O1

—Es tan lindo —suspiró el castaño claro viendo a lo lejos la masculina figura de Kim TaeHyung hablando con otros chicos del campus—. ¿Alguna vez te has parado a pensar como un hombre tan perfecto puede existir? Es decir, es alto, tiene buen cuerpo, es amable, humilde, un caballero, malditamente atractivo con esos ojos tan profundos y esa sonrisa particular y única —soltó otro suspiro enamoradizo mientras lo veía a lo lejos sentado en una de las tantas mesas de picnic que se encontraban en aquel sector.

—No, JiMin. La verdad es que nunca me he parado a pensar en eso —respondió Jeon JungKook, uno de los mejores amigos del más bajo—, pero hey, tengo una gran idea, que tal si vas y le hablas y dejas toda esa timidez ¡o, mejor aún!, te concentras y me ayudas en este trabajo de parejas que por cierto, he estado haciendo SOLO —le remarcó el pelinegro, sacándose esos lentes negros de marco redondo, mostrando su ceño fruncido haciendo notar su molestia por estar llevando aquel informe sin ayuda del otro porque este andaba más preocupado en gastar su aire en suspiros con forma de corazón mientras veía al rubio ese.

JiMin hizo un puchero asintiendo con pesar comenzando a analizar el texto del cual había que hacer un informe gigante que valía el 60% de la calificación final de uno de sus tantos ramos que conllevaba su carrera, sin embargo por mucho que intentara concentrarse en ayudar a su mejor amigo su vista recaía constantemente en el chico de hermosa sonrisa y perfectas facciones ¿incluso era legal que estuviera libre rondando por ahí con esa perfección que se traía? él creía que no debería serlo, en su cabeza imaginaba una vida amorosa al lado del contrario, de esas típicas donde el otro llegaba en un blanco corcel a pedirle su mano para estar juntos para siempre. Sonriendo como un gran tonto y por supuesto con la mente en cualquier parte menos en su trabajo. JungKook lo pilló, se masajeo las sienes, ¡por dios! él sólo quería terminar el trabajo de una vez por todas.

—Okay, me harté —dijo comenzando a guardar las cosas—, haremos esto en mi casa el próximo fin de semana.

—¿Próximo? —repitió el castaño, saliendo de su ensoñación—, ¿por qué no este?

JungKook se levantó de la mesa de picnic en la que estaban haciendo –o al menos intentando– hacer el trabajo, estiró ligeramente el cuerpo luego de estar sentado por más de una hora, si mirabas bien al pelinegro parecía sacado de alguna revista, alto, cuerpo marcado en músculos, llevaba unos pantalones negros ajustados como si fuera una segunda piel que no dejaba nada a la imaginación sobre sus moldeadas piernas; su camiseta sin mangas era guardada bajo el pantalón, remarcando su pequeña cintura con un cinturón del cual colgaban un par de cadenas, se puso de nuevo sus lentes redondos y luego se toco el pelo asegurándose que su cabello estuviera bien recogido en ese pequeño moño que se había hecho en la mañana.

—Este fin de semana, Choi JinRi dará una fiesta —ella era una de las chicas más populares de aquella universidad—, es obvio que tu amorcito irá con sus amigos trogloditas de hermandad, así que nosotros también iremos y con mi ayuda lo vas a conquistar —JiMin abrió la boca al escuchar lo anterior dicho por el pelinegro—. Lo sé, lo sé, soy el de las mejores ideas, con suerte cuando ya tengas lo que quieras terminaremos el bendito trabajo después ¿no es así? —dijo mirándole con una gran sonrisa que denotaba cierta amenaza a pesar de lo agradable que podría verse.

El castaño cerró lo boca pensando en las palabras de su amigo, volvió a mirar al rubio sintiendo su corazón palpitar de la idea de conquistarlo y posiblemente tener algo más con él, sus mejillas se colorearon de un suave rosa, regresó su vista al pelinegro y asintió tímidamente con una sonrisa de oreja a oreja.

El contrario bajó un poco sus lentes, lo suficiente para mostrar sus ojos, le guiñó uno a Park y luego se marchó, él tenía aún muchas clases ese día.

❖ ❈ ❖

Era sábado en la noche, JungKook estaba en la entrada de la casa de Choi JinRi, fumando al aire libre mientras esperaba que su bajo amigo se dignara en aparecer, la música resonaba fuerte, la gente salía y entraba constantemente, a parte de él otras personas se mantenían en el jardín ya sea para fumar, beber, o creyendo que el césped es una cama de motel, una fiesta universitaria cualquiera.

Dejó el humo escapar lentamente por sus labios, vio como un gran bus se estacionaba, de el salieron un montón de chicos con chaquetas blancas de estilo americano con mangas verdes y el logotipo en el frente de la chaqueta, aquello significaba que pertenecían a una fraternidad muy conocida dentro de aquella universidad, los ΚΑΓ, nada más y nada menos que un grupo de idiotas que se creían superiores por ser una de las más antiguas y prestigiadas fraternidades que ha existido en esa universidad, o eso al menos era lo que pensaba JungKook.

El menor sonrió al notar al objetivo de la noche pasar a su lado riendo por alguna cosa que su compañero había comentado, era normal que casi siempre se presentarán en grande cuando iban a una fiesta o a algún evento, cómo no si la mayoría por poco los veían como dioses.

Park JiMin llegó diez minutos después, JungKook se habían acabado dos cigarrillos en aquella espera, el contrario se disculpó por hacerle esperar pero el pelinegro no le dio tanta importancia, solamente fijándose en lo que traía puesto su amigo. Un pantalón blanco, camisa rosa abotonada hasta el cuello y cabello prolijamente peinado dándole un aspecto de honguito.

El más alto podía decir que se veía tan tierno como se veía de aburrido, de verdad así no iba a conquistar a nadie, sabiendo que JiMin no era muy hablador, creía que su apariencia podría ser la suficientemente llamativa como para atraer la atención de TaeHyung. Se acercó a desabotonarle los primeros tres botones dejando expuesto el liso y levemente marcado pecho ajeno, y luego metió sus dedos en el cabello de castaño para desordenarlo y finalmente darle un poco más de estilo mostrando la frente y abandonando el hongo que tenía encima.

JungKook evaluó nuevamente a su castaño amigo que tenía las mejillas rojas por la inesperada intervención y le dio su visto bueno— Ahora sí te ves caliente —aseguró—, vamos, vi a tu amorcito entrar hace un rato.

Arrastró a un avergonzado JiMin con él dentro de la escandalosa fiesta, el más alto iba llamando un poco la atención con su camisa negra transparente, sus pantalones de cuero y esa única trenza en el centro de su cabeza que terminaba en una pequeña cola mostrando claramente los costados rapados de su cabello, quedaba a la perfección con su rostro.

Ambos detuvieron su paso al encontrar al mayor conversando con una chica de la fiesta de manera animada, TaeHyung tenía una bebida en la mano mientras hablaba con Krystal, una de sus primeras tutoras cuando entró en la universidad y que terminó siendo una gran amiga suya, los dos tenían una bonita amistad que sin embargo JiMin ignoraba pensando inmediatamente que tal vez se trataba de una conquista.

—J-JungKook, creo que mejor nos vamos —dijo algo triste, dispuesto a rendirse al sentir que ya no tenía oportunidad.

El nombrado alzó una ceja observando a JiMin, ¿en serio? Rodó los ojos, empujando a su amigo de los hombros que ya estaba comenzando a retroceder.

—Sólo quédate aquí, yo me encargo —sin más avanzó hasta estar cerca de la "pareja", aprovechó de ver a un chico borracho bailando, se acercó y lo empujó suavemente con la mano pero que fue suficiente para quitarle su equilibrio y provocará el efecto dominó que buscaba.

El borracho se tambaleó empujando a TaeHyung quien en su propia pérdida de su equilibrio se tambaleó chocando con JiMin derramando parte de su bebida en la camisa rosa, bien, no buscaba arruinar la vestimenta del castaño al provocar aquello pero eran detalles.

El castaño abrió la boca mirando con pánico a su amigo quien le sonrió haciendo un "ok" con sus dedos.

—Oh... Lo siento tanto, no quería ensuciar tu camisa —en cuanto escuchó la grave voz del rubio se paralizó y miró hasta con algo de medio a su gran amor platónico a tan solo un paso de él.

—N-no importa, yo- —qué se supone que debe decir, por primera vez Kim TaeHyung estaba cerca suyo, y aún más importante le estaba mirando a él y sólo a él.

Los dos se sumergieron en uno de los silencios más incómodos que pudieron pasar, a pesar de que era llenado por la ruidosa música, los gritos y cantos de los demás, ellos estaban muy callados sin saber qué hacer o decir, TaeHyung se sentía bastante avergonzado al haber ensuciado la camisa de un desconocido y JiMin estaba teniendo un ataque de nervios sin darse cuenta que no pestañeaba mientras seguía mirando al contrario.

—Bueno —el primero en hablar fue TaeHyung quien se sentía apenado mientras pasaba su mirada entre la camisa rosa manchada y el rostro rojo del chico frente suya—. De verdad lamento mi torpeza, si necesitas que te ayude en algo solo dime estoy dispuesto a hacerlo, espero no haberte arruinado la noche ehm- —se detuvo sin saber el nombre del chico.

—Park JiMin —contestó rápido mirando al contrario, quien sonrió al escucharle.

—Park JiMin —repitió para completar la frase, provocando sin querer que el contrario casi chillara ahí mismo—. Soy Kim TaeHyung —«Lo sé, lo sé, ¡lo sé!» pensó algo emocionado—, lamento el inconveniente, que disfrutes la noche —se despidió sonriendo apenas, agachó la cabeza en señal de disculpa y se regresó donde dejó a su amiga.

JungKook quien veía todo desde su mismo lugar, se extrañó de ver que la conversación había sido tan corta y de cierta manera tensa, hasta podría decir que salió mal sin embargo su amigo estaba muy sonriente.

—Hey, ¿qué ocurrió? —preguntó en cuanto volvió a estar frente a frente con el castaño.

—Sabe mi nombre, JungKook —los ojos de JiMin brillaban mientras el sostenía su rostro tapándose las mejillas—. ¡Sabe mi nombre! —chilló.

El pelinegro hizo una mueca por lo agudo que había sonado aquello, supuso que JiMin simplemente no notó la tensión e incomodidad del momento pero si su amigo estaba feliz, bien por él.

—Entonces... podremos seguir disfrutando la fiesta, ya que ya tuviste tu momento con tu amorcito, divirtámonos ahora —propuso alegre, viendo a JiMin asentir, ambos se adentraron más entre la multitud para poder bailar a gusto al son de la música.

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TaeHyung hablaba tranquilamente con su amiga luego del extraño incidente con el chico al cual le había ensuciado la camisa sin querer, se sentía mal consigo mismo por irse así como así pero la situación no ameritaba a dar más para ser honesto.

—Fue entonces que Amber salto del trampolín creyendo que podía hacer un mortal, y creeme que quedó en un creyendo porque ahora la estúpida tiene un yeso en toda la pierna —contaba la contraria la historia de cómo su mejor amiga quedó en el hospital—. En fin, ¿quieres acompañarme a verla? Ire en cuatro días para recalcarle su estupidez y desearle una pronta recuperación —dijo demostrando el amor –algo brusco– que tenía por la chica.

—Claro, espero que la próxima vez sea más cuidadosa con lo que hace —comentó con preocupación TaeHyung escuchando un «amén» de la castaña.

Instintivamente cambió su vista a la pista de baile del lugar y quedó boquiabierto cuando se topó con un hermoso chico bailando despreocupado de su entorno, todo pareció avanzar en cámara lenta mientras veía como las caderas se movían con sutileza acompañadas del resto de su cuerpo que se movía al ritmo de la música, todo combinaba desde sus pantalones de cuero, la camisa de transparencia y el peinado que delataba que tenía el cabello largo, en especial ese hermoso rostro que contrastaba maravillosamente.

—¿Quién es él? —preguntó embobado, haciendo que la ajena virara la vista hasta encontrar la persona a la que se refería TaeHyung.

—¿Él? Mm, es un chico de segundo año pero no me acuerdo de su nombre... Jeon... algo —respondió simple pero luego de notar la cara de bobo que se cargaba el rubio sonrió pícara—, creo que es gay podrías hablarle.

—¿Tú crees? —dijo sin despegar la mirada del hermoso pelinegro, la muchacha asintió sonriendo siendo vista de reojo por el rubio—. Okay, hasta luego, Krys —dijo dejándole un beso en la coronilla sabiendo que a la otra le molestaba.

—¡Oye! —reclamó—, hasta luego, Tae —se despidió viendo al menor marcharse.

TaeHyung caminó entre la gente pensando que podría decir sin que sonara como "te vi a lo lejos, y creo que me gustas, ¿nos besamos?", habría querido activar ese lado coqueto que no sabía si tenía, así que lo mejor para él era intentar ser amistoso, con suerte y lograba una conversación de ser así intentaría ligar, el rubio ya estaba cien por ciento interesado en aquel chico.

Hace unos minutos JiMin se había ido al baño aunque eso no impidió que JungKook dejara de bailar, le encantaba hacerlo así que por qué no. Seis minutos más tarde sintió alguien moverse, muy cerca suyo, una cabellera rubia con pasos torpes se acercó hasta quedar frente a él, ¿acaso no era el amorcito de JiMin? Que mal momento para que el más bajo no esté.

—¡Hola! —saludó sonriendo agradable llamando la atención del otro—. Soy Kim TaeHyung, ¿quién eres?

—¿Acaso importa? —respondió JungKook, mirando al otro, quien mostró palpable sorpresa ante esa respuesta pero relajó su rostro inmediatamente.

—Si no quieres decir tu nombre está bien —le respondió confiando que luego llegaría a enterarse—. Sólo te vi aquí y parecías agradable así que creí que bailar al lado tuyo sería una gran forma de empezar una conversación —le dijo abiertamente mientras ambos seguían bailando un poco más lento para mantener la conversación.

El pelinegro levantó una ceja mientras analizaba al otro de pies a cabeza— Oh, pues bailas muy mal la verdad —soltó sin ningún filtro, es que era cierto los pasos que veía que hacía TaeHyung ni siquiera sabía si podía llamarlos pasos, aunque era algo gracioso de ver.

El rubio se lo tomó con gracia— ¿Se nota? —JungKook asintió con seguridad, sonriendo inevitablemente cuando el otro dio una pequeña risa—. Jeje, pues tú sí que bailas bastante bien para ser algo improvisado —le halagó haciendo sentir la sangre del menor subir un poco a su rostro luego del cumplido hacia su persona—. Y... dime de ti, estoy curioso —le sonrió mientras seguía bailando, ahora sólo balanceándose.

—¿Por qué un chico tan "prestigioso y poderoso" de una fraternidad tan "prestigiosa y poderosa" querría saber de mi?

—No soy tan prestigioso ni poderoso, soy becado y vengo de un barrio muy pobre para que sepas —le hizo saber, realmente no se avergonzaba de ello y aquella fraternidad siempre lo habían acogido bien, eran como hermanos para él—, y te pregunto porque me pareces interesante... y ciertamente porque eres el chico más hermoso que he visto —era bastante honesto pudo notar el contrario.

JungKook sonrió con los labios cerrados en un intento fallido de reprimir su sonrisa, él siempre se sentía seguro de como lucía pero había una agradable sensación cuando aquel rubio se lo hacía notar.

—Bueno..., estudió medicina y aspiro a ser cirujano —decidió decirle, al final no era un secreto para nadie aquello—, pero realmente no me gusta hablar tanto de mi —y sin embargo la otra parte de su vida si lo era.

—Wow, eres el primer chico lindo que conozco que no le gusta hablar tanto de sí mismo, eres extraño —le dijo de una manera tan agradable que no llegó a sonar ofensivo—. Oh no, ya sé por qué —dijo tapándose el rostro—, tienes novio.

—No tengo novio —le contestó casi automáticamente notando como TaeHyung le miraba por entre sus dedos sonriendo, JungKook también sonreía, dándose cuenta que aquel muchacho era efectivamente bastante encantador.

—Para mi eso es como señal verde —dijo sorprendiendo al pelinegro cuando agarró su mano para hacerle girar lo cual terminó con el menor apoyándose en el pecho del rubio el cual comenzó a bailar con él, normalmente JungKook se hubiera enojado pero sólo logro reír y bailar con el rubio que parecía un muñeco Ken, en el fondo pensando que ellos estaban coqueteando de cierta forma, ¿estará mal coquetear con el chico que le gusta a mi mejor amigo? «ni que nos estuviéramos besando», pensó.

TaeHyung se sentía satisfecho mientras hablaba y bailaba con el chico bonito -puesto que no le sabía el nombre se quedó con ese apodo-, al final la táctica de baile si que le había funcionado a pesar de que el ajeno se dio cuenta de que tenía dos pies izquierdos si se trataba de bailar. La situación le permitió admirar los ojos y la sonrisa del contrario, aún si el ridículo que hacía provocaba aquella reacción, sabía que algo había hecho click en el momento que su mirada se cruzó con la del chico bonito y éste sonrió tímidamente. JungKook por su parte, no sabía si quería que JiMin regresara y aprovechara la oportunidad con su amorcito o que no volviera y así podría seguir estando a "solas" con el rubio de pasos torpes.

El mayor estuvo a punto de iniciar otro tema de conversación pero fue repentinamente empujado y arrastrado fuera de la casa, alejándose del chico bonito abruptamente sin haberse despedido, sin saberse su nombre o haberse conseguido su número todavía.

—TaeHyung tienes que ver esto, ¡de verdad es lo mejor! —comentó a carcajadas uno de sus compañeros de la fraternidad subiéndolo al bus de dónde vinieron, descubriendo que todos sus amigos de la fraternidad estaban allí, muy pasados de copas -o botellas en este caso-.

Una vez arriba, los chicos cerraron la puerta recibiendolo con abrazos de ebriedad pura, lo que provocó que arrugara la nariz por el olor, pero aún así aceptó los abrazos de sus borrachos amigos.

El bus comenzó a avanzar, lo cual le hizo cuestionar si es que ya se iban, lo cual era lógico considerando que ya todos -menos él- estaban más que borrachos, agradecía que el chófer fuera tan responsable aunque él pudo quedarse un poco más, sería un lío volver a ver al chico bonito de nuevo, suspiró desganado.

—Denme una botella —apareció SungJae buscando entre todo el alcohol esparcido en el suelo.

—¿No crees que deberías parar por un momento? Mucho alcohol no te hará bien, Hyung —le comentó el rubio sentándose.

—No es para mi, MinHo me la pidió —dijo riéndose—, el idiota aprovechó que el chófer fue al baño y comenzó a conducir el bus, esto amigo mío es para motivarlo —se fue directo a la cabina del conductor luego de haber dicho eso.

TaeHyung se quedó sin palabras, estático por unos segundos, luego se levantó alarmado y es que joder, ¡MinHo completamente ebrio estaba conduciendo el maldito bus! Peor fue la sensación que tuvo cuando sintió que el vehículo aceleraba.

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JungKook se mostró algo confundido cuando al rubio se lo llevaron de la nada pero intentó no darle tanta importancia, a los tres minutos se le volvió a unir JiMin con su camisa rosa limpia, se retuvo de contarle lo que acaba de suceder entre él y TaeHyung, no quería que empezara a hostigarlo de preguntas o meterse en algún problema.

Estuvieron así entre bailar y comer, luego decidieron salir afuera ya que el calor dentro de la casa era sofocante, quizás y hasta se iban de allí, salieron siendo azotados por el frío de la noche, el pelinegro chupaba con deleite una paleta dentro de su boca mientras que el castaño caminaba pensando que luego de su "encuentro" con su amor platónico no lo había vuelto a ver en la fiesta lo cual lo puso un poco triste.

Los dos chicos, decidieron caminar hasta la casa del pelinegro ya que quedaba más cerca, caminaban lento viendo pasar un auto por aquí y otro por allá pero no tantos dando un aspecto de soledad a la calle si no fuera porque habían más personas caminando en las veredas aquel lugar estaría bastante solitario. Los dos sin embargo sintieron el sonido muy potente de un motor y de algo aproximándose a mucha velocidad.

Un poco más lejos había una trizadura en la calle que era importante de esquivar porque sobresalía del asfalto lo suficiente para ser peligrosa por lo grande que era y aún no se arreglaba, un bus yendo a una velocidad que ni siquiera parecía permitida pasó al lado de ellos dejando sentir el rastro de viento que dejaba, una de las ruedas se topó con ésta falla de calle lo cual fue suficiente para que, gracias a la cantidad de aceleración del vehículo, este se volcara de manera violenta quedando todo el techo aplastado en donde ahora se apoyaba y leves llamas comenzando a sobresalir de la parte inferior, además de que segundos más tarde un líquido oscuro se escurriera por las ventanas rotas que podría ser fácilmente confundido por aceite pero que no lo era.

Los dos chicos que presenciaron la escena junto a otros transeúntes quedaron sin aliento y con gran preocupación en sus cabezas, los dos amigos temblaban un poco por la conmoción.

—K-kook —dijo nervioso—, ¿a caso en el costado del bus no dice las iniciales de la fraternidad...?

El pelinegro se esforzó en leer las letras que se encontraban dadas vuelta "ΚΑΓ" y era exactamente lo que JiMin decía.

«Jodida mierda», pensó mientras escuchaba las sirenas de la policía.

❖ ❈ ❖

Una semana más tarde, la mayoría de los alumnos se mantenían conmocionados frente a la horrible muerte de varios de sus alumnos, no quedó ningún sobreviviente siendo la causa por la cual JiMin se mantenía desanimado mientras terminaba su proyecto con JungKook.

Se habían detenido a comer mientras el trabajo sólo le quedaba los últimos detalles, el pelinegro comía en silencio mientras miraba como el castaño con suerte probaba el ramen de su plato, resoplo harto de aquella situación.

—Okey, basta. No entiendo por qué sigues tan triste —es decir, él también se sentía algo triste pues se enteró que TaeHyung había estado dentro del bus y considerando lo poco que conoció de él era muy buen chico como para morir, pero ya había pasado una semana y eso, suponía, era suficiente para superar a un desconocido o a varios de hecho.

El contrario lo miró con los ojos desganados, abultando sus labios inconscientemente, dejó de lado el plato sin comer que tenía en la mesa y se dirigió a su amigo.

—Es que... pensar que ni siquiera pude tener o crear una oportunidad con él me hace sentir mal —confesó—, gasté tanto tiempo sólo viéndolo a lo lejos pensando que algún día lo tendría a mi lado pero ahora TaeHyung está-, está-

—Bien muerto —completó JungKook observando como su amigo estaba a un segundo de ponerse a llorar.

—Realmente me hubiera gustado tener una oportunidad real con él y conocerlo mejor en vez de llorar por la muerte de un desconocido que amaba —lloriqueo JiMin comenzando a soltar las primeras lágrimas.

El menor hizo una mueca mientras lo veía, su amigo lloraba por un amor que nunca existió y que, personalmente, JungKook creía que nunca hubiera existido de darse la oportunidad, es decir, lo poco que hablaron aquellos dos cuando el rubio seguía con vida era evidente la falta de chispa o interés, pero JiMin era ciego a aquello y creía efervescentemente que sí hubiera pasado.

Una loca idea pasó por la mente del pelinegro, horrible idea, ni siquiera debería pensar en hacer aquello, en especial cuando juró que no lo usaría más en cuanto entró a la universidad, pero se sentía mal al ver al castaño llorando como magdalena y por mucho que JungKook fuera una perra la mayoría de las veces, no le gustaba ver tan mal a sus amigos.

Joder, ni siquiera creía lo que iba a decir ahora mismo.

—Qué dirías si... existiera una forma de revivirlo, a tu amorcito ya sabes —comentó intentando sonar desinteresado mientras observaba al otro.

JiMin detuvo su lloriqueo mientras veía a JungKook casi incrédulo, eso era algo imposible ¿cómo revivirías a un muerto? Expresó aquello en respuesta y sin embargo el contrario mantenía una firme postura que demostraba su seguridad al contestarle:

—Quizás, y sólo quizás yo conozco una forma de revivirlo —mencionó obteniendo todo el interés del castaño teniendo sólo la leve pregunta de cómo—. Ya sabrás pero deberás ayudarme, piensalo si sale bien podrías tener a tu amorcito en tus brazos —¿y si sale mal?—. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿que muera? —preguntó con gracia.

JiMin se sentía tan desconfiado de lo que sea que pasaba por la mente de su amigo, pero al mismo tiempo estaba tan desesperado y lleno de avaricia mientras pensaba en TaeHyung respirando de nuevo, sosteniendo su mano, sonriéndole sólo a él, amándolo para siempre.

Asintió lentamente no sabiendo cómo sentirse respecto a la sonrisa que surgió de las comisuras de JungKook.

Más tarde, luego de terminar el trabajo y recibir las instrucciones del más alto sobre lo que iban a realizar al siguiente día pero sin tener suficiente información se fue ansioso pensando en un TaeHyung vivo.

El menor cuando por fin estuvo sólo en su casa tomó su celular para marcar el número de una gran conocida, tres tonos y fue contestado.

—Hola, nena —Jeon sonrió mientras escuchaba la voz de la contraria—. Tu hermano favorito en el universo —su sonrisa desapareció luego de seguir escuchando— ¿Cómo que JungHyun es tu hermano favorito? ¡Jeon JiWoo! —escuchó risas de su hermana mayor y luego la contraria siguió hablando—, en fin, quería saber si me prestas el libro negro —«¿por qué? No lo vas a usar ¿cierto? Prometimos no hacerlo de nuevo» el menor viró los ojos—. Claro que no, sólo necesito ver algo, —mintió—. Te lo devuelvo la siguiente semana, sí, sí, no, yo voy a buscarlo ahora, ajá. Bueno, adiós Noona —colgó la llamada tomando sus llaves y yendo inmediatamente a la casa de la contraria.

❖ ❈ ❖

JungKook conducía en medio de la oscura noche del domingo, JiMin iba de copiloto moviendo las piernas nervioso de saber a dónde se dirigían, los dos vestían de negro a petición del menor, llegaron frente a una reja y en una cabina se asomó un guardia preguntando su identidad, el menor sonrió y entregó una identificación evidentemente falsa.

—Soy Jung WooYoung, el oficial a cargo a partir de hoy —dijo con total confianza siendo escuchado por el guardia que parecía estar en un trance desde el momento que tocó la tarjeta, como si fuera un zombie a merced de órdenes, abrió la reja dando libre acceso—. Ah, y será mejor que apagues la cámara —mencionó antes de entrar viendo de reojo como el guardia apretaba un botón desactivando todos los sistemas de seguridad, inclusive los de grabación, siguiendo en ese trance repentino que le consumió.

—¿Cómo rayos te hizo caso? —preguntó anonadado el mayor.

Sonrió de lado— Tengo mis trucos, pero espero que te acostumbres porque a partir de este momento habrán cosas peores y no te puedes acobardar y huir, ¿entendiste, JiMin?

El aludido tragó en seco, «todo por TaeHyung y su amor» pensó como un mantra, asintiendo. Bajaron del auto una vez adentro, notando que al llegar a la puerta en el marco decía «Morgue del Hospital de Seúl», respiró profundo siguiendo el paso decidido de su menor.

Al entrar el lugar estaba frío y oscuro, inmediatamente JungKook se acercó a una pared en la cual se encontraba el interruptor, encendió las luces dando la vista clara del entorno, los colores variaban en tonos de grises y blancos, en dos paredes estaban completamente cubiertas de metal y con distintos cajones, los cuales se usaban para guardar a los cadáveres completos, habían algunas mesas de metal entremedio de la sala algunas con utensilios propios del hospital y otras mesas que estaban totalmente vacías.

—Bien, ahora mismo la misión es encontrar el cuerpo de TaeHyung. Let's get it! —comentó JungKook con cierto ánimo avanzando por el lugar mientras que JiMin avanzaba a paso tímido y triste buscando el nombre de su amado.

Cada uno se repartió en distintas paredes para buscar, varios nombres pasaron, pero ninguno era el nombre del que buscaban, JungKook fue más rápido que el otro en ver su pared, no encontró nada ni remotamente cercano, avanzó unos pasos decidido a ir a la otra pared donde se encontraba JiMin y sin embargo se topó con un frío enorme al cruzar frente a una puerta igualmente de metal, con curiosidad se acercó y jaló de la manilla, encontrando algo lo más parecido a un refrigerador gigante, divisó distintas bolsas transparentes con trozos de cuerpos en ellas.

Se acercó a una, tiritando levemente debido a la temperatura y notó que tenían etiquetas con nombres indicando el dueño de las respectivas partes mutiladas, leyó la primera encontrando un nombre de los chicos de la fraternidad ΚΑΓ , «Choi MinHo», el pelinegro sonrió y comenzó a ver las etiquetas de todas las grandes bolsas hasta que llegó a la del tan esperado chico.

Abrió la bolsa que contenía varias partes del cuerpo del mayor, sin embargo la mayoría al igual que los demás cuerpos estaba mutilado y no muy completo, supuso que esas eran las partes buenas y no completamente destruidas luego del horrible accidente, rebuscó entre la carne y encontró lo que quería.

—¡JiMin! —le llamó sintiendo a su amigo correr hasta estar detrás de él, el pelinegro agarró con sus manos las hebras rubias del cabello –un poco ensangrentado– de TaeHyung, tomando la cabeza que al igual de lo demás era una pieza más, mostrándola frente al castaño—. Lo encontré —comentó sonriendo.

El contrario miró con horror la cabeza separada del cuerpo de TaeHyung, sus ojos se pusieron llorosos al ver a su amor platónico en tales condiciones, se tapó la boca sorprendido sin saber que hacer realmente.

JungKook caminó con la cabeza en mano y la dejó en una de las mesas vacías de metal, JiMin observaba en silencio hasta que el otro le miró para explicarle.

—Ahora va a ser como un rompecabezas, vamos a buscar todas las extremidades y partes que le falten a TaeHyung hasta poder formar de nuevo su cuerpo, si es necesario quitarle piernas y brazos a los demás afectados que así sea —dijo regresando al cuarto frío.

Con algo de asco pero sabiendo que no podía retractarse JiMin siguió al otro para rearmar el cuerpo ajeno, lamentablemente no estaba todo del cuerpo de TaeHyung en su bolsa así que se vieron obligados a tomar otras extremidades ajenas hasta que ya tenían todas las piezas necesarias, JiMIn se sentía muy extrañado no entendía nada y comenzaba a cuestionarse la salud mental de JungKook pero si aquello le regresaba a su hermoso rubio...

—Ahora hay que coser para unir en definitiva el cuerpo —comentó tomando una aguja e hilo que trajo consigo para él y JiMin.

Como solía ser, JungKook era más rápido y eficiente en hacer su trabajo, más que todo porque ya sabía lo que tenía que hacer, es decir, cuando era algo más joven de lo que es solía hacerlo con animales, qué tan diferente podría ser hacerlo con un humano además que estudiar para ser cirujano traía sus beneficios ahora mismo. Miró a JiMin, quien aún cosía lento y tembloroso como si tuviera miedo de cometer un error.

Una vez que tenían las diferentes partes de cuerpos unidas y cosidas hasta formar uno solo, procedieron al ritual, JungKook abrió un libro de tapa negra que él conocía muy bien lo dejo abierto en página que necesitaba, sacó de un pequeño bolso que tenía un par de cosas que necesitaban. De un frasco soltó una gruesa capa de sal alrededor del cuerpo, una vez hecho se dirigió a JiMin.

—Necesito un recipiente y un mechón de cabello —el castaño algo confundido sacó uno de los recipientes esparcidos en aquella morgue, de esa misma forma buscó una cuchilla con la cual cortó un mechón de cabello tal y como JungKook le había dicho—. Bien, ahora apaga las luces.

Mientras JiMin fue a apagar las luces, JungKook echó el mechón rubio de cabello al recipiente, sacó un frasco que contenía un par de hierbas que preparó con anticipación, repartió una parte de ellos en aquel recipiente, ya estaban a oscuras y fue entonces que prendió fuego con un fósforo y lo tiró al recipiente el cual se prendió agresivamente y luego se apagó comenzando a expulsar humo.

—Respira el humo —ordenó.

Ambos chicos lo hicieron, comenzando a sentir leves mareos que se agrandaron en unos segundos, extraños ruidos en su cabeza, imágenes distorsionadas, gritos, ruidos ahogados, palabras inentendibles, pitidos, sus mentes veían el caos y comenzaba a doler y palpitar de maneras impresionantes, fue tanto así que ambos comenzaron a gritar de dolor llegando a lagrimear de lo insoportable que era.

Pasaron un par de minutos en la misma situación, JiMin comenzó a sangrar de la nariz puesto que no estaba tan acostumbrado como JungKook y no poseía los mismos dones. El dolor había cesado pero no era excusa para acabar, apenas recuperó algo de estabilidad agarró la cuchilla que estaba en la mesa y se hizo un corte en la palma de su mano susurrando para sí mismo pero siendo escuchado por el ajeno «la sangre hace el sacramento», viendo a su sangre escapar la uso como tinta para dibujar un pentagrama en el pecho de TaeHyung mientras recitaba palabras de las cuales JiMin no tenía ni idea qué tipo lenguaje era.

Calpriziana Offina Alta nestra fuero menut. Azazel —con el cuaderno en mano, JungKook comenzó hacer círculos en el aire alrededor del dibujo recién hecho sobre el pecho de TaeHyung—. Te ofrecemos cuerpo y alma señor del inframundo, te ofrecemos obediencia y la eterna devoción hasta que la muerte santifique esta unión profana.

El castaño miraba algo asustado la situación, no sabía en que se había metido, no sabía que JungKook tenía este tipo de intereses en la vida, aceptaba que su amigo de alguna forma era alguien un poco "oscuro", pero ¡joder! ¿Qué era esto?

JungKook sintió un ardor en la mano que lo obligó apartarla, las luces de la morgue comenzaron a prenderse y apagarse constantemente, ambos chicos viendo como el entorno se empezaba a poner algo caótico.

—Repite conmigo esto —dijo apuntándole la última frase en la hoja que mostraba el libro—. Berald Beroald Gab Gabor Agaba! —dudoso pero hizo caso y repitieron la frase tres veces aumentando el volumen de su voz—. ¡Regresa a tu cuerpo mortal! ¡levántate! —gritó el pelinegro por su parte al terminar de repetir la frase.

Las luces dejaron de parpadear, todo pareció haberse detenido y los dos muchachos se quedaron observando el cuerpo inerte ajeno por un tiempo esperando alguna reacción, JungKook se acercó y le tomó del brazo pero este cayó como peso muerto contra la mesa.

—Bien, esto fue un completo fracaso, nos vamos. —concluyó siendo visto por un incrédulo JiMin.

—¡Espera! ¿¡me dices que acabamos de hacer!?

—Uh, revivir a tu amorcito...? Duh —dijo JungKook soltando su largo cabello para volver amarrarlo en una coleta—. Si lo dices por la sangre y las cosas que hice, provengo de una familia de brujas pero tranquilo no solemos hacer esto, no es la gran cosa.

El tono sin importancia y despreocupada del menor dejó a JiMin boquiabierto, la situación cada vez se tornaba más extraña para su humano corazón, miró a su lado observando el cuerpo de TaeHyung hecho con las partes de otros cadáveres, seguramente de sus amigos, comenzó a sentir mareos.

—Saldré a tomar aire...y quizás a vomitar un poco —comentó antes de salir caminando, o casi corriendo, a la puerta de salida dejando al menor completamente solo en aquella morgue.

JungKook al verificar que su amigo se habían ido se acercó al cadáver de TaeHyung, paseando un dedo por toda la orilla de su cuerpo desde la punta de sus pies hasta llegar a su cabeza, se quedó observándole y apartó algunos mechones de cabello para verle bien el rostro.

—Ah, la verdad es que si eras guapo —mencionó sabiendo que probablemente el otro ni siquiera estaba oyéndolo—. Sabes, te intenté revivir por un capricho que mi amigo tiene contigo, de cierto modo me das pena, por lo que sé tenías un buen futuro que terminó en una pésima muerte y ahora le sumas esto, ¡tsk! —habló mostrando su punto—. Pero bueno, a dónde sea que tu alma haya recaído espero que te reciban bien —sin más el pelinegro se acercó a dejarle un beso en su frente.

Segundos después JiMin entró corriendo llamando desesperadamente al otro.

—¡JungKook! ¡creo que el guardia despertó del trance que le diste porque se dirige corriendo hacia acá! —el contrario masculló un «mierda» a la vez que tomaba la mano de JiMin para esconderse detrás de una de las tantas mesas cuando sintieron abrir la puerta.

Los dos aguantaron la respiración e intentaron hacer el menor ruido posible cuando el guardia entró al cuarto iluminando con su linterna, se escuchaba cada paso del hombre haciendo eco en la sala poniendo a los dos chicos nerviosos de lo que iba a ocurrir si es que los encontraba.

—¿Quién anda ahí? —preguntó al aire aquel hombre para que segundos más tarde se encontrará con el cuerpo de TaeHyung—...¿qué demonios?

El guardia distraído, y ciertamente algo horrorizado al ver las partes de cuerpo unidas con un pentagrama con sangre en el pecho, miró a su alrededor buscando a los creadores de aquello, sin darse cuenta que aquel "cadáver" acababa de levantarse hasta quedar sentado y le estaba observando con una mirada indescifrable.

Cuando lo vio le apuntó con la luz en la cara, lo cual fue una de las peores cosas que pudo haber hecho puesto que TaeHyung se lanzó agresivamente sobre el hombre, con una fuerza sobrehumana con dos puñetazos le había quebrado la cabeza, varios golpes continuaron y los dos chicos escondidos se asomaron para ver lo que ocurría quedando más que impresionados cuando el cuerpo de TaeHyung ya no seguía inerte en la mesa metálica, sino que estaba vivo.

—Funcionó..., ¡está vivo!

—¡Y está matando al guardia!

—Oh.

Luego de la cruel matanza y estando cubierto de sangre, TaeHyung se detuvo viendo su desastre, sentía tanto dolor, tristeza e ira y no sabía porqué, quién era, qué hacía allí, todo era tan confuso y poco entendible para él.

JungKook se acercó con más confianza que JiMin al rubio ensangrentado, al ver su comportamiento violento decidió ir lento sin querer parecer una amenaza para el otro, no pasó mucho para que el mayor de los tres notara la presencia de los dos chicos un poco alarmado.

—Hey... Hola, TaeHyung —comentó el pelinegro—. Seguramente estás muy confundido ahora pero tranquilo, venimos a ayudar, vas a estar bien —dijo sonriéndole. El rubio a pesar de ser la primera vez que veía aquel gesto del chico que le hablaba, sintió alguna especie de confianza y paz por lo que se levantó algo tembloroso viendo al pelinegro—. Muy bien, TaeHyung, ahora iremos a casa —los ojos del nombrado lucían tan asustados pero mantenían completa atención a JungKook—. Entonces, ¿te llevo a ti y a él a tu casa? —dijo dirigiéndose a JiMin que por poco le mira con horror.

—¿¡Qué!? ¡no! —exclamó—. Acaba de asesinar a alguien, no pienso llevarlo a mi hogar ¡es un monstruo! —dijo viendo de reojo el cuerpo desnudo cubierto de sangre junto al guardia con la cabeza rota.

—Pero tú eres el que lo querías devuelta ¡y aquí está! Sólo debes enseñarle, el pobre está desorientado —habló JungKook algo sorprendido de la actitud del castaño.

—No, ni modo, además yo vivo con mi familia, tú vives solo, te conviene más. Me lo quedaré después —dijo pensando que ese después fuera muy, muy lejano.

El pelinegro frunció su ceño viendo al más bajo—. Que hijo de puta saliste, JiMin —comentó notando como el otro abría la boca ofendido—. Vámonos de una vez.

Fue así como los tres muchachos salieron de la morgue para entrar al auto del pelinegro, éste se aseguró de envolver al mayor con una manta que tenía para cubrir su desnudez, también de llevarse el libro que dejó encima de la mesa metálica. Sin más encendió el auto y se marchó de allí, primero fue a dejar a JiMin quien se rehusó una vez más en quedarse con el rubio, el cual miraba desorientado un punto fijo, a regañadientes el pelinegro se despidió llevándose al mayor consigo.

En el trayecto comenzó a sentir ruidos, viendo de reojo por el retrovisor se dio cuenta que el rubio lloraba desconsoladamente y a medida que avanzaba el tiempo sus lloriqueos eran cada vez más notorios, qué se supone que haría, por qué alguien lloraría de esa forma sin tener algún motivo convincente, JungKook ni siquiera podía hacerse un idea de que era lo que atormentaba al otro.

En la cabeza de TaeHyung abundaba el dolor, la tristeza y un montón de recuerdos dolorosos que no podía ver muy bien, se agarraba la cabeza tirando de sus cabellos teniendo extraños recuerdos, aquellos empeoraron cuando los autos a su alrededor comenzaron a tocar la bocina, y a frenar estrepitosamente, dolía, sollozaba libre dejando escapar cada suspiro de dolor que sin saber preocupaban al pelinegro que conducía, recordaba alguna especie de choque y luego nada, segundos después despertar con un tipo que le alumbraba el rostro, una ira inexplicable y le acabó la vida a aquel sujeto, lloraba pues había asesinado sin estar seguro de porqué.

—TaeHyung, joder, ¿qué te pasa? —y entonces escuchar una voz que lo calmaba, una voz que creyó escuchar antes algo más desinteresada en él y sin embargo ahora estaba ahí para ayudar—. Ya vamos a llegar, tranquilízate —pero no quitaba la amargura que sentía dentro que le hacía explotar en llanto.

Al llegar a su hogar, luego de estacionar el auto en el garaje, JungKook sacó al bebé llorón que tenía en la parte de atrás adentrándolo a la protección de las paredes de su casa, lo sentó en su sofá viendo como aún se deshacía en llanto, con balbuceos y gritos.

Quiso analizar que podría provocar aquello, revisó su cuerpo como primera opción notando que las suturas en su cuerpo estaban rojas e inflamadas, eso parecía doler y posiblemente era uno de los motivos por los que el otro lloraba, sentía dolor físico del nuevo cuerpo. Por mucho que él estuviera estudiando medicina sabía que eso no se iba curar exactamente con procedimientos de humanos comunes, así que luego de pensarlo mucho llamó a su hermana.

❖ ❈ ❖

Pasaron dos horas en las que JungKook intentaba calmar a TaeHyung, cosa que al menos logró callar los gritos pero el mayor seguía sollozando abrazándose a sí mismo, mientras veía esto en su cabeza maldecía a JiMin y su propia buena voluntad de querer ayudarlo.

El timbre sonó y el menor fue prácticamente corriendo a atender, al abrir el portón de su reja una cabellera platinada se posó en sus ojos a la vez que la cara seria de una mujer, su hermana mayor Jeon JiWoo.

La hizo pasar en silencio, sabiendo que probablemente se le acercaba algún regaño, la mayor entró a la casa y avanzó hasta la sala donde encontró a uno de los muchachos que aparecieron en las noticias que habían muerto en aquel horrible accidente, al analizar vio la suturas en su cuerpo y la sangre ya seca que residía en él, inmediatamente giró sobre sus talones posando sus manos en sus caderas mirando a su hermanito con reproche.

—Me dijiste que no lo ibas a usar, Jeon JungKook —su voz fue dura y el menor medianamente asustado se encogió.

—Yo no te pedí que me creyeras —dijo bajito pero lo suficiente alto para que JiWoo lo escuchara y se acercara a tirarle una oreja—. ¡Ah! Y-ya, perdón, perdón, perdón soy mal hermano y tú una gran hermana ¡la mejor! —inmediatamente la muchacha lo soltó para cruzarse de brazos—. Sólo ¿podrías ayudarlo? Creo que las suturas le duelen, y no ha parado de llorar en todo el viaje —JiWoo, miró a TaeHyung quien seguía sollozando mirando un punto indeterminado—, por favor —escuchó la dulce voz de su hermano rogarle, suspiró asintiendo.

—Está bien, de todas formas no me hiciste traer el lodo para nada —dijo sacando de su mochila un tarro lleno de un lodo especial curativo—. Que se saque la manta y acuestalo en tu mesa —al ver que su hermano aún la observaba le apuró—. ¡Rápido, Kookie!

JungKook se acercó a TaeHyung tomándolo de las manos, pero el agarre por parte del otro fue muy fuerte, denotando cierta irá, el menor hizo una mueca por el dolor pero en vez de entrar en pánico respiró lentamente y comenzó a hablarle.

—TaeHyung, soy JungKook ¿sí? ¿no te acuerdas de mi? Nos conocimos en la fiesta y te saqué de la morgue. No te haré nada malo, vamos a quitarte el dolor ¿eso suena bien, no? Pero deja de apretarme así o no podré ayudarte, te llevaré a la mesa y vas a mejorar, lo prometo —su voz fue suave, tanto que acarició la audición del otro logrando relajarlo.

Dejó de apretar innecesariamente, permitiendo que JungKook le ayudará, la manta se resbaló de su cuerpo exponiendo su desnudez y todas aquellas suturas rojizas, hizo que se sentara en su mesa para posteriormente acostarlo allí. JiWoo se puso manos a la obra esparciendo aquel lodo por cada una de las uniones que se tuvieron que hacer para crear aquel cuerpo, TaeHyung gruñó al sentir ardor, golpeó la mesa desquitándose allí, sin embargo provocando que un trozo de la misma se rompiera, el menor abrió la boca viendo su mesa arruinada quejándose con un pequeño «¡oye!», su hermana le ordenó que acariciara sus sienes mientras recitaba el hechizo de relajación, JungKook se acercó al contrario fue tocando las sienes de TaeHyung, quien en un principio se alarmó pero terminó cerrando sus ojos por completo cayendo en un profundo sueño.

Su hermana le tomó una hora cubrir cada sutura con el lodo, terminándolo con un hechizo de sanación que completaba el tratamiento, TaeHyung seguía dormido y el pelinegro sólo se mantenía viendo sentado en una silla.

—Y bien, muero de curiosidad a parte de estar enojada por tu mentira —agregó cuando ya había finalizado—. ¿Cómo reaccionó al despertar? Sólo hemos hecho esto con animales y de repente sales con una especie de frankenstein.

El menor se mordió el labio, soltó su moño dejando caer su largo cabello que le llegaba un poco más abajo de las orejas y sin realmente mirar a su mayor contestó—. Tardó bastante, y... tal vez, y sólo tal vez despertó muy agresivo, es decir un tipo lo descubrió y quizás éste algo muerto ahora mismo —JiWoo abrió los ojos en demasía—, luego de aquello lo tuve que calmar porque parece alterarse hasta con lo más mínimo, supongo que volver a la vida de la nada lo tiene confundido, además se hizo la llorera del año.

—...¿Puedo verlo? —JungKook le hizo un ademán con la mano dándole acceso libre.

JiWoo se acercó a la cabeza rubia que yacía aún durmiendo, posó sus manos entremedio de sus cabellos con la intención de llegar a la cabeza, tomó una profunda respiración y al abrirlos sus ojos mostraban total blanquitud, en su propia mente vagaban los recuerdos disparados de Kim TaeHyung, JungKook observaba a su hermana quien en ese estado podría estar bastante vulnerable, ya la había visto hacer aquello otras veces y sabía que a veces podría salir afectada así que no quiso quitarle el ojo de encima. Fue así que en un momento lágrimas de sangre recorriendo las mejillas de JiWoo comenzaron a visualizarse a la vez que parecía tener pequeñas convulsiones, aquello alertó al menor quien inmediatamente se acercó para despertar a su hermana de aquel estado.

Tomó la frente de su hermana para empujar su cabeza hacia atrás hasta chocar con su hombro, el pelinegro agachó su cabeza para susurrarle unas cortas palabras en otro idioma al oído, palabras que hicieron su efecto en unos segundos volviendo a la peliblanca a la normalidad.

JiWoo respiraba agitadamente mientras se aferraba al brazo de su hermano para mantenerse estable, JungKook le quitó la sangre del rostro mientras esperaba a que su hermana volviera a estabilizarse.

Eso ocurrió luego de un minuto cuando la peliblanca se separó dando la señal de estar bien.

—Él —comenzó a hablar apuntando al chico—. Su mente literalmente es un caos, todo llega como disparos continuos, especialmente su muerte, se repite una y otra vez, el dolor es tan palpable —dijo recordando cada una de esas horribles sensaciones—. Sin embargo también están los buenos recuerdos y... ¿lo conocías?

—¿Qué si lo conocía? Es el crush de mi amigo, no había día que JiMin no me hablara de él —recordó rodando los ojos.

—Sí pero, me refiero a que hay una imagen tuya en su cabeza, no son muchas pero se mezclan con las después de resucitar, parece una especie de calma, es lo único que transcurre más lento y —carraspeó—, hasta diría que le gustas.

JungKook abrió sus ojos en sorpresa mirando directamente al cuerpo tendido en su mesa, él incluso admitía sentir atracción por el rubio, es decir en la fiesta algo había pasado entre ellos, pero era tan mínimo que ni siquiera le había tomado importancia en su momento.

—Hay formas de que sus recuerdos se ordenen, sólo tienes... que darle un beso para darle el suspiro de vida, claro que le será sumamente doloroso probablemente pero dejará de ser violento por cada mínimo gesto, aunque no te aseguro que deje de serlo.

Las palabras continuaban pero su mente se detuvo cuando llegó a la parte del beso, tenía que besar a TaeHyung, de cierta forma tenía sentido que él lo hiciera considerando que era el único que lograba calmar al rubio, si JiWoo lo hiciera tendría que decirle adiós para siempre.

Su hermana se fue media hora después dejándole instrucciones de no sacar el lodo de su cuerpo hasta que pasaran dos horas más. El menor se quedó mirando el cuerpo tendido de TaeHyung encima de su mesa, quién diría que aquel chico rubio, de personalidad amable y un brillante futuro terminaría muerto, hecho pedazos, literalmente, y luego resucitado como un frankenstein hasta llegar en la situación de ahora.

Pensó en esperar a que despertara pero en la espera a que eso sucediera JungKook se quedó dormido en su propio sofá. A las tres horas después de eso, TaeHyung despertó con menos dolor físico, con torpeza se sentó notando todo el barro en su cuerpo que tocó curioso, miró a su alrededor intentando acordarse qué había sucedido, finalmente se topó con el rostro del pelinegro que dormía en un sofá un par de metros más lejos de él.

Con mucha dificultad se puso de pie por su cuenta, caminaba extraño ya que de alguna forma se sentía como si no fuera su cuerpo, mientras avanzaba tan lento como un zombie hasta acercarse al pelinegro se iba acordando de todo lo ocurrido, hasta que llegó a estar frente al menor, todo entró como una bomba a su cabeza el accidente, el choque, la sangre, la muerte, la vida, el asesinato, su cuerpo, ¡oh dios su cuerpo! Alejó bruscamente el lodo que yacía en su muñeca viendo las suturas alrededor como si fuera una pulsera.

Quería hablar y gritar pero no podía sacar más que balbuceos y gruñidos ruidosos, JungKook terminó por despertarse con tanto escándalo viendo como el mayor ahora estaba frente a él de rodillas y gruñendo en conjunto de algunos sonidos roncos.

—¿TaeHyung? —al escuchar su nombre sólo logró alterarse más, buscando firmeza en el sofá se agarró de él pero tal era su fuerza que terminó por arrancar un par de trozos del mismo.

Inexplicable ira recorría su sistema circulatorio, necesitaba romper, golpear, comprender, detenerse, calmarse, lastimar. JungKook algo asustado sabía que el contrario estaba a unos pasos de convertirse en un real monstruo, él necesitaba algo de humanidad para sobrellevar su situación pero para eso él tenía que...

Tragó duro viendo como de apoco el mayor se descontrolaba, era cosa de tiempo para que se desquitara y liberara su fuerza en su hogar y probablemente en él.

«Es sólo un tonto beso» pensó acercándose rápidamente al otro para que este no tuviera tiempo en reaccionar y alejarlo, o peor enojarlo, enredó sus dedos en las hebras rubias y tiró con fuerza la cabeza de TaeHyung hacia él chocando bruscamente sus labios con los de JungKook.

Puesto que la mente del rubio aún no mostraba claridad suficiente fue el pelinegro quien movió sus labios sobre los ajenos, mientras sentía las manos del ajeno posarse en él y apretarle, se encargó de susurrar el hechizo y proceder en suspirar mientras seguían besándose, eventualmente TaeHyung calmó sus movimientos quedándose quieto con una respiración agitada. Pero luego aceptó seguirle a JungKook la danza de labios.

El suspiro de vida en pocas palabras iba a calmar a la bestia que residía dentro de TaeHyung luego de ser traído de la muerte, sin embargo no significaba que iba a apagarla pues eso no era realmente posible, en el fondo Kim TaeHyung seguiría siendo una especie de frankenstein, un monstruo para la sociedad si llegaban a enterarse de esta nueva vida que se le brindó de maneras poco convencionales.

Los labios del rubio eran suaves a pesar de estar algo resecos, JungKook se sentía maravilloso por lo bien que se sentía aquel beso, «el monstruito sabe besar» pensó mientras el agarre que tenía en el cabello ajeno se convirtió en agradables caricias, él sabía que después de darle aquel suspiro podía abandonar el beso ya que no tenía más propósito, sin embargo como negarse a tan tentadora danza.

Cuando no hubo más remedio que separarse los dos estaban recostados en el piso, JungKook sentado en el torso de TaeHyung, se sintió observado por aquellos ojos de diferente color, por primera vez notando que el iris de un ojo estaba muchísimo más claro que el otro otorgándole una mirada encantadora y singular, sintiendo algo extraño al conectar su mirada con el otro prefirió desviar la propia notando la posición y en cómo su ropa estaba algo sucia.

—Deberías ir a bañarte mientras te buscó algo para que te pongas —dijo saliendo de encima del rubio mientras sacudía su ropa e intentaba olvidar la agradable sensación que dejó el beso—. Acompáñame te mostraré dónde está el baño.

El otro se levantó con lentitud, casi resbalándose con el lodo de su pie pero con ayuda del pelinegro se logró estabilizar, se sentía algo mareado pero no tan mal como hace unos minutos atrás, muy a pesar también algo confundido puesto que sus memorias pasaban con lentitud, sólo siguió al pálido chico hasta que este le enseño la ducha y lo dejó diciéndole que iba a buscarle un cambio de ropa.

Con un poco de dificultad entró dentro de la bañera y encendió el agua, se sentía fría pero no se quejó al respecto dejó que cayera sobre su cabeza mientras bajaba su mirada notando como se iban revelando todas las costuras que yacían en su cuerpo, extrañado comenzó a observarse notando que todas sus extremidades estaban cocidas, en su muñeca izquierda notó un pequeño tatuaje de un diamante, aquel era el tatuaje que tenía MinHo en su muñeca por la pérdida de un amigo suyo, abrió los ojos no queriendo creer lo que veía, un poco más de desesperado vio la cicatriz de su pantorrilla, la misma cicatriz que tenía BoGum desde que se la hizo la vez que fueron al parque hace cinco meses...

Recordó haber subido al bus, encontrar a toda su fraternidad borracha, enterarse que MinHo conducía borracho, ir para detenerlo, pelear, el ajeno acelerando, romper el freno de mano, volcarse, como todo flotó por un instante y todo terminó siendo negro. La respiración de TaeHyung comenzaba a acelerarse al igual que las lágrimas comenzaban a brotar, todos muertos, todos habían muerto pero él estaba con vida. Despertó en la morgue asustado con el cuerpo lleno de suturas, una horrible luz en su rostro y sangre en sus manos en un segundo, él había asesinado a alguien, agarró su cabeza ante ese pensamiento, sus lágrimas eran gruesas, parte de su cuerpo actualmente no eran las mismas piezas con la que nació, tenía parte de sus amigos en él.

—Hey, muñeco —se le habían ocurrido el mote por el hecho de que prácticamente armó al rubio como si fuera un juguete y que la cara del chico era bastante atractiva como cualquier muñeco, lo vio adecuado. Sin embargo la tranquilidad con la que entró se esfumó en cuanto vio al susodicho hecho bolita llorando mientras el agua caía encima de él—. Uh oh, hey TaeHyung, ¿qué ocurre?

Se acercó dejando la ropa en la tapa del inodoro tocando el hombro de TaeHyung quién lloraba desconsoladamente, el mayor al escuchar la voz del contrario levantó el rostro reconociendo al chico de la fiesta, aquel del cual sintió un flechazo y que lamentablemente no llegó a conocer bien antes de morir, pero luego cuando su vida empezó de nuevo y él apareció de nuevo trayendo paz y cuidando de él, ahora estaba frente suyo intentando calmarlo.

«TaeHyung, soy JungKook ¿sí? ¿no te acuerdas de mi? Nos conocimos en la fiesta...»

Así que ese era su nombre, JungKook, si no se sintiera tan triste hasta hubiera sonreído.

Intentó hablar pero nada más que un gruñido con algunos balbuceos salieron, lo intentó de nuevo pero no podía, había olvidado cómo hablar a pesar de entender y pensar todo a la perfección su funcionamiento vocal ahora mismo era casi nulo.

El de cabello más largo notó aquello, para evitar que él otro se desesperara aún más le ayudó a salir posando una toalla blanca encima de su cuerpo.

En lo que TaeHyung volvía a calmarse su cuerpo fue secado y vestido, durante ese tiempo fue llevado a la habitación del menor, ahora mismo se hallaba sentado en la cama ajena mientras miraba al pelinegro amarrar su cabello en una pequeña cola, minutos después fue a sentarse a su lado.

—Pongamos contexto, acabo de crear un novio frankenstein para mi amigo, el cual me mandó a cuidar porque se asustó el cobarde, resulta que tu resurrección no fue grata y sufrías por los recuerdos, tema que arregle así que no quiero más berrinches, superalo —le dijo apuntándole con el dedo tocando el fuerte pecho ajeno, viendo la mirada perpleja del otro—. Continuando, resulta que tampoco sabes hablar sólo gruñir, de cierta forma funcionas como un muñequito así que espero que no te moleste que te llame así —escuchó un gruñido más suave por parte del rubio—, eso creí —sonrió sabiendo que de igual forma lo iba a llamar así—. Por otro lado, son casi las cuatro de la mañana y tengo clases a las nueve, qué día —se dejó caer hasta que su espalda chocó con el colchón sintiendo todo el sueño que había perdido, cerró los ojos casi por inercia—. Si quieres puedes dormir aquí o en el sofá, no me interesa mientras no rompas nada —dijo en medio de un bostezo durmiendo casi al instante.

Kim TaeHyung se quedó observando al pelinegro dormirse, miró nuevamente sus muñecas acariciando las suturas con aire de tristeza, así que esto era como una segunda oportunidad, supuso, miró de nuevo al chico dormido y sonrió a boca cerrada con dulzura, aún creía que le gustaba aquel muchacho, si tan sólo no hubiera pasado lo que pasó el día de la fiesta quizás hubieran tenido mejor presentación pero el destino los unió de la manera más extraña, sólo iba a esforzarse en hacerlo bien.

Se recostó con cuidado al lado del chico sin querer tocarlo por miedo a despertarlo, por lo entendido ya había causado muchos problemas, observó los rosas labios recordando el beso compartido que tuvieron, anhelaba otro pero no quería forzarlo a nada, cerró sus ojos y se dispuso a dormir rogando por no despertar en la morgue de nuevo.

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