Capítulo 28
¡Es hoy, es hoy!
Hoy por fin se comienza a desarrollar el origen de la trama. Leí muchas teorías al respecto que me parecieron muy interesantes.
¡Gracias por llegar a esta parte de la historia junto a mí! Para mí es muy emocionante poder llegar a este punto y más aún sabiendo que tú estás aquí conmigo ♡
¡Comenzamos!
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Árboles marchitos y una infinidad de cuervos posados en las copas de los árboles.
Izuku Midoriya gira su mirada y observa las escarlatas de Bakugou relucir en conjunto con las estrellas. —Aquí es donde vive mi maestro, ¿estás preparado para continuar?
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BX3003
Atravesar el mercado negro había sido toda una pesadilla de olores nauseabundos y oscuridad, Katsuki aún se encontraba un poco sorprendido por aquellas calles ilegales que pertenecían sin duda alguna al resplandeciente pueblo Nachi.
A pesar de no tener mayores obstáculos para atravesarlo, la sangre y la desesperación emergida del lugar era difícil de borrar de su mente.
Pero ya lo habían atravesado, ahora mismo el mercado negro estaba quedando levemente olvidado conforme más avanzaban a través de la noche.
Bakugou Katsuki e Izuku Midoriya se habían adentrado a un pequeño bosque desolado. Un montón de hojas marchitas surgen con sus sonidos quebradizos conforme ambos avanzan, y de los grandes árboles oscuros yacen grandes espinas negras muy puntiagudas y brillantes.
Las escarlatas se mantienen muy activas observando con detenimiento cada detalle, sintiendo además cómo un escalofrío recorre por su columna de manera inevitable.
De reojo, observa a Izuku a su lado. El bastardo se veía como si se tratara de lo más normal del mundo, Bakugou no podía entender cómo ese rostro que peca de inocente había derrotado a tres hombres tan fácilmente y además, caminar por allí a mitad de la madrugada con tanta naturalidad.
Entonces observa hasta el frente, encontrándose con una enorme casa con auras de abandono de tonalidades grises.
— ¡Al fin! —exclama Izuku sonriente, adelantando su paso para correr a la casa, mientras observa a Bakugou, extendiendo sus brazos. —Esta es la casa de mi maestro, hemos llegado.
Izuku le mira y aún si se siente emocionado por regresar a aquel lugar que marcó grandes avances en su propia persona, mentiría si dijera que realmente le hace feliz que Bakugou esté ahí con él.
Ya que, el que estuviera a su lado solo significaba una sola cosa, su perfecto y pacífico mundo feliz había acabado. Su zona de confort está a punto de ser completamente destruida.
Es por eso que siente deseos de llorar y de huir de ahí con él, aún si tuviera que hacerlo a la fuerza.
Pero Izuku Midoriya con mucho dolor nacer de su pecho había comprendido que el egoísmo solo hacía daño y él, realmente no quería hacerle daño.
Bakugou se queda un par de metros detenido, mirando el lugar de manera extraña. Aún no puede dejar de analizar el lugar y cada centímetro de su piel se mantiene erizada.
Y es que más allá de los enormes árboles marchitos, escucha extraños ruidos de animales que jamás había escuchado, además, se permite sentir la brisa fría, la penetrante oscuridad y la inquietante sensación de ser observado constantemente.
Bakugou agudiza su mirada y desde las profundidades, más allá, distingue ciertos tipos de puntos rojos.
¿Ojos?
Bakugou olfatea insistente el ambiente.
Lo acaba de confirmar, habían muchos.
¿Qué son? No lo sabe y no le causa seguridad.
Rápidamente avanza hasta Izuku, no lo duda y le toma de su muñeca con su corazón azotar fuertemente contra su pecho.
—Cómo describirlo… —dice ronco y sin quitar su mirada sobre ellos, sin quitar su mano sobre su muñeca. —No sé cómo decirlo pero, este lugar me da algo de escalofríos.
Izuku parpadea con sorpresa en cuanto nota el agarre, saliendo de su propio trance. — ¿Eh? —balbucea mientras analiza lo que escucho de él. — ¿Miedo?
— ¿Miedo? —inquiere Bakugou ladeando un poco su cabeza, confundido e intentando conectar aquello con lo que siente.
—Mmm… —murmura Izuku con su mano en el mentón. —El miedo es una sensación instintiva, la que nos suele decir de alguna manera que no debemos acercarnos a cierto lugar o cierta persona porque sentimos que nuestra seguridad corre peligro. —explica. —Por supuesto, hay diferentes tipos de miedos.
—Es eso, miedo. —responde Bakugou sin quitar su mano de la muñeca de Izuku. —Este lugar está infestado de criaturas... Y nos observan.
—Ah, es eso. —apresura a responder el pecoso. —No pasa nada, son quienes protegen este lugar. Como mi maestro vive un poco cerca del mercado negro, necesita buena seguridad. —responde tomando las manos de Bakugou con delicadeza, presionandolas solo un poco para entregarle cercanía y confianza.
Aquellas esmeraldas le observan con cariño. —El ambiente de por sí es muy tétrico, pero te lo aseguro, él es un buen hombre. ¡Es también un científico como yo! —añade emocionado al instante en que deja salir un suspiro, observando más allá. —Además ellos ya nos conocen, no nos harán nada…
Bakugou parpadea incrédulo ante aquella respuesta. — ¿Hah? ¿Ya nos conocen? Yo no recuerdo conocerlos, es primera vez que vengo a este lugar, Deku.
Izuku sonríe nostálgico. —Pronto lo entenderás. Y bien, ¿estás listo para saber la verdad?
Bakugou le mira serio mientras siente como Izuku deja sus manos libres. —Lo he estado desde siempre, ya basta de rodeos.
Aquella respuesta fue suficiente para que Izuku se quedara frente a la puerta.
Cinco golpes seguidos y luego, dos que fueron fuertes pero pausados.
Pasaron unos cuantos minutos y de pronto, se comenzaron a escuchar pasos perezosos por el otro lado de la puerta.
El sonido de la madera vieja al abrir la puerta sería el inicio del verdadero motivo de la existencia de Bakugou Katsuki, quien no podía evitar sentirse un tanto nervioso.
Había sido un largo tiempo lleno de sospechas y dudas, largo tiempo sin recibir respuestas, largo tiempo sin comprender el porqué estaba ahí realmente y por supuesto sin entender la actitud que tomaba Izuku a veces.
Bakugou no podía más que esperar paciente a que por fin todo fuera resuelto. Pero aún si lo intenta, su corazón cada vez palpita con mayor rapidez y fuerza de lo ansioso que está.
Y entonces, un hombre de cabellos oscuros largos y desordenados abre la puerta con lentitud.
—Midoriya Izuku. —murmura observándolo de pies a cabeza. —Tres y cincuenta y ocho de la madrugada. —añade observando su reloj de bolsillo.
Izuku le sonríe de manera hogareña en respuesta.
Y aquel hombre alza una ceja. —Pensé que estabas muerto.
—Aizawa-sensei, buenas noches. —saluda Izuku rascando su mejilla. —Lo siento, me he perdido un tiempo…
Aizawa le mira aburrido. — ¿Un tiempo? Fueron siete años, mocoso. —lanza cruzándose de brazos.
Pero entonces sonríe abiertamente en cuanto ve la compañía tras él. —Vaya, vaya, vaya... —dice con sorpresa saliendo de su hogar y rodear a Bakugou. —Pero qué tenemos aquí... —suelta ronco. —El experimento prodigio que nos sacará de la inmundicia.
Bakugou abre sus ojos confuso mientras Aizawa regresa hasta su hogar. —Pasen de una buena vez, hace un frío del demonio, mi casa se enfriará.
Izuku toma de la mano a Bakugou y apresura a entrar. Sacude sus zapatos sobre la alfombra y saca sus zapatos. —Aizawa-sensei, él, huh, aún no sabe nada de... Eso.
— ¿Nada? ¿Aún? —inquiere Aizawa sorprendido. — ¿Y qué diablos has estado haciendo con él entonces?
Izuku junta sus palmas y presiona sus labios por un momento, observando la punta de sus propios pies. —Me he dedicado a enseñarle lo básico antes de explicar su origen. Y que, uhm... ¿Tuviera una vida normal? —responde honesto mientras quita su capa y observa que Bakugou está haciendo lo mismo.
Aizawa alza una ceja. —Tus padres estarán revolcándose en sus tumbas. —dice un tanto sorprendido, ya que intuía que una vez el joven científico pudiera lograr que el experimento despertara, se enfocaría plenamente en su misión otorgada. —Pero bueno, si lo has traído hasta aquí es porque aquella vida normal ya acabó, he de suponer.
Izuku baja su mirada y Bakugou lo nota. —Sí... Ya se acabó. —susurra cabizbajo.
El rubio ceniza da un paso hacia adelante. —Ustedes parlotean de una manera que me irrita. —lanza con molestia. —No entiendo una mierda de lo que están hablando.
Aizawa le mira emocionado, con una sonrisa macabra al instante en que toca su hombro con confianza. —Sígueme, experimento BX3003. —indica con sus ojos encendidos. —Te enseñaré tu nido de origen.
— ¿Hah? ¿Experimento exbequé? —lanza con disgusto intentando no enredar su lengua al intentar repetirlo. — ¡Mi nombre es Bakugou Katsuki, que te quede claro, mierda! —lanza en respuesta autoseñalandose.
Aizawa no deja de sonreír. —Tiene personalidad dura, ¿eh? —suelta observando a Izuku y continuar avanzando. —Es justamente la personalidad que necesita para la misión.
Bakugou Katsuki chasquea la lengua y le sigue, mientras Izuku le observa avanzar con sus esmeraldas temblorosas y preocupadas.
Actualmente, la necesidad del cenizo por saber la verdad es más grande que cualquier otra cosa.
Aizawa mueve un mueble y extrae una pequeña puerta de madera en el suelo. En cuanto la abre, unas largas escaleras bajan y dan hasta el subterráneo.
Bakugou le observa bajar, y él no duda en continuar, pero antes de bajar, Izuku toca su hombro. Sus escarlatas le miran y observan ese par de esmeraldas preocupadas.
—Kacchan, sea lo que sea en lo que pienses una vez comprendas todo, recuerda que me tienes a mí... Y, uhm, no estás obligado a hacer nada que no quieras, ¿está bien? —expresa Izuku con su rostro angustiado. —Cualquier cosa que decidas hacer, yo te apoyaré.
Bakugou solo le mira y acaba avanzando, adentrándose a aquel lugar extraño. En esos momentos no le apetecía hablar, ahora simplemente quería escuchar.
Izuku avanza en silencio, preparando su angustioso corazón para exponer una herida que jamás había sanado, para revivir aquellos momentos traumáticos de niñez.
Y para cuando los tres bajaron, un enorme laboratorio escondido surge, muy similar al que tenía Izuku pero de mayores proporciones. En el centro, un enorme tubo gigante de aguas verdes radioactivas cruza como pilar en el lugar.
Antes de decir una sola palabra, Aizawa enciende un interruptor y una extensa red de colores rojizos es extendida por todo el laboratorio.
Izuku parpadea y Bakugou intenta tocarla, pero aquella red es simplemente intangible para sus dedos. — ¿Qué rayos es esto?
Aizawa le observa un segundo notando como Izuku también parece estar impresionado ante aquellas líneas. —Luego les hablaré de eso, ahora mismo esto es más importante. —dice mientras avanza hasta el medio del laboratorio y acaba dando unas palmadas sobre el gran recipiente de líquido radiactivo, y le indica. —Aquí fuiste creado. Te presento a tu nido de origen.
Bakugou abre sus escarlatas asombrado. — ¿Qué?
—Un mundo en donde los talentos son castigados con la muerte. Un mundo en donde se produce la inhibición en masa de los grandes dones. Un mundo en donde el gran poder lo mantienen solo los humanos seleccionados y llamados como puros. —dice Aizawa mientras se sienta y observa a Izuku. —Adelante científico, es tú experimento.
El cuerpo de Bakugou se mantiene helado mientras intenta asimilar que su punto de origen era aquel tubo gigante lleno de líquido extraño. Sus escarlatas simplemente no se pueden desviar de él.
E Izuku Midoriya tiembla mientras traga saliva. —Kacchan, eres el experimento llamado BX3003, ese fue el nombre oficial que te otorgó tu creadora original, Mitsuki Bakugou.
El joven rubio se mantiene estático y en silencio, escuchando aún si siente escalofríos emerger en él.
—Desde tiempo remotos los científicos se han encargado de inhibir los poderes que despiertan en las personas que están conectadas a nuestra propia evolución. —agrega Izuku mientras avanza hasta el gran tubo y lo palpa, como si se tratara de lo más preciado del mundo.
—Pero Mitsuki Bakugou, no haría algo que estuviera en contra de sus propios principios. Su investigación fue contraria a lo que nosotros como científicos debemos hacer por ley. Ella tenía la idea ferviente de crear a un hombre capaz de despertar todos los poderes que fueran compatibles con él, aumentando altamente el potencial de ellos…
—Y ese hombre… eres tú.
Y como si se tratara de un extraño viaje al pasado, a través de la memoria de Izuku Midoriya nos hemos trasladado al día en que por primera vez logró despertar su consciencia, a sus cinco años de edad.
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Años atrás, La gran ciudad
—Izuku.
El rostro de su padre de cabellos oscuros y lentes yace nervioso mientras le enseña unas hojas, frotando sus pequeños brazos con temblores de sus manos. — ¿Cuál es tu máxima prioridad?
El pequeño niño balbucea mientras le mira dudoso. — ¿Dulce—
Y el puño de su padre golpea la mesa con su puño mientras se levanta de forma violenta. — ¡Lo olvidó todo otra vez, maldita sea! —exclama con frustración en la gran sala.
Su joven madre socorre hasta el pequeño y cubre sus oídos. — ¡Es solo un niño, debes tenerle paciencia si queremos que esto funcione, Toshio!
Toshio Midoriya es un científico que activamente trabaja para las grandes ramas del poder, porque es la única opción que tiene para poder vivir, de lo contrario, estaría condenado al Exilio o asesinado por traición.
Aún si el miedo carcome sus huesos, el prestigioso científico se mantenía firme ante sus propios ideales. Él sabía que la matanza injustificada, torturas y experimentaciones con los humanos que presentaran los primeros síntomas de evolución era sin duda alguna inaceptable.
Es por eso que de forma paralela, se había unido a una extremadamente reducida organización de científicos con un solo objetivo: Derrocar a las ramas de poder.
Antes de decidir unirse a esta organización, se había enamorado perdidamente de una mujer luchadora que se mantenía fugitiva. Inko Midoriya nunca estuvo de acuerdo con las estrictas reglas, discriminación y matanzas de la gran ciudad.
A lo largo de su vida había presenciado miles de degollaciones, torturas, exilios y un sin número de actos horrorificos. El mundo sin duda era lejano a un oasis para quienes no fueran considerados humanos puros.
El 1% de la población de humanos impuros que sobrevivían a esta matanza, era llevado hasta los laboratorios de experimentaciones y los niños, hijos de aquellas víctimas, eran arrojados al Exilio no sin antes ser inyectados con un inhibidor de don.
Conectado directamente a la matanza en masa, la ejercía la guardia real, en donde selectos evolucionados habían sido seleccionados luego de jurar lealtad a los humanos puros, a cambio de recibir gran prestigio. El poder los había sucumbido a tal nivel que los mismos asesinos eran alabados por las calles, siendos los héroes vencedores de los mutantes.
Es por eso que algunas personas observaban con horror las injusticias, viviendo con miedo, mientras que otras se decidían a levantar sus cabezas.
Entre ellas, la pequeña organización de dos de los más grandes científicos de la gran ciudad, Mitsuki Bakugou y Toshio Midoriya. Inko Midoriya actuaba como infiltrada en la guardia real en busca de información, Masaru Bakugou se mantenía activo en busca de nuevos miembros y un hombre que se mantenía lejano a la central, Shota Aizawa, quién había sido condenado al Exilio luego de asesinar a un centenar de humanos puros de la gran rama con acción de sus experimentos.
Las esperanzas de todos por comenzar a reclutar gente era enorme, pero el riesgo de ser descubiertos era alto. Es por eso que se privaron de compartir y reunir fuerzas externas de inmediato, delegando completamente esa responsabilidad en Masaru, a sabiendas de sus grandes capacidades analíticas.
—Comenzaré con un experimento. —irrumpe Mitsuki frente al pizarrón, ubicados todos en un laboratorio de proporciones gigantes, en la sala de estudios. —Experimento BX3003, un hombre capaz de potenciar todos los dones posibles que sean compatibles en él y que sea inmune al inhibidor. Un hombre tan poderoso que será imparable.
Toshio le escucha atentamente. — ¿Con un solo hombre bastaría para un movimiento de tales proporciones?
Mitsuki observa a Toshio mientras se cruza de brazos. —Por supuesto que no, imbécil. Es por eso que debemos ponernos manos a la obra, lo ideal es que una vez que tengamos éxito con esto, de forma paralela debemos lograr reunir una cantidad considerable de personas que estén dispuestas a luchar y entregar sus vidas, claro está.
— ¿Y cómo pretendes comenzar? Necesitaríamos a un humano si queremos de alguna manera potenciar los dones y no inhibirlos como protocolo.
Mitsuki le mira por un segundo y entonces sonríe. —Será mi hijo.
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N/A: Quiero desarrollar esta parte de la historia con mucha calma, ya que es la más importante del fic, por lo que me tomará más de un capítulo para hacerlo :)
Un punto a tener en cuenta es que debido a que he comenzado a estar con menos tiempo libre, las actualizaciones a partir de ahora serán los viernes.
Lo siguiente a informar es que debido a esto mismo, cada cierto tiempo me daré un descanso de dos semanas para no acabar enterrando mi cabeza en la tierra y huir de todos, porque lamentablemente ese es mi mecanismo de defensa cuando me siento colapsada, je... Lo notificaré en el momento que lo considere necesario, es más que nada para que lo tengamos presente y no sea una sorpresa para nadie. ♡
Y... ¡Gracias por llegar a este punto de la historia junto a mí! Realmente me pone muy contenta haber logrado escribir lo suficiente para llegar a este punto. Sin duda alguna, sus comentarios, estrellitas y buenos deseos han sido de gran motivación para mí, me han hecho sentir muy acompañada y eso lo valoro muchísimo :')
¡Desde ya te agradezco que continúes aquí conmigo!
Nos leemos el próximo viernes ♡
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