30 - Carlos Fuentes
—¿No le gustan los animales?
—No. No particularmente. Quizás porque nunca he tenido uno.
—Son bueno amigos, buenos compañeros. Sobre todo cuando llegan la vejez y la soledad.
—Sí. Así debe ser.
—Son seres naturales, señor Montero. Seres sin tentaciones.
—¿Cómo dijo que se llamaba?
—¿La coneja? Saga. Sabia. Sigue sus instintos. Es natural y libre.
—Creí que era conejo.
—Ah, usted no sabe distinguir todavía.
—Bueno, lo importante es que no se sienta usted sola.
—Quieren que estemos solos, señor Montero, porque dicen que la soledad es necesaria para alcanzar la santidad. Se han olvidado que en la soledad la tentación es más grande.
Aura
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