pensamiento con tu verdadera persona?-.
Confuso, parpadeo analizando lo que escuchó.
¿Eso era insulto o alago?
Queriendo responder algo sabio, notó una cosa nueva en el desconocido; Era un total experto con la psicologia.
-Eso es un si. Por cierto, Auron.- colocó su brazo esperando un saludo.
-Mangel...- correspondío.
Lo llevó junto a él, pasando la mano por su espalda, ya que su estatura era mayor, tratando de no forzarlo o incomodarlo.
Pero al contrario, se sentía bien, ya que hacia mucho que alguien lo tocaba amablemente.
Se preparó mentalmente para socializar al ver a todos juntos murmurando.
Aunque debía admitir que el miedo lo consumía...
Quizás eran igual que todas las demás personas, y a pesar de tener sus propios defectos incluso más grandes que los suyos, iban a infravalorar todo de él...
Quizás le tendrían una trampa solo para humillarlo.
Su nivel de sentimientos positivos se desvanecía rápido.
Llegó al circulo, saludando luego de la breve presentación por parte del pelinegro.
Para su gran suerte, nadie dijo nada o actuó raro respecto a su apariencia, de hecho, algunos hasta mencionaron su manera de vestir como "guapa".
Le gustaba el aura, ademas de que no se encontraba frustrado por la vista brindada en su ojo, la luz no permitía pasar ningún detalle por alto.
La seguridad en él aumentaba.
Pero todo esto se vino abajo, cuando lo vio de nuevo...
-¿Y tu de donde saliste? Te me haces muy conocido...- el albino preguntó con aparente inquietud.
Mangel se quedó en silencio por minutos eternos...
Solo unos ojos negros proyectaban miedo, su mandíbula tensa daba bienvenida a una respiración acelerada, cayendo sudor por su cuello como el filo de un hacha.
¿Quien era él...?
También lo conocía... Lo había visto en otro lado... Tenia una gran barrera que no lo dejaba ver más allá, pero el pasado... La masacre...
Se sentía como sí hubiese encontrado la pieza faltante para su rompecabezas desordenado hace años...
Pero seguía en blanco.
La forma no encajaba...
-¿Mangel...?- El castaño ojimorado llamó preocupado.
Volteó, sin explicaciones.
Él también estaba ahí...
-Ext... do... esp... cim...-
Su corazón se salía del pecho.
-At..e Bestia salvaje...-
Pasaba saliva temblando.
No podía decir nada...
-Gu...mo D..z-
¿Que estaba pasando? Todos llamaban su nombre asustados.
Ese maldito zumbido...
...
-Proyecto X. 15-85 Primera prueba.-
-¡Mangel!-
-...-
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2900 MADA FAKIN WORDS FAKIN
:DDD HOLIIIIIIIII
ESPERO LES HAYA GUSTADO ESTA PEQUEÑA COSA ASQUEROSA QUE CONTINUA LA OTRA COSA ASQUEROSA :"D
Ojala y no los deje en mucho suspenso, no quiero que se la pasen toda la noche pensando en esto :"^
(Aja si como si a alguien le importara hacer teorías de tan baja cosa x"d)
Los amo miLLONES BBS
Y ESPERO QUE ESTEN MUY BIEN! HAGAN EJERCICIO Y LAVENSE LA CARITA CON AWA Y CON JABON UWU
Ahora, nos vemos en el siguiente año bbs <\3
Bueno no xd
Vuelvo más pronto de lo que esperan wapos uvu
♥♥♥
😳🔫🎪👑 los amo mis reyes y reinas uwu
Y gracias por siempre esperar mi mediocre historia ♥Π♥
XXDxD para que se les quite el estrés un poco XD
-NOS LEEMOS
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