Omni-Man frunció el seño y apretó los dientes con inmensa furia, al mismo tiempo que sus puños se cerraban con una fuerza destructora abrumadora. ¿Cómo podía atreverse a comparar a su cultura con perros?

—Hare que te comas tu corazón.

Omni-Man arrojó un veloz puñetazo hacia Ultraman, quien posiciono sus brazos por delante de su rostro para bloquear el ataque. Un gran temblor y una feroz onda de choque derribo varios edificios al los alrededores, y un pequeño quejido salió de los dientes apretados del viltrumita. El kryptoniano simplemente lo observó con creciente ira en sus ojos cada vez más rojos.

—No me impresionas.

#3: Batalla por Metropolis