Inosuke volvía de sus vacaciones luego de pasar 5 días solo con su mamá esquiando y jugando con nieve, pero ella se quedaría 4 días más para continuar sus vacaciones con Doma que llegaría de un viaje con su culto.

- Inosuke-kun!! Inosuke-kun me alegro verte – Él estaba por entrar a su casa cuando vio que la mamá de Aoi se acercaba con unas maletas.

- Pensé que ya se habrían ido – Le dijo extrañado.

- Así debió ser, pero Aoi enfermo – Él se detuvo y la miro horrorizado – Mi esposo y mi hijo ya se fueron, teníamos las reservas hechas en las terminas – Le explico.

- ¿Qué le paso? – Solo me fui por 5 días, maldición. – pensó.

- Tiene gripe... ella me dijo que ya estaba bien y que podía quedarse sola. Estoy segura de que lo dijo solo para que me fuera tranquila – Dijo apenada - ¿Puedes ir a verla de vez en cuando? De todas formas la llamare seguido – Antes de que terminara de hablar él ya iba en dirección a visitarla.

- No se preocupe, yo me encargo (1) – Se despidió con la mano y se fue.

- ¡Mañana vendrá Kanao a ver como esta...! – Le grito desde la distancia.

A paso rápido entro a la casa, dejo su bolso de viaje en la entrada y fue directamente a su habitación, pero no estaba ahí, asustado uso sus sentidos para descubrir que ella estaba en el baño por lo que la espero pacientemente afuera.

- Aoi! – Le grito tan pronto abrió la puerta.

- ¡¿Inosuke!? – Dijo asustada – ¿Qué haces aquí? maldición ¡¿tratas de matarme?! – Ella estaba con un pijama grueso y el cabello suelto.

- ¿Acabas de bañarte? – Miro su pelo mojado – ¡Debes secarlo o empeoraras! – La apunto regañándola.

- ¡Eso iba a hacer! ¿¡Pero no respondiste que haces aquí!? – Ya se estaba molestando.

- Tsk... vengo a cuidarte ¿no me ves? – susurro sonrojado. Aoi lo miro sorprendida – Así que ¡ve a secarte ese cabello ahora! –

- ¡Está bien! tsk... de todas formas iba a hacerlo – Busco el secador y se encerró en el baño dando un portazo.

Pasados unos minutos volvió a su habitación donde vio a Inosuke nuevamente intruseando sus cosas, no importaba cuantas veces hubiese estado ahí, siempre encontraba algo que atraía su atención

- ¿Qué haces? ¡Suelta eso! – Le quito de las manos una lampara de lava que le había dado Kanao años atrás. Él ya había roto algunos de sus tesoros.

- ¡Te traje algo! – Le entrego una pequeña bolsita color celeste – Ábrelo, es un regalo de navidad –

- Oh... gracias... no debiste... - Lo abrió con cuidado y adentro encontró un collar con un colgante en forma de mariposa que tenía pequeñas piedras de color azul. – Woooa... es hermoso – Lo miro fascinada – ¡Muchas gracias! -

- De nada, yo soy el que da los mejores regalos – Se apunto con los pulgares presumiendo.

- Ayúdame – Se puso de espaldas frente a él y se levantó el cabello. Él paso el collar por enfrente de ella y lo abrocho por la parte de atrás. – Esta muy lindo de verdad –

Inosuke estaba encantado y agradecía que su mamá lo ayudara a elegir el regalo, miro el cuello de Aoi desde atrás y trago con fuerza, desde que despertó a su lado abrazados en el cumpleaños de Nezuko ya no podía negar lo mucho que le gustaba y las muchas cosas que quería hacer con ella.

- ¿Como te sientes? – Pregunto mirando hacia otro lado, conteniéndose.

- Estoy bien, hace un rato tenía un poquito de fiebre, pero ya se me quito y me siento mucho mejor – Respondió dándose vuelta descubriendo que él estaba completamente rojo con los puños apretados - ¿Tu... estas bien? – Pregunto preocupada.

- Aaaah!! maldición – La abrazo con fuerza alzándola un poco – Te extrañe... pensé que no te vería hasta en una semana más – Dijo ocultando su cara avergonzada en su cabello.

- Yo también te extrañe – Le respondió el abrazo con ternura.

- ¿No estas triste por no ir a las termas? –

- Un poco... pero ahora estoy mejor – Dijo sonrojada – ¿Quieres cenar? Mi mama dejo comida hecha.

- Mmm prefiero la comida de Aoi – Arrugo la nariz con desagrado.

- Si quieres puedo cocinar algo... –

- No seas tonta, estas enferma, vamos a comer ¡y luego vuelves a la cama! –

Comieron hablando sobre las vacaciones de Inosuke en las montañas nevadas y cómo fue que Aoi se enfermó (se quedó estudiando hasta tarde con el cabello húmedo y la ventana abierta), luego fueron al sofá a ver películas tapados con una manta muy juntos, pero no abrazados y pronto llego la noche.

- Ya es hora de que te vayas a dormir – Le dijo mandón cuando la película termino.

- Pero no tengo sueño, no he hecho nada hoy -

- ¿Como te sientes? -

- ¡Estoy bien! Deja de preguntar a cada rato – Ya había perdido la cuenta de las veces que le había hecho la misma pregunta.

- ¡Soy tu cuidador, debo saber cómo estas! – No era la primera vez que discutían durante esa tarde, pero ya lo hacían por diversión.

- ¡Está bien! ¡Ya me voy! – iba subiendo las escaleras cuando noto que Inosuke la seguía – Eh? ¿Te vas a quedar? – pregunto un poco nerviosa.

- ¡Claro! ¿Qué pasa si mueres durante la noche? – Lo decía muy en serio.

- ¡Nada va a pasarme! ¡Ya estoy bien! – Le grito roja. Entraron a su habitación y Aoi se acostó en la cama y él se sentó en el piso.

- Traeré un paño para tu frente – Dijo Inosuke nervioso, en realidad no tenía idea de cómo cuidar a alguien enfermo.

- ¡Pero si no tengo fiebre! – Le respondió gritando.

- Tsk... entonces ¿qué hago para que te sientas mejor? – La miro con una cara tan tierna que ella no pudo evitar sonrojarse.

- ¡Estoy bien!... – Se tapo la cara con las mantas y cerro lo ojos con fuerza intentando dormir, pero sintió un peso a su lado y vio como Inosuke había apoyado su cabeza en el borde de la cama – ¿Estas cansado? –

- ¡Yo nunca estoy cansado! Pero no alcance a llegar a mi casa... me vine directo hacia acá – Explico sin levantar la cabeza.

- Oh... lo siento, si quieres puedes tomar un baño y ponerte cómodo, has pasado todo la tarde cuidándome – Le sonrió amable mientras acariciaba su cabello.

- Mmm... está bien, vuelvo en un rato – Pasada media hora volvió bañado y con un pijama ligero, nada apropiado para el invierno. Se sentó en el mismo lugar que antes.

- ¿Como te sientes? –

- ¡Estoy bien! ¡Ya no tengo nada! – Sinceramente solo le quedaba un poco de dolor en la garganta, nada más.

- ¡Está bien! Tsk... buenas noches! – Le dijo apagando la luz y luego apoyo su cabeza en la cama para dormir.

- ¿Y pretendes quedarte ahí? – Lo miro asombrada.

- ¡Sii! –

- ¡Pero hace frio! ¡Y te dolerá la espalda! – Su habitación tenía la calefacción descompuesta y como su sofá se transformaba en cama no tenía futones para invitados.

- ¡No me da frio! – Respondió terco.

- ¡Está bien! – Espero un rato y toco su espalda – ¡Estas frio! – Él solo gruño – ¿Porque no... duermes aquí? De todas formas, ya hemos... dormido... juntos... - Dijo cada vez más despacio y más roja, él la miro.

- ¿Estas segura? – Le pregunto con ninguna mala intención.

- Ven, acuéstate aquí – Hizo un espacio en la cama y abrió las mantas, él se acostó y le dio la espalda.

Un segundo después de que se taparan ambos sintieron la misma energía magnética que hace unos días y con mucha más fuerza. Ninguno de los dos podía dormir por más que lo intentaran y ya había pasado cerca de una hora.

- Inosuke... estas despierto? – Susurro sin moverse.

- Si... no puedo dormir, supongo que mejor dormiré en el piso... - Iba a levantarse, pero ella lo detuvo, se dio vuelta y la miro de frente. Había querido mirarla desde un principio, pero no había tenido el valor.

Se miraron a los ojos en silencio, sonrojados, e Inosuke se dejó llevar por uno de los tantos impulsos que sentía en ese momento y miro sus labios, agrietados por la gripe, pero brillantes por el bálsamo que se había colocado. Sentía que ya no podía controlarse y rápidamente se acercó para darle un pequeño besito.

- Yo... lo siento... mejor me vo... - No puedo terminar porque Aoi le tomo una mejilla con los dedos por detrás de su oreja.

- Yo no lo siento – Lo atrajo hacia ella y se dieron un beso cargado de pasión que los dejo sin aliento.

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1.- Con el tiempo Inosuke le había agarrado mucho cariño a la familia de Aoi, que lo trataba como uno de ellos a pesar de sus malos modales.

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Gracias por leer <3

( ͡❛ ͜ʖ ͡❛)