De bailes, enojos e incomprensiones
De verdad quería bailar aquella noche, pero no pude atreverme a decírtelo. Estabas demasiado concentrando hablándome de lo feliz que te hacía la rana que encontraste en tu jardín. Intenté ser comprensiva y poner una sonrisa en mi rostro, pero es que de verdad quería bailar aquella noche.
De verdad quería bailar aquella noche. Esperaba ese momento desde hacía días; incluso recuerdo haberte comentado lo emocionada que estaba y las ganas que tenía de bailar aquella noche. Pero por supuesto, tú pareces haberlo olvidado porque de lo único que me hablas es de una rana y tu atención está completamente centrada en ello (al grado de que no te das cuenta de lo cansada e incómoda que me encuentro).
De verdad quería bailar aquella noche. Pensaba que tú y yo podríamos pasar una velada encantadora, mas mis esperanzas se desinflaron cuando comenzaste a hablar con otras personas de temas que escapaban de mi comprensión sin hacer amago de incluirme en la conversación o de al menos hacerme sentir mejor.
De verdad quería bailar aquella noche, pero cuando pusieron una de mis canciones favoritas te excusaste con que tenías que ir al baño y me dejaste plantada en medio de la pista de baile. Te esperé, pero tardaste tres canciones en regresar.
De verdad quería bailar aquella noche, así que cuando me lo ofreciste acepté aunque ya estuviera cansada de todo y la canción no fuera de mi agrado. Tus movimientos eran torpes y derramaste un vaso de contenido extraño sobre mí y sé que en realidad no era tu intención pero no pude evitar sentirme terriblemente enojada contigo.
De verdad quería bailar aquella noche pero en lugar de eso me la pasé encerrada en el baño intentando contener las lágrimas porque de verdad quería bailar aquella noche y a veces siento que tú no me escuchas. No fuiste a buscarme porque de seguro te olvidaste de mí o no le diste tanta importancia. No fuiste por mí ni cuando la noche hubo terminado y tuve que caminar sola a casa.
De verdad quería bailar aquella noche. Así que cerré mi habitación de un portazo, me quité los tacones, me cubrí los oídos con música y bailé conmigo misma hasta el amanecer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top