O2

En la mañana JungKook despertó a centímetros del rostro ajeno, con los brazos ajenos sosteniendo su cintura, el rubio parecía muy cómodo mientras descansaba anclado al menor, este se perdió en la extraña sensación que era tener al otro cerca, era... no normal al menos, ya se había acostumbrado a estar solo la mayor parte de su tiempo que de repente tener a alguien tan cerca, inclusive abrazandolo mientras duerme, era no normal para él, sin embargo no es que le molestara, esa noche no durmió con ninguna manta que lo cubriera y aún así no tenía frío, TaeHyung era cálido, la sensación era cálida. Se quedó un rato observando el rostro durmiente, escuchando su respiración, notando el lunar en su nariz, en la mejilla y bajo sus labios, realmente el rubio si es atractivo, sería una amarga mentira decir que no lo era, no quiso tocarlo así que se apoyó en sus manos viendo detalladamente al ajeno, bajando la vista hasta llegar a los puntos de su cuello que ahora era una gran cicatriz ¿había hecho bien en traerlo a la vida, no?, le hubiera gustado estar más tiempo en esta inusual forma pero lamentablemente este tenía clases y no podía darse el lujo de faltar sólo por complacer esta bonita sensación. Así que uso una almohada de reemplazo de su cuerpo, asegurándose que el otro no se despertara mientras él se alejaba y la almohada ocupaba su lugar, se arregló y se tomó el tiempo de dejarle notas en papelitos de colores.

Hecho aquello, antes de irse se preguntó qué estudiaba TaeHyung antes de ser suspendido ya que él, supuestamente, ya había muerto. Con una mirada más al cuerpo durmiente que yacía sobre su cama se marchó.

Al abrir sus ojos, el rubio se encontraba solo en aquella habitación, al no ver al pelinegro a su lado se alarmó un poco, buscándolo arduamente con la mirada se sentó inmediatamente notando en ese momento que tenía un papel rosa pegado en la frente.

"Muñeco, ¿dormiste bien? Tengo que ir a clases hasta tarde, por favor no salgas de la casa, te deje estos post-it por alrededor en lugares que creo que vas a estar por si no sabes cómo usar o dónde encontrar ciertas cosas.

¡No rompas nada! Atte. JungKook

PD: espero que recuerdes leer porque sino esto fue un esfuerzo en vano"

TaeHyung sonrió ante lo último, al menos aquello sí lo recordaba, sólo el habla se le había atrofiado para su desgracia.

Cuando se levantó fue directo a la puerta de la habitación para salir sin embargo al momento de empujar esta no abría, por más que intentara no podía, intentó un par de veces más esperando que resultara ¿JungKook la había dejado con llave? ¿Qué haría si eso era cierto? la desesperación se adueñó de él rápidamente empujando cada vez con más fuerza, en un fuerte empuje su mano siguió de largo junto con la perilla atravesando la puerta, preocupado la soltó y retrocedió notando que la dichosa puerta se abría por sí sola ya que no tenía ninguna cosa que la mantuviera en su lugar, en ese momento TaeHyung se dió cuenta de un gran error.

Debía tirar no empujar, la puerta abría para adentro.

TaeHyung hizo una mueca notando que ya había roto algo, fue en busca de la perilla que dejó botada en el suelo del pasillo e intento ponerla de vuelta sólo logrando hacer un poco más grande el agujero, tragando duro y sin saber que hacer la dejo al lado de la puerta rota y bajo con cautela las escaleras como criminal que huye de su delito.

Su nuevo objetivo era ir a comer, sentía su apetito por las nubes. Vio todos los post-it de colores fluorescentes indicándole dónde se encontraba la cocina y en donde encontrar comida lista para comer, había uno en particular que decía "NO INTENTES COCINAR" lo dejó de lado acatando la orden mientras iba a devorarse algunos alimentos del refrigerador.

Encontró un trozo de carne en el congelador, normalmente no lo consideraría una comida sin antes que esta fuera cocinada pero desde que despertó de la muerte parte de él había cambiado, esta misma fue la que lo impulsó a sacar aquel trozo y devorarlo como si fuera un animal.

Su hambre fue saciada mientras que alrededor de su boca y sus manos estaban llenos de la sangre de aquel trozo de carne, ver el líquido rojo le trajo malos recuerdos los cuales le hicieron respirar nervioso, lo má tranquilo que pudo se dirigió al baño para lavarse, fue la primera vez que se veía en un espejo desde que volvía a la vida, su rostro seguía siendo el mismo a diferencia de su ojo izquierdo el cual el iris había adoptado un tono claro casi blanco pero llegando más a un gris, aunque ya sabía que su cuerpo fue creado por piezas ajenas, aprovechó de desnudarse y verlo por sí mismo, partes de él seguían ahí y otras evidentemente no, a parte tenía costuras por varias partes incluso si no era para unir extremidades, fue cosido como un muñeco de trapo y eso le hizo sentido en el apodo que le dio JungKook.

Volvió a vestirse, con una pena y angustia en su corazón palpitante de saber que estaba hecho de sus fallecidos amigos pero como el pelinegro le dijo, debía superarlo, no es como si pudiera lamentarlo el resto de su, segunda, vida.

Fue a la sala notando un retrato familiar, ahí se mostraba la peliblanca que vio ayer, un tipo parecido a JungKook pero más adulto, una pareja de casados evidentemente más viejos que los otros y por supuesto el mismo JungKook, supuso que era su familia, sonrió con la misma tristeza que ya albergaba, su única familia era su madre la cual no se llevaría el premio a la mejor madre, nunca le tomaba en cuenta y creía ferviente que amaba más su botella de alcohol que a su propio hijo, no se equivocaba, era por esto que casi siempre se valía por su cuenta y fue mérito de él conseguir una beca para estar en la universidad, su sueño de ser un profesor para niños que son como lo fue él había muerto cuando el bus se había volcado, y ahora estaba en la casa de un chico de quién tuvo un flechazo intentando crear otra vida, la cual no sabía cómo iba a ser.

El día se basó en él vagando por la casa del menor, por una ventana notó que poseía un gran patio que le gustaría ver pero como no podía salir por órdenes previas no lo hizo, en lo que duró el día lo único que hizo fue analizar cada cuadro que encontraba pero sin tocar nada, fueron las seis de la tarde cuando el pelinegro llegó a la casa con su cabello amarrado en un moño.

JungKook suspiró aliviado de aún ver a su pequeño –no tan pequeño ya que era un poco más alto que él– frankenstein en la casa, estuvo gran parte del día pensando que probablemente se había escapado, TaeHyung lo saludó con un gesto de mano sonriendo tímido, el contrario le saludó mientras tiraba sus cosas en el sofá.

Tenía unas ganas de dormir gigantes, a veces estudiar medicina era agotador, al pensar en eso recordó haber despertado con el otro abrazándole, recordando la sensación que tuvo antes de irse, hace mucho tiempo que él vivía solo y sin su familia, sentir a TaeHyung con él fue extraño pero se sintio reconfortante, estuvo a punto de pedirle al rubio que descansara a su lado sin embargo apenas ambos se conocían lo suficiente como para decirlo con tanta confianza así que sólo decidió subir al piso de arriba anhelando su cama.

Cuando llegó se sorprendió de encontrar su puerta rota, frunció el ceño, era muy bueno para ser verdad, lo primero que le dijo fue que no rompiera nada y fue lo primero que hizo, justamente TaeHyung apareció detrás de él mirando la misma puerta rota gruñendo bajito dando notar que lo sentía.

El menor se giró a darle cara y le habló— Rompiste la puerta de mi habitación, ah, ¿por qué siquiera pensé que no romperías nada? —habló para sí mismo viendo de reojo como el mayor lo miraba apenado—, ¿qué pasa si entran a robar mientras duermo? Seré blanco fácil —exageró, mientras se adentraba al cuarto mirando con desdén su puerta rota.

Al escuchar la situación planteada, a falta de palabras TaeHyung hizo puños en sus manos poniéndose en posición de pelea, fingiendo que había un ladrón comenzó a golpear el aire. El pelinegro lo captó luego de un par de segundos intentó reprimir una sonrisa ante la gracia que le hacía verlo.

—Oh. ¿Quieres hacerme de guardia personal? —TaeHyung se detuvo para asentir con una sonrisa geométrica, JungKook lo observó con cierta ternura, él tenía una linda sonrisa—. Pues..., pensándolo bien tienes fuerza sobrehumana así que le doy un punto a tu idea... mm, dormirás conmigo entonces —aseguró.

Claro, era porque necesitaba seguridad en la noche y en sus horas de dormir que aceptó que el rubio durmiera con él en la misma cama, no porque de cierta manera le gustara sentirlo cerca, no era tan desagradable ahora que no se portaba como bestia ante cualquier cosa.

Fue así como dejaron el tema de la puerta de lado y ambos se acostaron logrando que JungKook durmiera casi al instante y con una sonrisa al sentir los brazos del mayor rodearlo, por otro lado el rubio no durmió en ningún momento sólo se dedicó a disfrutar la cálida sensación del otro, se tomó el tiempo de pasear sus dedos por sobre su abdomen en una muestra de caricia, no aplicaba tanta fuerza pues no quería hacerle daño, no a él.

Los días pasaron, ambos cada vez se volvían más cercanos, de cierta forma JungKook aprendió a descifrar lo que significaba cada gruñido que TaeHyung lanzaba, incluso solía bromear que hablaba gruñonés gracias a él, a la vez también se acostumbraba a la compañía de éste y las formas de actuar que tenía, que en sí eran bastantes normales a parte de tímidas en ciertos aspectos o cuando tenía un ataque de pánico que eran los momentos en los que más se había especializado. JiMin solía preguntarle de vez en cuando cómo estaba su amorcito, el pelinegro disimulaba el disgusto que sentía ante la pregunta y le respondía que aún no era seguro tenerlo, era una mentira, TaeHyung se portaba maravillosamente pero JiMin no tenía porqué saberlo.

Un día JungKook llegó con un regalo para el rubio, quien al enterarse le brillaron sus dos ojos de distinto color, rompió el papel que lo envolvía de un solo movimiento, encontrando una especie de teclado con forma infantil y algunas teclas con caras de animales.

—Es para que aprendas a hablar mientras no estoy aquí —dijo el menor juntando sus manos, era un juguete para niños pero que él encontró bastante útil para su muñeco—, si tocas una tecla sonará el sonido de ésta y así de apoco imitando el sonido podrás decir palabras o incluso frases.

Por supuesto que JungKook nunca veía la gracia de estos aparatos infantiles pero ahora creía que era el mejor invento de la vida ya que si funcionaba como creía, TaeHyung podría lograr hablar en cualquier momento.

TaeHyung luego de escuchar al contrario miró el aparato de colores primarios, apretó la tecla que tenía la figura de una vaca y se escuchó:

«La vaca dice Muu»

Primero se escuchó un gruñido, TaeHyung lamió sus labios y volvió a intentarlo— M... —otro gruñido— mmm... m-mu —cuando logró hacerlo miró a Jungkook quien le aplaudió.

—Ves que puedes hacerlo, sólo necesitas práctica, muñeco —le dijo sonriéndole.

Esa tarde mientras JungKook estudiaba en su habitación, TaeHyung uso el aparato en la sala aprendiendo a decir algunas letras, no logró todo como esperaba pero estaba dispuesto a esforzarse, él tenía muchas ganas de decir una en especial.

Estos días que había pasado junto a JungKook sólo reafirmaban lo mucho que gustaba del otro, las facetas que había visto del menor en su tiempo de estadía le habían llamado la atención completamente, solía mirarlo constantemente con interés o sólo porque le gustaba verlo, provocando que el otro se pusiera nervioso.

—¿Por qué me miras tanto?— recordó una vez que JungKook estaba estudiando y él lo miraba en silencio, era lindo observar su cara de concentración con su ceño fruncido y labios abultados, al escuchar la pregunta él levantó los hombros—, mh, ni siquiera sé porque te pregunto, no es como si fueras a responderme —dijo con gracia mientras veía al otro fruncir el ceño y gruñir—. Oh, vamos no te enojes, seguro estas mirandome porque soy increíblemente guapo ¿no es así? —intentó sonar como burla pero TaeHyung le sonrió al decir eso con aire coqueto— Espera, ¿es así? —dijo esta vez sin bromas y ciertamente impactado, fue entonces que observó al ajeno levantar los hombros y con un guiño se fue a otra parte de la casa dejando al pelinegro con las mejillas rojas.

El rubio creía que era tierno a pesar de no querer demostrar que era así, incluso cuando solía ponerse sarcástico, en el fondo JungKook era un gran chico y solía preocuparse mucho por TaeHyung como la vez que estaban en la cocina y el mayor intentó ayudarlo cortando vegetales pero terminó cortándose su dedo por accidente (ya que evidentemente ver a JungKook bailar mientras cocina era mucho mejor que ver como cortar los vegetales) la sorpresa de haberse sacado el dedo con el cuchillo no le dejó procesar el dolor que comenzaba a tener en la mano, JungKook en cambio tomó las riendas de la situación calmandolo antes de que se pusiera violento y procurándose de que no pasaría nada dándole pequeñas sonrisas que sin saberlo hipnotizaban al rubio, aquella vez vio como JungKook con hilo y aguja le cosió su índice izquierdo de vuelta a su mano y esparcía aquel extraño lodo, y ¡ta-da!, su dedo funcionaba como si nada hubiera pasado, aunque desde ese día ya no podía usar cuchillos por orden del pelinegro.

TaeHyung ansiaba poder ser un buen chico para JungKook, sabía que de cierta manera era un monstruo, por mucho que el menor nunca lo tratara como uno, se preguntaba si lo llevaba en mente cada vez que lo veía, quizás el menor no querría salir con uno, hablar probablemente le daría más humanidad y el pelinegro se fijaría en él, algún día esperaba que JungKook lo mirara con amor.

Lo máximo que había logrado con el otro era que cada vez que se saludaban, TaeHyung se acercaba a abrazarlo y darle un sonoro beso en la mejilla, JungKook por supuesto al principio se sorprendía y no sabía exactamente cómo reaccionar con ello pero terminó por acostumbrarse a que el mayor hiciera aquello, no era tan malo, sólo era un besito en la mejilla.

Desde que se besaron en el suspiro de vida, sus labios nunca volvieron a encontrarse y mientras más tiempo pasaban juntos más ansiaban hacerlo, pero era como un deseo secreto para ambos, no creían que el otro quisiera, JungKook ni siquiera estaba seguro de hacerlo ¿estaría mal? En el fondo sabía que no hizo a TaeHyung para él, desde el comienzo habían sido para JiMin, un día su pequeño amigo vendría y se llevaría al rubio con él, dejando a JungKook solo, ya ni siquiera recordaba cómo era sentirse así por lo que apegarse tanto al rubio no parecía la mejor idea.

Pasó una semana, JungKook llegó de la universidad a su casa y no encontró a TaeHyung en la sala como usualmente pasaba, buscó en todo el primer piso pero no lo vio, tampoco escuchaba nada para darle una indicación de dónde se encontraba el mayor, subió al segundo piso yendo directo a su cuarto.

Para su alivio TaeHyung estaba sentado en su cama con el aparato infantil que le habían regalado.

—Dios mío, muñeco, no me asustes de esa forma —dijo arreglándose su crop top negro y soltándose el cabello en señal de alivio—. Pensé que te habías ido o algo te había pasado, de paso ni siquiera emites ruido, muy inusual por cierto-

TaeHyung quien se mordía el labio guardando su sonrisa soltó una palabra que interrumpió al pelinegro.

—Jungoo

El menor dejó de hablar mirando sorprendido al otro— ¿Qué dijiste?

—Jungoo... Jungook... Junguk —repitió esta vez creyendo que lo había dicho bien.

El nombrado abrió la boca con sorpresa tapandosela con sus propias manos, era la primera vez que oía decir a TaeHyung una palabra, porque sí realmente el otro no había dicho otra palabra que "mu" desde que le dio el juguete y eso no era exactamente una palabra era el sonido de un animal, para la sorpresa del pelinegro la primera palabra del mayor había sido su nombre.

Sonrió en grande para sentarse frente al otro, agarró su rostro con sus manos con notable emoción sin querer aplastandole los cachetes haciéndole abultarlos labios pero al mayor no le importo y solo supo sonreír por la reacción contraria.

—Dilo de nuevo —dijo a centímetros de su rostro.

—Junguk, Junguk, Junguk —repitió el rubio contento, el de verdad se había esforzado en poder aprender a decir el nombre del otro desde la vez que le regaló aquel teclado para niños.

JungKook sonrió emocionado mientras abrazaba a TaeHyung felicitándolo por la primera palabra, TaeHyung devolvió el abrazo rodeándole su cintura sintiendo la piel ajena contra sus yemas. En la mente del menor sólo pasaba la idea de que él fue la primera palabra que TaeHyung decidió decir, por alguna razón se sentía especial por aquello, sentía una gran felicidad que lo guió a hacer cosas que normalmente pensaría más de dos veces antes de hacerlas.

Se separó un poco de TaeHyung solamente para volver a unirse a él pero pegando sus labios con los ajenos, cerró los ojos comenzando a mover sus labios sobre los belfos contrarios dejándose llevar por el momento, el rubio abrió muy grande los ojos al sentir ese contacto tan anhelado, no perdió tiempo en cuanto sintió como los dulces labios de JungKook se movían sobre los suyos y le correspondió, ambos sintiendo unas agradables cosquillas en su cuerpo.

Aquello duró sólo unos segundos que se sintieron horas, al separarse JungKook quien tenía una gran sonrisa se transformó en una más sorprendida cuando se dio cuenta de lo que hizo.

¡Besó a TaeHyung!

No sabía si estaba bien aquello, por mucho que la sensación fue maravillosa, no pudo evitar pensar cómo le diría esto a JiMin, cómo reaccionaría TaeHyung, qué sería de ellos dos ahora.

Pero sus pensamientos se cortaron cuando el rubio se acercó nuevamente para besarlo y terminar por empujarlo sutilmente hasta acostarlo encima de la cama, correspondió el beso al instante, de nuevo les invadió a ambos esa hermosa sensación que hacía palpitar sus corazones a un nuevo ritmo sincronizado. Las manos de JungKook subieron hasta enredarse en las hebras rubias de TaeHyung mientras éste acariciaba el costado del menor con una delicadeza que no era muy normal en él.

Cuando necesitaron aire se alejaron pero sólo para respirar, el mayor apoyo su frente con la contraria mientras los dos se miraban a los ojos.

—Junguk —dijo con su voz algo más ronca y profunda.

—Muñeco —susurró perdido en sus ojos bicolor.

—Junguk —repitió frotando su nariz con la otra, haciendo sonreír al nombrado.

—TaeHyung —suspiró, comprendiendo en ese momento todo.

En un principio TaeHyung se habían interesado en él en la fiesta, teniendo cero de química con JiMin. Cuando TaeHyung murió, él fue quien lo revivió, él fue quien lo creó, él fue quien se quedó a cargo del rubio, él fue el que lo cuido, él fue donde TaeHyung encontró paz, fue la primera palabra que éste quiso decir, él fue quien TaeHyung quiso besar y él es la persona en la que el rubio frankenstein cayó enamorado.

JiMin no hizo ni fue ninguna de esas cosas, seamos honestos, desde el inicio JiMin y TaeHyung jamás hubieran funcionado, estaban destinados a fracasar.

—A la mierda JiMin, tú eres mío —susurró acariciando la mejilla ajena.

TaeHyung no entendió lo que acababa de decir, ¿quién era JiMin? No recordaba a ninguno, no le quiso dar más importancia y se centró en lo que continuó, «tú eres mío» sonrío ante ello, JungKook también era de él. Se pertenecían mutuamente.

Agachó su cabeza hasta volver a capturar los labios del contrario, se besaron dulcemente por un prolongado tiempo, ahora que ya no se ponían barreras iban a dejar fluir todo aquello que se guardaron.

El menor se tomó la libertad de morder el labio inferior de TaeHyung con cierta fuerza, a pesar de no sentir necesariamente dolor, éste entre abrió sus labios mientras gruñía bajo para dejar entrar la lengua de JungKook en su cavidad bucal.

El beso se torno más profundo, donde sus lenguas y salivas se habían introducido al juego, mientras ellos prácticamente se comían la boca sus cuerpos buscaron un roce, lo que llevó a ambos empujar sus pelvis hasta que éstas chocaron haciendo gemir a ambos chicos, continuaron así, besándose y restregandose por encima de la ropa durante unos minutos.

—Mío —susurró JungKook al separarse.

—Mmm... —TaeHyung intentó decirlo pero terminó gruñendo mientras sentía la entrepierna del otro restregándose contra la suya.

—Vamos muñeco, tú puedes —dijo entre jadeos sintiendo la dureza del mayor crecer, oh dios, él había armado ese cuerpo y sabía que aquello provenía originalmente de TaeHyung.

—Mí... ah, mmí-o, mío —las manos del otro comenzaba a pasearse por el torso de su amor—. Mío, Junguk mío.

—Así es, muñeco, soy tuyo —dijo comenzando a desabrochar la camisa colorida del ajeno—. Al igual que tú eres mío.

Ambos sonrieron para unirse nuevamente en un beso, el beso era profundo y descuidado, sus manos recorrían el cuerpo ajeno buscando librarlo de la innecesaria ropa. JungKook una vez terminó de desabrochar la camisa la deslizó por los hombros de TaeHyung hasta poder quitársela y así sus manos tener vía libre a tocar el torso del rubio, pasearon por cada trozo de piel que encontró, acarició cada sutura, cada cicatriz, cada parte del chico que no era suya pero que ahora le pertenecían.

TaeHyung paseaba sus manos por debajo del crop top de JungKook, acariciaba cada trozo de piel que tocaba con sumo deleite, al presente impedimento de que el nombrado no subía los brazos para quitárselo, no tuvo mejor idea que rasgar la prenda de ropa y sacarla a fuerza bruta, el pelinegro abrió los ojos en medio del beso sorprendido de que el mayor acabara de romper su crop top pero por otra parte no sintió ningún disgusto por ello ya que encontraba sexy el hecho de que TaeHyung le saque la ropa con tal agresividad.

Una vez ambos con el torso desnudo se abrazaron entre su beso sintiendo la piel desnuda del otro tanto en sus propios torsos como en las palmas de sus manos que recorrían a gusto la tersa piel ajena, TaeHyung habían comenzado a dar pequeños vaivenes inconscientemente sobre JungKook y éste lanzó un gemido que fue ahogado por la unión de labios, el mayor se separó de los hinchados belfos del menor para dedicarse a besar el cuello del mismo.

TaeHyung intentaba ser lo más delicado que pudiera pero realmente no le resultaba, después de dejarle unos cuantos besos húmedos en el blanco cuello de JungKook le dejó unos cinco chupetones alrededor mientras sus embestidas falsas se hacían cada vez más potentes, el pelinegro se aferraba a los hombros del mayor sintiéndose duro bajó su pantalón soltando un montón de jadeos por la sensación.

Mientras el mayor iba bajando sus besos por el pecho de JungKook sus manos fueron bajando hasta toparse con los pantalones y boxers del otro, mientras su boca se encontraba con los rosados pezones y se dedicaba a lamerlos, sin pensarlo mucho agarró el borde de la tela con fuerza para tirarlos fuera del cuerpo ajeno, JungKook un poco perdido en el placer al fijarse de aquello intentó detenerlo.

—Muñeco, ah... espera n-no —pero fue muy tarde, sus pantalones y ropa interior estaban hechas trizas en el suelo, él simplemente le acababa de joder todo un conjunto a fuerza bruta.

Al encontrarse completamente desnudo en sólo un movimiento de mano, JungKook se sintió asombrado, excitado en gran parte, pero asombrado.

Más chupones fueron esparcidos en su pálido cuerpo como si él fuera el lienzo y TaeHyung un pincel, las grandes manos fueron a descansar en el hueso que sobresalía de las caderas de JungKook mientras lamía alrededor del ombligo muy cerca de la pelvis ajena, apoyó su lengua bajó el ombligo e hizo un trayecto bajando, en el proceso lamiendo el costado del erguido pene hasta llegar a la base de este.

TaeHyung observó a JungKook quien estaba sonrojado, excitado y expectante a lo que iba hacer, sonrió dulce pese a la situación y no dudo en engullir la dureza ajena en su boca a la vez que llevaba una de sus manos a la línea entre los glúteos del pelinegro para apoyar su pulgar sobre la entrada y comenzar a masajearlo exteriormente en círculos.

—Oh dios...

JungKook tiró su cabeza hacía atrás ante las sensaciones, sus piernas temblaron un poco al sentir como el mismo pulgar que le masajeaba de vez en cuando se adentraba levemente para luego salir y seguir con el movimiento, sumándole a la gran sensación de la boca caliente de TaeHyung rodeando su intimidad hacia que todo subiera de nivel.

Sus manos agarraron las hebras rubias mientras observaba el rostro del contrario subir y bajar, succionar, lamer el glande y volver a bajar. El pulgar de TaeHyung comenzó a dar constantes y pequeñas penetraciones de que a pesar mantenían jadeando al pelinegro lo dejaba con ganas de más.

Como si su mente fuera leída, TaeHyung se detuvo alejando su mano y rostro obteniendo un hilo de saliva que aún lo mantenía unido a la otra intimidad, JungKook lanzó un quejido que cortó en cuanto notó el gran bulto que se escondía detrás de la tela del buzo negro del rubio.

Sus ojos se agrandaron cuando esta prenda desapareció dejando todo aquello a la vista, siendo honesto de todas las veces que había visto desnudo a TaeHyung nunca le prestó tanta atención a su entrepierna pero ahora...

«Mañana no camino» quizás fue lo primero que pasó por su cabeza.

TaeHyung volvió a inclinarse hasta él para besarlo de forma salvaje, JungKook envolvió sus brazos en su cuello a la vez que enterraba sus uñas en la espalda ajena buscando estabilidad, de igual manera envolvió sus piernas alrededor de la cadera ajena sintiendo como la intimidad ajena presionaba contra su cuerpo. Él mismo comenzó a moverse para incitar a TaeHyung a continuar, obteniendo varios gruñidos por parte del otro al hacer esta acción, JungKook se sentía satisfecho de provocarlo.

Sintió las manos del rubio en sus muslos, acomodo sus piernas de tal forma que su entrada estaba totalmente a la vista y accesible, deshizo el beso para mirar, sonrió con perversión notando cuan entregado y sexy lucía JungKook bajo suyo con las piernas abiertas, guió su pene al agujero del menor, teniendo la dificultad de adentrarse puesto que el otro no había sido dilatado antes, luego de algunos intentos parte de su glande entró, sin esperar más de una estocada se hizo paso por las paredes anales del otro hasta hacer saltar a JungKook cuando llegó a la base de su pene.

Con gran evidencia, el contrario grito del dolor por la primera brusca embestida, sus ojos lagrimearon y su respiración se aceleró debido al ardor y desgarro que sintió, TaeHyung se preocupo al ver las lágrimas ajenas así que se acercó a besar cada una de ellas mientras sus manos se paseaban por todo el largo del desnudo cuerpo ajeno dando caricias para tranquilizar al pelinegro que ahora temblaba pero por las razones incorrectas.

Le dejo un pequeño beso en los labios ajenos, JungKook volvió abrazar el cuello de TaeHyung, tomó una gran bocanada de aire que luego exhaló con lentitud, repitió aquello un par de veces mientras sentía las caricias y los besos que el rubio le daba para tranquilizarlo, a pesar de todo el dolor que sentía, su excitación seguía siendo la misma y su erección no había bajado lo cual consideraba extraño ¿acaso era masoquista? pero no quiso darle más vueltas, acercó sus labios al lóbulo del rubio dejando un beso para luego susurrarle:

—Sigue.

Escuchó aquel grave gruñido sintiendo la embestida en su cuerpo era casi tan dolorosa como la primera penetración, indudablemente TaeHyung no sabía ir suave por mucho que lo estuviera intentando. Más embestidas se sumaron logrando sacarle varios gemidos tan placenteros como por dolor, su cuerpo rebotaba en cada penetración, TaeHyung jadeaba y gruñía en su oído, el mayor sentía las uñas de JungKook clavarse en su espalda e ir rasguñando dejando seguramente un camino rojo en ella, sentía como las paredes anales le seguían apretando deliciosamente y todo se complementaba con los ruidosos jadeos y gemidos del menor bajo suyo.

Hubo un momento en el que el mayor sostuvo las caderas contrarias lo suficientemente fuerte para que este no se moviera tanto y dio una embestida que tocó la acumulación de nervios que hizo delirar a JungKook, haciéndole arquear la espalda y dar un sonido obsceno en sus labios.

—Joder, joder, joder, jodeer ¡TaeHyung! Justo ahí, oh mhg, sí, ¡sí!... —las embestidas habían tomado más precisión e incluso más dureza, los dedos de los pies de JungKook se mantenían curvados a la vez que sus piernas temblaban apretando inconscientemente la cadera de TaeHyung.

El cabello del menor solía moverse junto con él en cada estocada, estaba desordenado, hecho un lío, parte de el esparcido en las sabanas y otra pegada a la cabeza del dueño por el sudor, los pezones de JungKook estaban erizados y su pene erecto, desatendido desde hace unos largos minutos reposaba hinchado en su abdomen mojando con todo el presemen que desbordaba, el único ruido percibido en la habitación era el obsceno además de erótico sonido de sus cuerpos chocando como si fueran húmedos aplausos, combinado con los gemidos, jadeos, gruñidos y gritos que ambos lanzaban en el acto.

JungKook bajó una de sus manos para masturbarse siendo aún penetrado duramente por el rubio de ojos bicolor que lo observaban con deseo, se sentía tan cerca que por tanto placer ya ni siquiera creía estar en sus cinco sentidos, es más ni siquiera creía seguir estando en ese mundo, TaeHyung amortiguo todos sus ruidos en un descuidado beso, en medio de aquello, el pelinegro se sintió totalmente cerca, tenso todo su cuerpo y en un quejido en medio del beso que le hizo escurrir parte de su saliva se corrió manchando tanto su torso como el de TaeHyung con su semen.

El mayor continuó un par de segundos después de que JungKook llegará a su límite sintiendo el cuerpo ajeno temblar bajó suyo y soltar pequeños jadeos, el menor lucía un desastre bajó él, su cabello desordenado, su rostro sonrojado, sus ojitos mojados, sus labios rojos e hinchados, su blanquecino cuerpo decorado con varios chupones, ensuciado con su propio semen y la marca de los dedos de TaeHyung en su cadera, faltaron un par de embestidas para que este se corriera dentro del pelinegro.

Ambos respiraron pesado al terminar, al salir de su cuerpo TaeHyung notó como sangre y semen se escurría por el maltratado agujero de JungKook, sintiéndose algo culpable y a falta de palabras se acercó al contrario.

—Junguk —suspiro dejando un camino de besos subiendo desde el abdomen, recorriendo su pecho, sus claviculas, su cuello, pasando por la quijada, dejando un beso en ambas mejillas y finalmente besar sus labios.

TaeHyung intentaba ser dulce, no quería que aquello sólo fuera sexo o se iba a sentir muy mal, quería que a pesar de todo JungKook lo viera como alguien con un corazón al cual amar y no como una versión de frankenstein a quien ahora podía usar para complacerse.

El pelinegro tiró su cabello hacía atrás dejándolo detrás de su oreja y se giró a hacer contacto visual con los ojos bicolor, sonrió dulce y con su rostro cansado acariciando la mejilla ajena, dejo un besito en los labios ajenos y lo rodeó con sus brazos dispuesto a dormir.

TaeHyung sonrió abrazando de vuelta al menor dejándole un montón de besitos en su rostro mientras el otro caía en sueño, JungKook durmió sonriendo recibiendo con gusto ese tipo de atención que nunca antes había recibido descubriendo lo bonito que se sentía.

❖ ❈ ❖

Los días que pasaban ambos habían cambiado su forma de relacionarse, habían incrementado su confianza y en el ámbito amoroso avanzaron varios pasos comportándose casi como una pareja, solían coquetearse todo el tiempo, compartían besos y abrazos, JungKook nunca pensó que sería tan divertido enamorarse. TaeHyung había puesto mucho esfuerzo en aprender a decir más palabras, graciosamente sonaba como tarzán pero al menos se le entendía mucho más, lo necesario para poder comunicarse sin la gran necesidad de gruñir cada dos segundos, JungKook siempre feliz de sus avances le felicitaba con un beso cada palabra nueva.

Se podría decir que era como un padre orgulloso pero pensar en aquello se volvía muy turbio considerando en todo lo que hacía con el rubio no eran realmente acciones de padre e hijo, más bien parecían una pareja primeriza, así que quizás un novio no-oficial orgulloso podrían ser las palabras correctas.

A veces, cuando el menor tenía que estudiar se sentaba al lado del mayor (o en su regazo por obras del destino) y le leía en voz alta todos sus temas de medicina, TaeHyung y apenas entendía pero le gustaba escuchar al menor hablar y leer tan concentrado, le gustaba verlo cuando no se arreglaba tanto y usaba grandes polerones que cubrían su delgado y trabajado cuerpo, cuando se hacía una coleta en el cabello e inflaba sus cachetes sin darse cuenta.

JungKook era muy lindo, le gustaba bastante estar con él, creía que tal vez sin el accidente acercarse al menor hubiera sido mucho más difícil, así que muy dentro suyo agradecía haberse descuartizado y luego vuelto a ser unido para revivir, aunque a veces solía preguntarse ¿por qué a él? Podría haberlo hecho con cualquiera de los demás chicos que habían muerto junto con él, con MinHo, con Bogum, con JongIn, con EunWoo, con SungJae, con cualquiera pero lo eligió a él, incluso si antes de eso con suerte y hablaron en la fiesta.

—¿Tú crees que vaya a ser un buen cirujano, muñeco? —interrumpió sin saber los pensamientos del otro, JungKook estaba sentado sobre su regazo con un gran poleron negro que le cubría hasta los muslos pero al estar sentado se le subía un poco mostrando las piernas desnudas flexionadas a cada lado del regazo ajeno mientras él se mantenía acostado—. Es decir, te cosí entero, eso debería decir que al menos se dar buenos puntos —pensó sin tomar mucho en cuenta la mano que acariciaba su muslo.

—Junguk bueno —le dijo, el nombrado sabía que aquello significaba que creía que sería buen cirujano, suspiró al escucharlo, nunca creyó necesitar de alguien que creyera en sus habilidades pero se sentía bien tenerlo, TaeHyung era un buen chico siempre intentaba hacer cosas buenas, solía ser bastante obediente, aunque también era muy bruto y no sabía controlar su fuerza, intentaba disculparse o reparar lo hecho (aunque solía empeorarlo), a JungKook le daba ternura.

Recordó la vez que le contó de un pájaro azul que se posaba en su ventana a cantar pero que ya no lo veía desde hace unas semanas, TaeHyung secretamente buscaba al ave mientras el menor no se encontraba en casa o hacía alguna otra cosa, un día se encontraba leyendo acostado en su sofá y el rubio apareció poniendole algo en su abdomen, al sacar el libro encontró al pajarito azul... muerto. TaeHyung lo había encontrado posado en una rama y al agarrarlo no se dio cuenta que rompió los huesos del pobre animal con su agarre tomándole sin querer la vida, el mayor sonreía pensando que el animal seguía vivo, cuando JungKook le contó sobre la situación del ave, el rubio casi entró en crisis sin embargo el pelinegro logró calmarlo diciéndole que de todas formas le gustó el regalo y que había sido muy bonito de su parte.

Bien, actualmente él no tenía un pajarito azul disecado en su pared por nada.

Soltó el libro que leía dejándolo caer encima de su cama, se agachó apoyándose en el pecho ajeno mirando los bicolores de TaeHyung.

—Se está haciendo tarde, deberíamos dormir ¿no crees? —TaeHyung sonrió ante la mirada de JungKook y asintió.

Entre otras cosas, la puerta de la habitación del dueño de casa seguía rota, ninguno se tomó la molestia de arreglarlo porque servía de excusa para mantenerse juntos en la misma cama, aunque a esta altura perfectamente podría estar reparada y ambos continuarían compartiendo el mismo colchón sólo porque disfrutaban dormir juntos.

❖ ❈ ❖

Park JiMin estaba buscando a JungKook desde hace una hora en el campus de la universidad, habían pasado casi tres meses desde la vez que habían despertado de la muerte a TaeHyung y siendo honesto su amigo no lo mantenía para nada informado sobre el estado de su gran amor, con suerte lograba enterarse cuando se le ocurría preguntar y su amigo le respondía con vagas respuestas.

Finalmente lo encontró cargado en un árbol mirando su celular, acomodo su mochila en el único hombro que la sostenía y fue a paso rápido a encontrarse con el pelinegro.

Cuando estuvo frente a frente con él otro, notó como JungKook ni se inmutaba a su presencia, así que levemente le empujó en su hombro consiguiendo llamar la atención que quería.

—¿Cómo está?

—¿Cómo está qué? —dijo JungKook poniendo los mechones sueltos de cabello tras su oreja.

—Ya sabes... —el más bajo miró a todos lados decidiendo bajar la voz para continuar—. Hablo de TaeHyung —bisbiseo—, ¿cómo está? ¿cómo se encuentra? ¿mejoró? ¿ya está más tranquilo?

La cantidad de preguntas junto al tema de conversación tensaron un poco al pelinegro, la verdad es que estaba evitando lo más que podía a JiMin, sabiendo que esta conversación llegaría en algún momento.

—Sigue igual —dijo regresando la vista a su celular pero JiMin puso la mano encima mirándolo con el ceño fruncido.

—¿Cómo puede estar igual en tres meses? —preguntó sintiendo que no era lógico.

—Es muy agresivo, JiMin. ¿Qué quieres que haga? Tú mismo dijiste que no podías mantenerlo —JungKook cruzó sus brazos mostrando una pequeña molestia.

—Mis padres salieron y volverán en un mes, planeaba llevarmelo —contestó el castaño de manera inocente sin saber que estaría provocando dentro de JungKook se iniciara una llama ardiente al escuchar la palabra "llevarmelo"—. A parte, si esta tan violento ¿por qué no has intentado deshacerte de él? ¿cómo es que aún lo tienes y no te a pasado nada? —JiMin se acercó sospechando.

—Te recuerdo la forma en que lo reviví y que a partir de eso, tengo mis propios métodos —mencionó entredientes evidentemente enojado—. Alguien como tú no lo podría mantener ni un día, JiMin, es un monstruo, tú mismo lo dijiste. ¿Te crees capaz de cuidar de un monstruo?

El más bajo notó que en la base del cuello de JungKook se encontraba una marca violácea, fuera de parecer un golpe parecía más un chupetón, levantó una ceja fijando su mirada en la del pelinegro con aspecto desafiante.

—Creelo o no, sí lo creo —contestó con un deje de desafío, si las miradas mataran probablemente habrían dos tumbas en ese lugar, JungKook sonrió de lado intentando ocultar la molestia que sentía en cada parte de su ser, retrocedió un paso.

—Oh JiMin, no sabes lo que dices, tranquilo ¿sí? Yo te aviso cuando tu amorcito se encuentre apto para humanos comunes y corrientes —dijo palmeandole el hombro con un tono de voz pretencioso y falsamente tranquilizador, se alejó de allí manteniendo al contrario mirándolo con palpable irá.

Esto no se iba a quedar así, JiMin estaba dispuesto a descubrir lo que en verdad sucedía, había confiado mucho en su amigo pero luego de esta charla estaba seguro que algo no cuadraba.

❖ ❈ ❖

Al salir de clases, sabiendo que él salía dos horas más tarde que JungKook aquel viernes, se dirigió a la casa del otro, una visita sorpresa no le causaría nada, con suerte vería si TaeHyung estaba tan "monstruo" como el otro decía.

Al toparse con la reja gris y plantas verdes, supo que ya estaba frente a la casa del menor, frente a la falta de tener timbre, fue directo a tocar el portón, suponía que una visita sorpresa sería suficiente excusa para saber de TaeHyung, al llegar a la entrada de la reja dio el primer toque que abrió inmediatamente aquel trozo de metal, fue ahí cuando se fijó que lo que tenía que ser el seguro estaba completamente roto, JiMin se preocupó ¿y si alguien había entrado a la casa por la fuerza?

Entró con cautela encontrándose con el patio frontal del hogar, se dirigió directo a la casa yendo a la puerta de madera oscura, al estar frente a ésta se topó con que también estaba abierta sin embargo no presentaba ningún tipo de daño, en completo silencio ingresó al interior de la casa asegurándose de que todo estuviera bien, la encontró en completo silencio y sin nadie a la vista, ni a JungKook ni a TaeHyung.

Suponía que sí TaeHyung seguía siendo tan bestia como aseguraba el pelinegro debería generar bastante ruido, caminó por alrededor topándose con un pequeño desorden en artefactos que se posaban en el mueble al lado de la escalera, miró desde abajo la subida al segundo piso, decidió revisar arriba.

A medida que se acercaba comenzaba a escuchar ruidos como golpeteos constantes, sonaban tan bruscos que hasta sintió miedo de cierta forma. Encontró prendas de ropa rasgadas en el suelo de la segunda planta, no sabía si sentir verdadera preocupación sobre el estado de su amigo.

Llegó hasta la puerta de una habitación, donde provenían los fuertes ruidos, agudizó el oído para estar atento a lo que estaba pasando adentro.

—¡A-ah, TaeHyung! —se escuchó en un alarido, que hizo a JiMin abrir los ojos en demasía ¿TaeHyung estaba allí? ¿¡qué estaba haciendo con JungKook!?

Notó que la puerta estaba rota en la perilla, tomó valor para enfrentarse a cualquier cosa y abrió sutilmente para asomar la vista a lo que se sucedía.

En una de las paredes TaeHyung se encontraba de espalda con los pantalones abajo sosteniendo a JungKook, aparentemente desnudo, en sus brazos apoyándolo en esta mientras se mantenía moviendo sus caderas de manera brusca que no parecía molestar al pelinegro que se mantenía gimiendo y saltando por las embestidas que se le daba, ni siquiera se percató que alguien había entrado a su casa o los estaba observando puesto que el placer que sentía en aquel momento era de un nivel extraordinario lo suficiente para hacerle ver estrellas y no prestarle atención a nada más.

JiMin dejó de mirar en el momento que ambos unieron sus labios en un descarado beso, dejó la puerta como estaba retrocediendo un paso, su respiración estaba acelerada, sus ojos llorosos haciéndole escapar una que otra lágrima, sus manos hechas puños sintiendo toda la ira que podría caber en su cuerpo.

¿Con qué TaeHyung seguía siendo un monstruo como cuando despertó? ¡Mentira! ¡Todo lo que le dijo JungKook durante todo este tiempo era mentira!

Bajó las escaleras a paso fuerte sin importarle si daban cuenta de su presencia o no, secó sus lágrimas lo mejor que pudo pero antes de salir de la casa se detuvo, no dejaría las cosas así con JungKook saliéndose con la suya, iba a esperar a que este bajara no importa cuanto pase y lo iba a enfrentar, pelearía por TaeHyung y finalmente se lo llevaría con él, era la mejor opción.

❖ ❈ ❖

—Muñeco, para —dijo entre risas sintiendo como el mayor le llenaba de besitos en su rostro, con suerte había encontrado sus pantalones intactos, para su mala suerte ese día encontró al mayor en la puerta de la reja pues sin querer la había roto, luego al ingresar a la casa en busca de herramientas para arreglarla, tontearon un rato y una cosa había llevado a otra, sin darse cuenta terminaron haciéndolo contra la pared, la gran consecuencia fue que perdió una de sus poleras gracias a la agresividad de TaeHyung.

Ellos aún tenían que trabajar en esa fuerza bruta.

Se dio vuelta para darle un corto beso en los labios a TaeHyung lo cual hizo sonreír al otro, a diferencia de él, el mayor ya estaba completamente vestido, JungKook se mantenía con el torso desnudo pero sólo fue algo de ponerse la primera camiseta blanca que encontró en su armario para cubrirse.

—Voy a bajar a ver la reja ¿sí? —TaeHyung asintió y sin más el menor salió de la habitación, haciendo una pequeña mueca por la incomodidad de caminar.

Al estar en el primer piso se sobresaltó cuando encontró a JiMin sentado en su sofá con el rostro rojo de furia y los ojos hinchados, se quedaron en un silencio sepulcral por varios segundos que fueron los suficientes para tensar el ambiente, JungKook ciertamente nervioso de por qué el otro se encontraba en su hogar y JiMin recolectando toda su ira de a pedazos.

—Así que... ¿TaeHyung sigue igual? ¿un monstruo? ¿agresivo? Quizás agresivo en el sexo quisiste decir, por lo fuerte que se escucha —dijo en un tono plano y frío, JungKook supo que hasta ahí llegó su mentira, aunque bueno, tarde o temprano le iba a tener que decir a JiMin que no podría llevarse a TaeHyung con él.

—Bueno... —se cruzó de brazos mientras se apoyaba en la pared—, supongo que esta no fue la mejor manera en la que pudiste enterarte que-

—¿No fue la mejor manera? ¡Que dices! ¡Enterarme que todo este tiempo fuiste una gran puta mentirosa, evidentemente me mostró que clase de amigo eres! —alzó la voz con enojo—. Así que gracias, Jeon JungKook. ¡Por ser un desgraciado traicionero!

—JiMin, yo te quería decir pero no sabía cómo-

—¿¡No sabías cómo qué!? ¿¡decirme que te la pasas rebotando en el pene del chico que me gusta!? —JungKook estaba casi impresionado, jamás había visto al castaño tan furioso—. ¡Sabías lo mucho que me gustaba y que lo quería para mi! ¡pero resultaste ser una puta necesitada y egoísta!

Claramente JungKook se encontraba ofendido— Wow, JiMin, no es necesario que te pongas a insultar podemos hablar de esto —sin embargo intentaba que esto no llevará a una pelea.

—¿¡QUÉ ME CALME!? ¡Desgraciado infeliz! —JiMin agarró un marco de fotos que estuvo a su alcance y se lo lanzó directo a la cabeza contraria— ¡Puta! ¡Zorra! —gracias a los astros, el pelinegro logró esquivarlo—. ¡Sabías que él era mío! ¡me pertenecía!

A JungKook se le hinchó la vena, bien, de alguna forma tenía que aclarar las cosas, incluso si era a gritos.

—¡No es tuyo! ¡Ni jamás lo ha sido! Ni siquiera la vez que pudiste hablar con él quiso seguir contigo, ustedes JAMÁS hubieran sido algo! —JiMin se quedó quieto mientras escuchaba al menor— ¡Y sabes qué! ¡Que pena me das! Porque luego él se me acercó a coquetearme mientras no estabas, así que él interés por ti era menos cero desde el primer maldito día!

JiMin quien se había restringido a decir algo, todo su ser se avivó en un rojo fuego al enterarse que su ex amigo le estaba quitando a su futuro novio desde el inicio. Sin pensarlo dos veces le lanzó una especie de estatuilla que había por ahí que terminó por impactar el rostro de JungKook seguido de eso, después de dejar al otro aturdido le dio un fuerte golpe en el mismo sector que terminó por quitarle el equilibrio y hacerle caer al suelo, JungKook tenía una herida en su pómulo y en su labio que había comenzado a sangrar decorando su rostro con su propia sangre. JiMin quien aún lucía furioso estaba dispuesto a seguir golpeándolo.

Sin embargo no sabía que TaeHyung había presenciado la pelea unos segundos antes de que JungKook fuera golpeado, dentro de él, una parte que no era humana en lo absoluto creció en una potente ira al ver a su amado siendo herido y sangrando, siendo poseído por esta bestia que hace un tiempo no veía la luz se acercó al castaño tomándolo del pelo lo tiró lejos del pelinegro logrando que impacte el suelo.

—¡Agh!... ¿T-taeHyung? —fue lo único que alcanzó a decir JiMin antes de tener al nombrado sobre él hecho una furia y golpeándole como si fuera lo último que fuera a hacer en su vida.

TaeHyung divisó unas mancuernas para hacer ejercicio de brazos a pocos centímetros de él, la agarró, usándola como arma comenzó a golpear reiteradamente la cabeza de JiMin con ésta, a solo unos metros a lo lejos, JungKook escuchó como algo se rompía con un sonido húmedo, se levantó hasta quedar sentado y cuando dirigió su vista a donde los otros dos abrió los ojos y la boca en demasía tapándose la misma con la mano mientras presenciaba la escena.

La mitad de la cabeza de JiMin estaba totalmente rota y explotada, un globo ocular se mantenía a lo lejos mientras que TaeHyung aún dominado por la llamarada de su ira golpeaba el molido cerebro que se empeñaba en hacer papilla con huesos, nervios, venas, músculos y sangre.

El propio TaeHyung estaba completamente sucio con sangre, sus ojos bicolores, usualmente dulces ante la mirada de JungKook, se mostraban como si pudieras ver el infierno a través de ellos, una mirada podría matarte, él era un monstruo sediento de sangre, hecho con más partes de chicos que las propias, revivido del mundo de los muertos para volver a la mortal tierra.

Él no era humano y jamás volvería hacerlo, era una mala copia de frankenstein, era un pobre intento de humano, ¿entonces qué era? Un monstruo.

Finalmente se detuvo, dejó la pesa a un lado presenciando el muerto y casi irreconocible cuerpo de JiMin. El rubio se levantó con lentitud, sus manos goteaban sangre, y esta se quedaba en su cuerpo como si fuera decoración, se le apegaba como agua a la ropa.

Miró detrás de sí, notando como JungKook tenía su boca tapada con las manos mientras no dejaba de observar el cadáver de JiMin obviamente impactado, TaeHyung avanzó un paso hacia él, el contrario al notar esto le miró por fin, alejó sus manos de su rostro mientras notaba lo sangriento que estaba el rubio.

Al escuchar otro paso acercándose a él, instintivamente retrocedió uno, la parte más racional de su mente decía «¡Huye! ¡huye! ¡es un asesino sin remedio! ¡un monstruo!» pese de que había pasado mucho desde la última vez que asesinó a alguien, de repente volvió a hacerlo.

TaeHyung avanzó más pasos y a pesar de que parte de JungKook quería huir muy lejos y su corazón iba a mil por hora, se obligó a quedarse quieto en su lugar hasta tenerlo a unos centímetros de su cuerpo, cerró los ojos sin realmente saber qué hacer.

A los segundos y con la respiración temblorosa sintió una mano posarse en su mejilla, abrió los ojos topándose con los llorosos bicolores del contrario, el pulgar de TaeHyung acarició su pómulo con la mayor suavidad que pudo sin tocar la herida, el pelinegro notó como una lágrima caía del ojo de iris grisáceo, la otra mano se posó en su otra mejilla e inevitablemente JungKook sintió ardor instantáneamente haciendo una mueca, TaeHyung alejó la mano notando con pesar el moretón que se estaba formando en el rostro del menor.

—T-tú... ¿bien? —la voz sonaba temblorosa, como si estuviera llenó de miedo y con evidentes ganas de llorar, pero JungKook percibió la preocupación.

—¿Qué si estoy bien? ¿Por qué dices eso?

—Él —TaeHyung apuntó detrás de sí, JungKook sabía que hablaba de JiMin—, golpe, malo, muy malo, él dañó Junguk.

Entonces el menor comprendió, TaeHyung estaba preocupado por el puñetazo que recibió de JiMin, tocó su rostro sintiéndolo algo hinchado y sensible.

—Estaré bien, tranquilo —dijo limpiándole las lágrimas que caían sin consentimiento del otro, TaeHyung asintió y se acercó a abrazarle ensuciándolo con la sangre que aún no se secaba de su cuerpo.

JungKook apoyó su cabeza en el hombro del mayor pudiendo de esa forma ver frente suyo el cadáver destrozado de JiMin, seguramente TaeHyung se había asustado de lo que pudiera pasarle sólo por un simple golpe, sabía que a veces le daban ataques cuando sentía una emoción negativa muy fuerte, como romper cosas o en llanto pero era la primera vez desde que lo sacó de la morgue que atacaba a alguien de manera tan violenta.

Afirmó más el abrazó que tenía con TaeHyung acariciándole la nuca, mientras veía el caos de sangre en su sala y seguramente el caos que ellos mismos representaban por el aspecto que llevaban luego de aquello, habló:

—Ay, muñeco. ¿Qué has hecho?

❖ ❈ ❖

Una de las cosas que más le gustaba a JungKook de su barrio, era que estaban muy lejos de cualquier edificio, a la vez que los arbustos y reja que rodeaba su casa eran lo suficiente alto para darle privacidad en su propiedad, ayer había reparado la puerta de su reja luego de limpiarse lo más rápido posible y ocultar la sangre en su torso con un poleron gigante.

Ahora mismo, un día después de todo lo ocurrido, se encontraba sentado en una de las sillas de su patio tomando un vaso de jugo de frutas mientras se deleitaba en ver a TaeHyung sin polera brillante de sudor con una pala en su mano metiendo la tierra que había sacado anteriormente.

Este se giró a mirar a JungKook haciéndole un puchero en sus labios.

—A mi no me mires así, tú lo matas, tú lo entierras —le contestó dando un sorbo de su jugo viendo sin vergüenza el abdomen levemente marcado del otro, TaeHyung arrugó la nariz y continuó tapando el agujero donde habían enterrado a JiMin, JungKook sonrió ante el gesto y se levantó de donde estaba para dejarle un beso sorpresa en la mejilla—. Piensa que si más rápido lo haces, más tiempo habrá para besitos ¿sí? —TaeHyung mordió su labio inferior mientras asentía feliz—. Aw, buen chico, ven aquí —acercó el rostro de TaeHyung al suyo para dejarle un corto beso en los labios.

Después de eso regreso a la silla notando que TaeHyung trabajaba más feliz, parecía un flojo ahora mismo pero JungKook se había encargado de limpiar la sala hasta dejarla sin rastro de sangre al igual que él se encargó de reparar la reja, todo esto mientras TaeHyung había cavado un agujero en su patio trasero.

JungKook ya tenía todo prevenido en caso de que sospecharan de la desaparición de Park JiMin, no había forma en que los dos se vincularan, gracias a que su familia consistía en brujas y él mismo fue a una academía de brujos sabía cómo encubrir varias cosas y a pesar de que ya no hacía mucho uso de lo que sabía ahora era realmente necesario.

Cuando TaeHyung terminó fue a sentarse en la silla que estaba al lado a la de JungKook, éste se sacó sus lentes de sol y al fijarse del cansancio que tenía el rubio le ofreció su jugo, el cual el mayor se tragó en unos cinco segundos.

JungKook sonrió levantándose de su propio asiento para sentarse de costado en el regazo ajeno, acomodó la cabellera del otro en leves caricias.

—¿Sabes? Cuando me desperté esta mañana lo que menos pensé fue que iba a enterrar a uno de mis amigos en el patio trasero de mi casa —comentó mientras sus dedos recorrían los puntos de unión del cuerpo de TaeHyung— Y que todo esto pasaría porque quería quedarse con mi novio.

En aquel momento el contrario lo mira con ilusión en sus ojos bicolor, la mano de TaeHyung se posó sobre la de JungKook entrelazando sus dedos.

—¿Novio?

JungKook se le tiñeron las mejillas rojas, hubiera sido un buen momento para estar cubierto de sangre y echarle la culpa a esta— ¿Qué? Prácticamente nos portamos como unos, supuse que era obvio de concluir.

TaeHyung se acercó a JungKook para dejarle un gran beso en sus hermosos labios.

—Novio —repitió el rubio sonriendo—. Junguk mío.

—TaeHyung, mío —le contestó JungKook compartiendo sonrisas con el otro.

A quién le importaba si TaeHyung era una especie de frankenstein, a quién le importaba si había asesinado de la forma más cruel, en el fondo JungKook sabía y conocía a este verdadero TaeHyung que a parte de asesino compulsivo, un muerto que resucitó y un antiguo estudiante estrella, era una de las criaturas que más preciosas que había que proteger, cuidar y amar para toda la vida.

Y nadie se lo iba a quitar.













F I N.

═════❦✠❦═════

[N/A]

Colorado colorín este cuento llegó a su fin.

Read you in another story.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top