Esperemos juntos un segundo, un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año, una década, una vida si es necesario, pero... por favor, esperemos juntos, porque de nada me sirve esperar sola cuando me va a hacer falta tu compañía, tus risas, tus chistes, tus historias, tú...Esperemos juntos a que pase lo que tenga que pasar, luchemos mientras tanto contra lo que tengamos que luchar, pero por favor no me dejes, mira que necesito de ti, te volviste mi droga más potente, mi vicio más grande, mi anhelo más fuerte, ese ser al cual me niego a perder, ese ser al cual le quiero dedicar toda mi vida en lo posible.

Tal vez suene muy cursi, tal vez de miedo, tal vez sea demasiado fantasioso o tétrico, pero quiero dedicar toda mi vida a esperar la hora de mi muerte junto a ti, porque entre hacerlo sola y hacerlo contigo, elijo sin pensarlo y en todas las opciones, aquella que te incluya, que me permita tenerte conmigo.

Quiero que cada segundo de lo que queda del resto de mi existencia quede para ti, vivir una vida increíblemente preciosa a tu lado, una vida llena de aventuras, risas, éxitos, juegos, besos, peleas, reconciliaciones, reconquistas y todo lo que esto nos implique, para el ser que más amo, para esa personita que se apoderó de mi corazón y de mis ganas de vivir y mi enseñó que cuando estoy abajo, en lugar de sufrir, podía subir con su compañía, esa personita tan hermosa a la cual tengo la fortuna de llamar novio y ante la cual me atrevo a cometer la osadía de proponerle lo siguiente:

¿Quieres esperar conmigo a que llegue la hora de nuestra muerte?