La Última Batalla de la Tierra
Sobre los restos de una civilización, uno de los últimos héroes de la alguna vez temida y respetada Tierra se encontraba caminando entre los restos de edificios y vehículos. A lo lejos, se podía ver los restos dañados y oxidados de la que alguna vez fue la Estatua de la Libertad. Su capa negra y rasgada de movía en cada paso, que en antaño y con otro portador hubiera atemorizado a criminales, villanos y dioses por igual. Batman se detuvo, observando movimiento a la lejanía. Se llevó la mano al oído y finalmente habló.
—Esta aquí.
A cien metros aproximadamente se podía ver una inmensa nube de criaturas de diversos tamaños, las cuales eran responsables de la aniquilación de la Tierra.
El sonido de telarañas se dejo escuchar, antes de que una figura oscura aterrizase al lado del murciélago, siendo irónicamente otro animal.
—Stark necesita más tiempo para terminar de evacuar —exclamó Spider-Man, con su ya tristemente icónico traje negro.
—En nuestro estado actual, no se cuanto podamos conseguir —exclamó Batman mientras se sentaba un momento.
—Todo el que podamos, Dick.
El sonido de la barrera del sonido rompió el aire, antes de que una figura de traje azul aterrizase al lado izquierdo del murciélago.
—Esto se ve mal —exclamó Invencible, mirando hacia arriba—. Ustedes se ven peor.
—Hable el que siempre grita: "Soy Invencible", antes de recibir una paliza —respondió Parker.
—Es parte de mi estilo —dijo Mark.
—¿Stark dijo cuanto tiempo necesitaba? —preguntó Dick, sin despegar la mirada de enfrente.
—No —dijo Spider-Man—. De todas formas, tampoco podemos confiar en sus cálculos. Sabes bien que desde que recibió aquella herida en la cabeza hace años ya no calcula bien, ni puede usar su armadura.
—Y aun así, es el último genio que nos queda —dijo Invencible.
—Desde que ese monstruo y su ejército llegaron a la Tierra, solamente hemos pospuesto lo inevitable —dijo Batman, mientras se ponía en pie—. Enfrentamos tantas cosas. Darkseid, Galactus, Thanos, Ultron, Hulk, Nekron, Superboy Prime, toda Tierra 3, y fue este tipo el que arrasó nuestro mundo.
—¿Cuanto creen que tarde en encontrar el nuevo planeta a donde los supervivientes vayan a huir? —preguntó Spider-Man.
—Con suerte tardara lo suficiente para poder pedirle ayuda a Tierra 2 u otro universo —dijo Mark.
—Sí tan solo hubieras hecho eso al principio de la invasión —exclamó Dick—. Ustedes no tendrían que estar aquí. Sus esposas y sus hijos todavía viven. Deberían ir con ellos. Yo no tengo nada, más que este viejo manto que ni siquiera me pertenece.
—No te dejaremos solo —dijo Spider-Man.
—Además, no durarías cinco minutos contra todo eso —dijo en chiste Mark.
—Gracias, chicos.
—Para eso están los amigos, Dick —dijo Invencible—. Ya no hay Liga, ni Vengadores, ni X-Men, ni Fantásticos. Todo lo que queda son los restos de los Títanes.
—¿Quieres hacer los honores, Dick? —preguntó Spider-Man—. Una última vez.
Los tres héroes miraron al frente, contemplando al infierno mismo alzarse contra ellos. Annihilus en el centro, como el demonio destructor que era.
El sonido de las criaturas era peor que cristal quebrandose en tus oídos. Pero los tres héroes, se mantuvieron con firmeza.
—Titanes —exclamó Batman, sacando dos bastones eléctricos de su espalda—. ¡Ataquen!
Y en un grito de batalla que se perdió en la cacofonía de bestias sin mente, tres amigos se arrojaron para defender todo lo que la humanidad una vez fue, todo lo que era y todo lo que podría ser. Con valentía se internaron en las fauces de la bestia, sabiendo su inevitable final.
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